Como las viejas y buenas historias, esta fascinante novela comienza en un buque repleto de pasajeros muy distintos entre sí. Tras un largo viaje por el Caribe, lleno de conversaciones y complicidades, el londinense Eric Devon, su esposa Nora y una lúcida periodista estadounidense deciden viajar a un Berlín que se recupera de los desastres de la última guerra y de los perversos efectos del nazismo. Vacilante y presa de los fantasmas de otro tiempo, Eric, por fin, se enfrentará allí a su pasado, oculto durante décadas.
He aquí una magnífica historia entre el «año cero» (recordemos la famosa película de Rossellini Alemania, año cero) y el llamado «milagro económico». En una ciudad devastada por la guerra, pero llena de vida, a nuestros protagonistas les espera aquello que, quizá demasiado sencillamente, llamamos una gran sorpresa. Nada es lo que parecía ser: Eric irá asistiendo, página a página, capítulo a capítulo, a una serie de revelaciones que lo harán cambiar para siempre.
Este impresionante viaje en el tiempo ofrece una inédita y refrescante visión del Berlín de finales de los años cincuenta. Tan poderosa y seductora que transforma nuestra propia perspectiva de esa parte de la historia, entre los escombros y la reconstrucción, con sus alegrías y su oportunismo, con sus miserias y sus remordimientos. Y lo hace de un modo muy refrescante y más allá de cualquier cliché.
Regreso a Berlín podría ser una historia de Somerset Maugham, pero no lo es. O de Graham Greene, pero tampoco… Eso sí, tiene todo lo que nos gusta de estos dos escritores (la potencia narrativa, el misterio, el perfecto análisis de los personajes, las disquisiciones morales) y también la sutileza y la inteligencia femeninas de Verna B. Carleton, uno de los grandes nombres secretos de la literatura de su época.
Gestionar la culpa es difícil. Gestionar la culpa de pertenecer a un país en el que sus conciudadanos parecieron no tener problemas con el genocidio es aún más complicado. Porque lo cierto es que no puedes dejar de ser de ese país. Tampoco el resto de países, aquellos incluso en los que decidas vivir, te dejarán ser otra cosa. No realmente. Te criaste con su cultura, con su idioma, con sus paisajes, con su Historia... con su gente.
¿Dónde termina la culpa? ¿Dónde empieza? ¿Cuando las cosas se ponen feas, huir es mejor que quedarse? Las competiciones sobre quién sufre más son un poco superfluas en un país que perdió una guerra y está siendo ocupado por varias potencias extranjeras con intereses propios. Aunque no todos sufrían igual. Mientras muchos sentían vergüenza (por las cosas que hicieron, por las cosas que no hicieron) otros volvían a su naturaleza arrogante. Porque los aliados (con EEUU) a la cabeza, decidió perdonar a los nazis. No al pueblo alemán que apoyó a los nazis. No. A los nazis. A los gerifaltes que aún quedaban, porque la URSS era ahora el enemigo. Y todos sabemos que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Aunque fuera un maldito nazi. Los nazis no murieron, solo cambiaron de nombre. Y mientras, el resto de alemanes se debatía entre la negación y la culpa.
Y de todo esto habla la novela. Es una gran radiografía de la Alemania de la posguerra. Un gran retrato de todo un pueblo y de la gimnasia mental que los seres humanos muchas veces hacemos para justificarnos. Una gran novela de personajes.
Es adictiva, inteligente e intrigante. ¿Debería bajarle la puntuación porque hay un par de tramas que parecen que van a desarrollarse o ir a algún lugar y no lo hacen? Tal vez. Pero me da igual. Le doy 5 estrellas porque es tan actual y tan inquietante por su actualidad que no puedo hacer otra cosa.
El protagonista de esta novela es un exiliado alemán que regresa a Berlín veinte años después, a mediados de la década de los cincuenta, en plena ocupación y reconstrucción de Alemania tras su derrota en la Segunda Guerra.
El libro me parece maravilloso porque concentra en sus páginas el rencor y el dolor del exiliado, la vergüenza y el arrepentimiento del cómplice del horror, y la perpetuidad del individuo que, aun después de la derrota y del terror causado por el nazismo, sigue creyendo en la supremacía de una raza sobre las demás.
"Hitler consiguió que los alemanes odiasen y una vez que odiaron, todo fue posible. La guerra, el asesinato de los judíos. Todo. Cuando los aliados entraron en Berlín supimos que todos pagaríamos, jóvenes y viejos, nazis y antinazis, todos teníamos que pagar. Pero luego pensamos: llegará la paz y nos dejarán tranquilos con nuestras heridas. No esperábamos que los aliados se dividiesen en dos y empezaran otro guerra pasando por encima de nosotros. No esperábamos que predicasen el odio también ellos, volviendo a hermanos contra hermanos, abriéndonos en canal, dividiendo hogares y familias. Y ahora están hablando de otra guerra. Cuando apenas hemos terminado de limpiar escombros. Otra guerra".
El año es 1956. La narradora viaja a Berlín con un matrimonio inglés que conoció en la primera parte de su viaje, Nora y Eric. Allí podrán ver las ruinas de la guerra, así cómo el proceso de reconstrucción y saldrá a la luz la identidad alemana de Eric, y el difícil reencuentro con los sobrevivientes de su familia. En la narración se utilizan mucho el diálogo y las referencias a él, que permitirán reconstruir la historia de cada personaje, aunque por momentos toman el modo de argumentación explicativa sobre lo ocurrido con la Guerra y con Alemania. Sobre el presente, sobrevuela el pesimismo propio de la Guerra Fría y la amenaza nuclear. Una buena historia, que va perdiendo un poco su dramatismo a medida que avanza; tal vez, hoy, podría contarse de otra manera, sin tanta linealidad.
Lo termine hace ya y se me pasó apuntarlo. Me ha gustado la visión de ese Berlín de la recuperación, de los recuerdos y efectos de la guerra tanto en los que se quedaron como en los que se tuvieron que ir, de la hipocresía de la política. Buenos personajes y diálogos. Tiene algunos fallos que se concretan en un final un tanto complaciente, pero para mí ha sido una buena lectura.
Un ottica decisamente nuova di raccontare il nazismo e la dittatura hitleriana attraverso gli occhi di Erich, un esule antinazista che scappa in Inghilterra,e che si ritroverà dopo la guerra, a ritornare a Berlino e affrontare il proprio passato e quello del suo popolo. Un libro decisamente ben scritto e una storia raccontata molto bene, ma a tratti l ho trovato un po' pesante (gli argomenti nei discorsi dei personaggi sono un po' ridondanti e lunghi)gli accadimenti sono pochi e al contrario le riflessioni personali del protagonista sono al centro di tutto il libro: sarei stata curiosa di approfondire anche i pensieri e le sensazioni degli altri personaggi,come ad esempio Nora,la moglie di Erich,che sembra un cagnolino che va sempre dietro al marito,che concorda in tutto e per tutto con lui e che non esprime granché. In generale è un libro che consiglio, appunto per comprendere le tragiche sorti degli esuli.
3,5. Muy buena novela, con una voz narrativa que apenas se percibe, a pesar de ser una de las protagonistas, como exige la buena literatura. Ahondar en la Alemania del Año Cero es un ejercicio interesante y necesario. Se comprueba en la novela que los fuegos resurgen de las cenizas, que se vendió humo, y que esa intención proclamada a los cuatro vientos de imponer la paz era ilusoria. Los personajes muy bien construidos, a los que se conoce a través de sus diálogos, son sin duda el plato fuerte de esta obra. No está al nivel de "Tú no eres como otras madres" pero aún así me ha parecido un libro excelente.
Cuando la sociedad en la que uno vive es una amenaza constante, entonces más que nunca uno necesita encontrar fuerza en su fuero interno... Solo con lo que uno ama.
Ende der 50er Jahre findet auf einem Schiff von Fort Lauderdale nach Europa ein kleiner Kreis Menschen zueinander - mit intelligenten Plaudereien lässt sich die lange Reise besser überstehen. Unter ihnen eine US-amerikanische Journalistin, die unter anderem das kriegszerstörte Deutschland besuchen möchte, und das Ehepaar Devon, das auf der Rückreise in die englische Heimat ist. Die beiden Frauen freunden sich rasch an und versuchen gemeinschaftlich Eric Devon von einer Reise nach Berlin zu überzeugen. Zögerlich willigt er schließlich ein und die drei reisen in die alte deutsche Hauptstadt, die noch immer stark von den Bombardements des Zweiten Weltkriegs gezeichnet ist. Was Nora, Erics Ehefrau, bislang nicht wusste, ist, dass ihr Mann eine Vergangenheit in Deutschland hat. Er wuchs in Berlin auf und floh als junger Mann vor den Nazis nach London. So dauert es nicht lange, und die drei Reisenden stehen vor Erics altem Zuhause in Grunewald und begegnen Menschen, die Eric nie mehr wiedersehen wollte.
Eric muss sich irgendwann eingestehen, dass nicht alles so war, wie er sich das in den letzten gut zwanzig Jahren zurecht gelegt hat und seine stets notdürftig verdrängten Schuldgefühle brechen sich Bahn... Der Aufenthalt in Berlin zehrt an Erics Nerven und auch Nora leidet zunehmend unter der Veränderung ihres Ehemanns.
Verna B. Carletons Roman "Zurück in Berlin" ist bereits 1959 in Nordamerika und Anfang der 60er erstmals in Deutschland erschienen. Nach 50 Jahren hat der Aufbau Verlag den Nachkriegsroman wiederentdeckt und konnte mit Ulrike Draesner eine Schriftstellerin als Herausgeberin gewinnen.
Für mich ist nach der Lektüre klar, dass dieses Projekt einschließlich einer Neuübersetzung, durchweg gelungen ist und uns einen großartigen Roman als Fundstück präsentiert. Mit Präzision fängt Verna B. Carleton das Berlin der 50er Jahre ein und lässt so die durchaus noch sichtbaren Folgen der Kriegszerstörung, aber auch die ersten Zeichen der bereits geteilten Stadt greifbar werden. Das Fingerspitzengefühl, mit dem die Autorin von der Atmosphäre der Stadt und - noch viel wichtiger - den Zeitzeugen berichtet, ist in meinen Augen bemerkenswert. Das Ringen mit dem Schmerz und den Schuldgefühlen der Überlebenden, die unterschiedlichsten Weisen der traumatisierten Opfer der Nazis, mit dem Erlebten umzugehen, oder die Verstörtheit der Berliner Jugend - all das beschreibt Carleton sehr gekonnt. Aber auch der Versuch, sich all den Tätern, von denen nicht wenige in ein normales Leben zurückgekehrt sind, zu stellen und mit ihnen in einem Land leben zu können, findet Raum, und zeigt ganz deutlich die dramatischen Unterschiede in der Betrachtung der jüngsten Vergangenheit und der eigenen Verantwortung:
"Mein lieber Junge, die Menschen, die sich schuldig fühlen, sind Menschen wie du und ich - anständige, rechtschaffene Leute, die weinen, weil sie das, was geschehen ist, nicht verhindern konnten - nicht, weil sie es getan haben." (S. 223)
Für mich ist dieser Roman eines rechtzeitig geflohenen, jedoch innerlich stark geplagten Rückkehrers eine wirkliche Entdeckung. Frühzeitig hat die Autorin die menschlichen Traumata zumindest stückweise aufgearbeitet und geradezu scharfsinnig in die Zukunft geblickt... Einzig und alleine die eigene Rolle, die der namenlos bleibenden Ich-Erzählerin, hat viel zu wenig Kontur und lässt mich ratlos zurück. Wahrscheinlich wollte Carleton sich nicht mehr Raum zugestehen als nötig - so aber frage ich mich, ob sie sich die Journalistin, aus deren Blick erzählt wird, nicht ganz hätte sparen können. Trotzdem ist dies kein Kritikpunkt, der wirklich Einfluss hat - zu gut sind die Betrachtungen auf das Berlin Ende der 50er Jahre und den so bedeutsamen unterschiedlichen Charakteren.
Fazit: Ein in meinen Augen äußerst lesenswerter Nachkriegsroman. Eine Leseempfehlung!
Bei einer Atlantiküberquerung auf einem heruntergekommenen Schiff trifft die namenlose Erzählerin, eine US-Amerikanerin, auf einige Menschen, die den Krieg in Europa hautnah erlebt haben. Unter anderem eine englische Gouvernante, einen ehemaligen französischen Widerstandskämpfer, einen "strammen Deutschen" und das britische Ehepaar Eric und Nora Devon. Eric ärgert sich massiv über die markigen Sprüche des Deutschen, wozu er allen Grund hat, wie bald klar wird. Denn Eric ist gebürtiger Deutscher mit jüdischem Blut und ist ein paar Jahre vor dem Krieg aus Deutschland geflüchtet.
Was wie großes Glück klingt, nämlich die Flucht rechtzeitig angetreten zu haben und nicht unter dem unbarmherzigen Naziregime verhaftet oder gar getötet worden zu sein, hat bei Eric vor allem eines bewirkt: schwere Schuldgefühle und die Unfähigkeit, über seine persönliche Vergangenheit zu sprechen. Er hat alles, was vor seiner Emigration geschehen ist, verdrängt und ausgeblendet, nicht einmal Nora weiß irgendwelche Details über seine Kindheit oder seine Familie.
Doch nun sind die Devons mit ihrer amerikanischen Begleiterin auf dem Weg nach Berlin, wo Eric aufgewachsen ist. Erstmals seit zwanzig Jahren setzt er wieder einen Fuß auf deutschen Boden und begibt sich eher widerwillig und von Nora angespornt auf die Suche nach Spuren seiner Familie. Ein aufwühlendes Unterfangen, das Eric viel Kraft kostet, weil es ihn zwingt, endlich zurückzublicken und sich dem Vergangenen zu stellen - auch den eigenen Fehlern.
Allein schon als Zeitdokument ist dieser wiederentdeckte Roman einer hierzulande kaum bekannten Autorin lesenswert. Erstmals veröffentlicht wurde das Buch 1959, und erstaunlich hellsichtig wirken manche Passagen, in denen über die Zukunft des damals geteilten Deutschlands spekuliert wird. Bei einem heute erschienenen Buch würde man annehmen, der Autor habe der Figur den Gedanken hübsch passend in den Mund gelegt, hier bekommen wir jedoch die echte Perspektive der Nachkriegszeit zu lesen.
Viele der damals aktuellen Themen haben (leider) nichts an Brisanz eingebüßt: nationalistisches Denken (und Nazis in der Politik), Vergangenheitsbewältigung, Integration, um nur einige zu nennen. Gottlob passé ist die deutsche Teilung, die ja gerade in Berlin spürbar war und den Alltag prägte, wie uns Carleton in einigen eindringlichen Szenen vor Augen führt. Sehr anschaulich schildert sie auch das damalige Stadtbild Berlins mit Nachkriegsbausünden neben Bombenruinen.
Erics Probleme mit seiner Identität und Zugehörigkeit nehmen einigen Raum ein, werden aber konsequent von außen geschildert. Er wirkt oft extrem in seinen Emotionen und Äußerungen und bleibt dem Leser dadurch eher etwas fremd. Generell beeindruckt das Buch aber mit einer facettenreichen und glaubhaften Figurenzeichnung, die nur gelegentlich das eine oder andere Klischee streift, und einem detaillierten, treffenden und nicht immer schmeichelhaften Porträt der deutschen Nachkriegsgesellschaft.
Das einzige, was im Gesamtbild etwas stört, ist die komplett farblos bleibende Erzählerin, bei der man spürt, dass sie nur ein Vehikel ist, das die Handlung vorantreiben und als neutrale Beobachterin und Erzählstimme dienen soll. Da spürt man die Absicht, ist ein wenig verstimmt und fragt sich, ob es nicht auch ohne diesen Kniff gegangen wäre.
Trotzdem eine sehr empfehlenswerte Wiederentdeckung, die Deutschland nach dem Krieg aus einer sehr interessanten Perspektive schildert.
Ein vor ~60 Jahren geschriebener Nachkriegsroman, der an Aktualität nicht zu übertreffen ist. Man liest sich von einem Déjà Vu ins nächste.
Eric/Erich ist als junger Deutscher 1934 nach England emigriert und kommt nun, 22 Jahre später, im Jahr 1956 in die Situation, das Berlin und Westdeutschland der Nachkriegs- und Aufbaujahre erstmalig "als Brite" zu besuchen. Zusammen mit seiner Frau, einer Britin, und der namenlosen Erzählerin. Die Geschichte wird ausschließlich aus der Perspektive der Erzählerin erzählt, was ich persönlich sehr reizvoll fand. Als Leser kommt man so in den Genuss einer fast objektiven Beobachterin. Der Anfang des Kennenlernens und der Planung dieses "road trips" nach Westdeutschland plätschert etwas langsam dahin, aber irgendwie dient das schon ganz gut, um den Leser in die richtige Stimmung zu versetzen. In Berlin zieht die Handlung und ziehen die Emotionen dann etwas an und es gibt sogar den einen oder anderen Cliffhanger am Ende einiger Kapitel. Bei Carleton sind die Figuren nie nur schwarz oder weiß, nie nur Nazi oder Widerständler, nie nur Brite, Deutscher oder Franzose. Carleton hat ganz exzellent begriffen, dass das Leben mehr aus Graustufen besteht. Und aus der heutigen Sicht, fast 60 Jahre nachdem Carleton diesen Roman geschrieben hat, ist ihr Tiefblick unglaublich bemerkenswert. Sie hat Deutschland und "die Deutschen" besser begriffen, als sie sich selber. Da schreibt sie 1959 den Deutschen ins Poesiealbum "....lass dir niemals weismachen, der Antisemitismus in Deutschland seit tot." (S. 317). Ich lese diese Zeilen am gleichen Tag, an dem mir zwei Nachrichten ins Auge fallen: "32-Jähriger mit Flasche beworfen und "Scheiß Jude" genannt" (http://www.morgenpost.de/berlin/poliz...?) und "Der hilflose Anti-Antisemitismus" (https://www.welt.de/debatte/kommentar...?). Wohlgemerkt, dies sind Nachrichten am Gründonnerstag 2017.
Da liest sich Carletons Roman gleich unter einem unglaublich aktuellen Gesichtspunkt. Und nicht nur den Antisemitismus thematisiert sie, aber auch wird immer wieder die Frage gestellt "wie konnte das passieren". Wer heute die Weltpolitik verfolgt und insbesondere in die USA blickt, weiß es. Geschichte live. Und auch Erichs Gefühle als eingebürgter Brite könnten aktueller nicht sein. Wie Deutsch darf er in England sein? Wie Deutsch muss ein Syrer in Deutschland sein? Leitkultur anyone?
Fazit: Ein toller Nachkriegsroman, der mich mit seiner Aktualität überrascht hat. Interessierten Lesern empfehle ich die Hintergrund-Entstehungs-Geschichte (hier der Link des Verlags: www.tiny.cc/carleton_fb), sie wäre fast auch schon wieder einen Roman wert.
Vanuit Florida reist een Amerikaanse journaliste mee op een boot die hen naar Europa brengt. Ze wil de zomer daar doorbrengen. Op de boot bevindt zich een bonte verzameling van andere nationaliteiten. Daar ontmoet ze het Britse echtpaar Devon dat in Londen woont. Vanaf de eerste avond merkt ze al dat het echtpaar in een of andere crisis zit. Algauw hebben Nora en zij een vriendschapsband. De man, Eric Devon, bekent aan haar dat hij niet voor een bronchitis naar Jamaica is gegaan maar dat hij is ingestort en dat niemand hem kan helpen. Als er nog een Duitser aan boord komt ontwijkt Eric hem want hij kan de man niet uitstaan en daar heeft hij zo zijn redenen voor. Eric heeft jarenlang in ballingschap geleefd, heeft een nieuwe nationaliteit en dus ook een nieuwe naam en achtergrond. Hij is als vluchteling naar Londen gekomen in 1934. Nora, zijn vrouw, is heel opgetogen dat hij eindelijk hun geheim aan de Amerikaanse heeft verteld. Het zijn al slopende jaren geweest en het is hard om continu in angst te moeten leven. De Amerikaanse journaliste stelt voor om samen met hen naar Berlijn te gaan. Hopelijk kan hij op een dag met een objectieve blik de goede maar ook de destructieve kant bekijken van zijn vaderland. Aangekomen in Berlijn vinden ze een adres in een telefoonboek en meer bepaald in Grünewald waar zijn tante Rosie woont. Daar gaan ze naartoe en daar zal hij geconfronteerd worden met de dingen die tijdens en na de oorlog zijn gebeurd. Gaat Eric nu eindelijk de innerlijke rust en moed vinden om alles onder ogen te komen? “Na jaren het verleden onderdrukt te hebben, overvielen alle herinneringen hem met bijzondere martelende scherpte: mensen, taferelen, gebeurtenissen uit zijn jeugd stonden hem zo helder voor ogen dat hij zelfs de kamers waar het allemaal was gebeurd voor zich zag, tot aan de ‘laatste treurige roos op het behang’ toe”
Conclusie ‘Terug naar Berlijn’ is een klassieker die in 1956 werd uitgebracht. Het werd onlangs per toeval herontdekt en is nu terug uitgegeven. Het vertelt het verhaal van Eric Devon die jaren in ballingschap heeft geleefd en die niet met zichzelf in het reine kan komen. Het verhaal wordt door een naamloze Amerikaanse journaliste verteld. Ze neemt je mee naar Duitsland en meer bepaald naar het Berlijn van 1956. Haarfijn beschrijft ze de situatie die zich daar afspeelt. Een stad die nog gebukt gaat onder de oorlog na ‘De slag om Berlijn’, waar nog veel moet worden herbouwd en vooral hoe de mensen er emotioneel aan toe zijn. Alles wordt haarfijn beschreven zodat je een beeld kunt vormen hoe het er in die tijd aan toeging. Er zijn nog allerlei conflicten aan de gang en het beschrijft de andere kant van de medaille: hoe Duitsers de oorlog hebben doorstaan en wat het ook vooral voor de Duitse Joden betekend heeft. Duitsers die pro- of anti nazistische gedachten hebben, en nog allerlei situaties waar het land mee af te rekenen heeft. Het is een literair reisverslag van een Duitser die uiteindelijk alles onder ogen moet komen, te beginnen met zijn familie, zijn onbezonnen jeugd en hoe hij nu verder moet gaan. Hij krijgt schok na schok te verwerken en kan zijn kop niet in het zand blijven steken. Hij moet uiteindelijk beslissen of hij blijft of hij verder gaat als Eric Devon of als Erich Dalburg. Hij heeft alles zo onderdrukt en verborgen gehouden, zelfs zijn vrouw Nora weet bij lange na nog niet alles. Het verhaal heeft een hoog psychologisch gehalte en de auteur is er meer dan in geslaagd om alle emoties van de personages goed te verwoorden. Het is heel beklijvend en het geeft je met tijden een somber gevoel. Niettegenstaande dat het zo’n bedroefd verhaal is, is het zeker de moeite waard om te lezen! Vera B. Carleton heeft met veel precisie een allesomvattend verhaal neergepend waar menig lezer echt zal van genieten. Het portretteert een Duitsland vanuit een ander perspectief bekeken. 4 sterren voor dit literair pareltje!
Verna era americana, de madre inglesa y padre alemán. En esta novela recrea o, mejor dicho, se inspira en un viaje que hizo a Alemania en 1957 acompañando a su amiga Gisele Freund, fotógrafa alemana. ¿Qué pasó con los alemanes que se exiliaron, que consiguieron huir de su país antes o durante la guerra? ¿Cómo lo vivieron? ¿Cómo fue su regreso? ¿Cómo fue avergonzarse de ser alemán fuera y de haber podido escapar al volver? Vera intenta hacer un retrato que responda a todos estas preguntas siguiendo los pasos de un matrimonio inglés formado por una inglesa y un aleman de los que consiguió huir y que al volver debe enfrentarse tanto a lo que dejó como a la nueva situación en Alemania.
¿Me ha gustado? Pues ni sí ni no que creo que es lo peor que se puede decir de algo o alguien. Pensando sobre este libro pensé que si fuera un hombre y me preguntaran por él diría algo así como “es majete, entretiene pero se te olvida. Y es solo para quedar de vez en cuando”. Se lee fácil, engancha a ratos y en otros, se lee en diagonal porque te estás aburriendo y lo que quieres es irte a casa, perdón, terminarlo para irte a buscar, a leer, algo que te emocione más.
Es una novela de fácil lectura que no se enreda en reflexiones y eso me la hace demasiado liviana, pero aborda una época y unas circunstancias de Alemania de las que nunca había leído nada y, al ser un testimonio novelado, no cae en el simplismo del blanco y negro. Sus personajes son seres complejos que a lo largo del relato varían sus comportamientos, sus actitudes, sus emociones y, a mis ojos, eso la hace interesante.
Der Roman wurde 1959 zum ersten Mal veröffentlicht und kam 2016 in einer neuen Übersetzung heraus, die sehr gelungen ist und frisch klingt. Manche der dt.-jüdisch-britischen beschriebenen Familienkonstellationen waren für mich interessant, ebenso die Einschätzungen der Figuren bzgl. der politischen Situation Ende der fünfziger Jahre, aber die Melodramatik der Handlung und das Pathetische mancher Aussagen begannen mich zunehmend zu stören.
Lo más llamativo es la fuerza de los personajes pero también es buenísima la ambientación, que recorre Alemania y sobre todo, el Berlín dividido por el muro y la descripción de la forma de pensar de los alemanes. La historia es dinámica, nada pesada y la trama es entretenida con diálogos fluidos y con ritmo, además está muy bien escrita y mantiene el interés hasta el final narrandonos una parte de la historia poco divulgada .
“Regreso a Berlín” de Berna V. Carleton. Excelente novela que narra la vuelta a Berlín de la posguerra de un exiliado. La vergüenza de sentirse alemán, afrontar sus propios miedos, aceptar sus errores, reencontrarse con su pasado, una familia rota. Sin duda es una lectura muy recomendable. #Madrid #Libros #Lectura #Objetivo2021 #LeerMás #Julio #2021 Leído en #Papel @erratanaturaeeditores
Refleja la situación de Alemania y, especialmente, de Berlín después de la Segunda Guerra Mundial. Los personajes se describen de forma excepcional y los diálogos están bien armados. Buena literatura.
Me ha gustado la primera parte hasta la página 200. La voz narrativa, que es una joven periodista se diluye, va y viene lo que no me ha acabado de convencer. Al final pienso bajo mi punto de vista que sobran 70-80 páginas, que ha sido la diferencia entre cuatro estrellas y mi valoración final.
Miren, aunque los protagonistas pertenezcan a una novela, mientras estaba leyendo podía sentir el dolor de las escenas recreadas por la autora. Digamos que más allá de la literatura, Verna ha cogido trozos de su memoria y los ha llenado de imágenes de una Berlín que llora.