El objetivo principal de este libro, nos dice el autor, «no es escribir una historia de la ciencia y la tecnología bajo el franquismo (que también), sino tratar de entender su papel en la constitución del nuevo régimen». En sus páginas nos habla de semillas híbridas de arroz o viguetas de hormigón pretensado, del carbón y el uranio enriquecido, de los planos de una iglesia y los mapas de corrientes y mareas, como rasgos de «un retrato del franquismo apegado a las transformaciones materiales, inevitablemente ensambladas a las estructuras sociales e ideológicas». Por eso nos habla también del Opus Dei y el nacional-catolicismo, de los sindicatos verticales y de los pantanos de Franco, de los pactos hispano-norteamericanos y Gibraltar, del Parque de Doñana y el WWF, o del conflicto del Sáhara Occidental.
Desde los años difíciles de la autarquía hasta períodos más marcados por la Guerra Fría y los mercados mundiales, el panorama que arroja este estudio es diferente al en él, la investigación científica y técnica aparece, no como una simple herramienta del poder, sino como un elemento «constituyente … que dotó de contenido al régimen».
Nieto del filósofo Gustavo Bueno, cursó estudios de doctorado en las universidades de Sevilla y de Cornell y en 2011 se doctoró en la Universidad de California, Los Angeles. Es autor de Engineers and the Making of the Francoist Regime (Cambridge, Mass.: The MIT Press, 2014) y de un buen número de artículos en revistas especializadas de historia de las ciencias y las técnicas. Fue investigador post-doctoral en la Universidad Autónoma de Barcelona y profesor invitado en la Universidad de Chicago. Desde el 2014 es Investigador Doctor en el Instituto Max Planck de Historia de la Ciencia, Berlín.
Un enfoque muy interesante que pone en el centro de la historia la relación entre economía y política. Así, el autor nos acerca al proceso de definición del franquismo no tanto desde la perspectiva de la ideología y la política, cómo estamos acostumbrados, si no de las transformaciones técnicas sobre el territorio que dotaron de contenido a los discursos del régimen y ayudaron a moldearlo. Como consecuencia, se toma a los ingenieros y otros expertos técnicos como parte de esa élite de intelectuales que construyen la hegemonía cultural de una sociedad y sacan adelante un proyecto político. Esta perspectiva hace que en ocasiones sea complicado de leer para el lector no acostumbrado a las cuestiones técnicas del mundo de la industria; al igual que las sopas de letras de siglas de institutos, empresas y organizaciones estatales, mezcladas con nombres de un sinfín de personajes pueden resultar un poco liosas. En general un excelente estudio para comprender la relación ideológica entre nacionalcatolicismo y ciencia, la posición geopolítica de España durante la guerra fría en relación con sus recursos y el legado de la modernización económica durante el franquismo en la construcción de la España actual tras la Transición.
Desconozco si existía previamente alguna obra o estudio previo sobre la/s tesis presentada/s en este fántastico libro de Lino Camprubí, nieto de Gustavo Bueno. No soy ningún experto en la dictadura franquista, pero puedo decir que esta obra debería ser de lectura obligatoria para cualquier persona que quiera conocer la historia de nuestro país.
Los ingenieros de Franco es un estudio riguroso, documentado, impecablemente presentado y con hallazgos realmente interesantes sobre la profunda imbricación de la ciencia, la tecnología y sus actores (ingenieros, técnicos, burócratas, ideólogos) en la dictadura franquista, desmintiendo los prejuicios ideólogicos, medias verdades y opiniones interesadas sobre la "ausencia total" de investigación científica durante la misma; un claro ejemplo de la complejidad y la maraña de relaciones en eso que podemos llamar la economía política.
Excelente trabajo de investigación, muy bien documentado. Con una narrativa ágil que proporciona una lectura agradable y entretenida. Carente de influencia ideológica alguna, es un serio trabajo sobre la labor de los ingenieros en la dura etapa de la historia española comprendida entre la posguerra y el tardo franquismo. Nos presenta los entresijos de la constitución y desarrollo del Instituto Técnico de la Construcción y del Cemento, con Eduardo Torroja al frente, y su dodecaedro, presas y casas baratas y pretensados; la investigación genética para conseguir el cultivo del arroz en el Guadalquivir, y las luchas entre los ingenieros agrónomos y forestales, unos para mejorar los cultivos y los otros para preservar Doñana; la oceanografía aplicada a las artes de la guerra en el estrecho de Gibraltar rompiendo el aislacionismo español en tiempos de la guerra fría; los esfuerzos por conseguir la autosuficiencia energética para mantener la soberanía, la lucha por los recursos del carbón, el petróleo o la energía nuclear; y por último, la descripción de lo que ocurrió en el Sáhara occidental relacionado con los fosfatos y el mercado de los fertilizantes, que nos muestra realmente lo que allí pasó identificando a los que tomaron las decisiones; con todo ello podemos apreciar de una forma clara y contundente la labor de aquellos ingenieros, pertenecientes a familias diferentes con convicciones a veces enfrentadas pero con un único fin: la ciencia al servicio de la autarquía y en beneficio del pueblo. Nos demuestra que en España existió Ciencia en el franquismo y no a pesar de Franco, como algunos historiadores actuales pretenden confundirnos, historiadores que, siéndoles imposible ocultar esa existencia, la enmascaran con el ya tópico «a pesar de».
Muy, muy interesante. Una historia de los ingenieros que desarrollaron su tarea en los años de la dictadura de Franco, configurando la misma y siendo configurados por ella.