El Semanario Sensacional reporta casos de personas con comportamientos insólitos; un anciano que camina sobre el agua, un hombre que resucita en pleno velorio, mujeres y niños cuya alimentación vira hacia lo escatológico. Por otro lado, el entomólogo Esteban Taboada ha descubierto una nueva especie de insecto: un escarabajo que emite luz propia; pero lo que esperaba que le deparara fama y fortuna pronto se revela como el anuncio de una catástrofe. La primera novela de la saga Casasola narra el nacimiento de este reportero de lo oculto y lo macabro. En ella el personaje atraviesa dos pérdidas. Fue removido de la sección cultural a la policiaca, lo que significa retroceder en la escala evolutiva. Además, sigue enamorado de su exesposa, Olga, quién también trabaja en la redacción. Para sobrevivir en su nueva profesión, Casasola entabla amistad con Verduzco, veterano de la nota roja, y con el Griego, fotógrafo retirado conocedor de los intrígulis de cualquier investigación. La aparición de una serie de cadáveres en moteles de la ciudad parece la ocasión perfecta para el bautismo de fuego del protagonista. Pero, a medida que los crímenes se multiplican, una sospecha se fortalece: puede ser que el fin de la humanidad esté más cerca de lo que nos atrevemos a imaginar.
Bernardo Esquinca (Guadalajara, 1972) es un escritor mexicano cuya obra mezcla los géneros policiaco, fantástico y de terror. Su trabajo está fuertemente influido por la cultura pop, especialmente el cine, las series de televisión, la novela gráfica, la nota roja y la pornografía.
Ha escrito novelas, cuento y ensayo. Su primera obra publicada fue Carretera perdida. Un paseo por las últimas fronteras de la civilización (Nitro-Press, 2001), un libro de ensayos que en palabras de Sergio González Rodríguez es “un corte exacto de las obsesiones de su generación”. Bajo el sello del Fondo de Cultura Económica, publicó la novela Belleza Roja, elegida por el diario Reforma como la Mejor Primera Novela de 2005. En opinión de Rodrigo Fresán, “es una perversa historia de amor, un policial donde el detective es quien menos sabe o se atreve a saber”.
Su libro de cuentos Los niños de paja (Almadía, 2008) fue elegido por la SEP para ingresar al programa Libros del Rincón en 2009. Con motivo de la aparición de este volumen, Bernardo Fernández Bef, “Esquinca es un raro entre los escritores de los setenta. Sus historias se adentran sin miedo en los agrestes terrenos de los subgéneros con bastante éxito”.
La novela Los escritores invisibles (FCE, 2009) fue elegida por el diario Reforma entre los mejores libros del año de su publicación. Luis Jorge Boone consideró que “en un medio contaminado hasta el tope de falsos oropeles y sobrepoblado por egos descomunales, Los escritores invisibles agrega una inteligente nota satírica al autorretrato”. En 2011, con el respaldo de la editorial Zeta, publicó La octava plaga.
“Bernardo Esquinca es un temerario. En un país donde la literatura de terror es menospreciada por la crítica, él ha logrado ganarse a la crítica y al mismo tiempo tener un grueso grupo de seguidores fieles”, afirma Iván Farías. La verdad, no conocía la obra de este tapatío, pero con tal aseveración la cosquilla de la curiosidad quiso acercarme a la novela “La octava plaga”. Este relato da inicio a la saga de Casasola, un periodista cultural que se ve forzado a trabajar para la sección de nota roja, quien descubre un extrañísimo complot iniciado por los habitantes más antiguos del planeta –sin contar a los organismos unicelulares–: los insectos. Una serie de asesinatos, comportamientos extraños que semejan al de las moscas, las termitas o las mantis religiosas, dan inicio a una novela poco convencional. La obra de Esquinca se inscribe en la llamada “weird fiction” o ficción de lo extraño: una amalgama de los géneros policiaco, fantástico y de terror. Debo reconocer que, aunque no conocía tal denominación, sí soy fanático de algunos de los precursores más reputados de este género: H. P. Lovecract, Arthur Machen o M. R. James son autores cuyo cuantioso conocimiento del miedo y la angustia nos ha agasajado con obras que se inscriben en lo más alto de la literatura universal. Y, aunque Esquinca no está al nivel de ninguno de ellos, su escritura es bastante decente, amén de ser muy entretenida. Una novela que se lee en un santiamén, y deja un buen sabor de boca.
La historia es curiosa e interesante. Con otros autores contemporáneos, la narrativa la siento un tanto prosaica, este no es el caso, me ha gustado mucho más. Creo que la calificación sería 3.5 estrellas y planeo seguir con los demás libros, para ver qué pasa con Casasola.
"Todos estamos en el mismo manicomio, los de dentro y los de fuera. Tan sólo nos divide un muro"
Estoy encantado con la narrativa "weird" de Esquinca. Su estilo es ágil y pulcro. Casasola se siente como un personaje clásico de la literatura de horror. Tiene personalidad, es creíble y te cae bastante bien. La novela negra en combinación con lo extraño van perfectas de la mano. Cuenta con una facilidad extraordinaria para generar el ambiente y al mismo tiempo el miedo en lo raro de nuestro día a día mexicano.
Había leído sus relatos cortos con anterioridad, que por cierto no puedo dejar de recomendarlos. Si acaso, el punto que no me agrada tanto es que se lee demasiado rápido. Creo que es de lo mejor de este sublime género de mi país y estoy agradecido con Esquinca por ello.
Oficialmente enganchada con Casasola. El libro tiene está fórmula con dos personajes que me encantaron, el cruce entre la ciencia ficción, el horror y la novela policiaca. Súper ágil y con un ritmo espectacular. Muy recomendable.
Tenía años deseando leer esta saga, desde que en alguna ocasión le leí al Arturo una mención de que la de Toda la sangre era de lo mejor que había leído.
Aunque esto último pude haberlo imaginado.
No quise comenzar a leer Toda la sangre hasta no leer esta.
Algo que debo dejar muy en claro es que: pocos escritores en México escriben tan endemoniadamente bien como el Bernardo Esquinca de La octava plaga y Toda la sangre, aún no leo el tercero, pero no dudo de que será impecable.
Esquinca escribe muy bien: cuenta una historia, toma fundamentos del policiaco, del detectivesco, va sacando a gajos una buena historia, perfilando muy bien sus personajes, buscando los estereotipos que nos permitan asirnos a ellos, reconocerlos en pocas páginas, sentirlos familiares.
Por momento sentí que me metía en el mundo de del Toro, el de Cronos, ya que sus atmósferas son sumamente efectivas.
Además, va haciendo guiños a lo sobrenatural, a lo asombroso, desde un plano de realidad muy verosímil, también toma prestado de la novela de misterios, de los géneros que bien domina Bernardo; y su crítica de las convenciones sociales, del valor de la escritura y defensa del periodismo son buenísimos.
También hay humor, acción, romance, chingado, lo único que podía pensar mientras leía es que iba a poder seguir la trama en las siguientes novelas: así de buena es.
Bastante entretenida, con un toque comico, de suspenso… vaya me gusto bastante. Una lectura ligera con un tema bastante basto par explotar mas a detalle. Bernardo hace referencias de autores, novelas y sus personajes se complementan con estos detalles que al menos a mi me emocionan, me recuerdan un pocl a la nostalgia de las buenas lecturas.
Es un hecho que seguire leyendo a este autor … yo quiero continuar con esta saga!
Este el primer libro de la serie de Casasola, trata de un reportero que lo asignan a la sección de nota roja y esto lo lleva a investigar a una asesina. Se va encontrando con problemas que van más con sus temores internos, creo hay mucho que analizar pero al mismo tiempo no te da tantas ganas de hacerlo porque falta. Me dejó con mucho que desear porque pienso que le falta profundizar en los personajes. Me encanta que sea en Ciudad de México porque la lectura hace que me sienta en casa y creo eso hizo que me gustara más, así que no estoy siendo muy objetiva. Definitivamente quiero leer toda esta serie de libros ya que la escritura de Esquinca es muy peculiar, me hace querer más. Lo recomendaría a una persona que le guste esta combinación: Horror + CDMX + Nota roja + Misterio + Insectos
Por cierto... He leído a muy pocos autores mexicanos y tuve oportunidad de leer mi primer libro de Bernardo Esquina porque quería entrar a un concurso de la editorial Almada (el cuál terminé ganando el tercer lugar). Gracias al concurso no sólo pude conocer a la increíble escritura de este autor sino que también descubrí a la editorial que me terminó encantando, las ediciones están padrísimas desde las portadas hasta los separadores que vienen personalizados para cada novela. Al ganar el concurso me regalaron cinco libros de esta editorial, pronto estaré escribiendo reseñas de cada uno, estoy muy emocionada ya que son autores que nunca había escuchado y tienen propuestas muy interesantes.
Insectos. Nota roja. Una ciudad tan bella, como monstruosa. La pérdida de una vocación estéril y el descubrimiento de una vocación sangrienta, pero vital. Weird fiction a la mexicana que no cae en la tentación de ridiculizar o idealizar la cultura popular, La octava palga nos introduce al mundo de la nota roja y el periodismo sensacionalista, siguiendo los pasos de Casasola a través de escenas de crímenes, manicomios, tiendas de juguetes sexuales, museos vetustos y preludios del fin de la raza humana. Y no sólo nos adentramos al submundo de la violencia urbana, sino también a un submundo (literal) en que los humanos sólo somos una nota al pie. La estructura de la novela misma, en la cual se intercalan diarios, notas periodísticas y visiones oníricas, con la narración de la "realidad" permite que este mundo convulsionado y en convulsión se vuelva tan verosímil como inquietante. Algunos guiños postmodernos al mundo intelectual y académico parecerían sobrar, pero funciona como contraste ante la visceralidad de las aventuras y desventuras de Casasola. La octava plaga debía cumplir con un objetivo doble (valer por sí misma y comenzar una saga, en un mundo literario plagado de sagas literarias de línea de ensamblaje) y lo logra con creces.
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Siete años desde mi lectura original, entiendo porque no me lancé de inmediato a la lectura del resto de la saga de Casasola. Entiendo, pero no estoy de acuerdo con mi propia decisión. Aunque los guiños al mundo académico me siguen pareciendo fuera de lugar y me parece que Esquinca subestima a sus lectores al prácticamente deletrear algunas de sus referencias literarias y de cultura pop, la relectura de este libro en el contexto de un club de lectura sobre novela policiaca me ha reconciliado con la mayoría de los problemas que encontré en la novela inicial. Las referencias y conexiones menos obvias resultan las más interesantes (Su nombre era Muerte de Rafael Bernal o los periodistas-detectives a lo Mikael Blomkvist de la trilogía Millenium) y los giros que le da a los tópicos de la novela policiaca (el binomio fluido de los Holmes y Watsons, las femmes fatales, la urbe como un personaje en sí mismo) hacen de La octava plaga un exitoso punto de encuentro entre corriente literarias disimbolas
Esta trilogía no la leí en el orden que debía ser porque no sabía, pero creo que eso no influyó en mi opinión respecto a lo mucho que me gusta la Saga Casasola y el estilo de Bernardo Esquinca. La serie de libros tiene en común el periodismo, la nota roja y el misterio, tres cosas que me encantan y con las dos primeras estoy muy relacionada porque #periodista.
En la Octava Plaga se hace mención a personajes y libros con los que estoy familiarizada y fue una grata sorpresa. Empezando por la participación de Enrique Metinides, gran fotógrafo de la nota roja, que aunque no se llama así en el libro, es innegable que se trata de él.
Me encantó la manera en que se van juntando todos los hilos para llegar al "meollo" de todo el asunto. ¡El prólogo es fantástico! Me acordé mucho de la Metamorfosis.
Me urge leer el último que me falta, que creo que es el segundo ja ja
Este es de esos libros que te salen carísimos por qué los compras un día y al día siguiente ya los terminaste. Ok bueno, eso quiere decir que está muy entretenido y que te atrapa pero.., no amortiza. En fin es una historia muy recomendable, muy bien escrita y que te deja viendo de reojo a los insectos 🐜 para ver si su comportamiento se vuelve sospechoso. Y seguro que voy por otro libro de Cazasola.
Divertímento de sangre, insectos, nota roja y la Ciudad de México como escenario de pesadilla para esta novela de Bernardo Esquinca que se deja leer de un tirón, como un relato entretenido y repleto de referencias al terror mexicano creado en las películas de El Santo. Un periodista de la sección cultural, metido a investigar crímenes cometidos por la Asesina de los Moteles: una trama digna de un Stephen King mexicano que ha leído lo mismo El Libro Vaquero que el periódico Metro y a Lovecraft.
Es el primer libro que leo de este autor y me parece un descubrimiento bastante bueno. Me gustó mucho la mezcla de novela negra y terror presente en esta obra. Los <> de nota roja que incluye dentro de la historia son maravillosos y contribuyen mucho a crear la atmósfera propicia para que los lectores se enganchen y se “permitan” la serie de sucesos que se narran a lo largo de la novela.
Una novela que te mantiene interesado desde a primera página; de una escritura impecable, Esquinca mezcla como pocos la novela negra y el horror. Quizá no me agradó del todo como se resuelve el final, pero eso no le resta merito a este gran trabajo.
Desde que supe de Bernardo Esquinca, he tratado de leer todo lo que hace, uno de los pocos escritores que abordan el género de terror en México dándole una identidad propia, sin preocuparle el qué dirán, ya que no es un secreto que el terror en México es un género menospreciado, vilipendiado y rebajado a literatura basura. He estado leyendo la saga Casasola en desorden, aunque este es el primer libro de la saga es el tercero que leo. Empecé con Toda la sangre y después Carne de Ataúd (el cual es mi favorito hasta el momento). La octava plaga es un gran inicio de la saga, con un protagonista que te importa a pesar de sus defectos, una labor muy importante para mantenerte interesado; y un gran personaje secundario (el griego) del cual estaría encantado de leer alguna historia en solitario de este personaje. Tiene una narrativa ágil que se agradece, pero que a veces juega en su contra ya que hay momentos en los cuales siento que pasa de ágil a “apresurado”, cosa que impide un buen desarrollo de personajes, como en el caso de la amistad/admiración entre Verduzco y Casasola la cual me pareció un tanto acelerado. Pero este tipo de detalles son normales en las primeras novelas de cualquier autor. Dejando de lado esos detalles la novela se disfruta bastante. Así que ahora solo me falta el último libro publicado de esta saga, Inframundo.
Fue una lectura ligera y que me mantuvo muy a la expectativa de lo que pasaría después. Que los insectos (y la CDMX) formen parte del horror me encantó, pero solo sentí esa ñañara en un momento muy particular del libro y eso que yo detesto a esos seres horripilantes. No aprecio que las pistas aparezcan muy de chispazo, corazonada y presentimiento. No entendí cómo es que Casasola tiene tiempo para escribir, siento que solo come en cantinas y se pierde en sus pensamientos. No lo culpo tampoco jaja. Leer novela policiaca, mexicana y en octubre le agregó puntos de felicidad a mi mes.
Está novela transgrede los límites de la literatura policiaca y la fantástica creando un híbrido bastante bueno. La idea de un reportero de nota roja que se adentra a resolver un caso de crímenes en moteles con elementos extraños ateniéndose a la información de notas amarillistas es realmente fabuloso. El lenguaje que utiliza me agrada, es neutro y aun así contiene la picardía que tanto caracteriza a México. Una historia que se lee en un par de días.
Encontré esta novela en ofertas, junto a un montón de libros de superación personal y agendas des actualizadas con falacias motivacionales. Me legro de haberle rescato de la perdición total. Si bien Bernardo Esquinca no es el próximo H. P. Lovecraft, creo que logra mantener al lector enganchado a la historia aunque la calidad del diálogo interno se note en todo momento prefabricado y mal actuado por los personajes principales.
Este libro me recuerda a la obra de Stephen King: una lectura que si bien muchos desprestigiaran por no ser de una pluma consolidada, si tiene mucho que ofrecer, sobre todo cuando uno se embarca en una lectura más profunda a fin de encontrar el nivel interno que esconden las palabras de Esquinca.
Lo recomiendo mucho, lo único malo que tiene es que cuando te das cuenta ya se acabó y te deja con ganas de más. Ojalá haya una continuación a la historia de fondo, creo que puede dar para mucho si se trabaja adecuadamente.
Es entretenido y me cayó muy bien. Además, ya se sabe, a todos nos gusta reconocer lugares y personas. (en libros, en pelis, en lo que sea) P.D. ¿Habrá alguien a quién no le fascine la Nota Roja? Bueno, esos no pueden ser mis amigos.
Divertidísimo e inteligente, me reservo la última estrella sólo porque no es mi género favorito. El lenguaje coloquial, teñido de palabras vulgares de uso común, no salta en ningún momento, ni se siente como herramienta para atrapar al lector, por el contratio, me parece evidente la destreza del escritor para hacernos sentir cómodos e inmersos el los ambientes de oficina, que recrea en la redacción del periódico, con todo y el olor a tacos con cebolla.
Divertidas también son las citas sarcásticas referentes al mundo literario, tales como:
"En el televisor, los jóvenes seguían dando cátedra: "La novela es el arte sacrificial por excelencia. Yo escribo en una máquina antigua y me sangran las manos cuando termino". -No mamen. Por culpa de gente como ustedes a nadie le importa la cultura ni leer-"
"Para hacer tiempo, Verduzco se metió en una librería cercana. Le gustaba curiosear en las mesas de novedades para constatar que nada de lo que se publicaba actualmente le interesaba en lo más mínimo. La oferta se reducía a temas de moda y libros hechos por encargo."
"El día que los literatos escribieran sin miedo, entonces tal vez volvería a comprar un libro."
"...cree que es la reencarnación de Shakespeare. Pero no ha escrito ni una buena página. –Conozco muchos escritores que se comportan igual. Y no sólo no los encierran, sino que hasta los invitan a dar conferencias."
Mis citas favorita:
"Es imposible evadirse, porque esta ciudad está construida de miedos. Los miedos de unos y otros, encimados como ladrillos que forman casas, callejones, edificios."
"no le sorprendía recordarse a sí mismo lavando el excusado, sino constatar la manera en que la individualidad llegaba a perderse en la vida en pareja."
Ya tenía bastante ganas de empezar a leer la saga de Casasola, y este libro me deja con un sabor agridulce, tiene destellos muy muy buenos, pero a la par también algunas escenas muy predecibles, destaco bastante esa capacidad de Bernardo Esquinca para mantenerte enganchado a la lectura, además de que esa combinación de CDMX, lo policiaco y el terror se me hizo muy interesante y bueno también cierto toque de humor y sarcasmo muy bien manejado. Al ser el primer libro de la saga tengo esperanza que los siguientes estarán mucho mejor.
"Fue Olga quien le enseñó a moverse en metro. Antes de conocerla, Casasola se transportaba exclusivamente en taxis. 'Te pierdes lo mejor de esta ciudad: el subsuelo', le dijo alguna vez. 'Además ahorras tiempo y dinero'. En lo segundo tenía toda la razón y por eso continuaba utilizándolo. Pero de lo primero discrepaba totalmente. Casasola era comodino: disfrutaba de ir sentado en la parte trasera de un taxi, sin tener que manejar ni mover las piernas, sumido en sus pensamientos mientras contemplaba las calles atestadas de gente. Sin embargo, no se le escapaba que subirse al metro era una más de las herencias de Olga, como lavar los platos, limpiar la casa y otras cosas que ya formaban parte de su manera de ser. Aquella certeza le provocaba una mezcla de rabia e impotencia. Se había mimetizado con ella a tal grado, que ahora le costaba trabajo estar consigo mismo. ¿Le pasaría lo mismo a Olga? ¿Qué manías le contagió el? Lo que más desasosiego le causaba era darse cuenta de que no tenía escapatoria. Sería fantástico meterse a bañar y que los restos de la otra persona se fueran por la coladera junto con el agua, el jabón y la mugre del cuerpo. Pero eso era imposible. Para poder borrar el influjo de Olga, tendría que volver a nacer."
Después de haber leído El libro de los dioses, me prometí seguir explorando a Bernardo Esquinca. Tenía este libro en pausa porque no conocía bien al autor, pero al fin lo leí y quedé fascinada con su mezcla de horror, investigación y esa forma tan ágil de estructurar sus historias. La definición de los personajes es clara y logra que te intereses en ellos desde el inicio. Siempre es una delicia encontrar referencias a otros autores dentro de una novela: si ya los has leído, te provoca nostalgia, y si no, se vuelven títulos para tu lista de pendientes.
La prosa de Esquinca es ligera, ágil, adictiva. Se devora sin que lo notes y, al mismo tiempo, te sumerge en la CDMX, con su caos, su cotidianidad y hasta ese humor mexicano ácido que aparece como respiro entre tanta oscuridad.
En esta entrega de la trilogía del periodista Casasola, nos encontramos con un protagonista obligado a reinventarse: al desaparecer la sección de cultura en su periódico, tiene que adentrarse en la nota roja. Ahí se abre una crítica fuerte al morbo que consumen los lectores mexicanos: la sangre y la violencia venden, la cultura no. Casasola, con sus contradicciones, su escepticismo y su manera de tropezar entre lo sobrenatural y lo real, es un personaje que funciona como un guía perfecto para entrar en este mundo donde lo fantástico convive con la brutalidad de lo cotidiano.
Definitivamente recomiendo esta lectura. Vale la pena apoyar a autores mexicanos que se arriesgan a escribir terror, un género poco explorado en nuestro país. Esquinca lo logra con una voz propia, atrapante y con un pie siempre puesto entre el mito y la realidad.
" Antes de apagar la luz los matrimonios ya no tenían energía para conversar y caían en un sueño profundo sin darse las buenas noches. En cambio, al despertar - al menos en su caso- se veía a la otra persona acurrucada entre las sábanas, irradiando y se evaporan los fantasmas nocturnos. Mucha gente tomaba café para espabilarce: a él le bastaba con esperar a que Olga abriera los ojos."
La primer novela en la serie "Casasola" sigue la primera aventura del antes mencionado, un periodista que tiene que iniciar a atender la nota roja de su diario por cuestiones ajenas a su control; quedando a cargo de la investigación de una serie de crímenes brutales cometidos en la Ciudad de México. Casasola se convierte en un hombre entre etapas: en medio de una separación, en medio de un un cambio de giro laboral y por sobre todo en medio de una serie de asesinatos que bien podrían ser el principio del apocalipsis.
La prosa de Bernardo Esquinca, es digerible y amena, aunque a veces abusa del citar otras obras, lo cual puede resultar algo pretencioso (SI Bernardo, entendemos a la perfección que eres muy culto). Sorprendiendo un par de parrafos que se salen de lo ordinario y nos dan un momento de profunda claridad por su parte.
Como siempre la gente de editorial "Almadia" conpensan el papel barato y de calidad ligeramente por debajo del promedio con un diseño de edición soberbio.
Un libro que te atrapa desde el primer momento con su misterio y que afortunadamente no decepciona en ningún momento.
Formato: Me gusta como se encuentra organizado el libro: los recortes de periódico, anotaciones, investigaciones y demás, lo único que hubiese cambiado en este aspecto era que para mantener este mismo formato hubiera hecho la narración de Casasola mediante un diario, así no se rompería el equilibrio creado.
Casasola y Olga: Desde que leí la descripción presentí que esa parte de la historia me seria un problema, y es que me parece totalmente innecesaria la historia que tratan de crear entre Casasola y Olga, no aporta nada interesante a la trama.
Idea principal: En si, la idea principal me parece muy buena, pero en este primer libro solo se logra explorar esta idea por encima, pues decide centrarse en esta otra trama secundaria, que aunque deciden explicar el como se relaciona no me termino de convencer, hizo que una historia que prometía un tema apocalíptico fuera simplemente una novela policial. El inicio y la ultima parte me parecieron muy buenas, son las que de verdad me dieron lo que buscaba desde un principio, espero que en los siguientes libros desarrolle mejor la idea.
Mi primer acercamiento a la escritura de Bernardo y definitivamente me ha gustado mucho. La novela es atrapante desde los primeros párrafos, la trama de la historia me parece buenísima; el terror combinado con el género policíaco y lo sobrenatural... con insectos. 🐜 Quién diría que Esquinca saldría bien parado de esa. No cae para nada en lo absurdo.
Una de las maravillas del estilo narrativo del autor es que te adentras en la historia inmediatamente, sientes la confusión y la frustración, literal sientes el ambiente en el que se desarrolla la trama, cuando Casasola viaja en el metro o cuando encuentra la guarida de La asesina de los Moteles. En fin, que se siente real.
El único conflicto que tuve con la novela fue que el autor me mantuvo en una montaña rusa la cual subía, subía y subía y al llegar al desenlace de la historia, yo pensé que sería algo revelador pero no lo sentí así. Me pareció llano y predecible. No digo que estuviese mal, me pareció bastante justo pero necesitaba algo que me volara la cabeza.
En términos generales me gustó la novela, la narrativa y la creatividad. Definitivamente seguiré leyendo a Esquinca, atrapó mi atención y no me pierdo para nada la serie de los Casasola.
Bernardo Esquinca es un excelente autor de terror, como lo ha demostrado con creces en sus libros de cuentos “Demonia” y “Mar negro”. Sin embargo en “La octava plaga” me parece que no logra conseguir esa genialidad.
La historia me pareció interesante, una mezcla de novela negra y relato de horror sobrenatural muy bien llevada, que se lee fácil y contiene buen suspenso. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, algo en los diálogos tanto de Casasola como de algunos personajes me sacaban completamente de la ambientación. No sé, tienen una forma de expresarse tan correcta que por momentos me pareció muy fuera de lugar con lo que estaban viviendo y con su propia personalidad.
Por otra parte, y lo que para mi gusto es lo menos logrado del libro es la amenaza a la que se enfrenta el protagonista. Como lo dije, es una idea interesante y con mucho potencial, pero al ser una narración muy corta no me fue posible percibir todas las terribles implicaciones de esta plaga. Es cierto que a través de notas periodísticas se nos ofrecen más casos y detalles, pero por alguna razón no se siente tan perturbador como debería.
Aun así, en general es una lectura recomendable que los amantes del terror seguramente disfrutarán.
Que gusto leer a escritores mexicanos que de verdad nos pongan a trabajar la mente. Y este es el caso de Bernardo Esquinca, una novela que si le pudiera dar 6 estrellas se las daría. No conocía a Bernardo Esquinca y este es su segundo libro que leo (ya leído MAR NEGRO) una narrativa sencilla, rápida, sin muchos personajes y una historia llena de suspenso, ficción, novela negra, policiaca, terror, una mezcla de X-FILES y THE TWILIGHT ZONE que vas a querer leer el libro en un solo día. Denle la oportunidad a este GRAN escritor Mexicano a que este en tu biblioteca y seguir leyendo más novelas de este señor y ahora a conseguir sus demás libros.
Les hago una cordial invitación a que vean el video de este libro en mi canal de YouTube: Leer y Coleccionar. Este canal nació a raíz de la pandemia y está enfocado para que las nuevas generaciones lean y coleccionen. Les dejo el enlace. https://youtu.be/uyYtE3csrZI