Momoko Akiyama es la temperamental hija de un matrimonio de intelectuales para la que la guerra siempre ha sido una molestia lejana. Sus únicas preocupaciones son, por orden de aparición: los disidentes políticos que llegan a su casa de noche y se van de noche, las escapadas de su hermano Takuma los miércoles de madrugada y el acoso escolar.
Jun Kobayashi, la hija del sepulturero, es violentamente tímida y a duras penas puede pronunciar una frase sin tartamudear... un opuesto casi perfecto de la fanfarrona Momoko.
Pero, para bien o para mal, son las personas más importantes en la vida de la otra, y todo lo que creían de su mundo pronto cambiará para siempre.
Con una carta de alistamiento. Con una mentira. Con una traición. Con un hombre escondido en un arcón. Con la guerra llamando a sus puertas.
Andrea Tomé (Ferrol, 1994) es autora, filóloga y profesional de la edición. Ha publicado más de diez novelas, entre ellas El valle oscuro (Plataforma Neo, 2017), ganadora del Templis a Mejor Novela Nacional Independiente, ambientada en Okinawa durante la Segunda Guerra Mundial; Las diurnas (Umbriel, 2023), sobre la caza de brujas en la Inglaterra del XVII, y Tinta y ceniza (Grijalbo, 2024), un tour de force inspirado en las pioneras del reportaje de guerra.
Sus relatos But All Horses Are Pretty y Siege, Siege fueron publicados, respectivamente, en el Journal of Interdisciplinary Arts de la Universidad de Santiago de Compostela y la revista Ripple de la Universidad de Kingston.
Actualmente reside en Londres, donde trabaja en el sector editorial.
De todos los libros que he leído de Andrea Tomé, este ha sido sin duda el que más me ha roto el corazón.
Es una maravilla como escribe esta chica. Tiene una forma de narrar tan poética, tan mágica, tan todo que te atrapa. Te puede estar contando la historia más triste del mundo pero lo hace de una forma tan bonita que hasta te gusta que te duela. Como hila las cosas. Como te descubre poco a poco todo. Como mantiene ese misterio, esa magia. No sé, ha sido simplemente maravilloso. Al final en los agradecimientos dice algo como que "nunca tendrá el talento suficiente para escribir esta historia" y de verdad, no es que no tenga suficiente, es que le sobra.
Hay muchas cosas que me han llegado de esta historia. Como Momoko en la novela está siempre haciendo listas, voy a intentar hacerlo yo:
1. Momoko. Es una de las protagonistas mejor escritas que he leído en mi vida. Empieza siendo una niña burguesa, una niña acomodada que no se enteraba de nada. Pero crece a base de hostias (porque no le queda otra, básicamente) y acaba haciéndose de hierro. Tiene una forma de hablar, una dulzura, que hacía que te sonrieras sin querer al leerla. En serio, es que la amo.
2. Jun. Otra maravilla de protagonista, del mismo palo de Momoko en cuanto a la dulzura pero que tiene una vida un poquillo más complicada. Me ha parecido una pasada poder ver las diferencias de clases sociales de la sociedad japonesa de la época y como a Momoko le daba igual todo. De verdad, es que son tan tan tan soft.
3. La familia de Momoko (y el padre de Jun). Me ha encantado el... ¿costumbrismo japonés, por decirlo de alguna forma? Me ha encantado su hermano, su madre, y que todos fueran tan guerreros. Era una familia preciosa que se enfrentaba a una guerra que no era suya. Y ver eso a través de las palabras de Andrea ha sido descorazonador, pero qué bien estaba escrito.
4. Cómo se desenvuelve todo, el ritmo, o como queráis llamarlo. Pasa todo tan despacio y al mismo tiempo tan deprisa. Mientras leía tenía la sensación de que estaba viviendo con ellos, yendo con Momoko al instituto o a robar con Jun. Y cuando me he querido dar cuenta se me ha acabado el libro. Que sí, el ritmo podría decirse que es "lento", pero es que no te das cuenta de que pasas las páginas. Maravilloso. De verdad.
5. El final. El final me ha roto el corazón, pero me ha encantado que lo hiciera. Las últimas 100 páginas son una verdadera maravilla. No sé si me esperaba o no lo que iba a pasar, si ha pasado lo que quería que pasara o qué, sólo sé que me ha encantado. Que me ha dejado con un sabor agridulce en la boca (en el mejor de los sentidos).
Y es que este libro, para mí, es más que nada un mensaje de esperanza. Un mensaje para soñadores, luchadores, o lo que sea. Es un libro que me ha dado ganas de levantarme y hacer cosas, de gritar que existo y que yo puedo. Ojalá todo fuéramos un poco más como la familia Akiyama. Ojalá todos fuéramos un poco más como Jun.
En resumen: uno de los mejores (si no el mejor) libros que he leído este año. Haceos con un ejemplar en cuanto podáis porque os va a dejar con la boca abierta (y el corazón roto).
Ha sido precioso. En este momento siento una oleada de emociones que necesito poner en orden para poder hablaros de esta lectura. Solo puedo adelantarme y deciros que os lo recomiendo mucho.
El punto fuerte de esta novela, además de la forma en que está escrita, es su historia y la manera en que atrapa al lector. Una novela ambientada en la Segunda Guerra Mundial y que transcurre en Japón, con un excelente trabajo de documentación por parte de la autora. Está cuidado hasta el más mínimo detalle y con anotaciones al pie de pagina para aquellos términos desconocidos.
La evolución de Mokomo, la protagonista, es impresionante. Desde el comienzo es una niña inocente a la que le ocultan muchas cosas y desconoce lo que pasa en su entorno, pero será la situación extrema en la que se encuentran, la que abrirá sus ojos y le haga descubrir una realidad muy distinta a lo que ella imaginaba.
El ritmo de la narración debo reconocer que es un poco lento pero creo que es necesario para contar la historia. En los pequeños detalles está lo importante y se disfruta mucho más su lectura su ritmo pausado.
En resumen: un espacio para la esperanza en tiempos de guerra, de la mano de una protagonista que madura forzosamente hasta convertirse en una gran luchadora. Una ambientación y personajes exquisitos muy bien definidos por una de las mejores autoras españolas. Siempre es un placer leer a Andrea Tomé.
Más bien un 4'5. Ha sido una historia increíblemente dura pero preciosa al mismo tiempo. Sus personajes son maravillosos, no tengo palabras y lo que he sufrido con ellos, también. Y la narración de Andrea... como siempre, es una delicia.
No había leído nada de la autora hasta ahora. No había leído nada en los últimos meses -puede que año- que me aportase tanto como esta historia. De hecho, ya creía que había perdido el gusto por la lectura, pero no. Se han juntado varias cosas: las ganas de descubrir a una de las autoras nacionales más jóvenes del país, una ambientación en Okinawa (Segunda Guerra Mundial), unos personajes increíbles y una narración impecable llena de recursos que hacía tiempo que no veía. Si os gustan las novelas ambientadas en ese periodo histórico tan lleno de miseria y de esperanza a la vez, tenéis que leer El valle Oscuro, o simplemente si tenéis ganas de leer una buena historia. Hay libros para los que no concibo una valoración por debajo del aprobado, por muchas cosas, y este es uno de ellos. Mis 5 estrellas van sin duda porque va a ser uno de mis mejores libros de 2018 y lo tengo bastante claro.
Un novela de drama ambientado en la segunda guerra mundial en Japón, en ella los sentimientos están a flor de piel y desgarran el corazón desde los primeros capítulos, con unos personajes bellamente construidos y sin duda inolvidables, lo recomiendo completamente.
Andrea Tomé, gracias por regalarnos esta historia, que para mí ha sido como una de esas caricias, abrazos y miradas que comparten algunos personajes en la novela.
Jun, Momoko, Takuma..., jamás me olvidaré de todo lo que me habéis hecho sentir: habéis dejado en mí una huella imborrable.
dejo el libro apartado porque creo que me está resultando demasiado lento, y creo que no es el momento de leerlo. Pero quiero darle otra oportunidad más adelante... asi que queda en pausa
Cuando este libro se anunció, yo me enamoré automáticamente de la portada y la sinopsis. Planteaba algo que atraía, muchísimo. ¿Japón durante la Segunda Guerra Mundial? ¿Hola? Me encantó, pero lo que encontré en sus páginas me enamoró aún más.
En realidad es un 4.5* Aunque desde un principio supe que este libro me había encantado, le subo las 4 estrellas que le di a un 4.5*. Con el tiempo me he dado cuenta de que no solo fue un libro que disfruté mucho en el momento en el que lo leía sino que es una historia que se ha quedado conmigo y a la cual mi mente vuelve recurrentemente y no dejo de recomendarla porque no puedo hacerlo, sencillamente pienso que todo el mundo necesita leer este libro. Especialmente si os gusta leer/ver películas/saber más cosas sobre la Segunda Guerra Mundial.
Me fascina la forma en la que Andrea (especialmente siendo tan joven) es capaz de ofrecernos una historia tan compleja como esta y mostrarnos un punto de vista de la Segunda Guerra Mundial que no es el que normalmente tenemos. En este caso se nos cuenta la historia desde el punto de vista de una familia japonesa (normalmente la narrativa occidental suele ser la más comercializada).
Pero yo no diría que esta es una historia sobre la guerra aunque la guerra esté muy presente. Diría que la guerra es el escenario sobre el cual nuestros protagonistas se mueven. Es una historia de personas, japonesas en este caso, que se ven en unas circunstancias en las cuales deben tomar decisiones que cambiarán sus vidas, que les harán arriesgarlo todo. Los personajes me han encantado. Desde el tierno y siempre valiente Takuma hasta Momoko que empieza a comprender las cosas que suceden a su alrededor y el papel que ella puede jugar. Andrea tiene un poder especial para dar vida a personajes, y creo que esa es la expresión más acertada. Sus personajes son tan reales que es difícil pensar que solo existan tras la tinta de las páginas. Y en este libro yo diría que sus personajes están más vivos que nunca, sumergiéndose en los horrores de la guerra y sobreviviendo como pueden.
Yo diría que este es el libro más adulto de Andrea. Es verdad que sus libros suelen contener temáticas oscuras pero en este la guerra se vive y no es bonita. La autora nos muestra los horrores de la guerra sin romantizar ni glorificar (algo que se agradece) y sin entrar en demasiados detalles mórbidos, pero los horrores se ven tal y como son. Recomendaría este libro tanto a jóvenes como a adultos ya que pienso que ambos pueden disfrutarlo de igual manera.
Lo único que no me ha terminado de encajar del todo es la relación entre Jun y Momoko. No quiero que nadie interprete este comentario como homofobia porque si me conocéis sabéis que nada más lejos de la realidad. Veo la gran amistad que surge entre Jun y Momoko pero para mí el romance no estaba presente, no había química. Me ha parecido más bien forzado. Es verdad que las circunstancias en las que se encuentran pueden hacer que su relación sea mucho más cercana, pero yo personalmente no he visto el romance entre ellas surgir en ningún momento. Por otro lado adoro la prosa de Andrea pero me ha parecido que no encajaba en los capítulos de Jun. Nos presentaban a Jun como una persona sin ningún tipo de estudios, que a menudo no comprendía algunas palabras, así que no me ha convencido que sus capítulos estuviesen escritos de manera tan poética.
En general, este es un libro que me ha encantado y que creo que debéis leer. Andrea sabe escribir tan bien, tan bonito... Da gusto leer sus libros.
El valle oscuro, una historia desgarradora y preciosa al mismo tiempo, ambientada en Japón y escrita por Andrea Tomé. No ha sido lo que me esperaba, más bien no me esperaba que fuese una historia tan dura y tan real al mismo tiempo, con unos personajes como Momoko y Jun tan complejos a pesar de sus cortas edades y de todo el sufrimiento que llevan a rastras. Es una historia que, aunque sea ficticia, te hace abrir la mente y ponerte a pensar en lo dañina y perjudicial que es la guerra y el odio que la origina, pero también que hay una motita de esperanza allá en cualquier lugar. No le he dado la máxima puntuación porque me lo ha hecho pasar un poco mal en ciertos momentos, pero es una historia brillante. 4,5/5 estrellas
Al principio me costó entrar en la historia por falta de tiempo, por no poder leer un rato en condiciones para conocer bien la trama y los personajes.
Hubo un momento que me planteé dejarlo para centrarme en él después… menos mal que no lo hice. Me ha encantado ❤️ es lo primero que leo de la autora pero ya os confirmo que no será lo último.
Eso si, aviso: es una historia que tiene momentos tiernos y otros tremendamente duros. Otro que va a la corta lista de “libros que me hicieron llorar”.
Y además me ha dado curiosidad para seguir leyendo libros relacionados con la Segunda Guerra Mundial. Muy muy recomendado.
Este libro nos traslada a Japón en la Segunda Guerra Mundial de una forma tan maravillosa, que he sufrido mucho por todos y cada uno de los personajes.
Casi todos los capítulos son narrados por Momoko, la protagonista principal; ella nos va contando cómo es su vida en ese Japón donde la guerra está más cerca que nunca. A medida que avanza la historia, los capítulos también se narran desde el punto de vista de Jun, que nos cuenta la historia desde el Japón de las personas que son marginadas por ser pobres; y de Takuma, el hermano mayor de Momoko.
En el libro, aunque la guerra es el tema principal y siempre está ahí, acechando, he visto también que la autora se ha centrado mucho en el crecimiento de cada personaje. En como maduran y van cambiando la forma de pensar a medida que van pasando los años. Así que eso también muestra que, aunque no pueda parecerlo en ciertas ocasiones, todos los personajes tienen su lado humano; simplemente ese lado se ve afectado por la situación en la que les ha tocado vivir.
Es una novela escrita casi de forma poética, el modo de narrar de la autora me atrapó de tal forma que me parece que viví en ese libro mientras lo leí. Unos personajes maravillosos, un amor LGBT, una ambientación espectacular... Es que me ha cautivado de principio a fin.
Inspiradora. Atípica. Muy bella. Una historia que sabe entrelazar un elenco de personajes fascinantes, una época turbulenta y una ambientación detallista. Contada, además, con una delicadeza que desarma. Qué manera de susurrar vidas tiene la autora..., qué elegancia.
5 millones de estrellas para El Valle Oscuro, por favor. Es que es maravilloso. Qué forma de escribir, qué historia, qué TODO. Leyéndolo no podía dejar de pensar en La tumba de las luciérnagas (película de Ghibli, el libro no lo he leído), al fin y al cabo es exactamente la misma ambientación y también un mar de lágrimas, porque la historia será ficticia pero su fundamento es real. Tan real que duele, pero tan bien abordado y tan maravillosamente descrito que este libro salta a mi top de favoritos, de lo mejor que he leído en 2017.
Simplemente hay estilos que no van conmigo o que no leo en el momento correcto. He intentado acabarlo por ser del club, pero ha sido de esas lecturas que hubiese dejado a medias para no esforzarme en vano. No he conectado nada con los personajes, me ha resultado una historia lenta y la forma en la que está escrita hacia que me separase aún más de todo.
Me han recomendado muchísimo este libro a lo largo de los últimos meses, pero no ha sido hasta ahora que he podido leerlo y, la verdad, es que debería haberlo hecho antes, porque me he encontrado con una historia brutal, que me ha llegado al alma y me ha tenido con el corazón en un puño desde prácticamente la primera página. Es el primer libro que leo de Andrea Tomé y, que queréis que os diga, me ha enamorado. En “El valle oscuro” he descubierto a una autora que escribe precioso, de una manera muy poética y que llega mucho al corazón. En esta historia describe sobre todo sentimientos y sensaciones de una manera tan detallista que sientes lo mismo que sienten ellos, en muchas ocasiones me he emocionado porque he sentido verdadera empatía con Momoko, la protagonista de esta historia, Andrea conseguía que me pusiera en su lugar y sientes muchísimo todo lo que está sucediendo. Ya desde un principio esta historia tiene dos ingredientes para gustarme: Japón y la Segunda Guerra Mundial. Nunca antes había leído sobre este momento histórico desde la perspectiva de Japón y ha sido desgarrador. Ha habido momentos en los que se te ponía la piel de gallina, porque en los libros de historia nunca se habla de las personas, simplemente te dan datos y gracias a este libro llegas más allá. Los personajes también son excepcionales, para mí son tres los que me han dejado huella en el corazón: Momoko, Jun y Takuma. Los tres con sus historias individuales, son increíbles. Momoko tiene una fuerza que traspasa el papel, es valiente y, pese a todo, consigue salir adelante, para mí esta mujer es un ejemplo a seguir, al igual que Jun, también llena de fuerza y de unos arrestos que ya los quisieran para sí muchos hombres y que os puedo decir de Takuma, se adapta a las circunstancias de una manera asombrosa y acepta y acepta su destino de una manera tan madura… si lo pienso fríamente no sé cómo habría reaccionado yo en su lugar… es que él también me parece una persona impresionante y excepcional. Se podría decir que el amor es otro personaje importante en esta historia. Está muy presente en todo momento y le das mucha más importancia con cada página que pasa, guía a los personajes y está con ellos en los malos y en los buenos momentos. Aunque de todo el amor que podemos leer en “El valle oscuro” para mí el más bonito es el de Momoko y Jun, como nace y se desarrolla de una manera tan natural, tan necesaria… creo que gracias a ese amor Momoko y Jun pudieron salir adelante. He de confesar que al principio me costó un poco meterme en la historia, porque parece que comienza con el relato ya empezado y me sentía un poco perdida, pero en un par de capítulos ya me adapté al estilo narrativo de Andrea y me sentía dentro de la vida de Momoko. Creo que esa era la intención de Andrea, que poco a poco te fueras sintiendo un personaje más. Como he comentado al principio, Andrea tiene un estilo narrativo muy peculiar; escribe con mucho detalle y no sé, me pareció muy bonito, muy poético, dentro de los momentos dramáticos te hacía ver el lado positivo de la vida. Si es cierto que he tenido momentos en que lo he pasado mal, especialmente por Takuma, y me dejó un sabor agridulce por el destino de algunos personajes, pero la guerra es así, unos sobreviven y otros no, lo que pasa es que después de tantas páginas con ellos parece que pierdes a un miembro de tu propia familia. En definitiva, “El valle oscuro” es un libro precioso, lleno de buenos y malos momentos, donde vas a reír, llorar, enfadarte… y nada te hace sentir tan vivo como esos sentimientos, pocos libros hay en los que se puedan encontrar todas esas sensaciones. Le he puesto cinco estrellas en Goodreads y aquí también se llevará buena nota porque de verdad, de verdad que este libro se lo merece, es precioso y tenéis que leerlo. Nota: 9 “Momoko y Jun se ganarán un hueco en tu corazón, no conseguirás olvidarla, al igual que no podrás olvidar todo lo que rodea a “El valle oscuro”. Gracias, Andrea”.
(4,75/5) Lo primero que quiero decir es que esta historia me ha encantado de principio a fin. La historia está ambientada en Okinawa, una isla de Japón, durante la Segunda Guerra Mundial. No voy a decir mucho más porque creo que lo mejor de este libro es ir descubriéndolo en el camino. Tengo que decir que no tengo ni idea de cultura ni historia japonesa más allá de la vaga mención en las clases de historia. Combinando eso con la forma tan sutil que tiene la autora de describir las cosas, he de reconocer que al principio no me enteraba bien y es por eso que no tiene un 5. Me costó entrar en la historia, pero una vez que lo hice no salí de ella así que espero que eso no se convierta en un impedimento si empezáis el libro. Una vez que coges el ritmo, el libro se lee solo (si tienes tiempo, cosa que no fue mi caso). Los capítulos son muy muy cortos y van saltando a las diferentes escenas claves, así que no hay escenas de relleno. Es una historio preciosa pero muy trágica. No me hizo llorar a lágrima viva, pero sí que me sacó, en varias ocasiones además, esas lágrimas silenciosas, que son para mí siempre son una indicación de que una historia me ha conquistado. Además, hay algo de acción desde la mitad al final del libros y hay algunos giros de trama que me han dejado completamente boquiabierta y que no esperaba para nada, porque no suelen verse en este tipo de libros. Es el primer libro que leo de esta autora y su forma de escribir me ha sorprendido muchísimo. Es súper poética y creo que esa es la razón principal por la que esta historia me ha llegado tanto. Quiero decir que, la misma historia y con los mismos personajes pero contada de otra forma, no habría conseguido tener el mismo efecto en mí que ha tenido este libro. Para acabar, os recomiendo encarecidamente este libro si os gustan las historias ambientadas en la Segunda Guerra Mundial, de esas que son duras pero al mismo tiempo hermosas. No os arrepentiréis.
Llevo años posponiendo leer este libro y qué gran error. Esta historia es oscura como dice su título, pero también está llena de magia y de personajes que se quedan contigo. No sé por qué, pero pensaba que la guerra sería algo secundario o en todo caso que la mostraría de una forma más hollywoodiense, pero nada más lejos de la realidad. Al principio es una novela lenta, pausada, que nos narra la vida cotidiana de una familia de Okinawa durante la Segunda Guerra Mundial. Las relaciones familiares son preciosas y a veces complejas, los personajes son muy variados y ricos en matices. El desarrollo de la trama está lleno de crudeza aunque no se recrea en ella. La prosa y la ambientación es lo que termina de enamorar. No suelo poner muchas veces 5*, solo cuando una historia me llega de verdad, y esta claramente lo ha hecho.
En realidad es una 3,5. Lo que más me ha gustado sin duda es la forma de escribir de la autora que me parece maravillosa y la forma que tiene de estructurar la historia y los capítulos me ha enamorado. Pero, no me ha convencido tanto la trama ya que durante gran parte de la novela no ocurre demasiado (aunque si nos mete muy bien en la ambientación y personajes) y luego al final cuando comienza la acción, se me ha hecho todo demasiado rápido. A mi me hubiera gustado varias hojas más a los sucesos finales ya que mr he quedado con ganas de haberlo visto más detallado.
Historia dura sobre la segunda guerra mundial en Okinawa una isla de Japón, pero a parte de dura es bonita esperanzadora y la envuelve un aura místico que no te deja indiferente. Dos personajes principales, Momoko y Jun, demasiado jovenes pero maduras a la vez. La novela nos enseña sobre el amor pero no solo al amor pasional, sino sobre el amor entre amigos hermanos familia. No deja indiferente.
Tengo que decir que me ha encantado este libro. Sin duda la pluma de Andrea es increíble. No sé cómo hace para atraparte en tu historia para no querer soltarla para enamorarte de sus personajes. Mi principal interés por leer este libro fue a parte de por ser de Andrea XD es por el tema de la guerra, tema que siempre me atrae. Y si bien este libro trata de toda la vivencia de la guerra, tengo que decir que me sorprendí al encontrarme más cosas a pesar de esto. No puedo decir más que otra cosa que léelo. Es simplemente maravilloso y especial leer a andrea
Sólo había leído una novela de la misma autora antes que esta, Corazón de mariposa, y la verdad es que no me gustó nada. Pero, si me seguís desde hace tiempo, sabéis que no critico por criticar; además, no me gusta tachar a un escritor solamente porque la única obra que haya leído de él o ella no me haya gustado. Por eso me he lanzado con El valle oscuro, y me alegra mucho comprobar que Andrea Tomé es una autora cuya primera novela publicada no es representativa de su bibliografía.
El valle oscuro es bastante mejor que Corazón de mariposa, en todo. Tiene un estilo más pulido, que a veces raya en lo poético (y esta vez sí es poético de verdad). Si bien siguen sin gustarme algunos recursos de la autora (el staccato de palabras para darles intensidad, el partir palabras o sintagmas en varias líneas con el mismo propósito... no me convence nada), en esta novela he encontrado imágenes bellas, metáforas o símiles que sugieren mucho con apenas un par de palabras. Emociona en varias descripciones y diálogos. La novela podría haber salido lacrimógena, sobre todo en su tramo final, pero el lenguaje delicado convierte lo que podría haber sido sensiblero en sensible, armónico y hermoso.
También está conseguida la ambientación, pues, sin infodumping (quitando un par de términos en japonés que me han sacado un poco de la narración), la autora nos sumerge en el Japón de la guerra; un Japón hermoso y terrible, con una tensión creciente que, sabemos, acabará estallando. Se nota que hay documentación detrás.
Con respecto a la trama y los personajes, creo que el libro gana conforme avanza. El comienzo me despistó bastante (no sabía si había fantasía, si era realista, si las cosas que veía Momoko eran ciertas o parte de su imaginación...), pero, con un ritmo que se cuece a fuego lento, se va dando forma a las protagonistas y a los secundarios, se profundiza en las relaciones y se habla de temas interesantes. Quizá algún secundario me ha parecido innecesario, pero en general tienen una entidad admirable (Takuma, Yoichi...).
En fin: me ha gustado esta novela. Es correcta y tiene momentos emotivos, líricos, bellos sobre todo en su lenguaje. El último tramo, el del final de la guerra, resulta devastador. Es lo más logrado de la novela, en mi opinión.
Y acabo repitiendo lo que he dicho al principio: intento ser sincera y justa en mis reseñas. Cuando un libro me parece malo, no voy a subirle la puntuación porque sí. Pero también lo contrario: cuando una lectura me sorprende y me agrada, lo hago saber. Creo que el contraste entre esta reseña y la de Corazón de mariposa son un ejemplo de que, como autor, se puede mejorar una barbaridad, y que una reseña no es ni una verdad universal ni una sentencia de muerte. Andrea Tomé escribe bien, y seguramente la seguiré leyendo en el futuro.
Es un buen libro que te va a destrozar un poco el corazón, trata de la Segunda guerra mundial en Okinawa (Japón).
La protagonista, Momoko, es una niña de 14 años, o más bien dicho, lo empieza siendo, ya que pasan algunos años y la guerra no la dejará ser una niña, ni a ella, ni a nadie.
La guerra estalla pero para ella es algo lejano, no lo ve de primera mano, al menos al principio, solo es un tema que ve recurrente en bocas de sus allegados. Poco después conoce a Jun, una niña muy pobre con la que rápidamente se harán muy amigas.
A partir de entonces, la historia se narra con sus dos voces, se van intercalando y más hacia el final podemos ver la perspectiva de algunos personajes más.
Es una historia muy dura, y normalmente estas me encantan, porque mezclan la crudeza con el amor, enseñan la realidad de las guerras: que nadie gana, todos pierden y mucho.
Me ha impactado bastante un tema que no he escuchado mucho hablar y son los kamikazes, típica palabra que usamos casi a diario pero que no nos paramos a pensar el significado que tiene, la situación de estas personas. Es un punto que me ha gustado mucho escuchar hablar de el, porque si, todo el mundo sabe que eran, pero en cuantas novelas, películas.. lo habéis visto? Y no como algo que simplemente se menciona.
A partir de la mitad del libro no lo he podido soltar, es cierto que la primera mitad es más lento, aunque no se hace pesado como tal ya que tiene capítulos muy cortos. Pero la segunda mitad, es donde está "toda la acción" y cuando notas que se te va encogiendo el corazón. Ha habido muchas cosas que no me esperaba para nada, y hay una relación en concreto que me ha encantado de la que no puedo hablar.
Punto negativo y razón por la que este libro no tiene 5 estrellas: la narración en ciertas partes se hace un poco difícil, y puede ser que sea cosa mía, se sale de la norma y esto junto con las palabras japonesas (hay glosario), me perdía un poco, ya que, sobre todo al principio, la protagonista cree en fantasmas, fantasmas en vida y algunos conceptos similares japoneses, y claro, cuando empieza a pensar que ve algo de esto, me descuadra el no saber si es cierto o no, si es imaginación de ella o que está pasando. Por lo demás no tengo quejas.
En definitiva, es un libro muy duro, muy distinto, que recomiendo mucho leer si os gusta el tema de la segunda guerra mundial y queréis leer algo del estilo con una perspectiva totalmente distinta, y por supuesto, si os gusta la cultura japonesa.
Para hablar de la esperanza hay que hablar de la desesperación.
Tras tres publicaciones anteriores también con Plataforma Neo, Andrea Tomé nos trae esta premisa encauzada de ficción histórica ambientada en el Japón de la II Guerra Mundial en su última novela, El Valle Oscuro. Novela que relata hechos históricos de una de las mayores disputas militares de la historia desde el relato de Momoko Akiyama, una niña de 14 años de familia de bien residente en Naha, Okinawa. La historia nos desvela la visión de una protagonista que ve la guerra desde lejos hasta que esta llama a su puerta a la vez que nos cuenta cómo una chica como Momoko puede ver su mundo puesto patas arriba por la hija del sepulturero local, Jun Kobayashi, una niña del barrio más pobre de Naha «con nariz de Rey y perchas por hombros».
Momoko y Jun, que acaban compartiendo protagonismo pese a la antítesis que suponen la una para la otra, nos piden que las acompañemos sobre el hombro en una historia en la que, en los momentos más sombríos, encontrar un atisbo de luz no es imposible pese a parecerlo. Rescatamos la premisa antes mencionada para sorprendernos de la cantidad de temas que esta novela nos ofrece, desde lo más personal como pueden ser las peleas entre hermanos y la unión familiar, hasta la guerra y sus fantasmas, la búsqueda de paz y justicia y del significado real de estos conceptos. Los Akiyama se convierten en nuestra familia y su casa en nuestra casa, a la que nos invitan a cambio de la promesa de pasar y presenciar en silencio.
A través de un estilo ligero y cercano, Andrea nos guía por capítulos que narran episodios cronológicos de la vida de los personajes y consigue una experiencia cercana a ojear un viejo álbum de fotos: Algunas hojas las pasamos de largo tras echar un vistazo a su contenido, porque no queremos quedarnos en ellas. Sin embargo nos es difícil pasar otras y alargamos el momento hasta que no da más de sí. La narración nos transporta de un lugar a otro como un recuerdo del que se van rescatando fragmentos a medida que se explica.
Personalmente, descubrir aquí el talento de Andrea solo me deja claro que su nombre debería ser grande muy pronto en el panorama nacional. Impresiona la cantidad de trabajo y cariño claramente puestos en esta novela, que la convierten en una lectura que se acaba haciendo imposible de dejar a un lado hasta terminarla. Las páginas se acaban pero dejan la impresión de que lo que cuentan en ellas permanece y sigue su curso, como una botella lanzada al mar con un mensaje dentro.
Muchas gracias por una lectura, a su vez, tan agradecida.
Siendo lo más escueta posible. Me gustó mucho conocer esta parte de la segunda guerra mundial y ver los datos reales en los que se basa la autora para hablarnos de una parte de la historia que no se habla mucho en occidente. Puede que el lector no conozca totalmente la historia, pero cachito a cachito vamos dando sentido a esos detalles de la cultura general, como los "kamikazes", el cambio brusco del que se suele hablar en Japón antes y después de la guerra y su papel como Potencias junto con Alemania e Italia y cómo cosas que ocurrían en esos países, también ocurrieron allí como la ayuda a los judíos.
Ahora, tengo un problema con lo que es la historia y, en parte, en los personajes. No me convence esa parte de realismo mágico y la relación romántica no me la creí, siendo un punto importate en esta historia. El comienzo es lento (supongo que para conocer bien a los personajes y la situación) y luego aumenta la velocidad, dándonos momentos o descubrimientos muy apresurados que no tienen una explicación y que están como giro argumental para sorprender al lector.
Es un libro que me gustó, me tuvo enganchada y toda la parte histórica fue de mis favoritas. Pero al final, teníamos tantos personajes con tantas cosas que contar que llegaba a parecer un batiburrillo.
Si anotar una observación mía que no todos compartiremos, pero que, por lo que piensa el personaje de Jun, me da que la etiqueta "trans" hubiese sido más acertada que "lesbian". No es una queja, porque no se llega a profundizar y puede que la afirmación de que siempre quiso ser chico sea más por el papel que le ha tocado en la sociedad, pero creo que la forma de plantearlo me confundió bastante.