Edizione con copertina alternativa, ISBN13: 9788845924873
Quando entra nell’aula di tribunale in cui verrà giudicata per l’omicidio del suo giovanissimo amante, Gladys Eysenach viene accolta dai mormorii di un pubblico sovreccitato, impaziente di conoscere ogni sordido dettaglio di quella che promette di essere l’affaire più succulenta di quante il bel mondo parigino abbia visto da anni. Nel suo pallore spettrale, Gladys evoca davvero l’ombra di Jezabel, l’ombra che nell’Athalie di Racine compare in sogno alla figlia. La condanna sarà lieve, poiché la difesa invoca il movente passionale. Ma qual è la verità – quella verità che Gladys ha cercato in ogni modo di occultare limitandosi a chiedere ai giudici di infliggerle la pena che merita?
Irène Némirovsky was born in Kyiv in 1903 into a successful banking family. Trapped in Moscow by the Russian Revolution, she and her family fled first to a village in Finland, and eventually to France, where she attended the Sorbonne.
Irène Némirovsky achieved early success as a writer: her first novel, David Golder, published when she was twenty-six, was a sensation. By 1937 she had published nine further books and David Golder had been made into a film; she and her husband Michel Epstein, a bank executive, moved in fashionable social circles.
When the Germans occupied France in 1940, she moved with her husband and two small daughters, aged 5 and 13, from Paris to the comparative safety of Issy-L’Evêque. It was there that she secretly began writing Suite Française. Though her family had converted to Catholicism, she was arrested on 13 July, 1942, and interned in the concentration camp at Pithiviers. She died in Auschwitz in August of that year. --Penguin Random House
She, Gladys, ridiculous? Odious, yes, criminal, yes, but not ridiculous! A monster, something horrific, but not that, not a grandmother, an old woman, a hag in love!
Dos livros consagrados ao medo de envelhecer, este, se não é o melhor que já li, é pelo menos o mais dramático e chocante, porque não há apenas o receio dos efeitos da passagem do tempo sobre o corpo: há acima de tudo uma obsessão com a juventude aliada ao culto da beleza, ambos levados ao extremo da insanidade. Esta “Jezabel”, para manter a farsa, para enganar os outros em relação à sua idade, e talvez até a si mesma em certos momentos de verdadeiro delírio, recorre a todos os estratagemas e passa por cima até dos que lhe são mais próximos, só lhe faltando mesmo vender a alma como Dorian Gray.
She had reached that age when women no longer change: they simply decompose, but in a way that is hardly noticeable, beneath a mask of powder and make-up.
Irène Némirovsky exibe a sua extraordinária capacidade como escritora logo na cena de tribunal que abre esta obra. Se percebemos pela descrição e comentários da assistência que Gladys Eysenach é uma bela mulher já não muito jovem, passadas apenas 40 páginas, correspondentes a dois dias de julgamento, deparamo-nos com uma velha acabada e derrotada, isto sem que a idade exacta da arguida seja alguma vez revelada. Já tinha gostado muito dos livros que lera desta autora, nomeadamente “O Baile” e “As Moscas de Outono”, mas “Jezabel” superou-os em intensidade. Costumo dizer que sou mais de russas do que de russos e, por isso, gostava que mais gente lesse Irène Némirovsky, no entanto, se há livro que deva ser lido no momento certo, é este. Este é perfeito para mulheres de uma certa idade, por mais desempoeiradas que sejam.
‘But when you’re forty you don’t realise you’re getting old. You live in the illusion that you’re only 20, that you will be 20 for all eternity, then suddenly it hits you. It can be anything: a word, a look in some man’s eyes, a child who wants to get married, oh, it’s horrible...’
En un juicio, Gladys Eysenach es acusada de haber matado a su amante Bernard Martin, un muchacho mucho más joven que ella. Gladys es una mujer conocida en los círculos sociales, cuenta con una posición acomodada y mantiene tiene una relación pública con el conde Monti, por lo que el suceso despierta la atención de los ciudadanos. Está bastante claro, a juzgar por las pruebas, que Gladys mató al muchacho. Incluso ella parece admitirlo sin reservas. Lo difícil es entender qué le llevo a ello, si su vida parecía tan recta y feliz.
Por favor, qué pulso al corazón más bien llevado durante todo el libro. La historia de Gladys helará de terror al lector que quiera comprenderla. El juicio es prácticamente una introducción de la novela contándonos el final de la historia en el presente, mientras que todos los siguientes capítulos muestran la historia cronológica de Gladys hasta llegar a ese momento desdichado. La protagonista tiene varias parejas, heredando de la primera una hija con la que mantiene una ambigua relación, y viaja de celebración en celebración en una huida constante contra el tiempo. Efectivamente, Gladys valora la juventud y las pasiones amorosos de esa época hasta unos límites verdaderamente cruentos, que no dudarán en hacerla responsable de algunas nefastas decisiones.
Némirovsky, por tanto, configura un mirador desde el que podemos observar un crecimiento de un personaje tan sólido como incómodo que se arrastra cada día hasta un destino funesto para ella. Para nada saber lo que va a ocurrir quita toda la sorpresa a la novela, todo lo contrario. Un buen ejemplo de un perfecto estudio psicológico a un personaje.
"Non puoi più trattare i tuoi amanti come fossero bigné"
Se non avete inclinazione per il romanzo rosa, potete sostituire alle 194 pagine del romanzo i tre economici minuti di quel grandissimo pezzo dei Decibel. La storia è uguale.
Gladys Eisenach non è nobile ma, chiusa nella sua vita come in un castello, vive la sua vecchia nobiltà, il cui blasone è dato dalla sua (un tempo) sfolgorante bellezza e mostra nel suo scudo araldico un visone rampante e un tacco 12 nero in campo rosa shocking che calpesta a morte il buon senso.
Non si può dire che il romanzo non sia ben scritto, nè che manchi lo studio psicologico. E' che lo studio è applicato al quasi nulla, a un personaggio la cui abissale, vacua stupidità non mi ha incuriosito nemmeno quando traligna nel crimine (il primo crimine, quello commesso verso la figlia, cui si addice più Giuseppe Consolini che il Rrrouge ossigenato e con i Rayban bianchi).
Nel mio ristretto e piccolo-borghese contesto, tendenzialmente incline a un banale pragmatismo, un personaggio così diventa rapidamente una caricatura, per non dire una macchietta. Se la Gladys fosse venuta a confidare le sue presunte pene a me, che sono un ragazzotto di paese, le avrei risposto "Non ti lamentare se domani non ti cercheremo più" (o forse, "Cazzo dici? Piantala").
Capisco che la storia aveva per l'autrice forti, sicuramente drammatiche valenze autobiografiche. Ma se pagina dopo pagina la storia si ripete, sempre ugualmente futile, forse sarebbe bastato un racconto breve. Invece, 194 pagine.
Chi sei contessa? Tu non sei più la stessa.
PS: Riflettendo sui feedback al mio commento (grazie a tutti), mi è venuta in mente l'immagine più efficace per sintetizzare la mia opinione. Questo più che un libro mi sembra una bambola voodoo, che la Nemirovsky si è preparata al solo scopo di infilzarla di spilloni per vendicarsi di sua madre. Umanamente, comprensibile. Per me, lettore (e non parente, amico o psicanalista di Irene), irrilevante.
Los personajes de Nemirovsky no están pensados para recabar nuestra simpatía lectora o humana. Sin embargo, estas tormentosas relaciones madre-hija, narradas con una elegancia que recuerda al maestro Zweig, constituyen una lectura hipnótica.
Las madres no son ejemplares. Como ocurría en El baile – una pequeña joya – las prioridades maternas son aplastantes: el ascenso social o, en el caso de Jezabel la lucha por conservar el atractivo y la juventud contra el paso del tiempo.
La novela comienza en una sala de juicios donde una mujer – mayor pero todavía atractiva – suscita el morbo de los asistentes por haber asesinado a su supuesto joven amante:
Los presentes examinaban con frialdad el rostro angustiado, pálido y tembloroso de la acusada como se contempla a una fiera salvaje prisionera tras los barrotes de una jaula, feroz pero capturada, con las zarpas y los dientes arrancados, jadeante, medio muerta…
Nemirovsky pasa del tremendismo a la sutileza, sin despeinarse:
Vieja y vencida, Gladys aún era hermosa. El tiempo la había deshojado a regañadientes, con mano suave y prudente; apenas había alterado el dibujo de un rostro en el que cada rasgo parecía modelado con amor, tiernamente cincelado.
Con este comienzo espectacular, es inevitable que queramos saber la historia de esta mujer y cómo llego a cometer el crimen, por lo que el resto del libro es un largo flashback que nos pasea por una vida marcada por su obsesión: el pánico a envejecer y perder el atractivo físico. Este tema está enfocado como una adicción, muy de acuerdo con las preocupaciones literarias y psicológicas de su tiempo, y como suele suceder con las adicciones, la familia y cualquier otra consideración pasa a segundo término y sufre las consecuencias. El lamento de su hija Marie-Thérèse lo deja claro:
Querías apropiarte de mi trocito de vida, mi trocito de felicidad, como siempre has hecho…
La relación con los hijos es de antagonismo:
¿Hijos? Ocupan nuestro lugar, nos empujan fuera de la vida, repiten: ‘Vete, vete, ahora todo es mío… Deja tu parte del pastel. ¿Ya te lo has comido? ¿Te has saciado? Bien, ¡pues ahora vete!
Nemirowski puede ser brutal y dejarnos un poso de crueldad sin paliativos pero al mismo tiempo nos regala momentos de belleza y nostalgia por el tiempo pasado:
Volvía a casa al amanecer. La ciudad, grisácea, despertaba. El viento silbaba sobre el Sena. Con el corazón encogido, Gladys recordaba los días de su juventud, los cabriolés, los largos guantes blancos, la galantería del amor…
Es cierto que la historia es algo machacona y repetitiva en el tema de la obsesión y que a ratos tiene un aire folletinesco; quizá El baile al ser más breve sea una obra más redonda. Pero yo he entrado en el juego - sin demasiado espíritu crítico - y me ha encantado.
Se dai romanzi di Fante si evince il suo difficile rapporto con il padre (ma più edulcorato), da quelli della Nemirovski si evince un odio viscerale per la figura materna. Che in molti suoi libri appare un personaggio freddo, cinico, crudele, ma in questo rasenta le fattezze di un vero e proprio mostro. Che, dopo aver temuto l'incedere del tempo tutta la vita, proprio nel tempo che ritorna incontrerà la propria nemesi.
“Estava sempre rodeada de mulheres, que não eram, todas elas, mais do que o seu pálido reflexo, que lhe copiavam os vestidos, os caprichos, os sorrisos. Gladys adorava esse círculo de rostos pintados que se inclinava avidamente para ela, esses tilintares de jóias sobre os seus passos, esses olhares brilhantes, falsos, cheios de inveja e ódio, nos quais podia ler uma homenagem ainda melhor do que nos olhos dos homens enamorados.”
Sem escrúpulos, vaidosa, enceguecida pela paixão, que só se vê a si mesma e à velhice próxima, é assim que conhecemos a protagonista desta história. Foi esta personalidade recriminatória que me atraiu e fez deste livro uma excelente leitura. Recomendo!
Némirovsky does it again. Another repugnant main character, who nonetheless raises our sympathy. Another example of stereotype reflecting reality. To begin with I was horrified, as I was supposed to be, by this creature who is utterly trapped by her fear of aging. She has nothing to live for other than the impossible task of preserving her physical beauty, life for her is literally no more than how other people see her. One wants to say, at least things aren't like that any more. But they are, of course.
At the extreme end, I know various extremely wealthy women whose fears are the same as Gladys's. They have retreated from public life as their looks fade. Some of them have husbands who have mistresses on the side, have sired children with them even. They are willing to put up with the humiliation of this, rather than lose the prestige of their positions. Gladys has more pride than this.
Ser bela, admirada e amada é o único objectivo de vida de Gladys aos vinte anos; e dura-lhe a teima até aos sessenta. Escusado será dizer que pelo caminho muitos estragos acontecem, relativamente poucos no físico, mas enormes na mente de Gladys, cujo terror da velhice a transforma numa criatura monstruosamente egoísta.
Este foi um dos raros livros que li de seguida (num dia) sem intrometer outros. Entristeceu-me por saber que as "Jezabels" existiram (e existem); por exemplo a mãe de Irène Némirovsky sentia uma espécie de aversão pela filha, que nunca recebera dela o menor gesto de amor. Passava horas diante do espelho, espreitando o aparecimento de rugas, maquilhando-se. Para provar que ainda era jovem, recusou-se a deixar de ver Irène como uma criança quando esta já era adolescente. [do Prefácio a Suíte Francesa — romance inacabado de Irène Némirovsky que morreu, aos 39 anos, no campo de concentração de Auschwitz].
Wow! I don't think I've ever disliked a main character as much as the one in this novel, Gladys. She is completely self-absorbed and so vain. In the first half of the book I began to find her very tiresome, but progressing through the novel all I felt was pity for her.
Gladys really is miserable deep down, and extremely insecure. Her age and appearance are the only things that matter to her, and that she still wants to be found attractive and adored by men. The lengths she will go to to conceal her real age are truly shocking!
An interesting little novel, well written, with a great formation of the main character. I think it's always the sign of a good writer when you have strong feelings towards the characters, be it positive or negative.
Probably 3.5 stars for evoking such a strong reaction from me!
“Tutto se ne va? No, siamo noi che ce ne andiamo.”
Moderna Jezabel è Gladys Eysenach, una donna bellissima, ossessionata dalla bellezza e dalla giovinezza, il cui unico scopo sembra quello di piacere a tutti i costi, di conquistare, di mantenere un'immagine di bellezza inalterata nel tempo. Il romanzo parte dalla fine; Gladys viene trascinata in un tribunale dove inizia il processo che la vede principale colpevole dell'omicidio del giovanissimo Bernard Martin, che tutti credono essere la sua ultima conquista. Il processo diventa quasi mediatico, in particolare grazie alla figura di Gladys, tanto chiacchierata e allo stesso tempo temuta in un certo senso. Ma dove sta davvero la verità?
La storia narrata in questo romanzo mette al centro del racconto l'ossessione per la bellezza e la giovinezza. Fin dove si è disposti ad arrivare per mantenere inalterata quella bellezza? Gladys è disposta a tutto, sacrifica alla fine sè stessa pur di mantenere quell'immagine che fin da ragazzina le ha permesso di affascinare e conquistare, di essere amata e ammirata, unica protagonista.
Probabilmente tra i romanzi della Némirovsky questo è il più triste. Il destino della protagonista, di cui già si intuisce la fine nel prologo, è la solitudine e la miseria. Gladys rifiuta di arrendersi al tempo che passa, l'unica cosa che desidera è continuare a piacere. Lei stessa ammette "Come ho potuto vivere sapendo che un giorno sarei invecchiata? Che cosa avrà da darmi la vita quando non potrò più piacere? Che ne sarà di me?" E per piacere rinuncia a qualsiasi altra cosa, all'amore di una famiglia, all'affetto della figlia. Il plot twist in questo romanzo è stato probabilmente una delle parti più interessanti, perchè le ha consentito di dare al racconto tutto un altro tono, di portarlo su un altro livello e di riflettere in modo più profondo su quello che è il tema centrale del racconto.
Estremamente moderno e attuale, Jezabel è la messa in scena di un'illusione. L'illusione della bellezza, la ricerca spasmodica di un'eterna giovinezza che alla fine non è altro che una bugia. Gladys è la perfetta rappresentazione di questa illusione, intrappolata all'interno dell'immagine che vuole che gli altri vedano, si finge libera ma è prigioniera quanto chiunque altro, forse anche di più.
Gladys Eysenach è un mix tra il Dorian Grey di Oscar Wilde e l'Andrea Sperelli di D'Annunzio. Glayds è una donna che non si rassegna a invecchiare, non accetta il passare del tempo, una donna che vede negli altri il riflesso, lo specchio della propria bellezza, del proprio fascino.
"La freschezza genuina delle belle ragazzine che correvano scalze nella polvere, offrendo rami di mimosa feriva la sua vista".
La bellezza delle altre ragazze, soprattutto giovani, rischia di accecarla, di distorcere la sua realtà, fatta di cose belle. Gli uomini cadono ai suoi piedi e Gladys li rifugge con il suo savoir faire, con il suo modo di non lasciarsi andare. Una donna, il cui senso estetico, la cui beltà, la porta a non riuscire a dare amore alle persone care, fino a portarla a compiere un atto criminale per colpa del suo stesso ego. Con questa storia, Irene Nemirovsky dà vita ad un personaggio odioso, ma allo stesso tempo sublime, che conferma, ancora una volta, le grandi doti di questa scrittrice.
Quando entra nell’aula di tribunale in cui verrà giudicata per l’omicidio del suo giovanissimo amante, Gladys Eysenach viene accolta dai mormorii di un pubblico sovreccitato, impaziente di conoscere ogni sordido dettaglio di quella che promette di essere l’affaire più succulenta di quante il bel mondo parigino abbia visto da anni Irène Némirovsky ci svelerà il vero, ma inconfessabile movente dell’omicidio ripercorrendo dall’inizio la storia fiammeggiante e tormentata della ricca, seducente, invidiata Gladys Eysenach: una donna che dagli uomini è stata amata con furore e dedizione assoluti, e che sopra ogni altra cosa ha voluto continuare a esserlo, e per riuscirci ha calpestato con inconsapevole e disperata ferocia chi le stava attorno – arrivando fino a uccidere
Irène Némirovsky has long been a favourite author of mine. Sadly, I am now coming to the stage in my reading of her oeuvre where I have only a handful of books outstanding. I have been trying to ration myself by not buying and consuming them immediately, but sometimes hers is the only writing I feel like reading. It was at one of these points that I purchased a copy of Jezebel, first published in 1940, and translated from its original French by Sandra Smith in 2010.
Jezebel focuses on the trial of a woman, Gladys Eysenach, in a French courtroom. She is 'no longer young, but she is still beautiful, elegant, cold.' She is on trial for the murder of her lover, twenty-year-old Bernard Martin, a man far younger than she, who was killed in December 1934. As the case begins to unfold, Gladys reflects on her life, which culminates in the 'final irrevocable act.' This novel, says its blurb, is suffused with 'the depth of insight and pitiless compassion we have come to expect... Némirovsky shows us the soul of a desperate woman obsessed with her lost youth.'
Translator Sandra Smith contributes a short introduction to the volume. She says: '"Jezebel"... the very name immediately conjures up a host of impressions, all negative: seductress, traitor, whore.' She then goes on to write about Gladys as a protagonist, and the way in which she worships her own beauty: 'To her, beauty is power; it defines her life and her worth. As Gladys ages and her fears turn to obsessions, Némirovsky explores the fine balance between victim and criminal, and the reader is torn between sympathy and horror.'
We first meet Gladys when she is on the stand during her trial. We are therefore launched immediately into the story. She admits, very early on, to shooting Bernard, as she feared that he was going to reveal their relationship to her other, more official lover, Count Monti. The initial description given of her is as follows: 'She was still beautiful, despite her paleness and her drained, distraught appearance. Her sensual eyelashes were pale from crying and her mouth drooped, yet she still looked young.' We learn that she is a woman of immense wealth, who has travelled extensively, and made her home in many countries. She is widowed, and lost her only child during the First World War.
From the outset, Némirovsky captures Gladys' fear and uncertainty of her situation: 'The defendant slowly clasped her trembling hands together; her nails dug deep into her pale skin; her colourless lips opened slightly, with difficulty, but she uttered not a word, not a sound.' Those in the public gallery 'examined the trembling, pale, haggard face of the accused, like people looking at a wild animal, imprisoned behind the bars of its cage: savage but confined, its teeth and nails pulled out, panting, half-dead...'. In the trial, 'only the accused woman was exciting; the victim was no more than a vague ghost.'
We learn a great deal about Gladys not from her own account, but through the testimonies of others. One of her friends, Jeannine Percier, for instance, tells the court: 'I'm only telling you what everyone knows. Gladys was excessively flirtatious. She enjoyed nothing more than compliments, adoration, but that's not a crime.' Jeannine goes on to remark: 'It always seemed to me that there was something deeply tragic within Gladys.'
There is such gorgeous prose within the novel. When we are taken back to Gladys' early adulthood, Némirovsky recounts a sumptuous ball which she attends. Here, Gladys 'knew that she would never ever forget that scent of roses in the warm ballroom, the feel of the night breeze on her shoulders, the brilliant lights, the waltz that lingered in her ears. She was so very happy. No, not happy, not yet, but it was the expectation of happiness, the heavenly desire and passionate thirst for happiness, that filled her heart.' At this point for Gladys, 'Everything was bewitching; everything looked beautiful to her, rare and enchanting; life took on a new flavour she had never tasted before: it was bittersweet.'
As she moves into adulthood, we learn a lot about her relationships with various husbands and lovers, as well as the unsettling way in which she and her young daughter, Thérèse, interacted: 'She lived in the shadow of her beautiful mother and, like everyone else who knew Gladys, she strove only to please her, to serve her, to love her.' She goes as far as pretending her daughter is far younger than she is, so that nobody can consider her old.
Gladys' vanity is at the forefront of her mind at all times; her first act each morning is to reach for a mirror and study her face. She sees the world as her playground, and the men within it hers to do with as she pleases. Whilst her wealth allows her to be a lady of leisure, Gladys is not as content with this as one might expect: 'She would visit one friend after another. With them, time would pass more quickly, but eventually she had to go home and still it was daytime. There was nothing left to do but buy a dress and visit the jewellers... Finally, night would come and she would feel as if she had been reborn. She would go home to Sans-Souci, get dressed, admire how she looked. How she loved doing that. Was there anything better in life, was there anything more sensual than being attractive?'
Jezebel is a rich and fascinating psychological study, taut and tightly written. Némirovsky achieves a great deal in less than 200 pages. She demonstrates such depth, and one of the real strengths in this novel is the way in which the conversations between characters feel so realistic. The novel is atmospheric from beginning to end, with striking scenes, and flesh-and-blood characters. Jezebel is richly evocative, as all of Némirovsky's books are. Gladys' story has been vividly realised. She is not at all a likeable character, but the astute and perceptive insights which Némirovsky gives into her imagined life are fascinating. One cannot help but feel sorry for her at points, particularly when the extent to which her own self-absorption has harmed her is revealed. Jezebel is a captivating novel, which has a rather sad quality to it, and it offers far more in terms of plot than I was expecting.
من این کتاب رو به پیشنهاد یکی از دوستان خوندم،اینکه یه نفر چقدر میتونه تایید طلب و مهر طلب باشه وحشتناکه،اینکه چقدر حاضره در راه به دست اوردن تایید پیش بره و یا اینکه حاضره چه تاوانی بابت اهمیت دادن به نظر دیگران بده اونم وحشتناکه!و اینکه ادما چقدر میتونن در حق هم بیرحم باشن چقدر نظرات شخصییشون حسشونو الوده میکنه و توی قضاوتشون تاثیر میذاره و اونا رو بیرحم میکنه،به نظرم با اینکه از وسط کتاب متوجه میشی داستان چی بوده ولی بازم ادامه میدی که ببینی دقیقا چی شد
Il tema trattato nel romanzo è attuale: il mito dell’eterna giovinezza, incarnato dalle star cinematografiche e televisive (e non solo) che si rifanno ogni piccola parte del corpo per nascondere artificialmente i cambiamenti dell’età, domina il nostro tempo, non mi dilungo sulle considerazioni “etiche” che se ne possono trarre. Gladys, la protagonista di Jezabel, è una donna ossessionata dalla gioventù e dalla bellezza, strumenti grazie ai quali tiene legati a sé gli sguardi e gli apprezzamenti maschili: ottenere uno sguardo, un complimento, essere ammirata costituisce l’unico senso che per lei abbia la vita. Tutto il resto non conta nulla, non v’è amore filiale o materno, non c’è sentimento alcuno che possa toccarla. Avete presente la matrigna di Biancaneve? Ecco, mi ha ricordato lei. Leggere le ossessioni maniacali di questa donna, che all’apertura del libro troviamo, oramai matura, sotto processo per aver sparato ad un ventenne provocando uno scandalo nel bel mondo parigino, mi ha dato un forte fastidio, non vedevo l’ora di liberarmene. A parte la considerazione sul tema trattato, non ho saputo apprezzare molto altro del romanzo, non la trama, abbastanza scontata da un certo momento in poi, non c’è un personaggio che non mi abbia provocato malessere, né la scrittura è coinvolgente, sempre con toni melodrammatici che alla lunga divengono stomachevoli come il gusto eccessivo di zucchero filato.
Cosa succede ad una donna che vive solo per essere ammirata dagli uomini per la propria bellezza, che odia anche solo l'idea della vecchiaia, che è pronta a combattere l'avanzare del tempo in ogni modo?
“Odiosa, sì, criminale magari, ma non ridicola!…Un mostro, un essere orripilante, ma non questo, non la nonna, la vecchia, la befana innamorata!”
Gladys Eysenach, ricca parigina appartenente all’alta borghesia francese, è bellissima. Gli uomini la amano, le donne la invidiano. Ma lei è ossessionata dalla sua bellezza, ama solamente sé stessa, la sua unica preoccupazione è quella di attenuare gli effetti devastanti del tempo sul suo corpo nascondendo perfino i suoi dati anagrafici. Ama essere adulata, essere desiderata, essere al centro dell'attenzione. La superficialità e l'avere avuto tutto dalla vita senza faticare hanno fatto di Gladys una donna ottusa, fragile e patetica che mette in primo piano se stessa a discapito di tutto e di tutti.
"Che delizia vedere un uomo ai propri piedi... Che cosa c'era di più bello al mondo di quel nascente potere femminile? Era proprio questo che stava aspettando, che presagiva da tanti giorni... Il piacere, il ballo, il successo....non erano niente, impallidivano davanti a quella sensazione intensa, a quella sorta di fitta interiore che provava."
Il romanzo, scritto nel 1936, deve il suo titolo al nome della madre di Athalie nella tragedia omonima di Racine, scomodata dalla Nemirovsky per la similitudine con Gladys:
“Non ne aveva, il dolore, smorzato la fierezza; aveva anzi, ancora, quella finta bellezza mantenuta con cure, con espedienti labili, per riparar degli anni le sfide irreparabili”
"Jezabel" è un libro che esprime sentimenti prevalentemente femminili (anche se ultimamente molti uomini cominciano a pensare e a comportarsi nello stesso modo...). Gladys vive guardandosi allo specchio, vive per la sua immagine, vive con il terrore di invecchiare e di non essere più desiderata. E quando la giovinezza e la freschezza cominciano ad andarsene, sacrifica qualunque affetto pur di nascondere il proprio declino, pronta anche ad uccidere per non rendere pubblica la propria età.
"L'avaro non pensa ad altro che al suo oro, l'ambizioso agli onori: al pari di loro Gladys era totalmente posseduta dal desiderio di piacere e dall'ossessione dell'età."
La Nemirovsky ha un conto in sospeso con la madre, che odiava. E anche qui si accanisce contro Gladys forse per scaricare il suo odio personale nei confronti della madre, che Gladys rappresenta; il romanzo diventa quindi l'ennesima occasione per parlare dei conflitti (duri, feroci e a volte insanabili) tra madri e figlie. Gladys (e quindi la madre) viene messa sul banco degli imputati e demolita senza pietà.
“Credete di aver vinto la vecchiaia ma ce l’avete dentro. Potete sfoggiare un corpo ancora flessuoso (…) ma la vostra anima è vecchia. Peggio: è guasta. Ha l’odore della morte.”
In questi giorni sto leggendo un piccolo libro che mi è capitato tra le mani, che recita “La bellezza è negli occhi di chi guarda”. Chissà se Gladys si vede sfiorire perché in realtà la vera bellezza sta dentro di noi e lei non l’ha mai avuta oppure se è perché quello che le manca è qualcuno che la ami veramente per quello che è….
Mi sono domandato se questa ricerca della giovinezza a tutti i costi fosse un mito in voga soprattutto quando il romanzo è stato scritto, negli anni '30. La risposta che mi sono dato è che nei giorni nostri questa ossessione sia più viva che mai; l'uso smodato di palestre, chirurgia plastica, reggiseni e slip push-up, creme antirughe e botulino ne sono la dimostrazione.
Sempre brava la Nemirovsky, pur con i suoi difettini consueti; bello il romanzo, anche se l'ho trovato un tantino ripetitivo. Forse con qualche pagina meno sarebbe stato molto più efficace.
This is a fantastic book about a terrible woman, Glady Eysenach, who is obsessed with her own youthful looks. She is accused of having murdered a young lover. However, the book truly starts after her trial is over and her life story is told. The writing is modern and the content shocking, even more so given that this was written in the 1930's. The subject is probably even more up to date now than 80 years ago, since our culture is more youth obsessed than ever.
For me personally, it's quite a frightening book. It's like looking into the darkest depths of my soul, although I would never ever have gone the extents Gladys does to preserve the image of herself as young. I am however very much at the age when I am no longer "the babe". I only turn heads in subdued lighting these days. In many ways this has been a comfort, because doing a good job and being taken seriously in a male dominated industry is easier when your appearance is not a distraction. Besides, it seems that good looks are often equated with an empty head and proving otherwise can throw a conservative male audience so far off kilter that they never recover (not that this has happened in my current culture or job). In another, small way, there is definintely regret. It was fun being 20, at least sometimes. My 30's have been better, but now, yes now, I am on threshold of decay and I know it. It doesn't mean I will be any worse off. Considering the only alternative I prefer to grow old.
But what does it say about us, male and female that looks would be everything to us? What does a polished facade really do to contribue to a fulfilling life? Naught. If you cannot find happiness within yourself and without the admiration of others, you are doomed. We should be concentrating on polishing our abilites for empathy, compassion, learning, exploring rather than solely on ourselves. Gladys fate in its glaring failure proves this much. She is a monster - but I pity her and I want to be nothing like her.
Cortocircuiti non autorizzati Questa volta Irene mi ha delusa. Non che il libro non sia costruito e scritto benissimo. Però mentre leggevo il mio cervello elaborava in contemporanea la trasposizione cinematografica, montando spezzoni di film già visti: da Greta Garbo o Marlene Dietrich in gramaglie allo splendore di Michelle Pfeiffer in Chéri; cortocircuiti non autorizzati, dato che non interpretavano la stessa storia e che suggeriscono l’idea del libro di genere, con maliarda cattivissima, abito nero e veletta. Ce ne sono di cattivi a questo mondo, ma probabilmente non si sentono tali o hanno degli affetti o hanno subito dei gravi traumi. Il personaggio di Gladys non ha spessore per eccesso di negatività, consapevole e senza scusanti: la società e il destino sono innocenti nei suoi confronti. L’unica nota di umanità è rappresentata dal ricordo del marito morto, la sola persona che sembra aver amato nella sua vita, poiché nella sua solidità e sicurezza di sé la metteva al sicuro da qualunque problema o pensiero molesto e le consentiva una vita da uccellino del paradiso, con tanto di piume, dato che era la moda dell’epoca . Anche la rappresentazione della bohème nella quale si trova coinvolta suona piuttosto di seconda mano: che differenza con “I cani e i lupi”, non sembra scritto dalla stessa autrice. Sono più efficaci i personaggi di contorno, come le ex donne di servizio che si ritrovano la sera a sferruzzare e a raccontarsi la solita incredibile storia.
I found myself in a bit of a rollercoaster ride with this book. It started off so well, dipped down drastically and then ending with an emotional high I hadn't expected. Initially I enjoyed the style of the writing, but after a while it became completely repetitive and I was finding it far too frustrating. The lead character fills pages and pages with descriptions of her beauty and I disliked her narcissistic behaviour immensely. She had no empathy with anyone else whether it was her daughter, her friends or her lovers, and simply droned on and on about how important it was for her to remain beautiful and how no one understood her. A mixed bag of a book. Although to give the author a fair excuse, it may have been the translation of her writing I disliked.
Jezebel is a short story about 200 pages written in 1936 by Irene Nemirovsky. Irene has a way of exposing people & their very human frailties which I have seen in all her books I have read thus far. This story reminds me a lot of a cross between Bette Davis in Mr. Skeffington & Wilder's Portrait of Dorian Gray. I also just found out that Mr. Skeffington is a book by Elizabeth Von Arnim, so that will be a future read for sure. I have seen a lot of classic movies & I bet more are books made into movies & it is always interesting seeing the contrast between the two.To get back to Jezebel which was an interesting read & once 1/4 into the story it was hard putting down. It starts with a murder trial & a sensational one in France. A twenty year old man is murdered Christmas Eve & the defendant a wealthy woman has confessed but reframes from giving details which perplexes all even her current lover. She is sentenced & then the story of her life begins & things become clearer. Gladys is an extremely beautiful woman & uses her beauty as a weapon. How much is our beauty ourselves & are we more than our beauty? What would happen if we no longer had our looks as we age & can we do so gracefully? If we are not a true beauty exterior is this not better than being one who only prices their beauty as uses it as a weapon? I think of these questions & I feel pity for those who life revolves around their looks and nothing else. As you read her story the reader either pitied her or is disgusted at her own actions. An unseen twist is seen that makes the story so much more poignant. This story also brings out the relationship between Irene & her mother Fannie who was a mother concerned at all cost to stay & look young. Interesting enough Mr. Skeffington was written in 1940 & the mother was named Fannie, another coincidence.
Wow, che bella sorpresa la Nemirovsky, avevo letto commenti entusiasti ma ero un po’ diffidente...ho dovuto ricredermi. La principale abilità dell’autrice è che riesce a coinvolgere il lettore, facendogli vivere le stesse ansie e le stesse emozioni dei protagonisti. Uno stile elegante e fluido, sembra uno romanzo scritto ai giorni nostri; anche il tema è attualissimo, la paura di invecchiare e rimanere soli. Ben caratterizzato il personaggio di Gladys, l’autrice ne fa un’analisi psicologica molto profonda. Ho odiato Gladys per quasi tutto il libro, ha suscitato in me un po’ di pietà soltanto nelle ultime pagine. Una donna egoista, eternamente bambina, più immatura persino della propria figlia e sempre alla ricerca di conferme sulla propria bellezza. Il lungo flashback ci illustra esattamente come, in concomitanza al mutamento del proprio fisico, Gladys con il trascorrere degli anni diventa una donna sempre più insicura e infelice. Il risultato è che preferisce diventare un’assassina piuttosto che vecchia, un’assassina piuttosto che sola e senza amore. A detta di molti, Jezabel non è il miglior romanzo della Nemirovsky, sono curiosa quindi di leggere altri suoi libri.
My favorite line: "What is a child? Someone to take our place, to push us to our death, someone who keeps on saying, "Get going now, go away, it's all mine now. Give up your piece of cake..." Reminds me of the Jerry Seinfeld episode when he explains why he doesn't get excited about babies....they're here to replace us, you know!
I I found this novella fascinating. A friend mentioned Kim Kardasian as a real day Gladys Eysenach, and I couldn't agree more. This is a study of a woman who's entire self worth is based on her looks. What makes this so amazing is that Gladys is not superficial. She's a deeply emotional, reflective, thoughtful woman.....alas, it's only about herself.
This slim novel was a stunning portrayal of a woman's obsession with her own youth and beauty.
Irène Némirovsky sets the stage in the first forty pages in a French courtroom scene in which a woman stands trial for the murder of her younger lover.
Having shown the proceedings and outcome of the trial Némirovsky then moves back in time to chronicle Gladys Eysenach's life, giving us a closer look at the influences that shaped her personality.
It is a cautionary tale that certainly remains relevant today as our TV screens (at least in the UK) are filled with adverts for anti-ageing creams and lotions and the cult of youth and beauty reign supreme.
La Nemirovskj è una scrittrice che ho scoperto da pochi anni per 'colpa' di una sfida e mi ha conquistata per la capacità di analizzare i suoi personaggi in profondità, pur mantenendo alto il ritmo della narrazione. Questo libro si apre con un processo e procede con ii racconto dei fatti che hanno portato al delitto. Intorno alla metà si capisce qual è il mistero, nonostante ciò il libro non perde di interesse, anzi! Trovo inoltre molto attuale l'ossessione per la giovinezza della protagonista, anche a costo di azioni che non vi descrivo per non spoilerare, e il conflitto tra giovinezza e vecchiaia che si incarna nei vari personaggi. Grande romanzo
Es el primer libro que leo de Irene Nemirovsky y la verdad me ha gustado mucho. He pasado por 2 fases en este libro: al principio la protagonista me da mucha pena, luego en la segunda parte, se cuenta su historia. Poco a poco se va tejiendo la historia de la protagonista y cuál es su principal miedo: envejecer y que la gente sepa la edad que tiene. recomiendo su lectura. Un libro escrito en 1936 - increíble, y que aún sigue de actualidad.
The author's own heartbreaking story, unfortunately, overwhelms this novel.
{Spoilers ahead]. The major plot point (that the mysterious young man was the woman's grandson, not her boy toy) was entirely foreseeable to this reader. A sad novel, more than a scandalous one.
This entire review has been hidden because of spoilers.
Il terrore dell’invecchiamento, l’ossessione per il prestigio sociale e la necessità di sentirsi amata hanno reso Gladys odiosa fino all’ultima pagina, ma profondamente umana.
Jezabel colpisce non per la sua ambientazione storica, quanto per la sua sconcertante modernità. E' infatti difficile ricordare che sia un'opera degli anni Trenta, perché i temi che tratta con una lucidità spietata sono potenti e attuali. La Némirovsky, con il bisturi affilato della sua scrittura, compie un'operazione antesignana: disseziona l'ossessione per l'aspetto fisico, per la giovinezza e per il controllo dell'immagine, perfetto specchio della nostra epoca dei social e del culto della perfezione. Lo fa, con una profonda cattiveria che però non è gratuita, perché è l'unico tono possibile per raccontare una verità così scomoda. La modernità della protagonista è agghiacciante. Lei è l'antesignana dell'influencer ossessionata dai filtri, che ha fondato la sua intera identità sullo sguardo degli altri e che, quando quello sguardo minaccia di diventare indifferente o pietoso, preferisce distruggere pur di non affrontare la realtà. La sua lotta contro il tempo è la metafora potente della nostra società che venera l'eterna giovinezza, e la sua "cattiveria" verso chiunque minacci la sua narrazione nasce dal panico di diventare invisibile. L'autrice però non giudica, ma mostra, e in questo mostrare c'è tutta la lungimiranza di una donna che ha visto arrivare, con decenni di anticipo, le nevrosi di oggi. La Némirovsky è maestra nel plasmare personaggi femminili "definiti" proprio perché ne esplora le profondità più oscure senza sentimentalismi. Non sono eroine, sono forze della natura, spesso distruttive, sono "reali nelle pagine" perché le loro motivazioni, seppur portate all'estremo, sono umanissime: la paura dell'irrilevanza, il bisogno di amore, il terrore del declino. Jezabel è un romanzo crudele, claustrofobico e magnificamente scritto. È una lettura che lascia un senso di inquietudine, ma è geniale perché è un capolavoro di psicologia letteraria.