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Malcomidos: Cómo la industria alimentaria argentina nos está matando
¿Por qué las vacas ya no comen pasto? ¿Desde cuándo los criadores de pollos no comen pollo? ¿Qué peligros esconde una ensalada? ¿Qué hay detrás de cada delicado plato de sushi? ¿Cuáles son los ingredientes secretos en los alimentos procesados? ¿Qué relación hay entre la falta de trigo, la exclusión social, el asesinato de indígenas y las catástrofes naturales? ¿Por qué cada día hay más obesos, más diabéticos, más hipertensos y más enfermos de cáncer? Soledad Barruti despliega una investigación rigurosa y a la vez inquietante que explica por qué estamos mal comidos, peor encaminados, pero todavía a tiempo.
464 pages, Paperback
First published January 1, 2013
144 people are currently reading
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 50 reviews
November 5, 2015
En realidad 3,5 estrellas.
Me cuesta mucho reseñar este libro y separar la escritura, lo que Soledad quiso transmitir, con la parte editorial con la cual quedé muy disgustada. Entiendo que no es culpa de los autores la forma de escribir o que el libro resulte con errores de ortografía. En la vorágine de escribir estos errores ocurren. El problema es que en la editorial no se haya trabajado en esto. Hay errores de redacción y de ortografía muy groseros. Es un libro de investigación y creo que estos errores no deberían estar. Desconozco si sólo están presentes en la versión ebook que compré en Bajalibros o también en la edición impresa. Hay palabras como "mancitos", "emulcionante", o se repite varias veces el término "taza", como en "taza de obesidad". También nombra a "Abu Dabhi" como un país. Perdón, pero quería descargarme con Planeta (si bien les escribí ya un correo del cual no tuve respuesta). Es una editorial con prestigio, y considero que libro es cultura y esto no puede ocurrir.
Bien, vamos a lo importante: la investigación en sí. Cada capítulo abre los ojos, muestra un panorama totalmente distinto al que conocíamos. A mi me gusta escuchar las dos campanas antes de tomar opinión en un tema. Y la campana de Soledad Barruti me pareció muy fuerte. Luego de cada capítulo pensaba "¿Cómo puede ser que nadie haga nada sobre el tema?" y "¿Qué puedo hacer yo, que esté dentro de mi alcance, para colaborar?". Personalmente, hace mucho tiempo que cambié mi forma de alimentarme y busco consumir alimentos lo más sanos posibles, y realmente es difícil y cuesta mucho en tiempo y dinero. Y también es un salto de confianza, ya que aquí no es común encontrar por ejemplo, frutas y verduras que se vendan con la certificación orgánica a la vista. Entonces... tal vez pienso que como sano y en verdad estoy pagando sobreprecios a algún vivo por algo que no lo es. Necesitamos más reglas, normas, leyes, que ayuden a que lo que comamos mejore nuestra calidad de vida. Necesitamos encontrar el equilibrio entre los avances tecnológicos y lo natural. No toda la biotecnología es dañina, sino que como humanos debemos aprender a aplicarla con conciencia, especialmente teniendo en cuenta las futuras generaciones.
A mi me dejó los ojos bien abiertos este libro, estoy más atenta. No estoy en contra de todo, sino que busco consumir con mayor conciencia, leer etiquetas de ingredientes, conocer mejor el origen del producto. Mayor conciencia, esa es la clave...
Me cuesta mucho reseñar este libro y separar la escritura, lo que Soledad quiso transmitir, con la parte editorial con la cual quedé muy disgustada. Entiendo que no es culpa de los autores la forma de escribir o que el libro resulte con errores de ortografía. En la vorágine de escribir estos errores ocurren. El problema es que en la editorial no se haya trabajado en esto. Hay errores de redacción y de ortografía muy groseros. Es un libro de investigación y creo que estos errores no deberían estar. Desconozco si sólo están presentes en la versión ebook que compré en Bajalibros o también en la edición impresa. Hay palabras como "mancitos", "emulcionante", o se repite varias veces el término "taza", como en "taza de obesidad". También nombra a "Abu Dabhi" como un país. Perdón, pero quería descargarme con Planeta (si bien les escribí ya un correo del cual no tuve respuesta). Es una editorial con prestigio, y considero que libro es cultura y esto no puede ocurrir.
Bien, vamos a lo importante: la investigación en sí. Cada capítulo abre los ojos, muestra un panorama totalmente distinto al que conocíamos. A mi me gusta escuchar las dos campanas antes de tomar opinión en un tema. Y la campana de Soledad Barruti me pareció muy fuerte. Luego de cada capítulo pensaba "¿Cómo puede ser que nadie haga nada sobre el tema?" y "¿Qué puedo hacer yo, que esté dentro de mi alcance, para colaborar?". Personalmente, hace mucho tiempo que cambié mi forma de alimentarme y busco consumir alimentos lo más sanos posibles, y realmente es difícil y cuesta mucho en tiempo y dinero. Y también es un salto de confianza, ya que aquí no es común encontrar por ejemplo, frutas y verduras que se vendan con la certificación orgánica a la vista. Entonces... tal vez pienso que como sano y en verdad estoy pagando sobreprecios a algún vivo por algo que no lo es. Necesitamos más reglas, normas, leyes, que ayuden a que lo que comamos mejore nuestra calidad de vida. Necesitamos encontrar el equilibrio entre los avances tecnológicos y lo natural. No toda la biotecnología es dañina, sino que como humanos debemos aprender a aplicarla con conciencia, especialmente teniendo en cuenta las futuras generaciones.
A mi me dejó los ojos bien abiertos este libro, estoy más atenta. No estoy en contra de todo, sino que busco consumir con mayor conciencia, leer etiquetas de ingredientes, conocer mejor el origen del producto. Mayor conciencia, esa es la clave...
October 11, 2015
Abandonado. El tema de cómo la producción de alimentos sigue las pautas de estandarización de la producción industrial, el uso de agroquímicos, la apropiación de tierras por grandes emprendimientos, entre otros, son temas muy interesantes. Por desgracia, el libro no ayuda a la lectura. A tono con el progresivo empeoramiento del periodismo argentino, abunda en adjetivos y mucha opinión, cuando francamente alcanzaba con mostrar los hechos (que ya son lo suficientemente terribles como para no necesitar opinionismo).
August 5, 2019
En un lenguaje muy simple, la autora recorre diferentes producciones en Argentina, develando las terribles consecuencias de la intensificación más extrema. Hacinamiento de animales, monocultivo, químicos que van desde fertilizantes hasta hormonas, enfermedades, negocios, negocios y más negocios.
Uno de los capítulos habla del sistema de producción hortícola, que conozco de cerca, incluso nombra gente con la que he trabajado y me consta que lo que describe es cierto. En otros, me parecía que en el afán de querer alcanzar un amplio público, la autora hacía afirmaciones discutibles.
Cuando lo leí pasé por diferentes sensaciones, no querer comer de esto, de aquello, de lo otro..creer que bueno, no había forma de escape, hasta ver en el capítulo final cómo algunas personas / grupos sí han encontrado la manera de producir y vivir en harmonía con la naturaleza.
Uno de los capítulos habla del sistema de producción hortícola, que conozco de cerca, incluso nombra gente con la que he trabajado y me consta que lo que describe es cierto. En otros, me parecía que en el afán de querer alcanzar un amplio público, la autora hacía afirmaciones discutibles.
Cuando lo leí pasé por diferentes sensaciones, no querer comer de esto, de aquello, de lo otro..creer que bueno, no había forma de escape, hasta ver en el capítulo final cómo algunas personas / grupos sí han encontrado la manera de producir y vivir en harmonía con la naturaleza.
April 22, 2019
Con una narrativa similar a Naomi Klein, Barruti sintetiza en Malcomidos una extensa investigación sobre el estado de la agroindustria en Argentina: una crítica a un modelo que nos deja cada vez más empobrecidos ecológica y socialmente, y que, a pesar del paso de los años, continúa tan actual como los tiempos de su publicación. Este libro es una incitación al verdadero empoderamiento de los consumidores y una invitación a ejercer política desde el plato.
Necesitamos más periodismo de investigación como el que Soledad expone en este libro, como así también más lectores interesados en la democratización de la tierra y la lucha contra el corporativismo agroindustrial. La educación es la única herramienta contra la devastación socioambiental que se avecina.
Necesitamos más periodismo de investigación como el que Soledad expone en este libro, como así también más lectores interesados en la democratización de la tierra y la lucha contra el corporativismo agroindustrial. La educación es la única herramienta contra la devastación socioambiental que se avecina.
March 10, 2020
Tarde en leerlo. Lo analice, investiga sobre cada tópico... de la mano de Soledad Barruti descubrí un mundo nuevo -el real- de nuestra alimentación.
No suelo marcar libros, este si... pasajes enteros. En algunos hasta llore.
Creo que es un libro indispensable. Visceral.
En cuanto a la narrativa, Sole es periodista pero su libro no aburre; además de investigación y denuncia, hace literatura. Describe paisajes que te llevan a esos lugares, sentís que los recorres con ella.
Hay algún error -o varios en realidad- ortográfico. Uno de los que más recuerdos es la equivocación al escribir Abu Dabi. Creo que los editores deberían estar más atentos y corregirlo en futuras reimpresiones.
Obviando ese detalles, impecable e implacable libro.
No suelo marcar libros, este si... pasajes enteros. En algunos hasta llore.
Creo que es un libro indispensable. Visceral.
En cuanto a la narrativa, Sole es periodista pero su libro no aburre; además de investigación y denuncia, hace literatura. Describe paisajes que te llevan a esos lugares, sentís que los recorres con ella.
Hay algún error -o varios en realidad- ortográfico. Uno de los que más recuerdos es la equivocación al escribir Abu Dabi. Creo que los editores deberían estar más atentos y corregirlo en futuras reimpresiones.
Obviando ese detalles, impecable e implacable libro.
September 24, 2018
Es el primer libro que leo de este tipo, me parecieron geniales todas las investigaciones, los conocimientos aportados y opiniones de la autora, la cual te hace abrir la mente y concientizarte sobre todo lo relacionado a la alimentación que proviene de “campos”, genial como explica el tema de las carnes, cereales, y todos los agrotoxicos. Espero seguir leyendo libros de este tipo.
June 13, 2020
La obra me parece una muy buena recopilación de información y trabajo de investigación que muestra la cruenta realidad sobre el origen de nuestros alimentos, el impacto en el medio ambiente, la sociedad y la salud.
Sin dudas me ha marcado un antes y un después en la elección de mis alimentos, generando un despertar de conciencia.
Recomiendo muchísimo este libro.
Sin dudas me ha marcado un antes y un después en la elección de mis alimentos, generando un despertar de conciencia.
Recomiendo muchísimo este libro.
Want to read
October 13, 2021Quedé en el 41% pero ya lo rendí, así q acá lo dejo ah
July 31, 2021
"Estamos ante una emergencia global, una bomba de tiempo, y este libro es una denuncia, un aviso antes de que la situación explote, así como un reto y una invitación para todas aquellas personas abiertas a aceptar que hoy en día la salud es un lujo y creen que el conocimiento es el único camino."
Libro divulgativo e ilustrativo centrado casi en su totalidad en los frágiles pilares sobre los que se encuentra la industria alimentaria Argentina, si bien es cierto que menciona otros países de América Latina y particularmente me ha gustado que en muchos momentos se hicieran comparaciones con otras regiones como Europa y los EEUU.
AVISO IMPORTANTE, con esta reseña voy a destripar el libro por secciones, resumiéndolo, así como dando mi opinión sobre los grandes apartados que engloba su lectura. Contiene todos los spoilers posibles. Mi opinión global se encuentra en los 3 últimos párrafos. A partir de aquí lee bajo tu responsabilidad:
Para empezar y una de las cosas que más me gustó fue el inicio del libro: "La lógica que impone el mercado es una sola: ganar la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible. Con el objetivo de complacer el criterio estético del consumidor, el mercado actual no duda en hacer que la realidad se tiña de marketing."
Tiene sentido que hoy la industria alimentaria sea tan exitosa porque nos ofrece una tentación para la que, desde nuestra inconsciencia alimentaria, estamos diseñados a caer. Evidentemente ninguna empresa quiere envenenar al cliente, porque se quedaría sin él. Ahora, si esos efectos aparecen dentro de veinte años, la cosa cambia (ejemplo práctico: el tabaco). No se trata de que el deterioro no aparezca, sino de que aparezca lo más lejos posible.
Industria Ganadera (Argentina)
El punto fuerte aquí es el de los Antibióticos, que pasan a formar parte de los animales a través de su alimentación, tema del que yo personalmente desconocía bastante.
Parece como si lo que estuviese haciendo la industria mientras alimenta a sus animales con remedios fuera un experimento a gran escala: desarrollando microorganismos mutados, más vigorosos, que traspasan la información evolutiva a su descendencia armando un ejército de enfermedades. No hay veterinario ni productor que no reconozca el chaleco químico que hace sobrevivir a los animales criados en granjas cerradas...
Además de todo lo anterior y, por obvio que pueda parecer, la crianza de animales hace que sea requerido un sistema de producción propio, así como espacio y tecnología; una industria paralela para alimentar a los animales. Se trata de un modo de producción que es cruel social y ambientalmente. Sinceramente, se me hizo especialmente difícil leer sobre la crueldad animal: los ambientes insalubres en los que viven las vacas, los periodos de lactancia de los cerdos en jaulas, el replume de las gallinas y la alimentación forzada de todos estos animales a base de granos, que sustituyen una dieta con los vegetales que crecen de forma natural en los prados.
Desde este último punto de la crueldad animal, me impactó mucho leer un testimonio de un productor de carne de cerdo: “Para que estos sistemas funcionen, no solo los animales tienen que ser menos animales, sino que las personas que trabajan alrededor -productores, veterinarios, obreros- tienen que despojarse de cualidades humanas como la compasión, la empatía y en instinto de cuidado”.
Industria Agrícola (Argentina)
Los protagonistas en este apartado son sin duda los Agrotóxicos. Es una realidad que los insectos, los hongos y las hierbas generan cada vez más resistencia. Todos los agricultores se enfrentan tarde o temprano a la necesidad de arrojar más y más químicos para obtener los mismos resultados. En palabras de algunos de ellos: “Aplico todo lo que puedo y así me quedo tranquilo”. Un experimento que empieza en la naturaleza y acaba en la mesa.
Los gigantescos monocultivos de soja que existen en la actualidad en Argentina ocupan varias secciones en el libro. La idea de la soja como alimento mágico -carne que sale de una planta-, es una idea que muchos médicos vienen combatiendo desde el primer momento. La soja tiene entre sus componentes antinutrientes que dificultan la absorción de vitaminas y minerales necesarias para el desarrollo y no es fuente de hierro como la carne. De hecho, es inaudito leer que hay médicos que pierden su trabajo si explican a los pacientes cuál es la relación entre sus padecimientos y la soja. Científicos con hallazgos muy valiosos, pero que atentan contra la megaproducción.
Respecto a la sobreexplotación de los suelos, es llamativo leer que cuando llega la sequía, la pérdida de unos cultivos son un margen de error mínimo para un negocio millonario. En cambio, para la tierra se trata de algo terminal y supone una gran pérdida de calidad, a veces irreversible.
Muy peculiar saber que tanto el sistema de producción agrícola como el ganadero sufrieron un cambio cuando ingresaron al mercado los especialistas financieros: compañías que ni producen carne o granos ni dependen de ellos para nada, pero que invierten en el negocio inyectando una importante cantidad de dinero. Estas personas están actualmente activando bombas en la naturaleza y deciden hacer pagar a la sociedad los costos de sus negocios.
Industria pesquera (Chiloé, Chile)
Muy curioso que el libro ponga como ejemplo a Chile para referirse a esta industria. Un país que, al igual que Argentina, vive de sus exportaciones de pescado sin ser ambos unos grandes consumidores.
Así, hace unos años las primeras empresas llegaron desde Noruega y se instalaron en Chiloé (Chile) con grandes promesas de crecimiento de negocio. Sin embargo, y pese a cumplir lo prometido inicialmente, la realidad supuso un cambio radical que derivó en la sobreexplotación: se cambiaron las redes de pesca por jaulas en las que se criaba a los peces como si fueran tomates.
El ejemplo claro en el “Salmón rosado”, una especie exótica introducida en Chile. De la mano de países pesqueros como lo son Japón, Noruega e Inglaterra, se perfeccionaron las técnicas de fecundación artificial, que dieron paso a la producción intensiva de salmones y su posterior vuelta al globo.
Otro ejemplo que enfatiza las desigualdades entre países es la cantidad de químicos que se emplea en este tipo de industria pesquera. Por ejemplo, “El volumen de antibióticos en Chile es 600 veces mayor que el que se utiliza en Noruega” y de los 12 que se emplean para la salmonicultura en Chile, 8 de ellos están prohibidos en los EEUU y 7 en Noruega.
Además de todo esto, debemos tener en cuenta que los salmones actúan como bioacumuladores y biomagnificadores (no sólo acumulan tóxicos, sino que, al ser carnívoros, comen otros peces con tóxicos, magnificando las dosis en su propio cuerpo).
Especialmente llamó mi atención el hecho de que una de las cosas que preocupa a la industria pesquera son los “bichitos” que se pegan a las jaulas en las que malviven los salmones, haciendo que se pudran o se rompan. Para ello se pintan las jaulas con una pintura de cobre (“antifouling”), producto que contamina las aguas e intoxica a los bivalvos y moluscos. Pero más sorprendido me quedé al leer que algunos pescadores, para detectar si los moluscos que atrapaban en sus redes estaban o no contaminados, subían gatos a bordo de los barcos y les daban de comer lo que pescaban; si sobrevivían después de 5 minutos, significaba que no estaban contaminados… Sin palabras.
Además, en determinados capítulos se tocan una serie de temas interesantes que me ha gustado mucho descubrir. Algunos de ellos son:
• Las Gallinas Araucanas en Chile (que criaban los mapuches patagónicos)
• La Revolución Verde (que supuso un aumento de la producción, sin calidad nutricional)
• El caso de las Madres de Ituzaingó (exposición directa de personas a los agroquímicos)
• La cantidad desmesurada de cultivos transgénicos en Argentina
• El Modelo Farmer, basado en la Agroecología y en granjas medianas diversificadas
• La polémica con la Panga (que se vendió como Merluza) que llegó hasta Europa desde América Latina, así como la que hubo con la carne de Caballo (que se vendió como carne de Vaca)
Ahora bien, desde un punto de vista nacional y hablando exclusivamente de Argentina:
Es evidente la falta de estudios que muestren estadísticas actuales (nº de productores, animales, cultivos, químicos utilizados), que da como resultado un inexistente monitoreo de los campos de cultivo y granjas.
Los (pocos) estudios que se hacen sobre nutrición se hacen a nivel local, a diferencia de grandes regiones como lo son EEUU o Europa, lo que supone un coste añadido.
Todo esto deriva en un envenenamiento silencioso: “Si una población está expuesta a vapores tóxicos, tiene posibilidades de organizarse, movilizarse o irse a otro lugar. Sin embargo, el uso de químicos en los alimentos es un tema de salud pública, de seguridad alimentaria y no es tan sencillo de manejar a corto plazo, lo que puede derivar en una intoxicación crónica”.
He podido encontrar algunos puntos flacos en el libro y el principal estuvo relacionado con la narración y la forma en la que está presentada la información. No la considero una lectura ligera, al encontrar algunos capítulos interesantes y otros un poco pesados y aburridos en los que me vi forzado a leer en diagonal.
La mezcla de historias personales, nombres de familias enteras, empresas, estudios y datos científicos era a veces sobrecogedora y me hizo difícil seguir el hilo de los capítulos.
Personalmente también noté una falta de dirección y orden. No están delimitados por ejemplo los apartados que aborden cada gran bloque de la industria alimentaria (ganadera, agrícola, pesquera) o cada alimento (pollo, vaca, cerdo, soja, salmón, etc) por separado. Asimismo, me pareció que el libro carece de una estructura clara con introducción, desarrollo y conclusión.
Aún así, he de decir que no entiendo cómo dejé pasar tanto tiempo antes de leer un libro de este tipo. Sin duda, me siento una víctima más al haber sido criado para elegir aquello que me enferma en la sociedad que se encarga de promover una constante erosión en nuestra nutrición.
Como conclusión saco que la industria alimentaria actual no busca mejorar la vida de sus comensales, sino que ha sabido ofrecernos dosis desmesuradas de eso que adoramos (sal, azúcar, grasa y harinas refinadas) sin nutrirnos, lo que infelizmente deriva en un inevitable empobrecimiento de la calidad de vida a largo plazo si no le ponemos remedio a tiempo. En otras palabras, nuestra cultura alimentaria es actualmente una de las amenazas más serias que debemos enfrentar para sobrevivir hasta la vejez.
El desafío que se plantea es grande pero no imposible y empieza sin duda por nosotros y nuestro posicionamiento ante una producción de alimentos injusta desde el punto de vista social, animalista y ambiental. A lo largo de la lectura sentí mucha rabia, impotencia y frustración, aunque también empoderamiento y seguridad a la hora de elegir los cambios en mi alimentación a partir de ahora.
Libro divulgativo e ilustrativo centrado casi en su totalidad en los frágiles pilares sobre los que se encuentra la industria alimentaria Argentina, si bien es cierto que menciona otros países de América Latina y particularmente me ha gustado que en muchos momentos se hicieran comparaciones con otras regiones como Europa y los EEUU.
AVISO IMPORTANTE, con esta reseña voy a destripar el libro por secciones, resumiéndolo, así como dando mi opinión sobre los grandes apartados que engloba su lectura. Contiene todos los spoilers posibles. Mi opinión global se encuentra en los 3 últimos párrafos. A partir de aquí lee bajo tu responsabilidad:
Para empezar y una de las cosas que más me gustó fue el inicio del libro: "La lógica que impone el mercado es una sola: ganar la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible. Con el objetivo de complacer el criterio estético del consumidor, el mercado actual no duda en hacer que la realidad se tiña de marketing."
Tiene sentido que hoy la industria alimentaria sea tan exitosa porque nos ofrece una tentación para la que, desde nuestra inconsciencia alimentaria, estamos diseñados a caer. Evidentemente ninguna empresa quiere envenenar al cliente, porque se quedaría sin él. Ahora, si esos efectos aparecen dentro de veinte años, la cosa cambia (ejemplo práctico: el tabaco). No se trata de que el deterioro no aparezca, sino de que aparezca lo más lejos posible.
Industria Ganadera (Argentina)
El punto fuerte aquí es el de los Antibióticos, que pasan a formar parte de los animales a través de su alimentación, tema del que yo personalmente desconocía bastante.
Parece como si lo que estuviese haciendo la industria mientras alimenta a sus animales con remedios fuera un experimento a gran escala: desarrollando microorganismos mutados, más vigorosos, que traspasan la información evolutiva a su descendencia armando un ejército de enfermedades. No hay veterinario ni productor que no reconozca el chaleco químico que hace sobrevivir a los animales criados en granjas cerradas...
Además de todo lo anterior y, por obvio que pueda parecer, la crianza de animales hace que sea requerido un sistema de producción propio, así como espacio y tecnología; una industria paralela para alimentar a los animales. Se trata de un modo de producción que es cruel social y ambientalmente. Sinceramente, se me hizo especialmente difícil leer sobre la crueldad animal: los ambientes insalubres en los que viven las vacas, los periodos de lactancia de los cerdos en jaulas, el replume de las gallinas y la alimentación forzada de todos estos animales a base de granos, que sustituyen una dieta con los vegetales que crecen de forma natural en los prados.
Desde este último punto de la crueldad animal, me impactó mucho leer un testimonio de un productor de carne de cerdo: “Para que estos sistemas funcionen, no solo los animales tienen que ser menos animales, sino que las personas que trabajan alrededor -productores, veterinarios, obreros- tienen que despojarse de cualidades humanas como la compasión, la empatía y en instinto de cuidado”.
Industria Agrícola (Argentina)
Los protagonistas en este apartado son sin duda los Agrotóxicos. Es una realidad que los insectos, los hongos y las hierbas generan cada vez más resistencia. Todos los agricultores se enfrentan tarde o temprano a la necesidad de arrojar más y más químicos para obtener los mismos resultados. En palabras de algunos de ellos: “Aplico todo lo que puedo y así me quedo tranquilo”. Un experimento que empieza en la naturaleza y acaba en la mesa.
Los gigantescos monocultivos de soja que existen en la actualidad en Argentina ocupan varias secciones en el libro. La idea de la soja como alimento mágico -carne que sale de una planta-, es una idea que muchos médicos vienen combatiendo desde el primer momento. La soja tiene entre sus componentes antinutrientes que dificultan la absorción de vitaminas y minerales necesarias para el desarrollo y no es fuente de hierro como la carne. De hecho, es inaudito leer que hay médicos que pierden su trabajo si explican a los pacientes cuál es la relación entre sus padecimientos y la soja. Científicos con hallazgos muy valiosos, pero que atentan contra la megaproducción.
Respecto a la sobreexplotación de los suelos, es llamativo leer que cuando llega la sequía, la pérdida de unos cultivos son un margen de error mínimo para un negocio millonario. En cambio, para la tierra se trata de algo terminal y supone una gran pérdida de calidad, a veces irreversible.
Muy peculiar saber que tanto el sistema de producción agrícola como el ganadero sufrieron un cambio cuando ingresaron al mercado los especialistas financieros: compañías que ni producen carne o granos ni dependen de ellos para nada, pero que invierten en el negocio inyectando una importante cantidad de dinero. Estas personas están actualmente activando bombas en la naturaleza y deciden hacer pagar a la sociedad los costos de sus negocios.
Industria pesquera (Chiloé, Chile)
Muy curioso que el libro ponga como ejemplo a Chile para referirse a esta industria. Un país que, al igual que Argentina, vive de sus exportaciones de pescado sin ser ambos unos grandes consumidores.
Así, hace unos años las primeras empresas llegaron desde Noruega y se instalaron en Chiloé (Chile) con grandes promesas de crecimiento de negocio. Sin embargo, y pese a cumplir lo prometido inicialmente, la realidad supuso un cambio radical que derivó en la sobreexplotación: se cambiaron las redes de pesca por jaulas en las que se criaba a los peces como si fueran tomates.
El ejemplo claro en el “Salmón rosado”, una especie exótica introducida en Chile. De la mano de países pesqueros como lo son Japón, Noruega e Inglaterra, se perfeccionaron las técnicas de fecundación artificial, que dieron paso a la producción intensiva de salmones y su posterior vuelta al globo.
Otro ejemplo que enfatiza las desigualdades entre países es la cantidad de químicos que se emplea en este tipo de industria pesquera. Por ejemplo, “El volumen de antibióticos en Chile es 600 veces mayor que el que se utiliza en Noruega” y de los 12 que se emplean para la salmonicultura en Chile, 8 de ellos están prohibidos en los EEUU y 7 en Noruega.
Además de todo esto, debemos tener en cuenta que los salmones actúan como bioacumuladores y biomagnificadores (no sólo acumulan tóxicos, sino que, al ser carnívoros, comen otros peces con tóxicos, magnificando las dosis en su propio cuerpo).
Especialmente llamó mi atención el hecho de que una de las cosas que preocupa a la industria pesquera son los “bichitos” que se pegan a las jaulas en las que malviven los salmones, haciendo que se pudran o se rompan. Para ello se pintan las jaulas con una pintura de cobre (“antifouling”), producto que contamina las aguas e intoxica a los bivalvos y moluscos. Pero más sorprendido me quedé al leer que algunos pescadores, para detectar si los moluscos que atrapaban en sus redes estaban o no contaminados, subían gatos a bordo de los barcos y les daban de comer lo que pescaban; si sobrevivían después de 5 minutos, significaba que no estaban contaminados… Sin palabras.
Además, en determinados capítulos se tocan una serie de temas interesantes que me ha gustado mucho descubrir. Algunos de ellos son:
• Las Gallinas Araucanas en Chile (que criaban los mapuches patagónicos)
• La Revolución Verde (que supuso un aumento de la producción, sin calidad nutricional)
• El caso de las Madres de Ituzaingó (exposición directa de personas a los agroquímicos)
• La cantidad desmesurada de cultivos transgénicos en Argentina
• El Modelo Farmer, basado en la Agroecología y en granjas medianas diversificadas
• La polémica con la Panga (que se vendió como Merluza) que llegó hasta Europa desde América Latina, así como la que hubo con la carne de Caballo (que se vendió como carne de Vaca)
Ahora bien, desde un punto de vista nacional y hablando exclusivamente de Argentina:
Es evidente la falta de estudios que muestren estadísticas actuales (nº de productores, animales, cultivos, químicos utilizados), que da como resultado un inexistente monitoreo de los campos de cultivo y granjas.
Los (pocos) estudios que se hacen sobre nutrición se hacen a nivel local, a diferencia de grandes regiones como lo son EEUU o Europa, lo que supone un coste añadido.
Todo esto deriva en un envenenamiento silencioso: “Si una población está expuesta a vapores tóxicos, tiene posibilidades de organizarse, movilizarse o irse a otro lugar. Sin embargo, el uso de químicos en los alimentos es un tema de salud pública, de seguridad alimentaria y no es tan sencillo de manejar a corto plazo, lo que puede derivar en una intoxicación crónica”.
He podido encontrar algunos puntos flacos en el libro y el principal estuvo relacionado con la narración y la forma en la que está presentada la información. No la considero una lectura ligera, al encontrar algunos capítulos interesantes y otros un poco pesados y aburridos en los que me vi forzado a leer en diagonal.
La mezcla de historias personales, nombres de familias enteras, empresas, estudios y datos científicos era a veces sobrecogedora y me hizo difícil seguir el hilo de los capítulos.
Personalmente también noté una falta de dirección y orden. No están delimitados por ejemplo los apartados que aborden cada gran bloque de la industria alimentaria (ganadera, agrícola, pesquera) o cada alimento (pollo, vaca, cerdo, soja, salmón, etc) por separado. Asimismo, me pareció que el libro carece de una estructura clara con introducción, desarrollo y conclusión.
Aún así, he de decir que no entiendo cómo dejé pasar tanto tiempo antes de leer un libro de este tipo. Sin duda, me siento una víctima más al haber sido criado para elegir aquello que me enferma en la sociedad que se encarga de promover una constante erosión en nuestra nutrición.
Como conclusión saco que la industria alimentaria actual no busca mejorar la vida de sus comensales, sino que ha sabido ofrecernos dosis desmesuradas de eso que adoramos (sal, azúcar, grasa y harinas refinadas) sin nutrirnos, lo que infelizmente deriva en un inevitable empobrecimiento de la calidad de vida a largo plazo si no le ponemos remedio a tiempo. En otras palabras, nuestra cultura alimentaria es actualmente una de las amenazas más serias que debemos enfrentar para sobrevivir hasta la vejez.
El desafío que se plantea es grande pero no imposible y empieza sin duda por nosotros y nuestro posicionamiento ante una producción de alimentos injusta desde el punto de vista social, animalista y ambiental. A lo largo de la lectura sentí mucha rabia, impotencia y frustración, aunque también empoderamiento y seguridad a la hora de elegir los cambios en mi alimentación a partir de ahora.
January 30, 2018
Me costó ponerle una calificación. El libro tiene capítulos sumamente interesantes, y también otros que si bien son interesantes desde la temática, la escritura no fluje y los hace más pesados y aburridos. Es un libro bastante largo y su escritura es bastante despareja (por no hablar de la edición, con muchos errores de ortografía, problemas sintácticos y otros errores que no ayudan a dar a la investigación el nivel de seriedad que merecería). Por momentos muy repetitivo, en líneas generales tampoco me aportó información que no conociera, pero sí rescato que se haya escrito sobre este tema y que el libro haya tenido la repercusión que tuvo. Cumple, creo yo, el importante objetivo de dejarnos pensando en qué es lo que comemos.
Para quienes les interese el tema, el libro incluye una gran cantidad de fuentes consultadas que pueden servir de referencia o futuras lecturas. También hay un grupo de Facebook (Malcomidos Oficial) en el que la autora interactúa muy frecuentemente con los usuarios y en el que se analizan etiquetas de productos, comparten noticias de actualidad relacionadas con esta temática, plantean preguntas sobre alimentos específicos, etcétera.
Para quienes les interese el tema, el libro incluye una gran cantidad de fuentes consultadas que pueden servir de referencia o futuras lecturas. También hay un grupo de Facebook (Malcomidos Oficial) en el que la autora interactúa muy frecuentemente con los usuarios y en el que se analizan etiquetas de productos, comparten noticias de actualidad relacionadas con esta temática, plantean preguntas sobre alimentos específicos, etcétera.
July 24, 2019
#TheReadingRush 2019
1,5 en realidad...
A ver... el libro es malo. Como investigación periodística o científica está llena de recursos estilísticos de novela, plagado de descripciones poéticas sobre los lugares que Soledad visitó y buscando constantemente generar empatía con el lector. Algo innecesario para una no ficción. El problema es que tampoco podemos juzgarlo con la vara de las novelas, pues es plano y no tiene un buen ritmo. Hay capítulos enteros que no aportan nada, con información que no va a ningún lado y que se podrían quitar tranquilamente; dejando un libro de 200 y pico de páginas.
La idea es buena, ojo, y podría ir a buen puerto pero, no está bien lograda. Termina siendo tediosa y llena de datos vacios.
Comentario a parte merecen los errores ortográficos y gramaticales. Oraciones mal formuladas y datos erróneos que no hacen más que disminuir la calidad del libro, dejando por el suelo nuestro periodismo de investigación.
1,5 en realidad...
A ver... el libro es malo. Como investigación periodística o científica está llena de recursos estilísticos de novela, plagado de descripciones poéticas sobre los lugares que Soledad visitó y buscando constantemente generar empatía con el lector. Algo innecesario para una no ficción. El problema es que tampoco podemos juzgarlo con la vara de las novelas, pues es plano y no tiene un buen ritmo. Hay capítulos enteros que no aportan nada, con información que no va a ningún lado y que se podrían quitar tranquilamente; dejando un libro de 200 y pico de páginas.
La idea es buena, ojo, y podría ir a buen puerto pero, no está bien lograda. Termina siendo tediosa y llena de datos vacios.
Comentario a parte merecen los errores ortográficos y gramaticales. Oraciones mal formuladas y datos erróneos que no hacen más que disminuir la calidad del libro, dejando por el suelo nuestro periodismo de investigación.
February 11, 2022
Un antes y un después en mi vida. Este libro me dio pesadillas, en serio. Si bien hay que dejar pasar algunos temitas editoriales, considero que es un libro que toda Argentina debería leer. Al menos como un puntapié para empezar a tomar contacto e involucrarnos con la realidad alimentaría actual en nuestro país. Tenemos que dejar de pensar en cantidad y volver a pensar en calidad. Calidad de alimentos, calidad de vida. La agricultura regenerativa es el camino. Me pregunto cuánta destrucción más necesitamos causar para entenderlo. No podemos seguir produciendo/consumiendo como lo hacemos hoy. No podemos continuar viviendo una vida en la que 'no tenemos tiempo' para evaluar y comprender lo que estamos poniendo en nuestros cuerpos.
March 17, 2019
Muy interesante el planteo; la intuición transcurre por el camino propuesto por la autora y augura lo que ella aquí sostiene. Pero faltan fuentes en cada una de las afirmaciones, no hay citas de datos concretos ni estudios científicos al respecto. Si bien es cierto que hacia el final, el último 10% del libro abunda en referencias bibliográficas, fílmicas, etc., me dejó la sensación de que no alcanza.
Por supuesto que al menos abre la pregunta que orienta a una mejor alimentación, es decir, más consciente del proceso que llevó la comida a nuestra mesa.
Por supuesto que al menos abre la pregunta que orienta a una mejor alimentación, es decir, más consciente del proceso que llevó la comida a nuestra mesa.
December 26, 2019
Es cierto que la posición de la autora es clara durante todo el libro, y que inclina la balanza hacia el lado de sus convicciones. El libro es una investigación personal sobre una industria que muchos vemos desfigurarse día a día entre el consumismo, el marketing y los grandes negocios, y creo que es inevitable abordarlo sin una opinión al respecto porque hay pocas cosas más políticas que como nos alimentamos y que hacemos con nuestras tierras.
Interesante recorrido por distintos aspectos de la industria alimenticia nacional.
Interesante recorrido por distintos aspectos de la industria alimenticia nacional.
December 23, 2020
Muy sesgado, es difícil ver cómo un análisis del sistema alimentario es útil si no se plantean las problemáticas reales de cambiarlo (pareciera que es maldad o falta de voluntad de los gobiernos). Presenta algunos datos, pero muchas veces lo hace citando lo que dijo alguien más y en general no queda claro si es un dato real o simplemente parte de lo que charló con alguien. Es decir, da datos pero no se hace cargo de esos datos. Estoy de acuerdo con el mensaje general del libro pero la manera de contarlo es tendenciosa y no siento que me sirva.
June 29, 2018
Me encantó la investigación y algunos pasajes hasta me hicieron llorar por la terrible crueldad de la industria alimentaria hacia personas y animales. Es otro de esos libros que marcaron un antes y un después en mi vida. Ahora me alimento con mucha más conciencia.
January 19, 2019
Demasiado sesgado, no abre al debate, se queda en descripciones románticas de situaciones y personas, sin rigor científico, una verdadera pérdida de tiempo
April 21, 2020
Durisimo. Cada página de este libro es una revelación tortuosa. Mi única crítica es que necesita un trabajo de edición más importante pues hay errores en la redacción que no corresponden a un libro de esta índole. Más allá de eso, el contenido es excelente; necesitamos más proyectos así que sirvan para abrirnos los ojos frente a situaciones que ya tenemos naturalizadas. Les dejo las palabras de la autora que resalta la importancia de una investigación así:
Correr el velo de la producción de alimentos y conocer qué y quiénes están detrás de la comida, ver cómo se articulan los negocios, en qué condiciones trabajan los que trabajan, por qué lo hacen de esa manera y no de otra, y por qué hay tantos malcomidos y millones que mueren de hambre, es entender no sólo el complejo proceso que hay detrás de cada cosa que nos servimos en un plato, sino el complejo proceso por el que el mundo se nos termina presentando como un campo de batalla en lugar de mostrarse como un espacio de convivencia amable, tal vez, incluso - arriesguemos - feliz.
Así, recuperar el respeto que perdimos por la comida cuando pasó a ser algo en apariencia más al alcance de la mano, es de algún modo recuperar también el respeto por nosotros mismos, y por todo lo que nos rodea. Es entender por qué es importante defender esas otras culturas que hacen a la nuestra. Es saber que no sólo somos lo que comemos sino cómo fue producido eso que comemos: tal vez pocas cosas dejen una huella más honda - hacia afuera y hacia adentro de nuestros propios cuerpos - que eso.
Correr el velo de la producción de alimentos y conocer qué y quiénes están detrás de la comida, ver cómo se articulan los negocios, en qué condiciones trabajan los que trabajan, por qué lo hacen de esa manera y no de otra, y por qué hay tantos malcomidos y millones que mueren de hambre, es entender no sólo el complejo proceso que hay detrás de cada cosa que nos servimos en un plato, sino el complejo proceso por el que el mundo se nos termina presentando como un campo de batalla en lugar de mostrarse como un espacio de convivencia amable, tal vez, incluso - arriesguemos - feliz.
Así, recuperar el respeto que perdimos por la comida cuando pasó a ser algo en apariencia más al alcance de la mano, es de algún modo recuperar también el respeto por nosotros mismos, y por todo lo que nos rodea. Es entender por qué es importante defender esas otras culturas que hacen a la nuestra. Es saber que no sólo somos lo que comemos sino cómo fue producido eso que comemos: tal vez pocas cosas dejen una huella más honda - hacia afuera y hacia adentro de nuestros propios cuerpos - que eso.
February 20, 2025
Empecé Malcomidos con bastante prejuicio, porque estaba al tanto de las críticas que había recibido por parte de algunos profesionales de la nutrición. Terminé llevándome una grata sorpresa. En la obra, Barruti denuncia los peligros que implican los actuales métodos de producción de alimentos para el medio ambiente, los animales, las poblaciones rurales y los consumidores. Combinando crónica, entrevistas y divulgación científica, la autora logra explicar un tema tan complejo con suficiente habilidad como para que cualquiera pueda comprenderlo e, incluso, adquirir interés por conocer más.
No cuento con la formación necesaria para verificar los planteos de la autora, aunque las numerosas faltas de ortografía y un sesgo ideológico marcado (el mito del buen salvaje aparece con frecuencia) me inspiran cierta cautela. Aun así, el mensaje es tan potente que resulta imposible no cuestionarse los propios hábitos de consumo a medida que se avanza en la lectura. El lector no especializado, que apenas escuchó mencionar términos como «monocultivo», «deforestación» y «agrotóxicos», termina conociendo las implicancias profundas de esas prácticas y abriendo los ojos ante una realidad que prefería ignorar. Después de leer Malcomidos, la comida de todos los días ya no resulta tan tentadora. No hay lugar para la indiferencia: cada uno tendrá que elegir entre resignarse y cambiar.
February 3, 2020
Sobrio y brillante, un paseo claro y sencillo por el aberrante sistema de producción de alimentos de Argentina, que deja una desazón a todos aquellos que consumimos, pero con un destello de esperanza frente a nuevos modelos productivos.
Solo agregaría un superindice con las fuentes cada vez que cita algún dato, ya que sino hay que buscarlos a mano en la sección de bibliografía que no posee orden.
Solo agregaría un superindice con las fuentes cada vez que cita algún dato, ya que sino hay que buscarlos a mano en la sección de bibliografía que no posee orden.
September 9, 2020
Una verdad incómoda que tenemos que saber, de dónde viene lo que comemos. Debemos ser responsables y mirar, aunque nos duela y nos moleste, la industria de los ultra procesados nos está matando. Y lo que sufren los animales es también horroroso. A informarse y seguir leyendo este tipo de cosas. Excelente libro
April 1, 2021
Un interesante recorrido por la industria alimenticia argentina. Sobre todo por el del pollo, la carne y la leche. Toda la manipulación de dinero y costos además de todas las sustancias transgénicas que son utilizadas para alimentar y optimizar la producción en cantidad pero no en calidad.
Un replanteamiento de las necesidades que tenemos como consumidores.
Excelente libro de investigación
Un replanteamiento de las necesidades que tenemos como consumidores.
Excelente libro de investigación
April 25, 2019
Es muy descriptivo pero no presenta datos totalmente objetivos. Me hubiese gustado que presente mas comparación con la argumentación contraria para justificar la postura. Toca mucho lo emocional para mostrar la postura.
August 10, 2019
Ya lo dicen: "la información es poder". Y así es. Vale la pena leer "Malcomidos" para entender desde qué está comiendo el argentino hasta qué está pasando a nivel climático en el país. Que por lo menos las elecciones que tomamos sean conscientes. Muy recomendable. Ahora, a seguir con "Mala leche".
October 26, 2020
Cuanto menos que 5 estrellas a esta investigación tan gigante e increible?
Pensé que me iba a volar menos la cabeza al ya tener leído Mala Leche, pero equivocadisima. Ambos se complementan y completan el panorama alimentario y ecológico de forma extraordinariamente dolorosa.
Pensé que me iba a volar menos la cabeza al ya tener leído Mala Leche, pero equivocadisima. Ambos se complementan y completan el panorama alimentario y ecológico de forma extraordinariamente dolorosa.
October 18, 2021
Espectacular libro. Uno de esos libros que te cambian, hay que estar preparados para bancarse la realidad que te viene a contar.
Hilando fino: En algún que otro capítulo hubiese preferido que sea más breve, sentí que en algunas parte se tornaba redundante.
Hilando fino: En algún que otro capítulo hubiese preferido que sea más breve, sentí que en algunas parte se tornaba redundante.
January 10, 2019
Es una historia de terror magistralmente contada.
February 19, 2019
Excelente investigación de la autora!! Nos hace abrir los ojos sobre lo que comemos!!!
October 2, 2019
Cachetazo de realidad.
April 9, 2020
Un gran libro para abrir los ojos a la industria de la comida.
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