El protagonista de este libro se define como "vigía, polizonte, cazador de monstruos, cazador de cazadores, monstruo, arponero, tejedor de redes". Y comienza estableciendo un diálogo con Moby Dick, de Herman Melville, novela cuya frase de apertura es una de las más célebres de la literatura mundial: "Call me Ishmael". Gastón Carrasco también usa a ismael como narrador, pero desde el inicio marca una distancia con su referente: "Llámenme Ismal. Pueden ustedes llamarme Ismael. Mi nombre es Ismael. Supongamos que me llamo Ismael". En principio, el ejercicio de reescritura o apropiación busca actualizar o reinterpretar el clásico norteamericano desde Chile, pero el relato de Melville es solo el punto de partida para abordar la vida en altamar y la aparición de monstruos reales y mentales en ese mítico escenario: "siento los gemidos de las bestias / que he cazado, entran en mí / como pedazos de arpones /incrustados en el lomo".
Este es un poemario que se compromete al mundo que evoca. De frente, muestra una seguidilla de imágenes acuáticas, de caos marino, de monstruosidad oceánica. Más allá de su delicioso repertorio visual, algunos de los poemas juegan a problematizar ciertos discursos sobre la humanidad. Pienso, por ejemplo, en la comunicación imposible entre el hombre y la naturaleza, en la inevitable destrucción que se deriva de la mirada del uno hacia el otro —y viceversa—. Hay un poema hermoso sobre un cementerio de cachalotes, otro sobre algo así como una sirena que se posa torpemente en los barcos de los pescadores. Otro sobre un cuadro que se pinta en el mar. Encontré un caudal infinito de belleza en estos textos.
Ahora último he leído muchos libros de editorial overol, este era de los que menos expectativa le tenía y puedo decir que lo disfruté al máximo, es buenísimo.
Me encantó. Tiene el universo de palabras justas que te mantienen sumergidx bajo el agua. Toda la vida marina y su relación con el hombre está presente en esta poesía, con olor a sal y alcohol. Cómo si Moby Dick y los cuentos de Francisco Coloane se reescribieran en formato verso.
Una serie de poemas de carácter marítimo y marino, habla de las bestias marinas que existen en la mitología, de los gritos de un capitán a sus hombres en medio de la tormenta, de la cotidianidad de los niños jugando en una playa, sobre los animales que comparten la brisa marina. Acompañado con algunas ilustraciones grabadas, fotografías y mapas en blanco y negro. Me sentí por un momento viviendo en un faro sobre los incesantes golpes de las olas. Gracias al autor ahora quiero ir a la playa.
Es un poemarío estupendo, que te hace navegar en las profundidades de tu propio oceano y sumergirte en un historia que de alguna u otra manera termina por producirte una catarsis con el protagonista.