Mónica Fernández-Aceytuno, una de las mayores divulgadoras de la Naturaleza en nuestro país, repasará en este libro práctico y generalista la geografía de España y se centrará en explicarnos de forma sencilla la diversidad de la flora y fauna de cada región. No debemos olvidar que España es el país de Europa con mayor biodiversidad. El libro tendrá dibujos, explicaciones sencillas, cierto aire poético y será, sobre todo, entretenido y divulgador.
DNF. Un libro donde la autora divaga sobre la naturaleza así en general, saltando de unos parajes a otros y de unos animales a otros sin orden ni concierto. Como canto de amor por la naturaleza es muy bello y relajante (lo estaba escuchando narrado por la autora), pero hay que estar con la disposición adecuada para que no te aburra. Al final lo fui dejando y finalmente me he rendido.
Un acercamiento a la naturaleza con una mirada muy poética. Un libro precioso del que puedes disfrutar, aprender e incluso romantizar todas tus miradas previas.
Hay libros que no se leen, sino que se siembran. Uno los abre y, sin saberlo, está diseminando semillas de asombro por la casa, entre las horas, en la memoria. Así ocurre con En el país de los pájaros que duermen en el aire: una obra que no se limita a contarnos la naturaleza española, sino que la sueña y la revive con cada página, con la delicadeza de quien sabe que la mirada también puede ser una forma de cuidado.
Mónica Fernández-Aceytuno, en su doble papel de bióloga y escritora para la Naturaleza, como ella misma se define, nos invita a salir de la observación científica y entrar en el territorio del asombro. La prosa nos recuerda que la vida no es solo un catálogo de especies o un recuento de estaciones, sino un modo de estar en el mundo. La autora no describe el campo: lo habita, lo sueña, lo transforma en una hoja en blanco en la que las palabras germinan con la espontaneidad de las semillas en primavera.
El libro, de estructura cíclica, nos guía mes a mes por el calendario de la vida silvestre: cada capítulo es un pequeño cuadro naturalista que oscila entre el diario de campo, la memoria familiar y la meditación poética. Mónica escribe desde la ventana de su cocina o el umbral de la huerta, con la humildad de quien sabe que el milagro del mundo sucede cuando no lo forzamos, cuando simplemente sacudimos el mantel y dejamos que los pájaros vengan por sí mismos.
En esa atención a lo cotidiano —al maíz sembrado en cubos de colores, al canto esquivo del trepador azul, al lamento gélido de las avefrías— late una filosofía serena: la verdadera naturaleza es la que ocurre sin nuestra voluntad, la que no se puede organizar, ni controlar, ni siquiera buscar intencionadamente. Solo cuando la mirada es paciente, cuando el escritor se convierte en campesino de palabras y sueña más que narra, aparece lo esencial.
La autora logra lo más difícil: devolvernos la infancia de la percepción. Su libro es, a la vez, manual de naturalista y cuaderno de artista, con ese cierto aire poético y que, en realidad, desborda cada página. La naturaleza no es aquí un decorado, sino un personaje central, lleno de misterio y verdad, capaz de despertarnos de la costumbre, de recordarnos que la vida es, ante todo, un acontecimiento que merece ser contado de nuevo.
En el país de los pájaros que duermen en el aire no es solo un paseo por la geografía y la biodiversidad española: es una invitación a mirar y a soñar, a entender que no hay ciencia posible sin asombro, ni literatura posible sin naturaleza. Un libro para leer despacio, en voz baja, como quien observa el vuelo de un pájaro que, por un instante, duerme —o sueña— en mitad del aire.
Esta obra es una oda a la naturaleza de las tierras y mares españoles que busca tanto alabarla como resaltar su existencia a un público que pasa desapercibido de su belleza. Aunque la obra no estuvo mal, sí requiere, para su máximo provecho, de una atmosfera tranquila y contemplativa en el lector, algo que la hace perfecta para una lectura antes de dormir. Como esta no fue la forma en la que yo la leí, tuve momentos en los que la lentitud de la prosa me irrito un poco. Aun así, no tendría reservas en recomendarla a todo aquel que ha tenido momentos en los que la belleza de la naturaleza ha llegado a traspasar el vaivén del cada día.
"Lo más valioso que tiene la Naturaleza, además de la vida, es la mirada humana". A través de doce capítulos que corresponden a cada uno de los meses del año, Mónica nos lleva a un recorrido por la naturaleza de algunos lugares de España. Me parece que la mejor y quizá la única, a largo plazo, manera de cuidar la naturaleza, comienza por mirarla.
A la naturaleza la damos por sentado mientras revisamos el celular encerrados por cuatro paredes, o mientras vamos a los supermercados para surtirnos de sus productos. Nos gusta sentirnos sus salvadores adoptando la moda más reciente para reducir el consumo de plástico aunque se termine revelando como una campaña de mercadotecnia más. Para protegerla, para convivir con ella, debemos valorarla y amarla, algo que comienza con ser más observadores. Y eso es lo que hace la autora, nos muestra un pedacito de la enorme belleza que hay escondida entre las cosas más insignificantes como la corteza de un árbol, un musgo o la efímera vida de un zapatero (Gerris lacustris), el pequeño bichito que se posa con su patas zancudas sobre el agua. Aún en medio de la ciudad, la naturaleza no se ha ido, continúa presente en la planta que se abre camino en medio del asfalto o en los gorriones que le han perdido el miedo a los transeúntes. No es ella la que tiene miedo a extinguirse, somos nosotros. "No creo que pasemos a la historia de la Naturaleza como la especie que acabó con las otras, sino como la que las desordenó completamente".
The illustrations are amazing- the text meditative. I think it’s best read month-by-month, a passage a day. Learned lots of new nature-related vocab, too.