Crucial texts, many available in English for the first time, written before and during the Bolshevik Revolution by the radical biopolitical utopianists of Russian Cosmism.
Cosmism emerged in Russia before the October Revolution and developed through the 1920s and 1930s; like Marxism and the European avant-garde, two other movements that shared this intellectual moment, Russian Cosmism rejected the contemplative for the transformative, aiming to create not merely new art or philosophy but a new world. Cosmism went the furthest in its visions of transformation, calling for the end of death, the resuscitation of the dead, and free movement in cosmic space. This volume collects crucial texts, many available in English for the first time, by the radical biopolitical utopianists of Russian Cosmism.
Cosmism was developed by the Russian philosopher Nikolai Fedorov in the late nineteenth century; he believed that humans had an ethical obligation not only to care for the sick but to cure death using science and technology; outer space was the territory of both immortal life and infinite resources. After the revolution, a new generation pursued Fedorov's vision. Cosmist ideas inspired visual artists, poets, filmmakers, theater directors, novelists (Tolstoy and Dostoevsky read Fedorov's writings), architects, and composers, and influenced Soviet politics and technology. In the 1930s, Stalin quashed Cosmism, jailing or executing many members of the movement. Today, when the philosophical imagination has again become entangled with scientific and technological imagination, the works of the Russian Cosmists seem newly relevant.
Contributors Alexander Bogdanov, Alexander Chizhevsky, Nikolai Fedorov, Boris Groys, Valerian Muravyev, Alexander Svyatogor, Konstantin Tsiolkovsky, Anton Vidokle, Brian Kuan Wood
Boris Efimovich Groys (born 19 March 1947) is an art critic, media theorist, and philosopher. He is currently a Global Distinguished Professor of Russian and Slavic Studies at New York University and Senior Research Fellow at the Karlsruhe University of Arts and Design in Karlsruhe, Germany. He has been a professor of Aesthetics, Art History, and Media Theory at the Karlsruhe University of Arts and Design/Center for Art and Media in Karlsruhe and an internationally acclaimed Professor at a number of universities in the United States and Europe, including the University of Pennsylvania, the University of Southern California and the Courtauld Institute of Art London.
Le pondría una estrella y cinco al mismo tiempo. Un libro absurdamente aburrido que recoge ensayos de un grupo de rusos locos (jaja) que pensaban que los vivos disfrutamos del progreso a costa de la fuerza de trabajo de todos los muertos de la historia y que el socialismo no llegaría hasta que los resucitásemos y, de paso, colonizásemos planetas y nos expandiésemos por el cosmos. Cada uno iba de un palo (anarcobiocosmistas, comunocosmistas, sociatas…), pero independientemente de ello, las pelis que se montan son bien interesantes. Lo guay de todo esto es que no fue un movimiento meramente teórico sino que llegó a tener una repercusión real en el mundo, como por ejemplo con el pavo que momificó a Lenin, que lo hizo porque tenía la intención de resucitarlo después.
El libro no lo recomiendo porque es un suplicio y merece más la pena saber del tema porque te lo cuenten de cañas a tener que pasar por el mal trago de leer a esta gente. De todas formas ha habido cosas que me han hecho bastante gracia como:
“La humanidad está llamada a establecer un poder total sobre el cosmos y a asegurar la inmortalidad individual para todos los seres humanos que viven y que han vivido anteriormente. El medio de la realización de esta aspiración debe ser un Estado universal centralizado”
“Solo una sociedad total podrá brindarles a sus ciudadanos la posibilidad de vivir no solo fuera de los límites del tiempo, sino también de los del espacio: la sociedad comunista de inmortales será también interplanetaria”
One way or another, only death can put an end to the torments of the spirit!
This was a strange experience. While during a global pandemic, it may be questionable to acknowledge the abnormal. This compendium contains some bizarre philosophy and idealism. Thus the above citation from Alexander Bogdanov, acts as an antithesis to most of what is speculated on the previous 223 pages. How apt, if not Hegelian.
Cosmism was a crank’s Art, a movement which felt that ongoing advances in science would ultimately make humanity immortal and consequently other worlds would be required. As noted, some of the thinkers utilize uncommon metrics to corroborate the activity of sun spots and finds reifying evidence in the successes of the British parliament. Thus I felt uncomfortable and then bored. Alas King Koba the Dread put an end to this musing. There’s little room for such in the industrial production of high grade Joy.
Le iba a dar 4, pero el cuento final es una joya y merece que le suba el puntaje. La colección de textos (con excepción del de ficción) no envejecieron bien, claramente, pero sirven para entender el espíritu de una época y las ideas que rodearon e influyeron en la URSS. De todas maneras, algunos de sus planteos siguen vigentes. De hecho son varias de las ideas que defiende Elon Musk (lo que demuestra que ni siquiera es demasiado original). El texto del que analiza los ciclos históricos según el sol fue una maravilla jaja. En fin, que la lectura es un poco densa, sí. Que igual lo recomiendo, también. Capaz no para leerlo todo de una como hice yo, pero es que me cuesta leer más de uno a la vez.
Сборник статей русских космистов - Святогора, Циолковского, Богданова, Сами космисты супер, но качество выбранных статей слишком разное, некоторые занудны
El libro propone un precioso viaje por una de las líneas de pensamiento menos exploradas de la llamada Edad de plata de Rusia: el cosmismo, una filosofía con un pie en la técnica y otro en el espíritu de los tiempos que anhelaba una Utopía para el nuevo siglo.
La base del cosmismo se haya en la idea de que la ciencia y la tecnología de fines del siglo XIX y principios del XX alcanzaron cinas impensables para la generación precedente. Con esa base, solo queda pensar en acabar con los pequeños grandes límites: la inmortalidad, la conquista interplanetaria y el replanteamiento de la Tierra ya no como planeta sino como base madre para los grandes viajes.
El libro es una compilación de varios textos de sus principales autores y teóricos, todos inéditos en castellano hasta esta publicación. Boris Groys, un viejo conocido del sello editorial, escribió un excelente prólogo que logra engarzar los textos tanto en su tiempo como en las proyecciones a futuro. Y lo que se descubre es precioso: El cosmismo generó una estética y una utopía que, si bien fue aplastada en un primer momento por el estalinismo, se pudo vislumbrar en la mejor ciencia ficción del otro lado de la cortina de hierro, con preponderancia en Stanislaw Lem. La idea de una biblioteca-museo desde la cual no se quede lo viejo sino la semilla futura; la capacidad de regenerar células, o salvar los átomos para resucitar antepasados que colonizarían las galaxias; e inclusive predecir movimientos sociales y revoluciones a partir de las manchas solares son solo algunos de los temas que, si bien no pudieron ser llevados a la práctica por la ciencia, sí nutrieron la imaginación de generaciones.
Groys encausó además los textos como si fuese un viaje por ese pensamiento, desde sus mayores anhelos hasta sus mayores sombras, como pude comprobar en el último de ellos, El día de la inmortalidad, de 1914. El resultado es precioso en verdad porque podemos leer el origen del pensamiento moderno que, además de haber nutrido a la ciencia ficción tal como escribí recién, explica la génesis de los nuevos viajes espaciales o productos y nanotecnología para controlar las células del cuerpo y prevenir el envejecimiento, etc. Estos rusos inclusive vieron los peligos de que el impulso quedase en manos de capitales privados (como las fuertes inversiones de Jeff Bezos para el turismo exclusivo para ricos) ya que el cosmismo es, ante todo, una utopía popular: darle la inmortalidad y las galaxias a todos por igual.
Pase y lea por primera vez en castellano una de las tantas utopías que aplastó el estalinismo, pero que no murió y hoy late con una firmeza preciosa.
Otra interesante recomendación de la librería Hyperion (https://hyperion-libreria.negocio.site/) sobre un tema que desconocía en absoluto. Este libro es una selección de textos representativos del cosmismo ruso, un movimiento filosófico y cultural que se desarrolló en Rusia a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Fue una corriente de pensamiento que abordó temas relacionados con la exploración espacial, la inmortalidad humana, la unión del ser humano con el cosmos y la búsqueda de un significado trascendental en la existencia. Algunos de los principales exponentes del cosmismo ruso fueron Konstantin Tsiolkovsky, un científico e ingeniero aeroespacial ruso considerado uno de los padres de la astronáutica (de quien se incluye "El futuro de la Tierra y la Humanidad" además de otro texto); Nikolai Fyodorov, filósofo y escritor que propuso la idea de la resurrección de los muertos y la inmortalidad a través de la tecnología ("Astronomía y Arquitectura"); y Alexander Svyatogor. El cosmismo ruso se caracteriza por su énfasis en la exploración espacial como un medio para que la humanidad alcance su potencial máximo, la creencia en la transformación de la humanidad en una especie cósmica y la idea de que la colonización del espacio exterior era el próximo paso lógico en la evolución humana. Además, este movimiento también abogaba por la unión de la humanidad en la búsqueda de objetivos cósmicos y la superación de diferencias y conflictos terrenales. Aunque el cosmismo ruso no se convirtió en una corriente dominante en la cultura rusa o en la ciencia, tuvo un impacto significativo en el pensamiento y la literatura rusos y contribuyó al desarrollo de la exploración espacial en la Unión Soviética en el siglo XX. Sus ideas influyeron en el pensamiento futurista y científico de la época y continúan siendo objeto de interés en la actualidad, como se señala en la descripción del libro. El libro es bastante aburrido de leer, pero expone muchas ideas interesantes y algunas bastante adelantadas a su época. Lo mejor de todo es el pequeño texto de ciencia ficción que cierra el libro: "Día de la Inmortalidad", de la autoría de Alexander Bogdánov; ¡una delicia!
A must-read for any aspiring left-accelerationist and the like. Contemporaneous to Italian futurism, Russian cosmism glorifies technological progress within a constructive, humanist teleology - but with the same fervor. And while the futurist total break with the past seems edgy on the surface (Trotsky has a good comment on this in "Literature and Revolution"), the praxis implied by cosmism preserves a dialectical nature and thus preserves a genuinely radical potentiality. The parallel of r/acc vs. l/acc asserts itself.
Essentially, this is a mixed bag of early 20th century thinkers involved or associated with the Cosmism movement: a fantastical socialist utopian ideology that revered science to near worship-level and felt the telos of society was pointed, ultimately, towards immortality and interplanetary life. There are many intriguing highlights and interesting portions of this, but also a large amount of absurd notions and half-baked ideas.
The opening essays by Alexander Chizhevsky are very interesting and eye-opening, and the one essay present here by Nikolai Federov is truly inspiring. Valerian Muravyev's essay, "A Universal Productive Mathematics" was a delight, and deeply informed philosophically. It intriguingly prefigures notions currently being developed today, such as the Constructor Theory of quantum physicist David Deutsch. Far less enjoyable were sections written by "Anarcho-Biocosmist" Alexander Svyatogor, which I struggled to get through, and Konstantin Tsiolkovsky's essays were, in some aspects, interesting, but mostly very dated and bizarre. The final part, a short story by Alexander Bogdanov, is very good.
Overall it was quite enjoyable, though one can't help thinking while reading it, "ah, so this is why Cosmism never really got anywhere..." It's a shame, in a way. We have come so much further with science and technology than the early 20th century when this material was written, but have lost much of the wild imagination this contains, as well as the belief that the stars are our true birthright. Humanity can, and has, done much worse things than to work faithfully (albeit naively) towards physical immortality and an interplanetary civilization.
I was quite bored by constant talk of leaping futurism - eugenics, bioengineering, and a dictatorship of deathlessness. Futurism has, I hope, come a long way from this. I do however, commend the theoretical content of some of the essays, foremost - Bogdanov's Tektology. What can be done must not always be done, and I think the underlying narrative behind some of these essays hid a self-deification, probably from an immature understanding of modernity and its delimitations, along with misunderstandings with respect to the location and limits of an individual subject that is enveloped by modernity.
La introducción, el prólogo y el cuento del final son mucho mejores que el resto de libro. Algunas ideas son interesantes y otras disparatadas, eso sí, todas explicadas con muchas páginas que podrían haber sido muchísimo menos.
Un libro necesario para entender el mundo del hoy. Arido de a ratos. Buen relato corto al final y algunas ideas algo delirantes que vale la pena rescatar.