«Che, es un infarto, dije, y Julieta salió corriendo a buscar ayuda. Entonces, justo ahí, en ese momento del domingo, me quedé solo con la mano en el pecho. Y eso lo cambió todo, fue una especie de frontera. De repente me convertí en mi padre en su sillón, después del tenis. En mi abuelo en su noche final de la clínica. En un mendigo que eterniza su apnea abajo de un puente. Fui todos los hombres muertos que no tuvieron gente al lado».
Los treinta y seis relatos que componen este libro fueron escritos antes, durante y después de un infarto agudo de miocardio que el autor sufrió en Montevideo a finales de 2015. Por esta razón los textos son irregulares y no guardan más relación entre ellos que haber sido redactados al borde de la muerte.
El mejor infarto de mi vida es el quinto libro de cuentos de Hernán Casciari, escrito con los borradores a la vista del lector.
Leer a Casciari es como sentarse a tomar cerveza y hablar de la vida con ese amigo tuyo que es inteligentísimo pero imprudente, con ese al que le han pasado mil cosas, cada una de ellas mas divertida. Casciari es un observador impresionante del comportamiento humano y toma eso y lo convierte en insights divertidos. Por favor lean a Casciari :)))
Este libro consta de 37 relatos breves del argentino Hernán Casciari, divididos en cinco partes, más un prólogo, un epílogo que me devolvió la fe en la humanidad y una fe de erratas que para el autor es motivo de orgullo y a mi me dio vergüencita ajena. Por suerte no compré este libro para leer sobre sus arrepentimientos y su conversión a la ideología progre, así que podemos dejar de lado su fe de erratas y hablar de lo que realmente importa: sus relatos plagados de humor (por momentos bastante negro), ironía y crítica social. Y de esos este libro nos regala varios. No es uno de sus mejores libros. No lo digo yo, sino el propio autor. Son obras que reflejan una etapa complicada en la vida del autor, marcada por la falta de motivación, la depresión por la separación de su esposa y, finalmente, el infarto que da nombre al libro. Y, sin embargo, a mí no me defraudó. Aunque si soy honesto, tengo un mejor recuerdo del primer libro que leí de Casciari, España decí alpiste. Con ese me morí de la risa y resucité para seguirme riendo, así que si esa es la calidad media de sus obras, entiendo que diga que este es el peor. Pero el peor, versión Casciari, sigue siendo un libro divertidísimo. Los relatos están organizados cronológicamente, en torno al episodio de su infarto en Montevideo: la primera parte, llamada Inmadurez, incluye relatos escritos dos años antes; el segundo, Depresión, incluye obras del año anterior: el tercero, Preinfarto, de unos pocos meses previos; Infarto habla sobre los primeros días posteriores al hecho, y tiene a este como protagonista y la última, Post infarto, es sobre los meses siguientes y los intentos de Casciari de escribir sin fumar. Cada una de las partes tiene sus propias características: la primera un poco infantil (el propio autor cuenta que, para combatir la depresión en ciernes se propuso escribir relatos más juveniles para su hija Nina); la segunda y tercera más costumbristas, irónicas y cínicas, similares al estilo que recordaba del otro libro y consideraba el “estilo Casciani” y las últimas dos un poco más melancólicas y autorreferenciales (aunque este un rasgo de toda su obra). Simultáneamente a los relatos, hay una especie de historia paralela que involucra Javier y Alejandra, el matrimonio que le alquiló la casa de huéspedes a Casciani en Montevideo, y a los que este agradeció infartándose en su living. Se desarrolla en dos partes: el prólogo y el epílogo, y no tiene desperdicio; es lo único que pienso decirles. En fin, pese al contexto en que se escribieron los relatos y a las críticas del propio autor; pese a todo, el libro es Casciani siendo Casciani. Por lo tanto, si ya leíste algo de él y te gustó, no hay razón para que no renueves tu confianza leyendo también este.
Para mí, que nunca me gustaron mucho los cuentos, este libro fue una sorpresa. En general, me parece que los cuentos tienen el problema de que casi nunca llegan a hacerme sentir nada. En el caso de las novelas que leo, tienen muchas más páginas para lograr engancharme, mientras que un cuento tiene apenas unas páginas para contar toda una historia. Tal vez yo estoy demasiado acostumbrada al tiempo de las novelas, pero en este caso, Casciari tiene una manera de contar las historias que, en menos de una página te hace sentir todas esas cosas que tienen las buenas novelas: te entretiene, te hace reír, a veces te emociona... en fin, toda una experiencia que nunca me hubiera imaginado que un cuento podía tener. Me encantaron casi todas los relatos de este libro, que se divide en las tres etapas que recorrió el autor, antes, durante y después de tener un infarto. El relato del momento en que Casciari se infarta, en plenas vacaciones, merece un aplauso aparte, pero la verdad es que no podía haber elegido un libro mejor para empezar a leer sus cuentos. Muy bien ganadas las cinco estrellas.
Casciari, como muchas escritoras y escritores argentinos, nos tiene acostumbrados a la grandeza, a la lucidez, a lo brillantemente imperfecto. Este libro ciertamente no es la excepción. Si el ritmo, la melancolía, la perspicacia, y la “cachita” de las primeras 30 o 40 páginas se hubiese mantenido durante todo el volumen, sería sin duda un clásico al nivel de un Adams, un Pratchett o un Wodehouse. Así como está, le toca conformarse con estar bastante por encima de un Bryson y un Mikes. Firmemente al lado de Echenique.
Lágrimas, de risa alegre y de risa triste en simultáneo, llenaban mis ojos en todas esas primeras páginas. Es, ciertamente y para sorpresa de nadie, un grande, el Hernán.
El resto de esta colección de cuentos no es tanto que empeora pero, diablos, es que ni Casciari es capaz de mantener esa marca a Casciari. Debe ser agotador. Y, sin embargo, perlas abundan. Hay relatos de Barcelona, de Mercedes, de su separación, de su hija, de uno de sus primeros trabajos en donde casi detonan un conflicto diplomático entre Argentina y Paraguay, del fútbol, de la comida, de las relaciones impropias entre hombres viejos y mujeres menores de edad, de la comida, de la flojera, del fútbol, de vivir en el extranjero, del fumado, del alcohol, del sexo, del humor, del Internet, de la incapacidad de prestar atención en en Siglo XXI, del futuro del libro, de la comida, del fútbol, de la humanidad, de la tristeza, de los carnavales en Sudamérica, del inglés, del castellano, del vacío existencial, de la alegría, de la felicidad. Y algo sobre la comida y el fútbol.
Y, por supuesto, de su famoso ataque cardiaco, en un Air BnB en Uruguay con su novia, apenas días después de separarse de su esposa catalana. Famoso y gracioso por múltiples razones. Dejémoslo, porque más que “espoilear” sería arruinar el relato de un maestro, en que el mismo Bill Gates se enteró del ataque y que su review del Air BnB llevó a oportunidades interesantes de negocio. No de Casciari, pero oportunidades al fin.
El bono de este volumen es que es narrado por el mismo Hernán, genialmente, como parte de la promoción de letras en español, en audio, de Audible. Háganse un favor y, en estos años de pandemia, escuchen a Casciari.
Ya escuché varias veces decir a Hernán que desde que tuvo el infarto (y dejó de fumar porro) que ya no escribe más. Esto no solo me pone muy triste porque me resulta brillante, sino que me hace dudar seriamente de su criterio porque dice que las cosas que escribió durante su crisis creativa y post infarto no son tan buenas. Yo disiento rotundamente: me parece que el Hernán post infarto escribe casi como si tuviese corazón nuevo. Casciari reafirma con este libro su posición como mi escritor (varón) vivo favorito. Brillante es poco.
Es el séptimo libro que leo de Casciari y tuve que volver a la tapa para corroborar que sea suyo. Sin comentarios machistas, ni retrógrados. Me reí y hasta me hizo pensar. Me animo a decir que lo disfruté. Creo que el autor sabía de la confusión que nos iba a generar a los que ya conocemos su puño y letra. La explicación está en el epílogo y qué ejemplo resultó ser Hernán de “las personas pueden cambiar”.
"Las poesías se escriben en papeles sin renglones, con lápiz negro y con la goma de borrar a la derecha. Nunca escribas poesía en hojas cuadriculadas, ni con birome, ni mucho menos en la computadora. Al que escribe poesía en la computadora Dios lo castiga, y en vez de una poesía le sale una canción de Miranda"
Llevaba años sin leer a Hernán Casciari, y no puedo estar más feliz por este reencuentro: considero a Casciari uno de los más talentosos escritores argentinos contemporáneos (- ¿para tanto? - si, sin dudarlo).
Sin demasiados recursos literarios, con una simplicidad que enamora y guiños cómicos constantes, él siempre logra emocionar. Sus personajes son perfectos, tanto así que dejan esa sensación autobiográfica constante, y en dos o tres líneas te hace entender muy bien sus intenciones y búsquedas personales. Como si todo eso fuera poco, sus cuentos nunca son demasiado largos, lo que lo convierte en el escritor perfecto para un recreo, una pausa breve que no por ser breve renuncia a la calidad, sino todo lo contrario.
Casciari no necesita 300 páginas para llevarte de viaje. Lo hace en 7 y suelen ser viajes muy placenteros. Tiene altos y bajos, como cualquiera, pero el resultado final siempre es positivo.
En fin, lo recomiendo para quienes buscan cuentos para entretenerse, antes de irse a dormir, mientras esperan la próxima reunión o leen mientras almuerzan. Para quienes tienen bloqueo de lector y necesitan algo que los entusiasme, y para quienes quieren escribir y necesitan inspirarse. Sin dudas encontrarán en estas páginas algo que les encante.
Libro escrito por el autor argentino Hernán Casciari y publicado en 2017 bajo su propio sello (algo que admiro de él es que se autopublica).
Es un libro de cuentos muy especial. Los que no conocen la historia de Hernán les hago un breve resumen, siempre fue el gordo divertido que comía y tomaba lo que quería, no podía pensar en escribir sin fumar y en líneas generales era un infarto al corazón con patas, solo faltaba ver cuando le tocaba.
Se había separado de su mujer (él vivía en España), se vino de paseo a Uruguay con su nueva novia y alquilo una casa por Airbnb para quedarse unos días en el Prado (un lindo barrio de acá en Uruguay), era la casa del fondo de un matrimonio que estaba pasándola mal, estaban con problemas de salud serios y como estaban por perder la casa decidieron poner en alquiler la casa de invitados. Resulta que un día sale a comprar unos bizcochos (los porteños dirán facturas, las facturas para nosotros son cuentas para pagar), vuelve a la casa con su novia y le da un infarto.
Y como él bien cuenta, los pobres dueños de casa se encuentran que un gordo argentino se les esta muriendo en el living de la casa (es más, bromea que mientras estaba en el medio del infarto pensaba que toda su familia se iba a enterar que se había separado, que tenia una novia y lo que es peor que iban a pensar que se había muerto el gordo teniendo sexo arriba de una mina mas joven que él, y en realidad estaba comiendo bizcochos).
Que hace esta gente? Le salva la vida, junto a un policía que encuentran en el camino lo llevan a un hospital y se salva por los pelos (todo en el medio de que Peñarol había salido campeón del Futbol Uruguayo y las calles estaba inundadas de hinchas)
Este libro tiene todo el relato (que a pesar de ser desopilante es muy serio, y a mi por lo menos me dejo pensando en cómo uno debería vivir la vida), y créanme que no tiene desperdicio, no solo por el infarto en si sino para vida de la gente que le salvo la vida a Hernán. Su novia, el policía y los dueños de casa se convierten en héroes sin capa, que por algún misterio del universo hizo que coincidieran en ese momento y en ese lugar.
La estructura de este libro es que esta dividido en 5, cada capitulo tiene una serie de cuentos cortos. Y cada capítulo es una procesión al infarto, los primeros son antes del infarto, hay uno durante el infarto y otro posterior. Por ejemplo hay uno que se llama preinfarto y son los cuentos que escribió unos días antes de que casi perdiera la vida.
Es un libro que no tiene desperdicio, como siempre hay cuentos mejores que otros pero todos son buenos, divertidos y en cierta forma te hacen pensar como la forma que llevamos la vida puede hacer que se nos haga mas corta de lo que pensábamos.
Me pasa algo con los libros de cuentos o relatos cortos y es que no logran engancharme del todo, no llego a cogerle cariño a ningún personaje y las historias por lo general me quedan cortas; acá es donde entra Casciari siempre a demostrarme que sí me puedo enamorar de un personaje en 4 páginas o que sí me puedo reír con solo un comentario, porque al final cuando cierras cualquiera de sus libros, te alegras de que haya alguien en el mundo que le pase las cosas que le pasan a Casciari y que haya sobrevivido a un infarto para contarlas. 💙
Si bien como siempre logra sacarte unas cuantas risas, este es un libro con un Casciari más reflexivo, más maduro, con algunos puntos de vista nuevos. Me gustó mucho leer este libro. Lo que más me gusta de todos los libros de Casciari y este no es la excepción es que te hacen reír en voz alta, no para adentro sino el tipo de risa que si vas viajando en el subte la gente te mira de reojo. Amo Casciari por esto!
Claramente no va a pasar a la historia como mi libro favorito de su colección, pero aún así se logra disfrutar bastante y tiene, obviamente, algunos pasajes donde sale a relucir lo mejor de Casciari en cuanto al humor y la ironía con que suele cerrar los círculos de cada historia. El libro es una recopilación de relatos que se organiza temporalmente, tomando como referencia (como bien indica el título) el episodio cardíaco sufrido por el autor. Estan entonces los relatos pre-infarto, los relatos recientemente infartado y los que suceden post-infarto, donde ya se le presentan nuevas problemáticas a la hora de sentarse a escribir. Probablemente me lleve a redondear en tres (y no cuatro) estrellas el hecho de conocer previamente varios de los textos que contiene el libro, ya sea por haberlos leído en el blog de Orsai, o por haber escuchado los audios del propio Casciari relatándolos. En resumen, es un libro entretenido, que se lee tranquilamente en una tarde con dos pavas de mate y que se disfruta bastante.
No es una novela convencional, sino una recopilación de relatos escritos por Casciari antes, durante y después de sufrir un infarto. Lo que más me impacto fue la honestidad con la que enfrenta su vulnerabilidad. Es como leer un diario crudo, sarcástico y profundamente humano. Algunos relatos me parecieron brillantes y llenos de reflexiones que te sacuden, mientras que otros se sienten algo dispersos y repetitivos. Aún así, el humor negro mezclado con momentos de profunda introspección es lo que le da fuerza al libro. A veces incomoda, otras veces emotiva , pero siempre real . Lo recomiendo si te gustan las historias autobiografícas que se atreven a mirar de frente a la muerte...y burlarse un poco de ella.
"Suele decirse, con razón, que tras diez mil horas de hacer algo -lo que sea- nos convertimos en expertos. Y yo lo que más hice en la vida fueron dos cosas: dormir y darle vergüenza a mis seres queridos."
Llegué a este libro por la serie de Disney con el mismo nombre. La verdad la serie me encantó, mi parte favorita fue la historia de Alejandra y Javier con su Airnb ESA VAINA ME HIZO LLORAR, fue re conmovedora y fuera de serie y nada, Hernán es maravilloso, es gracioso, creativo, peculiar y cuenta todo tan ameno que no podes parar de leer, todos sus relatos son entretenidos, humanos y se sienten re sinceros. Tengo pendiente pasar por todos sus libros por cierto jajajaa. :)
Y para sumar todos sus libros los tiene gratis en su Blog. LO AMO.
Un critico literario describió a los libros de Casciari como “comida rápida”. Y creo que no hay mejor definición. Cuentos fáciles de leer, sin prosas complejas o pomposas. Relatos un tanto efectistas, con la exageración propia que tiene un amigo al contar cualquier anécdota. Eso es lo más destacable de Hernan Casciari, al leerlo siento que está conmigo en el living de mi casa, relatándome los hechos tal cual fueron (por más que en el fondo sé que hay un IVA de novela).
Quizás la literatura aclamada puede ser la mejor pieza del más fino sushi. Pero a mi, cada tanto, me gusta saborear una Big Mac.
El primer libro que leo de Casciari y lo leí de corrido, fue una larga noche en la que no pude dejar de leer. Relatos cortos que el autor escribe antes, muy cerca del momento y después de un infarto. Me reí con ruido, cómo me gusta la literatura autobiográfica aunque seguramente haya mucho autoficcionado se nota el nivel de detalle de quién cuenta su propia historia y esa emoción se trasmite en cada página. El nivel de identificación con la experiencia migratoria del autor fue total, esa necesidad que nos apremia como argentinos en el exterior de sentirnos más atados a nuestra patria que nunca. Recomiendo mucho! Gracias madre por sugerirme esta lectura.
Lo tenía en casa porque en su momento compré una colección completa, pero nunca "lo había leido" porque en realidad ya había leído todos los textos de Casciari que están en el libro en su blog, al momento que los publicaba.
En ese momento no coincidí con Hernán en que su literatura había disminuido y me frustró mucho que deje de escribir. Hoy lo entiendo un poco más.
Respecto al libro, ahora sí decidí agarrarlo de la biblioteca porque anoche ví la serie y caí, inevitablemente, en la comparación.
No recomendaría el ejercicio y quizá a la serie tampoco, pero no le hace daño a nadie.
Es un libro de relatos, nada muy complejo. Hernán escribe de una forma maravillosa; leerlo se siente como estar charlando con un amigo de toda la vida... Un amigo un tanto raro, pero muy divertido y, sobre todo, muy imprudente.
Amo la manera en la que puede convertir algo tan cotidiano en algo tan extraordinario, o al menos interesante.
No te va a cambiar la vida; es más bien un libro para pasar el rato. Y a veces, muchas veces, me preocupa el Chiri.
"Antes de irme a acostar, y a veces incluso ya dormido, colecciono dialogos: conversaciones falsas con un lector que casi nunca me entiende. -¿y te alcanza con eso para ser feliz? a veces si; a veces no.
Nuevamente, a quien yo he denominado "Sacheri, pero si Sacheri fuese un gordo chistoso" Me hizo cagar de risa
Nuna fuí muy fan de los cuentos, pero el libro este se la re banca. No tengo mucho que decir, me causó gracia, metió un par de frases buenas.
Me encanta Casciari, pero estoy de acuerdo con el que este no es de los mejores libros que escribió.
Hay cuento que son muy bueno y otros son muy aburridos. Yo tenía otras expectativas del libro, tenía muchas ganas de ponerle 5 estrellas y un poco me desilusionó.
Igual lo recomiendo porque siempre es lindo leer a Hernán, porque es una buena compañía, porque te hace reír y olvidar de la vida por un rato.
Una de mis máximas es No me gusta leer cuentos, prefiero las novelas EXCEPTO que sean escritos por Hernan Casiari. Estos cuentos que relata el autor en un momento crítico de su vida no solo te hacen emocionar y reír sino que se leen y se disfrutan como si fuera una charla de café con un amigo. Ahora voy por una de sus novelas !
Es el segundo libro que leo de Hernán luego de "Messi es un Perro" y disfruté mucho leyendo sus cuentos. Mis favoritos de este libro fueron "Electrodomésticos", "Tengo una madre extrovertida", "Huespedes y Anfitrions" y "El viejo que caminaba porque sí".
Seguiré leyendo nuevos libros de Casciari, ya que me gusta mucho como escribe y disfruto mucho sus historias.
Si querés empezar a leer a Casciari, no te recomiendo que arranques por este libro. No es de sus mejores obras, él mismo lo reconoce. Sin embargo, hay algunos cuentos destacables como “no lleves a tu hija a un concierto pop”, “la foto de Wasmosy” y los relatos que componen el capítulo “Infarto” que hacen que valga la pena leerlo y dejarse llevar por la pluma afilada de Hernán.
Muy entretenido como siempre, un poco lentas la partes "grises" que era cuando se queria volver a Argentina, y un poco despues del infarto, pero siempre sobresaliendo con mucho "humorividad" como me gusta decirle a los cuentos del gran Hernan. Super recomendable como siempre
Sin duda se nota lo que Casciari dice del no poder escribir después del infarto, pero aún así sigue siendo un genio.
Y esa fe de erratas, como feminista, me emocionó. Qué bueno que hombres cis se deconstruyan y tengan esas cosas presentes, y sobre todo cuando son comunicadores y figuras públicas.