Gale ha muerto y resucitado. Dos veces. Por desgracia su última vuelta a la vida ha tenido un efecto secundario poco agradable: una garra monstruosa ocupa el lugar donde antes estaba su mano.
Por si esto fuera poco, Adra está convencida de que es especial, de que él podría ser la última esperanza de un mundo que se cae a pedazos. Ahora viajan en la Mordisco, la nave de Décima, rumbo hacia Absalón, el cruzado que podría tener respuestas a sus preguntas.
Ningún viaje está libre de peligro y mucho más en este mundo. ¿Conseguirán Gale, Adra, Angie, Décima y Winston llegar de una pieza a su destino?
Y, lo que es más importante: ¿averiguará Gale por qué es tan importante para tanta gente?
"El ojo de la tormenta" es la cuarta y penúltima entrega de "Crónicas del fin", una serie épica, sobrenatural y apocalíptica sobre qué ocurre cuando un montón de engendros invaden tu mundo y lo vuelven todo del revés; pero ante todo es la historia de Adra, una joven que recorre las tierras alteradas en compañía de su galgo, Winston, y de Gale, un chico peculiar, que, pese a un pasado horrible, todavía cree en la bondad de las personas.
Gabriella Campbell nació en Londres (1981), pero se crio en España y aquí sigue. Se licenció en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada (con un experto en Comunicación) y ha sido traductora, editora, correctora, redactora, lectora profesional y casi cualquier otro oficio relacionado con el mundo editorial. Sobre todo es conocida por su blog especializado, Gabriella Literaria, donde escribía sobre mercadotecnia y creación literaria.
En la actualidad escribe para www.lomaravilloso.com, la plataforma que comparte con José Antonio Cotrina.
+3 “Porque estoy…vivo. Y eso es fantástico. Y estás ahí, te veo. Y eso es bueno. Verte es bueno.Y siento el latir de la tierra y eso es bueno también. Pienso. Existo. Y tú piensas y existes. Y aquí los dos. En el fin del mundo”.
Esta parte ha sido para mi el puente de los libros anteriores hacia el final. Se trata de un tomo que está lleno de acción. Creo que ha sido el que menos me ha gustado por el momento. Al final tenía yo razón, estos tomos no serán sino el principio de una gran historia. Sin embargo, el hecho de no saberlo hasta ahora me ha dejado un poco descolocada y ha afectado a mi forma de ver la novela.
Asimismo, me siguen gustando más los capítulos de Gale. Por otro lado, cada vez me sorprende más la capacidad de los autores de crear monstruos tan aterradores. Me encanta. Eso unido a la oscuridad que pobla la novela, son muchos puntos a favor.
“Si cierras los ojos, el dolor hace que la oscuridad se haga blanca”.
" Cada segundo que sobrevivimos en éste mundo terrible, es una batalla ganada ".
Brutal!!!
Esta cuarta parte supera con creces a sus anteriores entregas. Más acción, más detalle, más perversa... En ella se ahonda mucho más en los personajes y la trama principal va adquiriendo sentido. Sin ir más lejos, el prólogo ya abre el apetito y una vez más he devorado la historia.
En éste tomo, los personajes van abordo de "la mordisco" (una especie de nave extraña) para encontrarse con Absalón, un cruzado que según Adra tendrá todas las respuestas que buscan. La historia esta llena flashbacks y multitud de detalles que nos ayudan a comprender ciertos agujeros argumentales.
" Hasta donde alcanza la vista el mundo era un cementerio. "
Yo ya tengo mi personaje favorito (obviando a Winston, mi entrañable perrete y al que espero/deseo que no le ocurra nada malo 🙄) y es Décima, me encanta su carácter y su decisión, sin duda es un gran personaje. Una mujer valiente lejos de los estereotipos de m#####. 😌
En definitiva, voy a dejar la reseña en "pause" y me voy de cabeza a la quinta y última parte de la historia. Promete y mucho!!!!!
Solo por ver a Winston en la portada ya merece la pena. De verdad, que perro más entrañable. ¡Más perros en ficción! Pero sobre todo que no mueran. *mira a Gabriella intensamente*
Los prólogos de todas las entregas dan muchas pistas, y en esta parte los autores las van dejando mendrugos de pan para hacer un camino. Unos mendrugos bastante grandes ya. Nos los hemos ido comiendo todos los que seguimos esta maravillosa saga y no paramos. Queremos más. Menos mal que en el próximo nos enseñarán al fin la casa de chocolate al completo (aunque creo que la casa tendrá dientes y nos comerá a nosotros).
La historia continúa con la misma fuerza arrolladora que las anteriores entregas. Hay mucha acción, pero también hay espacio para un par de interacciones importantes. Volvemos a ver a Gale, que es un personaje super entrañable a estas alturas. Estoy como Winston frotándome contra él. Aunque quiero que se frote contra otra cosa-persona. (If you know what i mean)
Mi única queja en este apartado es que quería más. Más interacciones entre personajes (la OTP) y más historia (más palabras).
Este libro, a nivel técnico, es una maravilla. Cada frase está bien pensada y escrita. Hay un valor en las palabras. Las metáforas que se usan son preciosas. Me maravilla. Que un libro sea capaz de decirte tanto en tan pocas palabras es genial. Es como un cómic, un videojuego o una serie. No tiene nada que envidiarles aunque los libros no tengan música (¿aún?).
¡¡Deseando que salga ya la quinta parte porque ese final me ha dejado con ganas de mucho más!! SOCORRO
Siguen las alucinadas y delirantes descripciones del entorno hostil post apocalíptico: amenazadoras manos gigantescas que reviven súbitamente, naves cuyo combustible es la carroña de los engendros, tormentas causadas por vete tú a saber que monstruosidad. Con muchas ganas por conocer cómo concluyen todas las tramas abiertas. (8/10)
Cuarta entrega adentro. Pienso que esta y la anterior son los mejores hasta el momento.
Pasaron muchísimas cosas en tan pocos capítulos, por fin pasamos a la acción. Este libro consigue mantener al lector interesado y atento. Hubo un par de giros que no vi venir y que me permitieron disfrutar muchísimo más la lectura. Por fin aparece un personaje misterioso del cual venimos escuchando desde la primera entrega. El final te deja con incertidumbre, incomodidad y una sensación de que todo anda mal. Los personajes son cada vez más interesantes y el prólogo aportó muchísimo al desarrollo de la protagonista (algo que, al menos yo, necesitaba, porque Adra se me hacía muy plana).
Sigo con esta serie después de una larguísima pausa, haber totalmente olvidado más o menos quien es quien. Sin embargo, el viaje de los protagonistas dura tanto que al final logré recordar todos los personajes y sus historias y justo enseguida el libro se terminó con un cliffhanger que (ojala) va a ser resuelto en el volumen siguiente. Nada mal, pero aquí tenemos solo una historia que vincula el libro anterior y posterior.
Esta vez tengo que reconocer que me ha costado entrar en la historia, tal vez demasiado intervalo de tiempo de una parte a la siguiente. Pero una vez he conseguido recordar, me he encontrado con lo de siempre, un mundo extremadamente bien descrito por los autores y una trama que engancha rápido. Pena que entre una cosa y otra, haya llegado al final casi sin darme cuenta.
Llevaba desde verano sin leer Crónicas del fin y casi había olvidado lo mucho que me apasiona este mundo imposible que han creado Campbell y Cotrina. Creo que en esta entrega se mantiene intacta la esencia de la serie, añadiendo un ritmo cinematográfico de los que te dejan sin aliento. Cinco estrellas pese al cliffhanger (los cliffhangers son menos odiosos cuando tienes la continuación recién descargada en el kindle).
Pero... pero... pero ¿¿¿por qué hacéis lo mismo que en el primer número??? OMGGGG. Socorrito, quiero el último número. Que yo pensaba que ya se estaban resolviendo cositas y madre mía...
Mientras se quitaba las legañas, se dio cuenta de que todo había sido un mal sueño. Le llegaba el olor a tostadas, el trino de los pájaros y la luz del sol de la mañana dibujaba conejitos en el suelo…
Más o menos, pero contado por Gabriella Campbell y Jose Antonio Cotrina, claro.
Si has llegado hasta aquí y no has leído los tres anteriores, te recomiendo que rebobines y aproveches a comprarlos. Son baratos y te pondrás pronto al día, porque también son cortitos.
A ver, ¿dónde estábamos? ¡Ah, sí! Gale. Pues eso, que se despierta y, resumiendo mucho, todo sigue hecho un cristo de mil pares. Pero en la Mordisco tienen un plan, o eso creen, porque Campbell y Cotrina tienen su propio esquema de las cosas y lo que hagan o dejen de hacer los protagonistas es algo secundario. Bien.
Nos habíamos quedado en el capitulo más “sosegado” de la saga, donde se empezaban a ver algunas luces al final del túnel (sí, ese lleno de pústulas y asquerosidades). Esperando a que el levitán tuviese algún punto débil que devolviese la supremacia terrestre a la maltrecha raza humana, o medio humana. Dejábamos Testamento con la firme intención de pedirle explicaciones a ese tal Absalón y ya de paso entender un montón de cosas que pasan: ¿Quién es Gale? ¿Quién es Adra? ¿Por qué Décima está tan cachas? ¿Por qué un galgo es tan zalamero?
Porque, además, piensas: “es el penúltimo, algo tienen que despejar de la ecuación”. Pero no pasa de ese modo. De hecho añaden algunas constantes, que no lo eran tanto —como el origen incierto de Adra— y aparecen algunas variables; unas que se podían intuir —como la extraña bondad de Angie— y otras que llegan desde el lado oscuro de las mentes retorcidas de los autores (pero para eso tendréis que leer la segunda mitad del libro).
Partiendo de la base de que los tres primeros me fliparon, este cuarto me ha dejado un poco confuso. Vuelve la acción sin descanso de los dos primeros, la sensación de peligro constante y ese aguijón permanente en la nuca que te indica que vas dos pasos por detrás. Además esta entrega podría utilizarse como ejemplo de manual para un cliffhanger. Peeeeeeero…
Solo queda una entrega más.
Y hay demasiadas cosas en el tintero. Muchas están en esa cinta rápida en la que ya hay varias pistas, como es el caso de la trama principal (Adra-Gale), pero en la que aún no se ve la terminal de facturación. Hay otras que están en los cuartos auxiliares, ese tipo de flecos que quedan por ahí y que sabes que pueden quedarse perdidos para siempre o ser resueltos de manera magistral (como en las grandes sagas) y, por último, están las grandes incógnitas que dan sentido al mundo, pero que quizá no son tan importantes para lo que necesita la historia.
Lo complejo de todo esto es que hay lectores que dan prioridad a cada uno de esos campos. ¿Serán capaces Campbell y Cotrina de volverlo a hacer? ¿Acabarán la saga a lo grande, puliendo cada detalle y demostrando que somos simples y lastimosos mortales?
Estoy casi seguro. Y lo estoy porque hay un aspecto que no ha cambiado desde el primer libro.
Todo da la sensación de ser un caos monumental, una tragedia de proporciones épicas donde los humanos estamos escribiendo nuestras últimas palabras. Salvo por un detalle: a los mandos hay dos personas con ideas muy, muy retorcidas. Ambos saben cómo va a acabar esto, lo tienen planificado al detalle, y están esperando a que te confíes para pegarte un papelito en la espalda. Uno en el que pone: te pillamos.
No puedo explicar porque afirmo esto. Quizá es la sensación de que no hay nada al azar. De que cada coma, cada párrafo, cada palabra están donde deben. Como una partitura en la que cada nota ha nacido para estar ahí. No hay palabras de más, todo lo que está escrito tiene una razón de ser. Todo ha sido afinado hasta al mínimo detalle. Demasiados argumentos para acabar en un final incierto.
Seguro que nos quedaran cosas por debatir, pero también es seguro que ni Campbell, ni Cotrina han jugado su última carta.
Habrá que esperar a Réquiem para ver si la apuesta ha sido un éxito (yo me la juego al sí).
Era una música suave, casi líquida. Como si estuviera hecha de pájaros.
Normalmente, cuando leo sagas (sobre todo trilogías, que son las más abundantes), suelo desencantarme en algún punto. Siempre hay un libro que me gusta menos y que me chirría. No puedo decir eso de Crónicas del Fin. De las cuatro entregas por ahora, la última siempre ha sido la mejor y siempre sin desmerecer a las anteriores. Es como tener morriña y volver a casa (salvo que aquí la casa está llena de monstruos y hay mucha muertitud y huele mal porque es el apocalipsis, cada uno con sus hogares).
El ritmo es una maravilla que consiguió vencer a mi bloqueo lector. El viaje sobre la Mordisco me ha parecido una maravilla. Es curioso porque se llama El ojo de la tormenta, pero más bien parece la calma que la precede, y no porque no pase nada, sino porque es posible que en Réquiem nos dé un patatús. Yo pediré cita con el cardiólogo por si acaso.
Los personajes siguen siendo unos cuties (Sato, tú no) y todo lo malo que les pueda pasar me restará años de vida. De verdad, sufro como Geno por ellos. Espero que Gabriella y Cotrina (OYE, ¿esta ship tiene nombre?) se porten bien y nos dejen, por lo menos, a uno de ellos vivo (Winston es papel blanco y todos sabemos que el apocalipsis respeta las reglas del escondite).
Solo hubo una escena que no me hizo tilín y que me costó leer (por temas personales), pero intuyo muy fuerte que está ahí para que algo en la última entrega nos haga tolón en el cerebro. Lo intuyo porque ya me lo han hecho aquí, que pasé toda la lectura alimentando una teoría y se me desarmó completamente al final, o eso creo.
Así que nada, no es que me quiera morir, pero yo ya me siento a esperar el Réquiem y os dejo con mi teoría para el final de la temporada, que casualmente (no), es también una cita de El ojo de la tormenta:
Hacía tiempo que no me adentraba en esta aventura, pero me ha resultado fácil retomar el hilo. En esta penúltima parte se nos da respuesta una gran incógnita, pero nos plantea muchísimas más preguntas. Lo cierto es que no es nada previsible, intuyes que algo terrible va a pasar porque, a fin de cuentas, en manos de Cotrina y Gabriella algo terrible va a pasar a los personajes siempre, en especial cuanto todo parece bien y maravilloso. Sin embargo, los giros argumentales no son nada previsibles, y eso me encanta. Nos encontramos criaturas aún más macabras y retorcidas, auténticas pesadillas vivientes, muy imaginativas y que describren de una forma tan visual que provocan escalofríos. Los personajes siguen su desarrollo y te permiten conocer un poco más de ellos, aunque debo decir que algunos me parecen más de relleno que otra cosa. El final se te va anticipando poco a poco, y aún así no me esperaba lo que sucedió. ¡Estoy deseando leer la última parte!
El ojo de la tormenta es una obra magistral. En comparación con sus anteriores entregas, he notado cierto crecimiento y mejora por parte de sus autores. Soy consciente al decir esto de que no ha pasado demasiado tiempo desde que vimos El cielo roto, y también soy consciente de que esta primera entrega es muy buena. Pero ya desde el prólogo de esta cuarta parte, Cotrina y Campbell demuestran oficio y trabajo en el mundo que han creado. Enseñan pasión y ganas y dan al lector la clave para enamorarse de este mundo tan rico y podrido a la vez.
Una nueva entrega llena de aventuras, acción, descripciones tan inverosímiles como perfectas, personajes llenos de secretos, preguntas sin respuesta y falsas apariencias. ¡Ah, se me olvidaba! También leviatanes, engendros, bocas llenas de dientes afilados y seres imposibles. Y todo escrito a las mil maravillas, con momentos de tensión que casi se palpan y originales descripciones de la belleza de lo terrible. He disfrutado muchísimo leyéndolo, sorprendiéndome con los nuevos caminos que recorren los protagonistas y rompiéndome la cabeza para descubrir alguno de los misterios que tan magistralmente se esconden la historia.
En esta ocasión esta entrega me ha gustado menos que en las anteriores ocasiones. Casi la mitad del libro me parece muy lenta (teniendo en cuenta que es una saga bastante movida) y posteriormente si que recupera algo el ritmo, pero en general podemos decir que se siente como un libro de transición hacia la quinta (y última según tengo entendido) entrega. Sin embargo, el clima asfixiante del mundo sigue patente, por lo que eso podemos seguir manteniendolo como uno de los grandes puntos fuertes. Espero con ganas la próxima entrega.
Si los anteriores han terminado en tremendos cliffhangers, ¿qué puedo decir del final de El ojo de la tormenta? Solamente que tras terminarlo, casi de inmediato, empecé Réquiem, parte final de este libro, aparentemente apenas la Primera Temporada de Crónicas del fin como serie.
En El ojo de la tormenta, el horror y la demencia danzan a la par y con soltura a través de sus páginas, con el goce y el talento que sólo los grandes suelen poseer. Me ha gustado mucho el manejo de la tensión a lo largo de todo el libro, hasta que al final desencadena en lo que podría ser un final "a todo trapo".
El ojo de la tormenta mejora un poco con respecto al libro anterior. Aquí comenzamos con mucha más acción, al fin empezamos a verle el queso a la tostada.
También disfruté mucho que vamos descubriendo cositas poco a poco, lo que va aumentando esa aura de misterio que tiene la saga.
La guinda del pastel sin duda es el final, creemos que nuestros protagonistas llegan a un lugar pacífico y sin problemas, pero es todo lo contrario y quedamos en un final súper abierto muertos de ganas por saber cómo cerrará toda esta historia tan loca y bizarra.
En general este cuarto volumen lo he sentido un poco de transición: un preparatorio para lo que será el último volumen de esta primera saga, pues como apunta el epílogo, los autores se plantean en el futuro seguir con más historias en este mundo post apocalíptico tan grotesco e interesante que han creado. Veremos si logran cerrar con éxito esta primera parte antes.
Entrega algo irregular de esta historia por partes, en la que todo se vuelve más oscuro y en la que no se resuelven ninguno de los hilos argumentales. Historia de transición pura y dura, donde lo dejan todo para el último libro. Y aquí me surge la duda de si serán capaces de terminarlo o dejarán la puerta abierta para rematarlo en otra serie de libros.
Continúa la historia de Adra, Gale y compañía. Se va definiendo hacia donde va la historia, la acción es continúa y las descripciones de los lugares te hacen imaginar todo ese mundo apocalíptico que nos describen en la historia.
Otra maravilla de producciones Campbell & Cotrina. Con muchas ganas de leer la última entrega y cualquier cosa ambientada en este mundo de decadencia, en general.
El ojo de la tormenta es una obra magistral. En comparación con sus anteriores entregas, he notado cierto crecimiento y mejora por parte de sus autores. Soy consciente al decir esto de que no ha pasado demasiado tiempo desde que vimos El cielo roto, y también soy consciente de que esta primera entrega es muy buena. Pero ya desde el prólogo de esta cuarta parte, Cotrina y Campbell demuestran oficio y trabajo en el mundo que han creado. Enseñan pasión y ganas y dan al lector la clave para enamorarse de este mundo tan rico y podrido a la vez.