Una ciudad rodeada por los acelerados rieles de la locomotora del dios Orestes y unos vastos campos de maíz poblados de misteriosas bestias llamadas Merodeadores. Un grupo de jóvenes corre desde una población hasta la línea férrea. Es el tren de ciudad Babel que se aproxima y, para ellos, es una prueba de valor colgarse de los durmientes mientras la enorme máquina lo estremece todo a su paso. Uno de ellos muere durante el juego. Este suceso forzará a nuestro protagonista a resolver el misterio de la muerte. Pare ellos deberá enfrentarse, junto a sus amigos y la chica de sus sueños, a los horribles secretos de guardan los adultos de ciudad Babel, mientras intenta salvar el alma de su camarada de las garras del terrible Orestes.
"Una novela de terror adolescente con tintes lovecraftianos de la mejor factura, completamente recomendable" Martín Muñoz Kaiser, autor de Evento Z
"La aritmética bizarra entre una novela de iniciación adolescente, una tragedia juvenil y un relato de horror materialista. Michael Rivera resuelve la fórmula y construye uno de los mejores debut literarios del género que recuerde. Cuando en un futuro lejano se haga arqueología del terror chileno, Funeral en rieles estará de seguro en los primero puestos" Francisco Ortega, autor de Logia
Michael Rivera Marín (Maipú, 1982) Profesor de Estado en Lenguaje y Comunicación (USACH) y Diplomado en Literatura Juvenil e Infantil (IDEA – USACH). Se ha destacado como escritor de terror gracias a sus novelas "Funeral en Rieles" (2012) y "Sinfonía H" (2015); y los cómics "Dios" (2013), El Ánima del Puerto: "Infección" (2015) y "Engranajes de lo siniestro" (2016). Ha sido antologado en las colecciones de cuentos "Ominous Tales 2" (2013), Ominous Tales 3 (2014), "Metalenguaje, literatura y escena metalera" (2014) y "Chile del Terror: Visiones Lovecraftianas" (2015).
Entretenida novela de terror situada en la ciudad ficticia de Babel, que pese a contar con un muy buen desarrollo no logra mantener su calidad para el final.
Acá conocemos a Babel, una ciudad rural atravesada por una línea del tren y rodeada de campos de maíz, la cual se encuentra bajo el control de un dios antropófago llamado Orestes que junto a sus criaturas, los mediadores, mantienen sitiada la ciudad y sus habitantes. Lo que hará que un grupo de muchachos, tras la muerte de uno de sus amigos, comiencen a descenredar la intrincada madeja que envuelve al lugar.
En su estilo esta novela me evocó un tanto a Lovecraft, mientras que en su desarrollo un poco a King. El grupo de chicos luchando contra un ser todopoderoso, bicicletas incluidas, claramente es algo que ya hemos leído en "It" Y aunque acá el autor termina desviándose hacia otros derroteros e de recalcar que no logra atar la historia como debería. Como mencioné antes, los primeros dos tercios de la novela tienen un desarrollo muy sólido como si el autor se hubiera tomado un buen tiempo en escribirlos, pausas adecuadas, escenas bien descritas, harto misterio...
Sin embargo, cuando llega al cierre es donde falla. A simple vista pareciera que el autor jamás planeó el final solo se largó a escribir con una idea fija en su cabeza hasta que llego a un punto en el que no supo cómo hacer encajar todo, entregandonos un final sacado de la manga, totalmente antinatural y anticlimatico con la naturaleza de la historia.
Y es que hay asuntos de los sueños que se contradicen, una especie de mundo jalea sin explicación, elementos como los merodeadores que termina desechando, un líder sectario que no tiene ningún peso tras haberlo construido desde el inicio, una religión extraña que te hace preguntar para que la puso ahí... entre otras cosas que me hicieron cuestionar seriamente el tiempo invertido en la lectura y la calificación final que debía darle.
Pese a todo terminé cediendo, creo que su primeros dos tercios están demasiado bien escritos como para bajarle su calificación a menos de 4 estrellas. Por lo demás, Rivera Marín es uno de los pocos escritores chilenos de terror y pese a que la novela termina fallando en su final creo que es un buen intento de su parte. La literatura chilena en general está hace mucho tiempo al debe con el terror al punto qué es casi triste decir que esta es una de las mejores que ha salido en estos últimos años.
Un buen intento con un final lamentable, si el autor hubiera mejorado dicho punto esta novela de seguro sería algo más.
Ni la recomiendo ni la lapido, si te gusta el terror tipo Lovecraft de seguro te va a entretener. Al menos para mi valió el rato, solo debo sacarme el trago amargo del final.
Siendo sincera, la historia no me gustó. Quizá venía con mayores expectativas... no lo sé. La cosa es que "Funeral en rieles", aunque con un inicio potente y rápido, a mi juicio, dista mucho aún de ser un relato de terror como tal. Lo que siempre me molestó (lo dejé claro en varios de mis avances) fue el tema del exceso de información. Lo que rompía el clima de suspenso que se trataba de generar a cada paso. No funciona el querer explicar y justificar todo, porque el relato de un niño de 13 años, en primera persona, tiende a volverse omnipresente a ratos y eso cansa al final. Un ejemplo claro de esto, de lo que recuerdo, es lo de las bicicletas. El narrador está en plena acción para buscar más pistas sobre el asesinato del amigo, toma su bicicleta y de pronto se pone a relatar el por qué los adultos no les permiten modificar las bicicletas como ellos quieren. Una anécdota solamente, porque no tiene relevancia alguna en el relato. Este niño lo sabe todo y si no lo sabe, lo saca por conclusión. Sin embargo, se extraña de la conducta de los adultos respecto a la religión que profesan, la actitud hacia el almacenero (que no tiene por qué ir en mayúscula, pues ese no es su nombre, solo su ocupación), los sacrificios que se hacen al dios Orestes... Es decir, después de saber todo lo que implica un cotilleo de la villa, se extraña de las costumbres de ellos. Raro. Ahora, esta religión medio politeísta, donde unos adoran a Orestes y otros a un Zorrito... siento que nunca cuajó bien con la "normalidad" de una villa en las afueras de la ciudad. Se me hizo como una fotografía de una villa cualquiera en Santiago (incluso parecida a la villa donde yo vivo), adornada con esta pseudoreligión. Es decir, no me la creí. No se me hizo verosímil en su totalidad. Por otro lado, el tema de los sueños me pareció un argumento muy sacado de la manga, muy de... "uy, necesito algo con qué arreglar el embrollo. ¡Sí, sueños!". Pero si todos en la villa los tienen, todos se visitan de alguna forma en esos sueños, el narrador se extraña de nuevo cuando se da cuenta que el resto pudo ver su sueño con Sofía. Y les sirve de salida en algunos casos. Pero no sé si el no haber estado planteado desde un principio, como característica propia de los seguidores de esta religión, le favoreció. Porque como dije antes, es un recurso muy sacado de la nada. Y en cuanto a los hechos relevantes, también me parecieron poco tratados. La violencia a veces injustificada (pobre abuelita)... El enemigo un personaje súper difuso. Habla muy poco, solo está delineado en perspectiva hacia su pasado (se entiende qué hizo para volverse así), sin embargo no tiene un carácter real, creo yo, que lo plantee como un enemigo fuerte. Es decir, cuando sale de la mirada del tú, de la segunda persona, se vuelve de cartón de pronto... misterioso, en la sombra, callado... bien arquetípico. Sus resoluciones son muy rápidas... en un momento quiere matar a todos los que estén en su contra y al siguiente desea redimirse. Lo del policía lo encontré gratuito. De verdad, un personaje que podría haberse explotado todavía más y queda en la nada, suelto. De verdad venía con todas las ganas de que el libro me gustara y no pudo ser :( Quizá fue la mala pata de haberlo leído después de un año leyendo terror... quién sabe.
Muy interesante historia, con un ritmo adecuado que no es demasiado rápido ni tampoco tedioso. Mantiene el suspenso durante todo el relato, incluso luego de terminado su clímax. A pesar de que el argumento tiene pocos giros (lo que es natural para una historia corta), estos son de calidad y están cuidadosamente ejecutados. Nota aparte merece el antagonista (que no diremos quién es para evitar spoilers) cuyo destino evoca la famosa cita del segundo film de Nolan sobre Batman: "O mueres como un héroe, o vives lo suficiente como para transformarte en un villano)".
Si bien esta obra puede ser leída y disfrutada por cualquier persona entre 8 y 88 años, le sacarán mayor provecho en primer lugar, los adolescentes y jóvenes actuales, que sueñan impotentemente con vivir aventuras de vida o muerte junto a sus "amigos", en un mundo dominado por la ubicuidad de los videojuegos necios y los celulares llenas de "apps"; y en segundo lugar, aquellos -como yo- que experimentamos el jugar por horas en las calles de nuestra ciudad, formando verdaderas cofradías infantiles con nuestros amigos del barrio, espacios lejanos de los padres que funcionaban como semillero de travesuras y fantasías heroicas.
Felicitaciones para el autor Michael Rivera Marín (del cual tengo el honor de ser amigo), que logró con creces sumergirme en el universo de Ciudad Babel, un centro urbano en que todo "funciona" (o como diría nuestro ex presidente Ricardo Lagos, "un país en que las instituciones funcionan") pero que a veces obliga a preguntarse: ¿a qué costo?
Espero con ansias nuevas aventuras en Ciudad Babel.
Le doy solo cuatro estrellas a pesar que me encanto mucho el libro, por que me esperaba otro final, pienso que con otro final hubiese sido un estupendo libro. El suceso que pasa en el primer capitulo creo que nadie se lo espera, o por lo menos eso me paso a mi; una parte del capitulo cuatro me recuerda parte de mi infancia/adolescencia :') Creo que como va transcurriendo la historia nadie se lo espera, al ir avanzando cada vez mas la historia quedo aun mas metida, a pesar que tome el libro en un momento no muy adecuado, porque lo eh tenido que dejar de lado varias veces :(, es muy bueno y de lectura rápida ;)
Me recuerda mucho a Stephen King, sobre todo en la construcción del incidente inicial, aunque después siento que se desordena y el mito que lleva a la historia es confuso y no del todo sólido como para convencerme del mismo, además qué hay elementos que se pierden dentro de la narración y no terminan por cerrar. Dicho lo anterior, desde el capítulo inicial hasta el final no dejan de ocurrir cosas, por lo que se me hizo entretenida. Quizás eso mismo conspira contra su solidez narrativa, pero no la hace perder lo activa que es. No la calificaría como terror sino de aventura, aunque eso es quizás por mis propias taras de lector. Con todo, y considerando que es la novela iniciática de Michael, me parece un buen comienzo.