Esta novela es un prólogo imprescindible para los lectores del ya clásico Trilogía sucia de La Habana, del mismo autor, que recibió tan merecidos elogios. Pedro Juan aquí tiene entre quince y veintiún años y vive en Matanzas, una ciudad portuaria cerca de La Habana, en los años sesenta. Es un joven impetuoso, insolente y quizás un poco alocado, que atraviesa esta novela a la velocidad de un torpedo. Decenas de personajes aparecen y rebotan contra Pedro Juan, para conformar así una visión vertiginosa de una época especialmente caótica y efervescente. Muchos mitos actuales nacieron en la década de los sesenta. Uno de los supervivientes narra aquí su vida desesperada y reflexiona con una visión abismal sobre los restos del naufragio. Esta novela obtuvo el “Prix des Amériques insulaires et de la Guyane, 2008”.
Pedro Juan Gutiérrez (Matanzas, Cuba, 1950) es reconocido internacionalmente como uno de los escritores más talentosos de la actual narrativa latinoamericana. Su Ciclo de Centro Habana ha sido publicado íntegramente por Anagrama, y ha aparecido en otros idiomas en más de veinte países: Trilogía sucia de La Habana (publicada también en títulos individuales: Anclado en tierra de nadie, Nada que hacer y Sabor a mí),El Rey de La Habana (que ha sido adaptada al cine por el prestigioso director Agustí Villaronga), Animal tropical (Premio Alfonso García-Ramos), El insaciable hombre araña y Carne de perro (Premio Narrativa Sur del Mundo). También en Anagrama ha publicado las novelas Nuestro G. G. en La Habana, El nido de la serpiente. Memorias del hijo del heladero, Fabián y el caos y Estoico y frugal. Vive en La Habana y se dedica exclusivamente a la literatura y a la pintura.
Reconozco que, en su momento, este libro me entró por los ojos, sin más: a pesar de querer algo más de Pedro Juan Gutiérrez, a quien había conocido por su célebre Trilogía sucia de La Habana , recuerdo haber visto esta novela con bastante recelo. Su título, a la larga, se me mostraba como cualquier libro genérico de Realismo Sucio que apela al trabajo, la labor del asalariado, a la "trampa" de la vida, a la miseria como estandarte de una existencia auténtica. Por aquellos años, es decir, entre el 2008 y 2012, procuré leer todo lo que podía de este género: devoré desde Bukowski hasta Carver, me entretuve con Kennedy Toole y vi la gracia y ternura del gran John Fante. Pedro Juan Gutiérrez, a la larga, fue uno de esos tantos escritores que leí en mi fervor por un género que me calaba hondo, que me hablaba de lleno entre borracheras y problemas. En cierto modo, leer a cualquiera de estas personas me daba fuerza: me recordaba que la miseria no era algo necesariamente malo, y que detrás de los escombros de la tristeza solía esconderse un atisbo de esperanza.
Compré, por esos años, el libro de Gutiérrez, y al rato empecé a leer otro tipo de literatura (Dostoievsky, Hemingway, Faulkner, T. Mann, y otras perlas de la literatura universal). Pasó mucho tiempo, hasta que me encontré con este libro en medio de una pila inmensa de obras que no he leído: cartuchos interrogantes de un pasado que me llama, que me pide volver cada cierto tiempo, que me enseña y me llena de la ingenuidad que el tiempo es incapaz de borrar. Fue ahí cuando, tras meditarlo bastante, decidí darle la oportunidad a Pedro Juan una vez más. Si bien su Trilogía sucia de La Habana me había parecido interesante cuando la leí, no recordaba mucho más que un par de relatos y hazañas narradas. Con todo este preámbulo, debo decir que este libro resultó ser violento, sincero y, sobre todo, visceral: aquí se encuentra a un Pedro Juan soñador, rabioso, de los 15 a los 19 años, disfrutando del sexo como escape a una pobre realidad que no le ofrece más que una promesa fallida: la del esplendor revolucionario. Sin ser panfletario, ni tampoco caer en el rezago de fantasía leibniziana del capitalismo como "el mejor de los mundos posibles", Gutiérrez es crítico de su entorno; de hecho, reconoce en la miseria el ocaso de una época, de un sueño, la frustración de un presente que se reconoce atrincherado, en el limbo de un pasado que no parece volver- y que tampoco termina por ser plenamente deseable- y un futuro que, al menos en la isla, no es ninguno.
Empero, su relato está cargado de la rabia de la juventud, de la inocencia al borde de la extinción, del sueño que se esmera por alcanzarse a pesar del plano de posibilidades reales en el que el ser humano concreto se encuentra. Similar a un Roberto Arlt en El juguete rabioso , el personaje de Pedro Juan es sincero, un luchador nato, confundido por la marea de inconvenientes que una realidad cruda tiene para enfrentarle. Eso sí, el cubano mezcla la rabia con la risa, último eslabón del que ha visto qué depara la última de las mareas antes de la madrugada. En la cadencia de su escritura, se deja ver una especie de Bukowski caribeño, de menor alarde, de precarias virtudes. A pesar de no nombrarlo en ningún momento (no recuerdo que lo haya hecho en ninguno de los libros que he leído de él), en las páginas de Gutiérrez se siente la presencia de Bukowski por todas partes; al menos de su humor, de su visceral pasión por las mujeres. Creo que, de lejos, este es el mejor libro que he leído de Pedro Juan: el más sincero, el menos escatológico y pretencioso. Un relato honesto, por momentos tímido y, sobre todo, cruel y esperanzador.
Les dejo uno de los párrafos más bellos de la novela, en el que el protagonista homónimo del escritor habla con un gay que disfruta del travestismo, custodio de una mansión burguesa llamada a la ruina, a la espera de la incautación por parte del gobierno cubano:
Quizas dentro de dos o tres años vienes a Varadero, Pedro Juan, y me verás vendiendo frituras asquerosas de harina en una cafetería sucia y llena de moscas de la calle 40. Ya no me dirán el Señor, con ese aire de reverencia. Me dirán "la maricona de la cafetería". "La vieja maricona", jajajá. Y allí estaré yo, sucio, patilludo, y con peste a manteca rancia. Pero riéndome y alegre. Lo haré con dignidad, poeta. Yo también llevo la poesía adentro. Y eso me salva. Lo que me toca en la vida lo recibo siempre con amor y compasión. (Pág. 188)
Segundo libro que leo de Pedro Juan y no me siento sucio. El nido de la serpiente es otra radiografía cruda y sin arandelas de la cuba post 59. Este libro nos ocupa en la vida del joven Pedro Juan (quien aparenta siempre más edad de la que tiene) y un momento crucial en su vida: la transición hacia la mayoría de edad. ¿Qué camino tomar en esta Cuba revolucionaria? Las poco más de doscientas páginas nos pasean por varios caminos: el del desenfreno sexual; el del pescador; el del asesino; el del contrabandista; el del vicioso; el del putero; el del chulo; el del bugarrón; el del militante; el del espartano; el del arquitecto; el del militar; el del poeta... Los años pasan en la vida del joven del mismo modo que pasamos las páginas: con velocidad, sin estancamientos, parpadeamos y hemos llegado al final, parpadeamos y Pedro Juan tiene veintiún años, ya es 1971, y sigue siendo un desecho podrido de La Habana. Acaso podría clasificarse este relato como una novela de formación fallida, la muestra de un fracaso o, quizás, cómo la vida revolucionaria, como un tren y un virus, atropelló, estropeó y succionó los sueños y las energías de la 'juventud de acero' cubana. Casi quince años de Revolución y solo se han podido engendrar monstruos...
Una maravilla de libro. Pedro Juan Gutiérrez es un maestro del realismo sucio. Un estilo que llega a incomodar pero que sacude verdades y sentimientos sin dar tregua al lector. Escribe lo más cercano al ser humano que se pueda estar. No hay adornos, sino una crudeza sensacional que alterna con humor, ironía, emociones y una narrativa muy característica (amo el vocabulario cubano).
No obstante, dentro de ese ambiente turbio, nocturno e incluso onírico/espiritual, hay cabida para los momentos salvavidas. Una vez más, el arte en general (y los libros en particular) y determinadas personas se vuelven fundamentales a la hora de encontrar el camino que queremos seguir para realizarnos y buscar la felicidad a la que aspiramos de manera digna.
Un regard glauque et terriblement inconfortable sur Cuba. Mais un roman brillant sur le passage à l'âge adulte. Adieu le réalisme magique à la Garcia Marquez. À lire néanmoins pour l'expérience.
Inesperadamente bueno. Llegué a este libro con una cita a ciegas literaria. Compré un libro en un sobre cerrado sin saber de qué se trataba y encontré unas memorias de Pedro Juan Gutiérrez en su natal Matanzas en Cuba. No es una novela. Son memorias de una Cuba decadente, de una adolescencia permeada de sexo y drogas y de una necesidad de salir, no del lugar, sino de una vida de ocio. La escritura de Pedro Juan: maravillosa.
Seguramente el libro más infravalorado de Pedro Juan, donde narra su infancia y juventud, e imprescindible para conocer las primeras decadas de escasez y dureza de la vida en la Cuba comunista: como algunos productos empiezan a escasear y despues a desaparecer, los pequenos negocios cierran, la libertad de expresion poco a poco se apaga mientras quien puede se echa al mar hacia Florida. Todo esto ante la actitud pasiva de la gente, en algunos casos aun embuida por el optimismo revolucionario, en otros pensando que "no iba a ir a mas" o que iba a ser algo temporal, algo que de forma desconcertante recuerda a nuestros tiempos de creciente pobreza, ideologizacion y censura.
La actitud de Pedro Juan es, tal y como nos tiene acostumbrados, vitalista: es la epoca del servicio obligatorio en el ejercito y en las plantaciones azucareras, pero tambien de lo que el llama La Gozadera...fiestas multitudinarias en las mansiones abandonadas que dejaron atras los exiliados, en las que no falta ron y sexo.
Como siempre un relato en el que no esconde verdades, por feas y desconcertantes que sean, siempre lleno de amor a la vida y una oda a la supervivencia.
Pedro Juan Gutiérrez, el célebre autor de la Trilogía sucia de La Habana, regresa a las raíces de su alter ego literario con El nido de la serpiente. En esta novela publicada en 2016, Gutiérrez nos traslada a la Matanzas de finales de los 60 y principios de los 70, para presentarnos a un Pedro Juan adolescente, un "joven impetuoso, insolente y poco alocado" que recorre su ciudad como un torpedo humano, chocando contra todo y contra todos.
Ambientada en los barrios pobres de Matanzas en una época que el autor describe como "especialmente caótica y efervescente", la obra funciona como un prólogo esencial para comprender al personaje cincelado en sus obras posteriores. Aquí, el protagonista ya muestra los signos del desarraigo que lo definirán: se siente aislado, incomprendido y completamente desconectado de un sistema que prometía mucho pero que, desde su perspectiva, lo ha dejado atrás. La sensación de vacío existencial es palpable en cada página.
El sello del realismo sucio de Gutiérrez está presente en su máxima expresión. El tono es pesimista y crudo, sin concesiones al edulcorante. A través de una prosa económica, directa y funcional, el autor "muestra, no cuenta". El lenguaje es cotidiano, soez y visceral, reflejando sin tapujos el mundo marginal que habita Pedro Juan. Los diálogos son realistas, cargados de subtexto y frases cortadas.
La autodestrucción es el motor del protagonista. El exceso de alcohol, las drogas, el sexo casual y la violencia son sus válvulas de escape para evadir una realidad opresiva e insatisfactoria. Sus relaciones fracasan, sus trabajos son miserables y sus sueños se desvanecen antes de nacer. Gutiérrez presenta el cuerpo y sus funciones (beber, vomitar, fornicar) con una crudeza que desafía la pulcritud de la literatura tradicional, en un intento por capturar la "verdad" de la experiencia humana, por fea que esta sea.
A pesar de la oscuridad, un humor negro, cínico y seco surge de la absurdidad de las situaciones, ofreciendo un respiro agridulce al lector. Estructuralmente, la novela se divide en 19 capítulos y 234 páginas que se leen de un tirón, impulsadas por la energía caótica de su protagonista.
El nido de la serpiente es, en el fondo, una crítica social feroz. Al mostrar las vidas de los olvidados, los que se quedaron fuera del relato oficial, Gutiérrez expone las grietas del sistema y los mitos que nacieron en aquellas décadas cruciales.
Recomendado para los amantes del realismo sucio, para quienes deseen adentrarse en un periodo histórico de Cuba desde una perspectiva descarnada y sin filtros, y, por supuesto, para los fans incondicionales de Pedro Juan Gutiérrez. No es una lectura cómoda, pero es una experiencia literaria intensa e inolvidable.
Il racconto della giovinezza del protagonista, Pedro Juan, nella cuba post rivoluzionaria degli anni ’60, fra vagabondaggi, grandi bevute, risse e ripetuti amplessi con donne di strada, professoresse, studentesse, ninfomani. E’ l’anelito alla libertà e alla ricerca di se stesso e del senso della vita che guida Pedro nelle sue avventure, contraltare di un regime raffigurato come oppressivo e iniquo. Difronte alla repressione ed alle regole sociali Pedrito risponde con il rifugio nella solitudine, nella lettura (divora romanzi di ogni tipo), nel sesso autodistruttivo ed ossessivo fine a se stesso. Gutiérrez, giudicato il Bukowski latino americano, usa una prosa cruda, asciutta. Ma si legge tutto d’un fiato. E’ un libro potente, estremo, il classico pugno nello stomaco che rigenera.
Muy entretenido, se lee rapidísimo, aunque a veces difícil por la misoginia -de la que el narrador se ríe en retrospectiva (¿quiero creer?)-, relata en primera persona una adolescencia inquieta, libidinosa, y violenta, movida por la angustia y la caída brutal de referencias, en Cuba en los 60'. Acompaña el relato aventuresco de reflexiones en torno a esta búsqueda, lo que se va larvando, anidando, en el "nido de la serpiente".
nunca había leído a Pedro Juan. su "realismo sucio" me pareció muy "limpio" y un tanto plano: sexo sexo sexo, enmarcado por los primeros años de la rev cubana. Quería leer su trilogía, pero creo no lo haré.
No es un libro muy bueno. Está escrito desde la potencia masculina, con un listado de situaciones en forma de peripecias sexuales sin ningún interés particular, redactadas las escenas a modo escolar y haraganamente. Una lástima de libro, realmente
ESPECTACULAR. Fácilmente el mejor expositor del realismo sucio latinoamericano. Un libro muy crudo, muy real y conmovedor. Cada página nos hace sonrojar.
O Ninho da Serpente é um livro de memórias do escritor Pedro Juan Gutiérrez, o Pedrito.
Pedro Juan nasceu em Matanzas, bairro ao norte da capital Havana, Cuba, em 1950. No livro, o autor conta suas aventuras de adolescente na época em que Cuba vivia as consequências da Revolução Cubana e do bloqueio econômico dos Estados Unidos.
Pedrito é um adolescente simples e pobre, em um país miserável, sem qualquer perspectiva de futuro ou alternativas para melhorar a vida. Regado a muito sexo e rum, Pedrito cresce em uma Cuba decadente.
Os livros de Pedro Juan Gutiérrez são, em sua maioria, autobiográficos e narram a realidade bruta e crua de seu país.
Apesar de Pedro Juan afirmar que não gosta de discutir política em suas obras, é inegável a crítica ao sistema comunista em alguns trechos do livro:
"Começaram a limpar a loja dos polacos para instalar uns escritórios de controle das cadernetas de racionamento de alimentos. Queriam que todos comessem igual. Fui ajudar. Quem sabe encontra alguma coisa que servisse. E encontrei. No fundo de uma estante, encontrei uma caixa com vinte e cinco bússolas. Objetos de luxo. As bússolas haviam desaparecido. Os que iam embora clandestinamente, em lanchas, precisavam de bússolas. Escondi as bússolas nos bolsos e roubei. Melhor dizendo, levei para mim. Afinal de contas, não era de ninguém. Nada era de ninguém e tudo era de todos. Depois fui vendendo pouco a pouco. Veio gente até de Havana para comprar as bússolas. A peso de ouro. Muito discretamente. Era malvisto ter bússolas, falar inglês e ouvir os Beatles. Desvio ideológico. Outra coisa que não se podia era andar de cabelo comprido e calça justa. Era coisa de veado. E ser veado também era desvio ideológico. Era preciso ser macho. E demonstrar isso."
O livro é interessante porque mostra a realidade cubana por um morador que resistiu (e ainda resiste) ao regime ditatorial e viveu as maiores crises de Cuba (bloqueio econômico e queda da URSS).
Recomendo o livro!
Leitura para o Desafio Around the World in 80 Books.
Pedro Juan Gutierrez's fiction is resolutely autobiographical; only he can know how much is recorded 'truth' and how much invention. Unlike his popular collections of short stories, this book charts a chronological story of not so much his sentimental as sexual education through his teenage years in Matanzas, then his military service, ending with him walking out on his latest girlfriend (who has just had their child aborted) and heading into an uncertain future in Havana. Though much of the narrative is phallocentric (the author is obsessed with his equipment and its performance) the action takes place against an atmospheric backdrop of Cuba in the late 1960s, when US sanctions were beginning to bite and Communist activists tried to encourage an increasingly impoverished and malnourished population to keep going in the name of the Revolution. As such, this book is almost as much a social history as a novel -- bawdy and often funny, but with a chilling undertone.
Segundo libro que leo de Pedro Juan (el anterior, Animal tropical), y como se describe, es una precuela más que cumplidora de su trilogía, contándosenos las primeras cuitas de Pedrito en su natal Matanzas. Realismo sucio que sacude y suelta en breves pero punzantes dosis precisas enseñanzas sin una intención pedagógica pero que sin duda trazan ruta. Por mencionar una de ellas:
"Siempre será preferible para el escritor tener cinco centavos en el bolsillo, pero disponer de todo el tiempo y la soledad, en vez de cien mil dólares a cambio de vivir como un loco en medio de la sociedad, arrastrado por el estrés".
Grandioso final! Pedro Juan en los 50 y las historias de su transformación en adulto. Después de leer uno entiende mejor su perspectiva de la sexualidad en novelas y cuentos subsecuentes. PJ cuenta y las palabras e imágenes fluyen como el agua, retrata la forma de pensar las relaciones e instituciones como el matrimonio que prevalecían en Cuba a finales de los 50. Leer la obra completa de PJ da una mejor idea de cómo las relaciones personales se transforman con el régimen político. Imagino una conversación entre Giddens y Pedro Juan: AG: No puede haber democracia en la esfera pública sin democracia en las relaciones personales. PJ: Es cierto.
Gutierrez per me rappresenta l'anima del popolo cubano: estroverso, colorato, eccessivo, passionale. La sua scrittura rispecchia queste e molte altre qualità. Le storie che narra (più impressioni che veri racconti) sono "scandalose" ma veritiere. Nulla è edulcorato, tutto è rappresentato per quello che è. Il sesso, la povertà, la differenza tra città e provincia, il mare, insomma Cuba.
Se non lo si conosce, di Gutierrez, prima di approdare al celebre "Trilogia sporca all'Avana", consiglio di partire da questo "Il nido del serpente" che descrive la giovinezza dell'autore tra servizio militare, prostitute, gite a Varadero e fiumi di alcol.
J'ai emprunté Le Nid du serpent de Pedro Juan Gutierez, marqué comme "découverte" à la médiathèque de Melun. Je n'aime en général pas la littérature cubaine. Ce roman ne fut pas vraiment une exception.
Ce texte est le récit à la première personne d'un adolescent cubain, insistant avec moult détail sur sa vie sexuelle et sur la perversité de certaines de ses partenaires. Bref, pas passionnant. Les seuls passages qui m'ont vraiment intéressée étaient ceux témoignant de la vie à Cuba vue par les yeux du narrateur, la pauvreté, les petits trafics pour s'en sortir, l'armée…
Irónico, mordaz, irreverente y divertido es así como podría darle una definición sencilla si cabe la palabra. Un reflejo de una juventud distante en el tiempo más no en los espacios, una vida más sencilla pero sin dejar de estar en el límite. Born to be free como se aprecia en la chamarra de la portada dice mucho y a la vez nada.