Los textos agrupados en este libro cubren tópicos diversos. El primero repasa maneras de entender el amor carnal. El segundo —que amplía una conferencia reciente— reflexiona sobre alegría y tristeza, en el marco de las relaciones entre ética y medicina. El tercero abunda en esas relaciones, desde una microinvestigación sobre el vicio de apostar. El cuarto aborda la ebriedad como experiencia del mundo. El quinto versa sobre la eutanasia como bien o derecho universal. Los capítulos sexto y séptimo son en realidad entrevistas, hechas a dos ancianos muy saludables. Numerarlos no indica cierto argumento único, que fuese desplegándose poco a poco, si bien su trasfondo es —una y otra vez la salud. Fuera de las limitaciones del autor, el nexo de unión entre estos bosquejos es pasar revista a algunas pasiones de manejo delicado, que parecen singularmente físicas o compulsivas si se comparan con otras de manejo aparentemente menos delicado, como la ambición de seguridad o la de mando. Sin embargo, al examinar con algún detalle esas pasiones —las reputadamente más compulsivas—, topamos ante todo con montañas de hipocresía. Y dichas montañas velan, a su vez, aquello que parece fundar la virtud: lo corpóreo es anímico y lo anímico corpóreo; nuestra naturaleza funde inseparablemente ser y pensamiento.
Pensador, ensayista y profesor universitario español cuyas obras, si bien centradas principalmente en el derecho, la filosofía y la sociología, han abordado una gran variedad de campos. Obtuvo notoriedad pública por sus investigaciones acerca de las drogas, y son conocidas sus posiciones antiprohibicionistas. El leit motiv de su obra es una afirmación de la libertad como antídoto frente al miedo o las coacciones que empujan al ser humano hacia toda clase de servidumbres.
En el plano profesional ha desarrollado una ingente tarea como traductor que abarca más de cuarenta títulos, entre otros las obras de Newton, Hobbes, Jefferson y Bakunin, y ha divulgado especialmente la obra de Thomas Szasz y la de Ernst Jünger. Ejerció hasta su jubilación en 2013 como profesor de Filosofía y Metodología de las Ciencias Sociales en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED.
Me gustaría citar uno de los fragmentos más trascendentales del primer ensayo:
"[...] Por lo demás, no todos los mecanismos represores de la espontaneidad en el sexo pueden atribuirse a una persecución como la cristiana, pues la aspiración controlista arranca también de un sistema compensatorio para sujetos celosos, acaparadores y desfavorecidos por alguna otra desdicha. Tanto en una sociedad represiva como en una no represiva, la impotencia es bastante más remediable que la falta de encanto."
Retrato del libertino (1996) de Antonio Escohotado es una colección de pequeños ensayos que tratan la figura del libertino, aquel que “concibe a la salud aceptando la corporeidad como inmediatez del espíritu”; es una especie de estudio filosófico de algunos quehaceres libertinos como la promiscuidad, las drogas, la “automedicación”, la ludopatía y la eutanasia. Así pues, el libertino no es únicamente aquel que se entrega devotamente a los ritos de Eros, sino el que disfruta del placer de la vida y busca las fuentes de los placeres ocultos, desprestigiados socialmente.
El primer ensayo, el más largo, habla de la gran novela erótica (My Secret Life) de Walter, un libro –prohibido en su época– que relata experiencias sexuales con más de dos mil mujeres en la Inglaterra victoriana. “Placer es sensación desprovista de dolor, esfuerzo consentido”, explica Escohotado, y resumidamente, “My Secret Life” habla de “como no sufrir más de la cuenta el mal de amores”; el paraíso está “en el disfrute de coño y picha”. “Darse gusto –sobre todo comiendo bebiendo y copulando– resulta sencillo, renovable y duradero”. Pero el libertinaje no es únicamente una cosa masculina, sino que en “Memorias de una cantante alemana”, libro supuestamente escrito por la cantante alemana Wilhelmine Schröder-Devrient, también narra todo tipo de episodios sexuales. “Si la libertad es la sustancia del vivir, el amor representa su sentimiento (…) los libertinos dignos de crédito aman constantemente”, dice Escohotado.
El segundo ensayo, sobre bioética, es un alegato contra la hipocondría y la aprensión, perfecto para tiempos covidianos donde todo se manifiesta con el miedo; entonces, el conocerse a uno (física y mentalmente) es el mejor antídoto contra el miedo. “La autonomía es lo menos gratuito de este mundo, y si no se conquista cotidianamente lleva en seguida a situaciones de agravio y servidumbre”, explica el filósofo. En definitiva: somos psicosomáticos y debemos aprender a cuidarnos a nosotros mismos más allá del sistema de salud. Para conservarse activamente, Escohotado ha llevado un estilo de vida aparentemente poco saludable: fuma dos paquetes de tabaco diarios desde los 15 y ha tomado todo tipo de drogas por placer y por experimento. Pero conoce trucos del buen vivir, como el ayuno, el aceite de oliva y el rechazo de la comida basura. Al final de dicho ensayo, cita la frase de Jünger que dice: “En todo momento y en todo lugar del cambiante paisaje están escondidas fuentes primordiales de energía, y por debajo de los fenómenos fugaces hay manantiales de abundancia (…) El soberano que dispensa una salud extraía de residencias inexpugnables no es el médico, sino el enfermo. Y él, el enfermo, sólo está perdido cuando pierde acceso a esas fuentes”
El tercer ensayo habla sobre la ludopatía explicando sus lejanos orígenes, y seguidamente el autor hace una serie de planteamientos sobre lo que considerar adicciones y enfermedades. El cuarto va sobre algunas de sus experiencias con las drogas, de los buenos y malos viajes. Y el quinto va de la eutanasia y la dignidad humana de morir mejor. Por último, los dos últimos son entrevistas a Ernst Jünger, uno de sus padres ideológicos, y a Hoffman, el creador del LSD. Ambas entrevistas tratan principalmente de las drogas, y Escohotado pregunta con curiosidad a estos dos grandes viejos que viven aislados.
El libertinaje de Escohotado es parecido a la idea de la emboscadura de Jünger: a través de la autonomía individual el hombre se libera. “Retrato del libertino” es un manifiesto por los placeres ocultos, por el hedonismo. Un pequeño manual para vivir bien y no sentirse moralmente mal. Escohotado es un tipo muy polémico que cuesta un poco de leer debido a sus divagaciones y a su mezcolanza humanidades, pero piensa al margen, diferente a lo que estamos acostumbrados.
Una auténtica joya que reúne varios ensayos breves de Escohotado y una entrevista a Hoffman, químico descubridor del LSD. Me ha interesado especialmente el ensayo que da titulo al libro y el siguiente que habla sobre la hipocondría. Si tuviera que resumir que percibo aquí y siempre por parte de Escohotado es la defensa de la libertad por encima de todo, entendida como responsabilidad propia, la lucha constante contra el miedo que supone, y la actitud alegre mantenida frente a él.
El resto del libro es bueno, contiene temas interesantes. También un par de entrevistas. Es muy completo, probablemente el libro más asequible intelectualmente de Escohotado.
En mi cumpleaños fui sorprendido con un regalo que esperaba desde hace ya años: un libro de don Antonio Escohotado. Podría afirmar que desde finales de mi adolescencia ha sido para mí un gran maestro espiritual e intelectual. Ha despertado en mí curiosidades y deberes que hoy conforman grandes aspectos de mi ser.
Si me preguntan que he aprendido de Escohotado en tantos años de escucharle, me refería a la gran cita de Immanuel Kant -a la que también se referían sin duda alguno de sus hijos al recordarle- sobre el imperativo categórico: << Obra de tal manera que tus actos puedan ser elevados a norma de conducta universal, utilizando siempre a la humanidad como un fin y nunca como un medio >>.
A pesar de mi gran interés por este pensador sin igual, no ha sido hasta ahora que he podido disfrutar de una obra ensayística completa, o más bien una colección de ensayos. Previamente leí Aprendiendo de las Drogas, llamado por la curiosidad que me generó ojear su Historia General de las Drogas a mi mejor amigo hace unos años.
Hoy he terminado de leer su obra ~Retrato del libertino~, que consta de varios ensayos sobre muchos de los temas más presentes en sus obras.
El primero de los ensayos es el que le pone nombre al libro, Retrato del Libertino reflexiona -a través del análisis sobre las memorias de un libertino de la Inglaterra victoriana- sobre el papel del amor en el espíritu humano. Un libertino no es otra cosa que una persona que practica el sexo libre, entendiendo por sexo libre la fascinación personal por el dar y recibir placer, elevado a la potencia en cuanto a compañeros sexuales se refiere.
En la obra Escohotado hace incapié en la necesidad del espíritu por el amor carnal, por confluir con otra persona, no con la pretensión de satisfacer una necesidad propia o hacer crecer el ego, si no con la intención de amar al ser amado, concluyendo que el sexo eleva el espíritu y que no existe verdadero sexo sin amor.
El libro más disperso de Escohotado. Regularmente las lecturas que brinda son hiladas aunque los tópicos sean distantes, aquí no. Los temas son el amor, la muerte, el juego y el miedo. Cosas que para cualquier autor sería de fácil ejercicio la union. Escohotado parece que adrede corta las conexiones al grado de cierta aspereza. Como un libro de ensayos pierde, cada texto merecería su propia edición cosa imposible. Como textos singulares son lúcidos, cuidadosamente tejidos en su singularidad. Bromista.