Num comboio que atravessa o deserto de Atacama, o mais seco do mundo, uma galeria de personagens tipicamente sulamericana cruza histórias e recria um mundo ora divertido e exótico ora melancólico e romântico. Obra que confirmou Letelier como um dos melhores herdeiros de García Márquez, e que constituiu um dos maiores êxitos internacionais recentes das letras sulamericanas, traduzido em mais de 14 países no primeiro ano após a sua publicação.
Until the age of 11 he lived in the Algorta saltpeter mining town (north of Chile), after that his family moves to Antofagasta city, where he works in numerous jobs. For three years he travel by Chile, Bolivia, Perú, Ecuador and Argentina , and later started living at Pedro de Valdivia (another saltpeter mining town), where he finish high school and graduates as secondary teacher in INACAP. He has received the Premio Consejo Nacional de Libro (Chilean National Book Award) twice, in 1994 and 1996.
Winner of the Premio Alfaguara de Novela 2010, for his novel, El Arte de la Resurrección.
Segunda obra que leio deste autor chileno. Segunda obra que leio para o meu projecto - outubro hispanoamericano
Imaginem uma viagem num comboio decrépito, que percorre, em 4 dias, 1800 quilómetros do território chileno, muitos deles nas terras infernais do deserto de Atacama, sete carruagens atoladas de gentes e seus pertences, que vão de uma simples mala a pintos, ervas medicinais, um acordeão a histórias que correm de boca em boca, a vidas, a sonhos e a mortes.
Uma amálgama do que é mais castiço daquelas latitudes borrifada pelo não menos "característico" realismo mágico.
Con su habitual toque costumbrista y su también habitual escenario de fondo (la pampa salitrera del norte de Chile), Hernán Rivera Letelier nos sumerge en las vidas de los pasajeros del tren que recorre por cuatro días esa inhóspita tierra en que, en esos años, la dura vida de hombres y mujeres cuya existencia giraba en torno a las oficinas salitreras, da pie a una serie de historias “medio verdad, medio mentira” que se van desmadejando poco a poco durante la novela.
A pesar de no haber un desenlace propiamente tal, el autor tiene la habilidad de envolver al lector, introduciéndolo casi como un pasajero más en esta comunidad que inevitablemente se crea después de varios días conviviendo en este viaje, que por poco podríamos definir como sin retorno.
La melancolía propia del paisaje y de un estilo de vida que está punto de desaparecer, se mezcla con el lenguaje fresco y ameno del autor. Otro de los buenos libros de Hernán Rivera Letelier.
Cómo disfruto a Rivera Letelier... me fascina su prosa, sus historias, sus personajes... todo. Me impacta y me emociona, lo que uno más busca en un autor.
Libro corto que al principio puede ser difícil de leer porque hay que aceptar la narrativa del autor, luego de eso comienza la historia que engancha con momentos chistosos, dramáticos, calenturientos y extraños.
Son varias historias de distintos personajes que encantan a su manera (las mejores: Alma Basilia, los enamorados Amable Marcelino-Zenobia Castillo y Leoncio Santos ().
No voy a contar el final, porque recomiendo leerlo de todas maneras (es muy corto y se lee en una tarde). Es esa clase de libro que al terminarlo te dan ganas de recibir un abrazo (es muy tristeee!!!!)
Uno de esos libros escritos con ese típico toque latinoamericano, chileno en este caso. Me encantó como uno puede deducir la muerte de los pasajeros dependiendo de las historias que cuentan de estos. Este libro toca muchos temas profundos de la época de las salitreras y la dura vida de chile en esos tiempos. A veces me confundía un poco en la lectura y los tiempos pero creo que el libro lo hace a propósito ya que la realidad no es confiable. Una buena lectura:)👍🏽
This entire review has been hidden because of spoilers.
Es el primer libro que leo de Rivera Letelier y, la verdad, es que me ha gustado bastante. Su forma de escribir fluida hace que el texto sea de lectura rápida y, como un cuenta cuentos, va narrando historias relacionadas con las salitreras y el mundo del norte de Chile.
Cuarta novela de Hernán Rivera Letelier y la primera que yo leí de él veinte años atrás. Hoy, en esta relectura, y habiendo leído ya las primeras tres puedo observar con mayor nitidez los vínculos con aquellas que le precedieron: uno de esos vínculos es la escena en que Flor María de los Cielos saluda a aquel niño moreno que se encuentra en la estación y este, al advertir que el saludo es para él, corre a un costado del tren agitando su mano mientras la niña rie (escena que se encuentra también en Himno del ángel parado en una pata desde la perspectiva de Hidelbrando del Carmen).
En esta novela resulta inevitable recordar a Pedro Páramo. Todo transcurre en un tren que sale desde La Calera en su viaje al norte del país en un periplo de cuatro días y sus noches. También pudo ser en una oficina salitrera, en una plaza, en un valle o en un caserío cualquiera, el punto es que el tren resulta una metáfora de la vida. En ese tren de catorce vagones transcurre el ir y venir de un montón de almas en pena que no teniendo un lugar en el mundo, ya no, viven de sus recuerdos y de un porvenir que jamás llegará. Es un viaje eterno por las pampas con el tren vagando impenitente entre cerros y arenales. Diría que el tren en que viaja Lorenzo Anabalón es un símil del Comala de Juan Preciado.
Los trenes se van al purgatorio es una novela que conviene releer; decididamente necesita reflexión, análisis, interpretación, no obstante, no es una novela hermética, de hecho, las circunstancias de quienes hacen este viaje quedan claras en múltiples escenas: la guagua que mama y mama, "y eso que nació muerta", dice la madre; o la adivina que no le puede leer las líneas de las manos a Lorenzo Anabalón porque "Usted ya está muerto", y así. Además de la historia principal, esta se ve intercalada con una serie de historias que se cuentan en el tren y que tienen que ver con historias de las salitreras, como la de Alma Basilia, la prostituta de Resurrección.
Aunque el tiempo de la novela no es explícito, el contador de cuentos del tren, antes de comenzar su último relato, anuncia que este trata de "un viejo pampino que, trastornado por la traición de su mujer, se quedó solo en una salitrera abandonada durante más de treinta años" y luego menciona que "el hombre que le había robado a su esposa había terminado pagando con la misma moneda: la veleidosa mujer lo había abandonado también a él y, trastornado de amor, había terminado colgándose de una viga".
Estas líneas establecen en cierto modo cuál es el tiempo de la historia si se analiza lo siguiente:
En Himno de un ángel parado en una pata la vida de Hidelbrando del Carmen transcurre a mediados de los 60s, cuando él ve a la niña de blanco en el tren saludándolo a través de la ventana; en Los trenes se van al purgatorio, Lorenzo Anabalón murió al menos hace 30 años. La novela fue publicada en el año 2000 por lo que 30 años antes de su publicación era el año 1970. De algún modo, entonces, podría considerarse que el tiempo de esta novela transcurre entre mediados de los 60s y el inicio del siglo XXI. Una especie de continuum de un viaje infinito. Entendiendo, por supuesto, que estas no son más que elucubraciones de las fechas en que el autor podría haber pensado considerando de todos modos que el carácter de realismo mágico en que está inserta hace difícil si no inoficioso tratar de ubicarla en un momento de realidad.
El léxico que usa Rivera Letelier cabalga entre lo excesivo, lo ocurrente, lo escatológico y lo poético. El párrafo dedicado a los apodos de Alma Basilia, por ejemplo, me parece de gran ingenio, además de divertido.
"En Resurrección todo el mundo conocía a Alma Basilia y todos la llamaban de manera distinta. Mientras los tiznados y los patizorros la cariñoseaban llamándola chimbiroquita, la demás gente usaba toda clase de subterfugios para hablar de ella. La preceptora, por ejemplo, la nombraba cortesana; la partera la llamaba buscona y la vetusta maestra de piano, hetaira. El jefe de Estación le decía meretriz; el jefe de Pulpería, un gordo de 182 kilos de peso, la llamaba maturranga, y el jefe de Correos, un tanto más ilustrado que todos ellos, Mesalina. El curita párroco, por su parte, en sus charlas con las beatas más camanduleras de la congregación, la aludía como la mujer de vida aireada; las señoritas de la oficina se referían a ella como la fulana y las señoras la trataban directamente de zorra. Sólo los niños, riendo maliciosamente entre ellos, decían, lisa y llanamente, la puta del arbolito. Y es verdad que el arbolito era como el farol rojo de su casa.
Y aunque a Alma Basilia, solitaria y quitada de bulla, le daba lo mismo cómo la llamaran, personalmente se quedaba con el único apelativo con que nadie la trataba: ramera." pp. 27-28.
Otra comparación entre ingeniosa y poética:
"Tras la larga jornada que lleva encaramado a ese tren doloroso, ya casi no oye el chirriar de las ruedas de fierro ni el crujir del coche desvencijado. Seguramente que del mismo modo, después del primer millón de años, el oído humano había dejado de oír el rechinar de la tierra girando en su eje mohoso" p. 29
Entre las menciones extratextuales aparece el personaje de "la ambulancia", el mismo de La reina Isabel cantaba rancheras. p. 40
La prosa no por escatológica resulta menos divertida:
"oye la voz de un niño que grita fuerte: «¡Un hombre va haciendo caca en el techo!»
Lorenzo Anabalón vuelve la cabeza sorprendido: a su derecha, luego de doblar la curva, la sombra lenta del tren ha empezado a recortarse en el suelo y, ahí, sobre el techo del vagón, su figura acuclillada se dibuja perfectamente en lo plano de la arena." p. 42
En suma, la relectura de esta novela resultó en algo que rara vez ocurre, leer una segunda vez como si fuera una primera.
Errores:
Incoherencia de número:
"Miles de personas habían quedado eternamente agradecida de sus servicios." p. 19
> agradecidas
Falta de tilde
"frunciendo el ceño en un futil gesto de gravedad" p. 36
> fútil
Tilde sobrante:
"un ebrio qué no había dejado de celebrar desde las fiestas de año nuevo" p. 164
> que no había
Errata:
"se habla ganado la vida limpiando abrómicos" p. 165
Realmente me es difícil ser objetivo con los libros de este autor, pues hay algo que me llama en ellos de una forma profunda que no puedo explicar. Con Los trenes se van al purgatorio me pasa lo mismo. Un libro sencillo, ligero, con personajes muy diversos con sus propias historias y motivaciones que se juntan en un solo lugar y que el autor nos permite conocer. Está narrado de una forma que quizás pudiera resultar confusa, a veces con el protagonista siendo el centro de la narración y otras siendo los otros pasajeros. Es un libro disfrutable que permite conocer más sobre la pampa chilena y su cultura, cosa que es una de las cosas que más me gusta a mí de los libros de Letelier.
Ahora voy a pasar a hablar de la interpretación que le di al libro. En la sinopsis se decía que el tren era como una metáfora, y, francamente, encuentro que es una forma increíble de definirlo. El tren, es una metáfora, es la vida misma; dentro de la vida viajan personas de todos tipos que buscan llegar a una meta (las estaciones) y conviven, incluso, con la muerte y con Dios. Viaja la vida, también, por un infierno (el desierto) que es silencio monótono y paisaje repetido pero intrigante. Al final se cambia esta visión. Las estaciones, lo que para los mundanos son metas, en el purgatorio son el lugar de espera a los seres queridos, y sí, los trenes van al purgatorio, la vida deja en sus estaciones a las personas con las una vez convivimos para completar ese ansiado reencuentro prometido.
This entire review has been hidden because of spoilers.
Un muy buen libro que muchas veces me había puesto a leer pero jamás lo había terminado por completo hasta hoy. El libro tiene la prosa típica de Hernán Rivera Letelier, plagada de refranes y modimos de la pampa chilena, con unos personajes con voces únicas y extrañamente bien hechos. Algunos aparecían por algunas hojas, pero todos interactuaban, todos aportaban al lánguido paso del tren. Y es esté el protagonista indiscutido de la novela (Sin quitarle mérito a Lorenzo Anabalón), la figura del tren en la pampa como esté recorrido infernal era el eje central y personaje central del relato que aunque a veces se volvía un poco latoso, terminó siendo un reflejo precioso de la vida en un tiempo especifico, una historia plagada de entrañables personajes y con una narración preciosa que es una de las más subestimadas novelas del autor.
Es un libro corto, que se lee rápido y que no es aburrido en lo absoluto, pero…. No les pasa a veces que terminan de leer un libro y dicen: ¿qué acabo de leer?, bueno eso me pasó con este libro, aunque hubo una escena fuertísima, que me dejó con los pelos de punta y que varias de las historias de los pasajeros del tren son muy entretenidas siento que no pasó de ser una lectura más. Sinceramente no hubiese leído al autor de no ser por un reto de lectura al que me uní en el mes de Septiembre, y creo que no lo leeré más, y no porque sea malo o fome, simplemente no es de mi gusto.
Creen ustedes que debería darle otra oportunidad al autor? Empecé con el libro equivocado? Cuál de sus libros me recomiendan?
La forma de escribir del autor me gusto bastante, lo hacía una lectura amena, no difícil de llevar pero no tan fácil como para ser una lectura pasajera. La temática del libro me gustó bastante, aunque la trama no me llamó tanto la atención como para considerar leerlo de nuevo. A lo mejor me falta algún detalle que se me pasó, pero no le encontré un objetivo a la historia más que presentar una serie de vidas relacionadas con la Pampa y la minería. Me gustó sí el hecho de que todos los personajes en verdad estuvieran muertos, le daba cierto misterio a cada uno para que nos interesáramos en su historia. Una lectura amena, una que otra risa de por medio, que me mantuvo entretenida en los días en que no tenía tanta cabeza para leer cosas profundas.
This entire review has been hidden because of spoilers.
Me sorprendió y me encantó. Me hizo recordar el Pedro Páramo de Juan Rulfo. No sé si el sr chileno y haber conocido el tren, los pueblos salitreros (y sus ruinas) y el desierto inmenso y seco hace que lo sienta más próximo, pero cada página que leía la sentía como una historia cercana y posible, casi íntima y que sólo podía ocurrir en esos parajes. La atmósfera y los personajes me parecieron muy bien logrados...
Ligero de leer, muy entretenido y nostálgico a la vez. Escenifica la vida de los pueblos chilenos años atrás, y principalmente la situación del norte; las salitreras y su gente; la sencillez y la bondad de unos, entre la crueldad y la tristeza de otros... Son distintas vidas, todas encrucijadas en un mismo tren.
Diferente do que estou habituada a ler, mas uma ótima surpresa. É um livro curto, de escrita peculiar, assim como a própria narrativa. Admito que o único ponto menos positivo foi a dificuldade inicial em entrar na história, precisamente por causa do estilo do autor. No entanto, assim que compreendemos a forma como desenvolve as suas ideias, a leitura torna-se muito mais fluida.
O título já diz bastante, mas mesmo assim consegui ser surpreendida. Ao longo da obra conhecemos várias histórias dos passageiros de um comboio que atravessa o deserto de Atacama, no Chile. Uma viagem que deveria durar quatro dias, mas que parece não ter fim. São relatos distintos, embora quase sempre com desfechos semelhantes, por vezes até um pouco gráficos ou mesmo desagradáveis, mas ainda assim muito interessantes.
Para mim, porém, o ponto alto do livro foram as personagens. Todas muito peculiares e diferentes, que acabam por representar a sociedade: a viúva, a cartomante, o religioso, a prostituta. Apesar das diferenças, todas partilham algo em comum, e o autor conseguiu fazer com que eu criasse empatia até com aquelas mais cheias de defeitos.
Foi, no fim, uma leitura realmente marcante. O desfecho, apesar de previsível pelo próprio título (confesso que demorei a perceber), conseguiu ainda assim surpreender. Mostra-nos que, independentemente do caminho, todos seguimos a mesma jornada e temos o mesmo destino.
A grandes rasgos, el libro es una elegía hacia los viejos trenes que recorrían el norte del país, algo que se hace mucho más obvio al final. El autor tiene un estilo muy lírico de escritura que le da un aire de ensueño o de poesía en prosa al libro, generándole un aire particular a la experiencia. Algo que no me gustó del libro, que pareciera ser muy frecuente en autores latinoamericanos, es el excesivo uso de funciones corporales como imágenes (muchas menciones a orina, excrementos, etc.). Nunca he entendido por qué hacen eso, puesto que más allá de un par de menciones no aporta tanto como parecen creer, pero tampoco es como que el libro esté repleto de ellas; sólo son más de las que me interesan. Se pueden encontrar varios detalles de humor, tanto en las acciones como en los diálogos, puesto que el libro sigue a toda una serie de personajes bastante variopintos en su viaje por el desierto, una combinación que rara vez genera las reacciones más cuerdas. Para bien o para mal se hace lectura rápida, ya que son pocas páginas. El autor parece haber dicho todo lo que quería salir a decir con este libro.
Nunca había leído a Letelier y consideré que este libro era perfecto para empezar. No me equivoqué.
Lo encontré muy hermoso a su manera, casi poético por así decirlo, me hizo sentir tanta ternura con la historia de Flor María, de los enamorados, incluso con Alma Basilia y su árbol. Quise leer más rápido para poder saber qué pasaba con ella.
Me gustó mucho como está escrito, la forma de narrar, las historias, los personajes, las frases, todo, siento que todo está bien en esta historia.
No se entiende hasta el final que Leoncio es quien está en el "presente", ya que todos nuestros protagonistas están muertos, escuchando la historia de Alma Basilia, contada por el contador de cuentos. Como se conectaron estas 3 historias, aparentemente no relacionadas entre sí, ha sido lo que más me ha gustado. Sin duda, lo leería nuevamente.
This entire review has been hidden because of spoilers.
Melancolía, nostalgia y esa porfía permanente del ser humano de que las cosas mejorarán, aunque pinte que no, en cada durmiente por donde pasa este tren. Rivera fue capaz de usar su nicho de trama (la Pampa Salitrera del siglo XX) para unirlo a historias de más al sur, a través del Longino, para retratar de manera descarnada y conmovedora a la vez, el cómo fue a terminar toda una era y todo un paquete de cotidianidades con su desaparición. Los nortinos también amamos los trenes; no nos llevan al sur, pero sí al interior, pues todos comienzan en un puerto y terminan más allá de la frontera. El Longino ofreció una nueva lógica geográfica y de vida al habitante de la pampa, tanto al que ya estaba como al que llegó, por lo que su pérdida fue tanto o más dramática como este convoy de relatos busca retratar.
No pude terminar el libro. Si bien la prosa es fantásticamente bella, la historia que narra es burda y de mal gusto. Folclórica, dirán algunos, muestra de las costumbres de nuestro país. Y tienen razón, si consideran folclórica la cultura de la violación, deshumanización de la mujer, y sexualización no consentida. Tuve que dejar de leer porque no podía tolerar que me presentaran la violación a una niña como algo folclórico. Hay límites que aunque entendamos que el libro es de otra época, no se pueden cruzar.
A wonderful story by this Chilean writer that has acquired a big reputation in the last decade or so. The plot takes place in a train traveling North through the desolated landscape of the Atacama desert in Chile. A remarkable set of characters inhabit the claustrophobic and overcrowded carriages along almost two thousand kilometers and several days. If there was a train truly headed for purgatory, this was it. To be read with pleasure, fun, and attention to the details...
Historia romántica de la vida en la pampa a través de los ojos de viajeros de trenes, romántico en el sentido más extracto de la palabra, de evocar sentimientos e ideales. Sus penas , sus alegrías , sus miedos, angustias y Sueños van vistiendo y dándole diferentes tonalidades a un viaje común en tren. Libro ligero pero elocuente. Recomendable de la biblioteca de Letelier.
Me gustó las diferentes personas que uno puede encotrar en la vida todos con sus sueños y conflictos y como pueden encontrarse en este viaje que es la vida y me encanta esta analogía con un tren que va rumbo a lo desconocido para algunos pero más que vivido para otros