Los caminos de Kate y Alan se cruzarán cuando menos lo esperen, sin embargo, el destino tiene otros planes para ellos, y contra él no se puede luchar.
Tras un accidente de tráfico que cambia por completo la vida de Kate, ella logra establecerse en Seattle y comenzar de nuevo junto a su pequeño hijo. Consigue un trabajo como camarera en un café y, también, algo que ella no esperaba encontrar otra el amor.
Alan huye de Seattle tras un desengaño amoroso, pero cree que ya es tiempo de regresar y dejar el pasado atrás. Es así que vuelve a instalarse en su ciudad natal. Y será allí donde, además, volverá a enamorarse.
Pero el destino tendrá sus propios planes, y los fantasmas del ayer reaparecerán para impedir que Kate y Alan estén juntos. Ambos deberán luchar contra la fuerza del odio y dejar que el amor sea el vencedor.
Lee este libro es como ver la típica película de sobremesa , donde todo es típico y previsible...
La sipnosis me ha engañado ya que pensé que se centraría más en la relación con el hijo y al final se mezclan muchas cosas sin sentido ( porque la relación de Alan y la protagonista a ratos me ha parecido de acoso por parte de él y de obsesión tóxica)!
Me ha alegrado mucho que, después de un parón, la autora se haya lanzado de nuevo a la aventura de escribir. De sus tres libros este me ha parecido el mejor, creo que esta pausa le ha venido muy bien para volver con fuerza y creo que eso se nota en su narración. Si te gusta este género creo que no te defraudará.