Una novela hermosamente trágica, donde se abordan temas profundos y trascendentes como el amor, el odio, la traición, enmarcados por el concepto Onettiano de "el alma de los hechos"; es decir, el sentido real de las cosas, más allá de toda verdad objetiva.
"La mayoría de nuestras penas vienen de allí, de nuestros amores heridos. Nada, nada produce más dolor que un amor, sea de la naturaleza que sea. Un padre que pierde a un hijo, un hijo que pierde a un padre, una traición, una mentira, la muerte. Y el relato que uno se construye de todo eso. Ni siquiera podemos aspirar a la verdad. ¿Qué nos queda?"
En la mañana del primer día del año 1992, un hombre aparece muerto en el baño de una hostería en Villa Carlos Paz, Argentina. Todos los huéspedes, aún somnolientos luego de los festejos de la noche anterior, deberán esperar pacientemente para prestar testimonio ante las autoridades.
A partir de una conversación entre dos personajes que aguardan su turno para declarar, se despliega el verdadero corazón de esta la peripecia de Jacinto Arnau. Desde una infancia humilde en Montevideo, hasta sus años de juventud al servicio de Susana Soca en una París invadida por los nazis, esta es la historia de un hombre que conoció los límites mismos de las pasiones humanas, allí donde el amor y el odio más visceral se encuentran y se confunden.
Con un admirable dominio de recursos narrativos, Claudia Amengual construye una novela lúcida, inteligente y atrapante. El lugar inalcanzable es una historia cuyas resonancias permanecen en el lector mucho más allá de las fronteras de la lectura.
En un hotel de Carlos Paz, después de la fiesta de fin de año, encuentran muerto a uno de los huéspedes, un joven camionero obeso.
Mientras esperan la llegada de la policía, Jacinto Arnau, un hombre de edad avanzada, sentado en la mesa de desayuno con el joven ingeniero Fratini, para matar el tiempo, comienza a contarle la historia de su vida, bastante peculiar, que incluyó épocas de su vida en Montevideo y París.
“...usted dijo que la muerte no se le desea a nadie. Un cliché. Usted dijo que no, con énfasis. Los clichés son así. No hay que pensar mucho sobre ellos. Ofrecen comodidad a nuestra pereza intelectual.”
Con la llegada del comisario comienzan las entrevistas a todos los huéspedes, y mientras comienzan a aflorar algunos conflictos latentes, continúa el monólogo de Arnau, y las dos historias se van narrando en capítulos alternados. La historia de Arnau en París durante la ocupación nazi se narra en forma muy detallada y puede resultar interesante e ilustrativa para quienes no están familiarizados con este episodio histórico.
Y a medida que avanza la narración, se comienza a insinuar gradualmente una relación entre las dos historias, que queda confirmada y revelada en un final interesante.
“ - Nada, nada, produce más dolor que un amor, sea de la naturaleza que sea. Y el relato que uno se construye de todo eso. Ni siquiera podemos acceder a la verdad ¿Qué nos queda?” “ - La verdad está siempre en otro lado. Llámele Dios o como prefiera. No accedemos a ella. En cambio, podemos ser honestos, en paz con nuestra conciencia. La convicción de estar haciendo lo correcto”
Me pareció una novela que peca de falta de síntesis, un exceso de palabras; en particular en el monólogo de Arnau, que por momentos me resultó exasperante. A pesar de ello, una buena novela.
Lleva al lector por lugares inesperados que entremezclan ficción y realidad. De lectura ágil y entretenida, pero no por eso poco profundo. Hace pensar.
3.5 tal vez sea lo más justo. Si empezamos por las virtudes, hay que señalar que es una novela entretenida, cuyo interés no decae en ningún momento. La alternancia de dos tiempos y el manejo paralelo de estos es clave para lograr que el interés no decaiga nunca. Otro punto a favor es que la recreación de la vida de Susana Soca y la Francia del período de ocupación nazi son muy interesantes. Y la intriga "policial" a partir de la cual se cuentan es también muy buena, más allá de algún lugar común que no agrega demasiado. Creo que más que faltarle algo a la novela le sobra algo, y es cierto carácter pretencioso en el narrador-personaje de Jacinto Arnau. Como si tuviera que decir cosas inteligentes a cada rato, lo que lo lleva a un tono sentencioso que parece forzado, y con un despliegue retórico un tanto inverosímil dada su vida. La novela adquiere entonces cierta artificiosidad. Pero reitero que es amena, y en particular recomendable si se quiere conocer la vida y el mundo de Susana Soca.
El sospechoso fallecimiento de un solitario muchacho obeso en una hostería de Villa Carlos Paz obliga a retener muchos testigos poco útiles. Los rutinarios interrogatorios sirven de pretexto para que, mientras tanto, el último de la fila relate una larga historia de vida. Su pasado en una lejanísima París ocupada por los nazis aparece de repente en tiempo presente; en medio de su trabajo en el hogar de dos damas de sociedad, revela de su vida hasta lo más impensable.
El alma de las personas puede llegar a esconder repliegues oscuros y horribles, pero es terrible pensar que le pueda pasar a uno mismo. Peor aún, que una persona capaz de dar mucho amor también pueda llegar a odiar a muerte. Todo eso y mucho más se desgrana en las páginas de esta obra, trazando como un paralelismo casi indisoluble con la población de la gran ciudad luz que resiste a las sombras de la ocupación enemiga.
Mientras el lector sigue dudando si es capaz de resolver ese inaccesible dilema, se puede deleitar con el magnetismo de esta urbe universal y con la delicada ficcionalización de Susana Soca, mecenas uruguaya de las letras cuya vida y obra investigara la propia Claudia Amengual en su exhaustivo ensayo seis años atrás.
Por dónde empiezo. La novela se divide en el tiempo, por una parte tenemos una fiesta de fin de año con gente triste y vacía, pero entre los asistentes tenemos a J. Arnau , un señor de 70 años que cuenta la historia de su vida. A esto hay que añadirle un cadáver en la fiesta. ¿Qué ha sucedido? ¿ Quién es sospechoso? El principio de la novela es lento pero a mitad del relato empieza a ser tan interesante que no puedes dejar de leer. La redacción es limpia, pero nada sencilla. He sentido que al leer este libro necesitas un nivel cultural alto, y así lo desea la autora. Habla de libros, cuadros, ensayos, poetas, pintores. Que aunque nos suenen, la triste realidad es no sabemos nada de cultura. Esto me ha hecho reflexionar personalmente. Es un libro que te hace pensar y tiene citas muy buenas. Muy recomendado
Mientras un comisario interroga a los huéspedes de un hostal de Buenos Aires para resolver un posible asesinato, uno de ellos, mientras espera su turno para declarar, cuenta a otro una historia —su historia— que arranca en el Montevideo de los años 30, se desarrolla en el París ocupado por los nazis y finaliza en el Buenos Aires de los 90. Una historia de amor, traición y, sobre todo, odio. Engancha desde las primeras páginas y sólo piensas en llegar al final de la historia.
Tiene ritmo, buenas imágenes, hay una visión redonda de los personajes y las situaciones como solo una escritora profesional y con tablas puede hacerlo peeero...falla en lo esencial, en el motivo principal de la novela. Si hubiera trabajado más la empatía del lector con el apasionamiento de Jacinto por Arlet sería un novelón. El resto del argumento se cae sin este paso dado a medias.
Me gustó bastante aunque no fue para nada lo que esperaba. Me enganchó pero siento que no es una historia para leer de corrido, sino que hay que disfrutarla de a poco. Me gustó que dentro de una historia ficticia haya tantos personajes que fueron reales y cómo cuenta los hechos que pasaron realmente. El final me lo veía venir, me pareció bastante evidente pero aún asi me gusto.