La narradora de Las posesiones viaja de Barcelona a Palma para pasar unos días en familia y tranquilizar a su padre, a quien la jubilación y unos problemas con un vecino tienen al borde del colapso. Mientras trata de entender su extraño comportamiento, se reencuentra con un antiguo amante y mentor, y recuerda un macabro suceso acaecido a principios de los noventa en el que un exitoso empresario madrileño, socio de su a abuelo, mató a su mujer y a su hijo y luego se suicidó. Locura, exceso de celo, depresión, la protagonista se pregunta por los abismos que esconde cada ser humano. Y muchas de las cosas que ha vivido se le revelan ahora de una manera diferente. Enlazando con pericia tres hilos narrativos distintos -que nos llevan de la crisis del periodismo a la corrupción, pasando por la educación sentimental de la protagonista-, Las posesiones es una novela sobre aquello que perdemos mientras maduramos y aprendemos que "crecer consiste en esto: no tener a donde volver".
Llucia Ramis Laloux (b. 1977) was born in Majorca, and moved to Barcelona when she was eighteen to study journalism at the Universitat Autònoma de Barcelona. Since then she has worked in radio, as editor-in-chief of the literary magazine Quimera, and at the newspaper Diario de Mallorca. She also directed and presented Això no és Islàndia (This isn’t Iceland), a television program about books. She has shared an apartment with fourteen people—not all at once, but almost. Ramis is a columnist for El Mundo and El Periódico. Her second novel, Egosurfing, won the Josep Pla Award in 2010.
Un día me ha durado. Llucia Ramis tiene una forma de escribir adictiva y entretenida capaz de tratar los temas más trascendentales de la vida sin tener la sensación de estar leyendo un ensayo filosófico. Totalmente recomendable.
Tres hilos narrativos que me han tenido enganchada hasta la última página. Qué retrato de una generación, qué humor, qué construcción de los personajes! Me he reído, me he preocupado, me he sentido identificada, he odiado a unos y amado a otros. Pasaba página a página deseando avanzar en la historia y a la vez no quería que se acabase, incluso tuve que parar porque me lo iba a acabar en dos días y quería saborearlo más, y pese a eso no se me iba de la cabeza: su padre, el muro, la corrupción que se anuncia a los cuatro vientos y sobre la que no recae castigo alguno, la búsqueda, la incertidumbre, las relaciones tormentosas. “¿a quién pertenecen las casas? Siempre siempre, al pasado y sus fantasmas.” La neblina de la memoria, qué acabamos recordando, cómo no vemos (o mejor dicho, no queremos ver) lo que tenemos ante nuestros ojos.
Una novela fresca, ágil, donde aprendemos que “crecer consiste en esto: no tener adonde volver”.
Sencillamente maravilloso. Llucia Ramis me ha sorprendido para bien. Recorremos en la novela la infancia, adolescencia y madurez de la narradora, y cuando llegas al final, la conoces perfectamente, la entiendes, la consideras parte de tu vida. La llamo "la narradora" porque en ningún momento se desvela el nombre de la protagonista, lees su historia, como si de su diario personal se tratara. No es una novela de trama, no sé como explicarme, no llegas al final esperando un desenlace de la historia, llegas al final paladeando y disfrutando de cada página, de sus reflexiones, de frases para el recuerdo. Se ha ganado un rinconcito en mi corazón, y es posible que le escriba un e-mail de agradecimiento. Cuando la leais, lo entenderéis. Sobresaliente y quedo con ganas de leer más de la autora. Por cierto, que edición más bonita.
He tardado mucho en leerlo porque lo dejé aparcado. Sólo diré que le doy 4 estrellas y que estoy pensando en mandarle un email a la autora para agradecérselo (guiño interno que sabréis de qué va cuando lo leáis!).
Un libro aburrido, que no me ha generado el más mínimo interés, con personajes planos y poco creíbles. Las tramas están bien planteadas, pero se crean muchas expectativas que no se cumplen y dejan al lector insatisfecho. El lenguaje me ha parecido sencillo y asequible para todo el dominio lingüístico, pero en general es una novela que pretende abarcar mucho sin conseguir ofrecer más que una mirada superficial de la realidad
"Vaig estar pensant en el que comentares quan Mamie i Didi vengueren Can Meixura, allò que la paraula possessió no era una casualitat. A Catalunya tenen tenen masies, a Euskadi tenen caseríos, a Andalusia tenen cortijos. El llenguatge és important, supòs. " Estuve pensando en lo que comentaste cuando Mamie y Didi vendieron Can Meixura, aquello de que la palabra possesió (posesión) no era una casualidad. En Cataluña tienen las masías, en Euskadi los caseríos, en Andalucía tienen cortijos. El lenguaje es importante, supongo. Las posesiones son en Mallorca lo que en Andalucía es un cortijo. Los abuelos y los padres de la protagonista tienen posesiones, pero se deshacen de ellas dejándola, según sus propias palabras, sin tener donde caerse muerta. La especulación inmobiliaria, los pelotazos económicos de los noventa, el periodismo de investigación (o no), la herencia familiar, la precariedad laboral y sentimental y los fantasmas del pasado forman en Les Possessions piezas de un puzle muy bellamente escrito, muy interesante, muy sentido, pero que yo no he podido encajar. Sé que las cosas pasan y ya está, que no todo tiene explicación en esta vida, que no siempre hay que buscarle el sentido a lo que lees, sólo dejarte llevar, pero es que se me quedan tantos cabos sueltos que no sé por dónde tirar. Me ha dejado con más incógnitas de las que tiene el propio relato, y eso no sé si es bueno o malo. Estoy sin estar en mí.
Libro que me ha dejado indiferente, en algunos momentos; y, en otros, me ha gustado. Tenemos una narración en primera persona, por parte de la protagonista (de la que no recuerdo que se mencione su nombre), una periodista mallorquina, pero afincada en Barcelona. Es una crónica de su vida, ya que va alternando el momento presente con recuerdos de su infancia y adolescencia; también es una crítica a la corrupción y especulación urbanística en los tiempos previos a la crisis (el momento de la narración es 2007); una reflexión sobre los orígenes, las posesiones familiares, la pérdida de identidad; e, incluso, el origen y final de una relación de pareja tóxica. A lo largo del libro también aparecen críticas al oficio de periodismo. Como aclaración, estas "posesiones" del título hacen referencia a las "possessions", que es como se llama en Mallorca a las fincas rurales (caseríos, masías,...) y, durante el libro, se ven reflejadas en las que ha tenido su familia y, por algún motivo u otro, se han acabado vendiendo. La protagonista es contraria a ello: no quiere perder el lugar donde pasó su infancia y juventud, ya que marcan quién es; pero tampoco quiere responsabilizarse de su mantenimiento ni volver a vivir en ellas. La autora escribe con una prosa deliciosa. La pega que le encuentro es que en algunos momentos divaga un poco. Lo he leído en la versión original en catalán, y me ha gustado encontrar expresiones y modismos mallorquines.
“Les possessions” està escrit des d’un PRESENT més present que mai, ple de despreocupacions i provisionalitat. Ens parla d’alguns fantasmes d’un PASSAT que genera curiositat a la protagonista, que utilitza la memòria per idealitzar antics records sense acabar de voler descobrir-ho realment. Com costa, compartir-ho tot! “Som uns nostàlgics de la memòria”, segons l’autora. Per sort, periodistes com Llucia Ramis també poden avançar-se al FUTUR: “Escriure és despertar la por al nostre futur.” “L’únic que ens queda, sempre, és el riure.”
Diria que és un llibre molt d’una generació, o potser de més d’una; la meva i la teva. Diu un dels personatges que som adolescents tota la vida però aprenem a dissimular-ho.
És una història amb moltes capes i potser la que menys m’ha interessat ha estat la narrativa d’història negra i la corrupció; en canvi la història del pare de la protagonista i tot el fil conductor més “espiritual” de la vida sentimental de la prota és el que més m’ha enganxat. Potser per això el que més he gaudit ha sigut la tercera part del llibre; fins al punt que en algun moment llegia pensant que hauria d’haver posat més atenció a capítols anteriors.
Hi ha alguna escena inicial de la protagonista i en Marcel que també està molt ben descrita
Desde el meu ego més xulesc en algun moment llegint tenia la sensació; també explicada al llibre per l’autora, de que això també ho podria haver escrit jo. Però de seguida me n’adonava que jo tota aquesta història no la podria escriure però sí que és cert que el llibre està escrit de manera molt natural.
Les referències “poperes” a the wire (inclús en la descripció del personatge de l’Ivan que al posar-se al llit tornant de festa fa olor a wiski i pasta de dents al més pur estil Mcnulty); o a Cinema Paradiso ( entre moltes altres) sempre resulten benvingudes i li donen aquest punt de conte generacional; d’una generació que deu estar entre la generació X i els joves postmoderns de principis d’aquest segle; sense arribar mai als millenials.
Les reflexions sobre el periodisme; especialment a l’últim capítol quan parla de la post-veritat, més pertinents i ajustades no poden ser; i el regnat dels extrems; dels dibuixos de traç gruixut que emplenen les xarxes i tots els nostres judicis sobre la realitat. Captivador últim capítol.
Intueixo que hi ha molt de l’autora en aquest llibre i no puc evitar somriure pensant que mentre escric tot això em converteixo una mica en un altre A.
Em costa molt acabar llibres; i aquest l’he acabat.
A medio camino entre la auto ficción, la biografía y el diario, Las posesiones nos presenta una radiografía detallada de una generación que encaró el inicio de la madurez con el inicio de la crisis económica, crisis que quedó reflejada en los sueños y las aspiraciones de las primeras promociones nacidas después del franquismo.
Llucia Ramis se explaya en relatar cómo el pasado condiciona nuestro futuro a través de promesas veladas que no se cumplen, sueños que jamás se materializan y la eterna sensación de estar buscando sitio en un mundo que nunca nos ha pertenecido; desubicada en la sociedad actual, la protagonista del libro -de la cual nunca sabemos su nombre- viaja a través de su infancia, adolescencia y edad adulta con un denominador común, el miedo al desamparo. Tanto afectivo como físico; sentirse querida, ser el centro del universo de la otra persona y al mismo tiempo poder sentir que tiene un ancla física en el mundo, un hogar.
Ambos aspectos se volatilizan, uno -el hogar y el pasado- con el paso del tiempo y las circunstancias de la vida, el otro -el amor- porque el problema de nuestra generación desorientada es que nos relacionamos los unos con los otros.
Bona aventura que explora una mena de crisi generacional de les persones entre 30-40 anys. Puntualitzant,crisi generacional de persones de classe mitjana clar està. A més d'introduir la variable del desarrelament d'una mallorquina que viu a Barcelona alhora que veu la seva infància idealitzada contra una Mallorca actual conquerida pels turistes. Questionaments de les relacions familiars, professionals i de parella. Tot això amb un cert punt de vista peculiar i simpàtic. He vist també que molta gent implica el factor de l'especulació immobiliària com un tema clau en el llibre. Això no obstant, opino que el factor és un tema tan tradicional dins del Regne d'Espanya que el veig com una descripció més, com un accident geogràfic que no et qüestiones perquè hi és, ja que forma part del paisatge. Ai las!
La verdad es que esta novela me ha durado un suspiro. La prosa de Llucia es sumamente liviana y a través de ella emprendes un viaje hacia las tres líneas temporales que conforman la vida de la protagonista, de la cual desconocemos en todo momento su nombre. Quizá el único pero que me ha hecho ponerle tres estrellas en vez de cuatro es que a pesar de que plantee reflexiones sumamente interesantes, a la hora de incorporarlas al texto quedan de manera un tanto forzada y apostillada. Sin embargo, lo que verdaderamente me ha hecho disfrutar mientras leía era su motivo de ser, el motivo por el que la novela ha sido escrita: el hecho de que el crecer y el madurar como persona es un tránsito inevitable en el que es imposible no dejar cosas atrás. Sin duda leeré más a Llucia.
Durant el llarg d'aquest any m'he llegit 3 de les novel·les que ha escrit Llucia Ramis. M'agrada molt la manera com es llegeixen els seus llibres i he pogut observar una gran evolució d'aquest respecte els altres dos. Però tinc un sentiment d'amor odi pel que fa a "Les possessions", mentre l'estava llegint no parava de trobar trames que em semblaven molt interessants, i que si s'hagués tirat d'alguna d'elles, la novel·la m'hauria fascinat, però no ha estat així en cap cas.
No he podido conectar con este libro. La autora se va dejando por el camino subtramas que tenían cierto interés en aras de cerrar la historia principal y, con todo, lo hace de una manera que te deja insatisfecha. Podría haber profundizado en el acosador anónimo, los trastornos mentales, las adicciones...incluso complejizar el discurso sobre la corrupción (humana, inmobiliaria, del cuerpo, del pasado, de la información que publican los medios...). Tampoco creo que mediante este juego autobiográfico haya conseguido dibujar un retrato universal, o generacional.
III Premi Anagrama. En la novel•la ens trobem diferents capes on la corrupció és l’eix central: corrupció urbanística, la financera i la periodística. La primera història es centra en el seu pare que per uns obres pressuntament il•legals perd temporalment el cap, en la segona l’ història familiar encapçalada pel seu avi i malversació, i en la tercera la seva actual parella, periodista jove i entusiasta on tot val, contrastat amb el periodisme de la vella escola que encarna l’ex-novio, 20 anys més gran, de la narradora. La protagonista és mallorquina i marxa a Barcelona per estudiar i treballar, hi ha tantes similituds de la protagonista amb l’escriptora que és inevitable pensar on es troba la linea que separa la ficció de la realitat. Les Possessions són les masies mallorquines i també ens explica el sentiment de desarrelament de la protagonista quan els avis han de vendre la propietat. Retrat de la generació de l’autora del 77 amb solvència
Sentimientos encontrados. L'argument en si promet més al principi del que acaba sent. Tot i així, hi ha reflexions interessants sobre el pas del temps, la família, etc. En general m'agrada com escriu però m'ha semblat un poc estrany l'ús que en fa de l'article salat.
Corrupció, bombolla immobiliària, suïcidi, depressió, turisme i amors. Què posseïm realment i que no? Per a mi no és el millor llibre de Llúcia però destaca pel seu estil propi i per les descripcions nítides.
Hacerse mayor supone desprenderse de ciertas cosas a medida que pasan los años. Esas pueden ser materiales, o bien, emocionales, y en ninguno de los dos casos es fácil hacerlo.
En mi opinión, este es el relato central de este libro, hacerse mayor y dejar cosas por el camino.
A esta autora la conocí por un podcast y me cayó bien. El libro está bueno, dan ganas de seguir leyendo a la autora. Hay partes cansadas.pero no muchas y los tres hilos narrativos están bien definidos.
Desde luego el tema de la corrupción siempre está al día en España, y este libro es un ejemplo de ello. Solo que este caso que se revela en la novela (totalmente inventado, por supuesto), sucedió entre los años ochenta y noventa, por lo que aún era un motivo de vergüenza para los implicados. Hoy en día parece que las personas que practican corrupción o estafa en este país no tienen ninguna vergüenza de ello, y esto es criticado en 'Las posesiones'.
Por otro lado, se desarrolla el problema que tiene la narradora, sin nombre, con su pareja. Ambos son periodistas y trabajan en un periódico de Barcelona, viven juntos en esta ciudad y siguen sus respectivos casos apasionadamente. Solo que su novio comienza a tener secretos, y cuantas más preguntas le hace, menos contesta. Este círculo vicioso hará que entren en una crisis de la que cada vez será más difícil salir.
El tema más interesante en mi opinión es el de la salud mental. Tratada en el personaje de su padre, muestra como antes de ser diagnosticado, es juzgado por su propia familia de diferente manera: su mujer tiene toda la paciencia del mundo y cree que es temporal, su hija sin embargo busca respuestas en internet y en libros y piensa que, o está mal de la cabeza, o su padre es mala persona por hacer sufrir a su familia. Convivir con una persona con alguna enfermedad mental es difícil y nadie tiene la respuesta idónea de nada, desde luego. Por eso, cada uno reacciona de una manera totalmente distinta, e intenta solucionarlo desde su punto de vista.
Aunque el tema de la corrupción no me atrae demasiado en una novela, el de la enfermedad mental ha hecho que este libro me gustara y lo leyera hasta el final para saber cómo terminaba el padre de la protagonista.
Ha sido una grata sorpresa encontrarme con este libro de una paisana a la que quería conocer. El libro que se compone de varias capas descompone la vida de la protagonista que se encuentra en un momento conflictivo de su vida con varios frentes conflictivos con su padre y su actual pareja, además de fantasmas del pasado que rondan su vida como su ex pareja y un asesinato cercano a su familia que ocurrio hace años. Como punto negativo, creo que se vuelve una y otra vez sobre las mismas ideas respecto al crime y porque ocurrio, sin decir nada nuevo. Precisamente, en uno de los últimos capítulos que no dice nada nuevo. Aun así, uno de los últimos parrafos del libro me ha hecho mucha gracia:
«De sobte sento un xiscle. Una al•lota es cobreix els pits nus amb un braç i amb l’altre m’assenyala. Un al•lot s’aixeca de la gandula, es gira cap a mi i m’insulta, fucking pervert! Adverteix en anglès que trucarà a la policia si no me’n vaig ara mateix.»
Y añado otro fragmento que resume bien la relación que siempre ha tenido la protagonista con sus parejas.
«En el fons sé que, tant a en Marcel com a n’Ivan, els he suplicat, no, els he exigit el mateix amor. Necessitava ser la primera, la imprescindible, que m’adorassin així com sóc, sense adaptar-me a ells ni acceptar, de fet, com eren. Era un repte. En veure que no ho aconseguiria, vaig protegir-me creient que no valia la pena. Buscava excuses. Però si ho hagués aconseguit, els hauria rebutjat, convençuda que no els podria correspondre.»
Posesión es el acto de tener control sobre una cosa material. ... La palabra "posesión" viene de la locución latina possessio que deriva del verbo possidere que a su vez se compone de sedere (sentarse) y del prefijo pos o posse, que equivale a poder (como facultad de sentarse o de fijarse en un lugar determinado).
Eso lo he sacado de un diccionario etimológico virtual. Lo cierto es que el nombre no puede ser más preciso. Las posesiones de Llucía Ramis habla sobre los lugares que nos conforman, que se incrustan en la memoria, que nos producen melancolía. Habla sobre la familia, sobre el no conocer a nuestros padres, que son el asentamiento de nuestras seguridades. De las relaciones, del dolor de necesitar poseer al otro de forma inútil porque es imposible. Creo que esta frase resume muy bien de lo que trata la novela:
No somos sino un reflejo de lo que fueron nuestros padres, nuestros abuelos, nuestros antepasados. Heredamos, con las casas, el eco de sus fantasmas. Y con la genética quizá también heredemos sus demonios: las enfermedades mentales, físicas y anímicas.
Es la primera novela que leo de Llucia Ramis, y me ha gustado, a pesar de que a ratos se me hacía un poco lenta, y quizá por eso le he dado 4 estrellas. Pero tiene unos momentos de reflexión y exploración luminosos.
"La narradora d’aquest relat, que podem suposar un clar alter ego de l’autora, fa servir un fet rocambolesc com a punt de partida de la història: un antic soci del seu avi, empresari d’èxit, assassina la seva família i després se suïcida. Aquest és el tronc d’on neixen les branques i les arrels que suposen les diferents intrahistòries que dibuixen l’arbre complet. A través de les pàgines, la protagonista traça el retrat de la seva família, els seus amors, els antics amics, però, sobretot, ens endinsa en el seu món més íntim: el sentiment de pertinença i desarrelament, el record de la infantesa com la terra ferma que encara ens sosté, la nostàlgia i l’enyorament, la por de defraudar aquells que estimem, el sentit d’identitat... Llucia Ramis ens recorda que les veus del nostre passat poden cridar tan fort com per sentir-les avui, però també que el temps dona una perspectiva molt àmplia dels fils que teixeixen la nostra vida.
Les possessions, Premi Llibres Anagrama de Novel·la, és, en el fons, el relat de la teva vida, de la meva, de la de qualsevol; un mirall. Es comença la novel·la un diumenge de calma i s’acaba de manera quasi frenètica mentre dines o esperes l’amic que es retarda." Estela Pina