Un reino donde todo es paz y prosperidad, bajo el domino de un gobernante Bueno, justo y amado por todos. Luego el caos y la violencia lo arruina todo cuando un usurpador asume las riendas, hasta que el heredero legítimo regresa, derrota al antagonista y restaura el orden y la paz. ¿Le parece conocido ese argumento? No importa si se desarrolla en una galaxia muy lejana, en la Tierra Media creada por Tolkien o en la Dinamarca descrita por Shakespeare, esta narrativa apela a nosotros de manera directa porque no es más que un reflejo del gran conflicto cósmico que se libra en nuestro universo entre el bien y el mal, entre Cristo y Satanás.