¿De qué hablamos cuando hablamos del futbol latinoamericano? ¿Se trata, apenas, de una coincidencia geográfica? El futbol latinoamericano no existe ni como un relato único, ni como un desarrollo homogéneo, ni como un modo colectivo de jugarlo o de mirarlo, ni siquiera como un origen común y mucho menos como un destino. Narrar una historia de ese futbol exige construir una historia de la complejidad, las divergencias y los desgarramientos que lo fueron inventando. Hay un futbol latinoamericano en los pliegues de sus historias nacionales; en los modos en que dialogan los distintos estilos de jugar, de sufrir y de disfrutar. Hay un futbol latinoamericano en las formas con que esos estilos se imitan, en la manera en que lo héroes deportivos locales se vuelven continentales y también en una dirigencia emparentada, ya no por sus afanes de hermandad, sino por su corrupción desaforada. Desde las leyendas fundacionales, haca más de un siglo, hasta la última clasificación mundialista; desde México hasta Argentina, Pablo Alabarces narra la primera historia del futbol de todo el subcontinente: sus titubeos, sus sorpresas, sus explosiones, sus riquezas, sus sombras; todo lo que ha hecho del futbol uno de los espacios más grandiosos y, a la vez, contradictorios de la fiesta popular latinoamericana.
Café para los muy cafeteros, como es mi caso. El libro se centra en la génesis socio-económica del fútbol en los principales países latinoamericanos. Ofrece una mirada exhaustiva y apasionante, con muy buen armazón teórico, sobre el nacimiento del deporte en las sociedades ya independizadas y progresivamente burguesas de Uruguay, Argentina o Brasil, además de comentarios comparados sobre por qué triunfa en unos países y no en otros.
Le mata el estilo (historiográfico a más no poder, falto de edición en casi todos sus tramos) y la estructura (va de países en país y en orden descendente: de los más interesantes a los menos, lo que agota). También el abanico de ideas: una vez Alabarces dibuja el análisis para 3/4 países, la replica para todos los demás, haciendo repetitivo casi la mitad del libro.