"M es como es su como su barrio, otro que está demás. Y el fantasma de lo que fue y será deambula sin propósito establecido, acumulando hambre en el estómago y calentura en la entrepierna". Jaime Bedoya
Entre pases de droga, fútbol callejero y una feroz crisis, M. vive junto a sus amigos en un territorio desvastado por la miseria, elalcohol y la la Magdalena de los años noventa. Atraviesa sus calles con hambre, sin dinero y en busca de alguna oportunidad que le dé sentido a su existencia. "Magdalena se caerá sola, sin prisa. (...) El curso de la vida y la muerte, lo belloyel espanto en una misma cuadra". Y es en esas mismas cuadras donde M. observará el hondo vacío en el que transcurre su vida. Ciudad de M, de Oscar Malca, es una novela sobre la desolación, donde la palabra futuro escasea y el pasado es mejor no visitarlo. Este presente continuo es la única alternativa de M. y sus amigos, quienes tienen en el rock, las peleas y las drogas su único alimento. El lector hallará en este fragor hiperrealista una forma de iluminación, también cierta forma de exaltada poesía.
Como tantas novelas peruanas, se siente más como el borrador de un libro que como un libro propiamente acabado. Hace pensar si uno de los grandes problemas de nuestra narrativa no será la falta de editores atentos, capaces de señalar dónde cortar, dónde reescribir, dónde incidir. Mucho de ello abunda en esta novela, lo que resulta irónico considerando que se trata de una reedición para rescatar la novela tras unos 26 años desde su publicación original. El tipo de momentos que cualquier autor con respeto por su obra aprovecha para intentar arreglar el desastre previo.
Ciudad de M, igual que otras novelas fallidas como Generación cochebomba o Nuestros años salvajes, parte de una premisa interesante, particularmente excitante para mí, que termina siendo desperdiciada por una falta de conciencia sobre lo que se escribe (sin, a su vez, ser una novela tan en-el-momento como para resultar intensa y bastante viva, como logra Kerouac) y sobre lo que de ese modo se termina trasluciendo en las páginas. Los distintos fragmentos de la vida de M que la novela presenta logran por momentos hacernos atisbar pequeños chispazos de un trabajo mucho más logrado, pero pronto esto se ve deshecho por adjetivación torpe, por salidas fáciles, por los deseos idiotas (e inexplicablemente recurrentes) de erotizar escenas que no tienen nada de erótico (que muchas veces son espantosas antes que eróticas), por diálogos rayanos en lo cómico.
Es molesto porque estas son las historias que quisiera que se contaran más en narrativa específicamente limeña. De no ser por Richard Parra, posiblemente el único escritor peruano que parece comprender cómo se escriben estas historias, el panorama sería desolador.
Esperaba que el libro supere y nos de un mejor final que la película, pero lo cierto es que solo se nos narra el rutinario día a día de M y sus amigos. La historia no tiene ningún rumbo, cada acontecimiento no tiene relevancia con el que sigue y unos cuantos capítulos son relleno. Es cierto que el autor logra transmitir ese sentimiento de miseria al describir la vida de M y la propia ciudad de Lima, pero no pasa de ser una linda prosa en un libro bastante flojo.
Uno de esos extraños casos donde la película, la cual tampoco es una obra maestra, supera al libro. Realmente esperaba que fuese al revés.
Siento que la novela no termina de despegar, no hay una continuidad entre capítulos sólo el nombre de los personajes, pero cada capítulo termina ahí y nunca desarrolla una historia, ¿Que pasó con la deuda de Dogo? Que nos muestran al inicio cuando golpean a M. Creo que mejor hubiera funcionado como libro de cuentos. Lo que si rescató son algunos capítulos, el "Sobre Ruedas" muestran el infernal viaje que las personas viven en el transporte publico pero es tan aislado que siento que no aporta nada a la novela. Le pongo 3 estrellas porque hay algunos capítulos rescatables, pero como dije hubiera funcionado como un libro de cuentos más que una novela.
La historia está compuesta por varios capítulos independientes, que no aportan mucho ni de manera individual ni como conjunto. Incluso, llega un punto en el que la fórmula se vuelve repetitiva y no te deja nada relevante. Lo único interesante de este libro es que retrata la vida de los jóvenes peruanos de finales de los 80s e inicios de los 90s.
Luz Negra es el mejor capítulo de la obra, que más parece una antología debido a la inconsistencia con el personaje de M y su relación con los demás secundarios, lo único que se mantiene (y lo que me encanta) es el odio latente a la grisácea ciudad de Lima.
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