Cuando lo leí en el 2009 fue una ayuda grande para reafirmar mis creencias. Ahora que lo quise volver a leer, encontré algunos ensayos, especialmente el primero bantante fanatizado, un creyente no seguiría leyendo el libro que no deja de ser debatible para la lectura.
Me quedo con dos ensayos: Humberto de la Calle y Eduardo Arias.