Por primera vez en la historia de España, un texto constitucional de signo inequívocamente democrático ha podido mantener su vigencia durante un dilatado período mostrando no sólo una notable estabilidad en sus contenidos, sino también una innegable capacidad para conseguir que los mandatos y principios integrados en su texto se traduzcan, efectivamente, a la realidad jurídica y social.
La presente edición de la Constitución española de 1978 -actualizada con la reforma del artículo 135 publicada en el BOE con fecha 27 de septiembre de 2011, y que se une a la primera, efectuada en el artículo 13.2- persigue el objetivo de facilitar la consulta del texto fundamental en relación con las principales normas que completan o desarrollan sus preceptos. Se incorpora la Ley Orgánica 3/2014, de 18 de junio, por la que se hace efectiva la abdicación de Su Majestad el Rey Don Juan Carlos I de Borbón.
Un texto pobre, tanto en escritura pero sobre todo en espíritu. La Constitución es donde las ideas vienen a morir, es el perpetuo letargo de la razón. Si se quiere pensar en la caída de los grandes sistemas de pensamiento o "relatos", se ha de pensar en la Constitución, pues como texto anula la posibilidad de pensar en otro orden de cosas. No puede haber poesía después de la Constitución. No se puede fumar tranquilo en un balcón después de la Constitución. Cualquier sueño que había antes, fue amarrado como Prometeo a una roca, y cada amaneciendo llegaba una bestia alada: el texto constitucional, a comerle las entrañas a dicho sueño sujeto por las cadenas del texto al pedrusco, y cansado ya el sueño de persistir en su desear, cedió ante la Constitución. No hay cielo posible con la Constitución, tampoco infierno, todo lo que existe es purgatorio, definitivamente, ¿para qué necesitas a Dios, si ya tienes la Constitución?
Absolutamente masónico. Pensaba que lo mas triste de estudiar Historia de España era el desastre del 98 pero veo que la transición democrática lo supera con creces.