Existe un lector-anticuario, sujeto al rigor de clasificaciones consagradas por el hábito o el cansancio, y existe un lector- de-vanguardia cuya vigorosa mirada desviada invita a excursiones inéditas por territorios que dábamos por archiconocidos. A la cuidada labor editorial que acredita a Eugenio Ballou como uno de los lectores más rigurosos del Caribe actual se suma este contundente ejercicio de investigación y de lectura experimental que trae a la superficie del presente sorprendentes residuos de una ciudad letrada hace mucho sumergida. Ballou descarta instrumentos ópticos que lo priven de los tesoros de lo imprevisto, bucea en profundidades donde se mecen osamentas de seductoras naves al garete, selecciona indicios que permiten intuir escuadras secretas de nuestras letras, y regresa con leve sonrisa maliciosa a la playa en cuya orilla exhibe –a modo de cartógrafo del sueño- los restos imaginarios de un archipiélago puertorriqueño que está a punto de emerger. Antología del olvido ensambla varias series alucinantes de personajes, voces y tonos, así como de temas, géneros y formas. El meditado montaje de estos perfiles, relatos, anécdotas, caricaturas, anuncios, imágenes, definiciones, versos, recetas y pequeños tratados configura una vivísima enciclopedia de los muertos. La Antología del olvido de Eugenio Ballou escenifica inmejorablemente la sospecha de que aquello que llamamos la literatura puertorriqueña conserva muchísimo de tierra incógnita. -- Noel Luna
Fabuloso! Me hizo recordar las clases de español en mi querida Alma Mater, la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras. El lenguaje es impecable, los eventos unos conocidos y otros por conocer me llevo a mí isla del Encanto. Es un libro que tiene carácter. Léanlo.
Importantísimo. Un buen ejemplo de que la lectura es escritura. Ballou nos regala, a través de este excelente trabajo de archivo, esa “ciudad de letras” que recordaba Mara Negrón a propósito de Nilita Vientós. Una ciudad letrada de la que sin duda, de nuevo citando a Mara, solo quedan muertos, pero no textos muertos.