Cuántas aventuras nos aguardan es el viaje de una mujer adentrándose con ojos de expedicionaria en la selva de todos los días. Como en los sueños, el paisaje se va reconstruyendo, fragmentario, a partir de diálogos, recuerdos o viñetas que confluyen caprichosamente bajo la mirada vigilante de quien debe cruzar una cañada en la que habita un yacaré o internarse en un monte salvaje. Es un terreno de espejos rotos, donde el mayor peligro es entrever a quienes podríamos haber sido, o incluso peor, a quienes ya somos.
Inés Bortagaray rompe el silencio de más de una década con un prólogo o limbo de las novelas abandonadas que prepara el itinerario de este libro. Con su voz poderosa y personalísima, vuelve a fabricar literatura de la mejor con la sustancia primaria de la que están hechas las miserias más íntimas y los pequeños triunfos cotidianos.
Hacía tiempo que esperaba algo de esta autora uruguaya. Me gusta el tono cercano que tiene, aunque el libro en general es medio un cuento, varios cuentos, cosas contadas como en fragmentos. Pero es linda, me gusta su tono, me hace pensar que estoy en uruguay, no se, que tomo mate, y digo bo. Tiene algo muy coloquial, pero luego va a lugares bonitos. Me encanta que en el prólogo cuenta todas las ideas que no llegaron a un libro, hablando del esfuerzo y frustración de escribir un libro.
"No debe haber muchas actividades como la pesca, en que uno hace lo que hace por el mero hecho de intentarlo, y no por la consecución. [...] ¿Uno lee sin leer? No. Y sin embargo uno pesca sin pescar. Está pescando, y la actividad no se explica por el éxito, sino por la acción, por el acto de fe. Tal vez se parezca a la escritura."
Me interesaba leer a esta autora luego de leer uno de sus cuentos en Exposiciones múltiples, me hice con esta historia sin tener mucha idea de qué esperar, o qué habría en sus páginas. Se lee con soltura, sus fragmentos, sus cambios de tiempo, la suma de un día a día que se descubre, se mezcla, y compone una visión de diversas fotografías que conforman una vida me ha parecido una delicia. La prosa es por momentos simple y ligera, y en ocasiones se llena de una belleza sutil. Es el tipo de slice of life que te llega, pero al mismo tiempo te acompaña, y casi que lo único que lamento es haberlo devorado con tanta facilidad.
Me pareció un libro con una trama de relatos que de a momentos se entrelazan y siguen una historia marcada. Aunque en ciertos puntos se me hizo un poquito pesado. Es una combinación entre presente, pasado y algunas anécdotas que se van dando de una familia y varias aventuras que van encontrando en el camino para ciertos obstáculos en el camino.
Destacó enormemente la introducción que tiene previa a comenzar la historia en la que habla de su proceso de escritura y un par de recomendaciones super buenas pata alguien que quiere escribir. Me pareció genial, y sigo aún esperando a que siga con las novelas que deja un bosquejo de comienzo. Me dejaron picando la curiosidad.
Fiel a su estilo, Inés Bortagaray cuenta la historia de una mujer de una forma cotidiana, accesible pero no por eso menos interesante, y con mucho humor. El prólogo, donde explica con mucha honestidad por qué tardó una década en volver a publicar una novela, permite al lector acercarse a su proceso creativo.
Una serie de relatos escritos de una forma muy particular forman una colcha de retazos cuyo valor está en el todo y en cada partecita. Mucho humor, algunos localismos, algunas coincidencias generacionales. Muy, muy disfrutable.
Casi cinco estrellitas. Todas las historias pequeñitas, microcuentos, hacen que no sea una novela de acción, todo el libro es un contexto. Mil pinceles que te dicen aquí vivo yo, en esto me muevo, con esto vivo y con esto escribo. Es casi hacerte amigo de la Inés.
Una belleza total. Para el estante de libros sobre familias. Sobre maternar. Sobre amar mucho y desear. Siempre desear. Además tiene un humor muy inteligente. Este libro es una mujer flaca con taquitos que huele rico pero está triste.
Pequeña maravilla hecha de retazos, de historias autoficcionales entre la infancia y la madurez, entre estados de ánimos y apuntes cotidianos. No cuento nada más.
Tremendo libro. De una gran belleza y una historia que atrapa fácilmente. Una prosa rica y de fácil lectura, que genera el pacto con quien lee. Me gustó mucho. Recomendable!
El libro arranca con una especie de disclaimer: la autora cuenta por qué estuvo tanto tiempo sin publicar, qué problemas encontró a la hora de escribir y cómo descubrió qué tipo de literatura era el lugar en el que se movía con facilidad. No quiero quitarles la magia de leer ustedes mismos, pero sí quiero decir que el libro se disfruta extra sabiendo esto. Que los textos cortos, las viñetas que encontramos tras esa introducción, no son ni relatos ni una novela ni nada de eso. Son escenas, algunas más cotidianas que otras, envueltas en una narración muy cercana, con momentos introspectivos y siempre una especie de sonrisita irónica que se siente al leer.
Lo que tengo que destacar, seguro, es el manejo del lenguaje. La forma de utilizar las palabras, lo que generan en el lector. Es sumamente disfrutable. Y explica por qué tuvo tanto impacto en mí en aquella en lectura que hizo la autora: suena bien, está hecho casi que para ser leído en voz alta. No sé si hay intencionalidad o no, pero se nota que la voz narrativa es potente y está cuidada.
Así que eso, una lectura más que recomendable, sobre todo si quieren darle más oportunidades a la literatura nacional. ¿Qué opinan?