"Nosotros, los abisales" es una compilación de relatos que permite sentir en carne propia ciertos trastornos mentales que aquejan a la población. Es un intento de poner en palabras un padecer silencioso y a veces invisible hasta que es demasiado tarde. Invitamos a salir de la comodidad de sus mentes para adentrarse en otras más complicadas y dolientes.
Los relatos están bien cuidados y consiguen expresar con claridad y poesía, las intrincadas formas en las que se expresan las diversas mentalidades. La antología me revolvió de forma un poco fuerte las entrañas y las emociones. Se nota que hay un trabajo serio por parte de quienes escribieron y compilaron esta obra. Algunos relatos son realmente escalofriantes, y eso me puso en jaque como lector, porque lo que uno está leyendo son vivencias posibles y probables, de gente de carne y hueso de la vida cotidiana. La capacidad de entretener y al mismo tiempo hacer reflexionar sobre otras realidades y experiencias, es algo que siempre rescato de los libros. Algunos de los cuentos podrían formar parte de una antología de terror. Pero al estar en "Nosotros, los abisales", al tener un diagnóstico específico (al finalizar cada narración, se nos dice con que trastorno mental se corresponde) la experiencia lectora toma otra dimensión. Y en lugar de miedo u horror pasamos a sentir pudor, incomodidad, nostalgia, tristeza, empatía incluso tal vez, reconocimiento. La antología está acompañada de unas curiosas e interesantes ilustraciones de Maru Ceballos, que complementan de forma muy positiva el mensaje de la lectura. Mis cuentos favoritos: "Por fin en casa" de Rocío Matamala. La antología empieza precisamente por allí: por un comienzo, un nacimiento. En este cuento nos adentramos en los sentimientos de alegría, ansiedad, inquietudes de una mujer a punto de parir. Pero, sobre todo, en lo que va sintiendo después de tener a su bebé, cuando esas emociones se convierten en frustración, tristeza, irritación y desesperación. "La eterna oscuridad", de Javier del Ponte, me pareció muy bueno por la ambientación del relato sobre el estrés postraumático y el modo en que desenvuelve la trama, que lo convierte en una escena bastante familiar. "Valentina de la luna", de Natasha Alonso, es un relato que me dio la sensación de ser perfecto para leer en voz baja por lo conmovedor. No es raro escuchar (o decir) sobre personas que "viven en su propio mundo" En el caso de quienes tienen Síndrome del Espectro Autista, esto suele aplicar perfectamente. Sin embargo, no hay que perder de vista lo obvio de que viven en el mismo mundo que nosotros, y este cuento tiene un giro tierno que logra hacernos reflexionar sobre esa conexión. El cuento que cierra la antología "Peces raros" de Vanesa O´Toole me pareció excelente. Como cuento y como cierre. Le termina de dar entidad y unidad a todos los cuentos que leímos antes, convirtiendo ese mar de mentes en una mente donde conviven miles de mares. Su diagnóstico es el trastorno de la identidad disociativa e invita al lector a situarse en ese entramado oscuro o luminoso, triste o alegre, eufórico o apático, pero siempre misterioso y laberíntico, que es la mente humana.
Excelente libro, me encanto. Las diferentes patologías mentales están perfectamente representadas. Solo hubo un relato que no me gusto porque esta narrado desde la perspectiva de un objeto en lugar de una persona y desentona con el resto, en mi opinión.
Me gusto mucho este libro. Me encanta los temas que trata. Y además son cuentos de más de dos páginas. Al final tiene los significados de cada transtorno.