Nada en sus textos es azar, todo está reflexionado y consciente de cada letra, porque creía que podía haber un mundo mejor y también creía en la literatura para ese cambio, puesto que la rabia de las injusticias se le escapaba por la piel. Dejó huellas privadas y públicas y, contra todos los que no creyeron, marcó para siempre la historia literaria de nuestro país.
El presente volumen reúne los primeros cuentos que Pedro Lemebel —en ese entonces Pedro Mardones— publicó en 1986 a través de trípticos ilustrados y en una impresión de trescientos ejemplares sobre papel kraft. En estas obras narrativas iniciales —dotadas de un gran lirismo, una interesante propuesta formal y un sutil, pero a la vez feroz, afán de denuncia— está el germen de lo que será su posterior producción literaria: ya aparecen aquí sus característicos y entrañables personajes en los bordes, la ternura y la violencia que campean en sus crónicas y esa dimensión política que lo definió como un creador comprometido como pocos.
Hijo de Pedro Mardones, panadero, y Violeta Lemebel, nació "literalmente en la orilla del Zanjón de la Aguada" y "vivió en medio del barro" hasta que, a mediados de los años sesenta, "su familia se mudó a un conjunto de viviendas sociales en avenida Departamental". Estudió en un liceo industrial donde se enseñaba forja de metal y mueblería y, después, en la Universidad de Chile, donde se tituló de profesor de Artes Plásticas. Trabajó en dos liceos, de los cuales fue despedido en 1983 "presumiblemente por su apariencia, ya que no hacía mucho esfuerzo por disimular su homosexualidad". En sus libros aborda fundamentalmente la marginalidad chilena con algunas referencias autobiográficas. Su estilo irreverente, barroco y kitsch lo ha hecho conocido en toda hispanoamérica. Gay declarado, explica el cambio de su nombre así: "El Lemebel es un gesto de alianza con lo femenino, inscribir un apellido materno, reconocer a mi madre huacha desde la ilegalidad homosexual y travesti".
La sola existencia de una edición que recoja los cuentos de Lemebel ya es un tesoro. Son pocos y breves, lo cual me dejó con las ganas de más como lectora. Sin embargo, me ha permitido reencontrarme con ese estilo tan bello que tiene para narrar.
Reconozco que algunos relatos me parecieron complejos, pero puede deberse a que intentamos encontrarle un sentido a la trama y tal vez no lo haya. Es mejor leerlos solo para disfrutarlos.
Una mención especial a los protagonistas de estos cuentos: joyitas totales, algunos de ellos entrañables ❤️
Escritos que coinciden con la idea de Pía Barros acerca de "un lenguaje que parecía tan bonito en su sonido y que, sin embargo, hablaba de cosas asquerosas y terribles". Experimentos del tremendismo.
Hace que lo crudo y visceral adquiera una consistencia aterciopelada.
Incontables reúne los primeros cuentos que Pedro Lemebel, en ese momento todavía Pedro Mardones, publicó en el año 1986. Esa primera edición no pasaba de los trescientos ejemplares y venía a modo de libro-objeto como trípiticos de papel de estraza (kraft). La presente edición, además, cuenta con Melania, El Wilson, Gaspar y una sección final con tres microcuentos. Asimismo vienen las ilustraciones originales de Luis Albornoz, Rufino, Hernán Venegas, Patricio Andrade, Mena, Guillo Bastías y Gustavo Bristilo.
Primero, he de confesar que jamás he leído a Lemebel, estaba en la lista de mis eternos pendientes. Así que cuando apareció este ejemplar con cuentos, parecía ser la mejor forma de adentrarme en su literatura. Y qué forma de hacerlo. Quizá sea mi interpretación, pero Incontables, el mismo nombre va por la verdad oscura y hedionda a sudor y vergüenza detrás de cada uno de los cuentos. La prosa del autor resulta lírica y visceral, dice lo que quiere decir sin pudor y, aun así, con un deje de sutileza. Como un coqueteo. Toca temas como la pedofilia o el abuso y lo hace de una manera que funciona tanto como crítica y como un juego, una ambigüedad de lo más interesante.
No creo que sea para todo el mundo, no todos soportarían el tono ni los temas incontables que son narrados en los cuentos. Sin embargo, si logran llegar a ellos por más directos y decadentes que puedan parecer, se verán inmersos en la lectura de uno y el otro y el otro, así, antes de darse cuenta, el libro habrá acabado y ustedes se encontrarán con la sensación de que acaban de ver una parte de nuestra naturaleza poco agraciada y escondida, pero que está ahí latente en más de uno de nosotros.
Sobre la edición quiero decir que me gustó el detalle en el papel de la portada. Es la primera vez que estos cuentos llegan en formato de libro y que lo hicieran recordando el material de la primera edición es un lindo detalle. Además, las ilustraciones, en particular el estilo de cada una, parecen perfectos acompañantes para las palabras del autor.
Para resumir, Incontables es una recopilación de los primeros cuentos de Pedro Lemebel, junto con otros más famosos del autor. Todos acompañados de las ilustraciones originales de su publicación en 1986. Leerlos es encontrarse con una naturaleza humana sucia y depravada, con el olor a tierra y a sudor, con esas verdades que son incontables que sabemos pero no queremos que los demás sepan.
• "I raccontabili" di Pedro Lemebel è una raccolta di racconti che incarna perfettamente l'anima ribelle e lirica dell'autore cileno, noto per la sua capacità di fondere politica, erotismo e denuncia sociale in uno stile unico e provocatorio. Lemebel si pone come una voce anticonformista che non teme di sfidare le convenzioni della narrativa tradizionale, né tantomeno quelle della società.
• La sua scrittura, spesso definita come "transgressiva", è un ibrido di prosa poetica e reportage, un flusso continuo che si muove tra l'intimo e il collettivo, l'emozionale e il politico. Nei "Raccontabili", ogni storia sembra un frammento di una narrazione più grande, che cerca di dare voce agli emarginati: omosessuali, poveri, dissidenti politici, figure che nella storia ufficiale restano invisibili.
• Lemebel racconta Santiago e il Cile durante e dopo la dittatura di Pinochet, attraverso personaggi che vivono ai margini della società. Tuttavia, i suoi racconti non sono solo testimonianze di oppressione o resistenza, ma anche atti di amore verso la vita, in tutte le sue manifestazioni più crude e sensuali. La sua prosa si carica di un erotismo sovversivo, che rompe con la morale conservatrice, abbracciando invece una visione del corpo e della sessualità come strumenti di lotta e affermazione.
• Dal punto di vista stilistico, Lemebel si distingue per una lingua barocca e violenta, a tratti ridondante, che scorre tra poesia e volgarità con estrema disinvoltura. La sua estetica queer, declinata in uno stile quasi carnevalesco, abbraccia l’eccesso e il grottesco, mettendo in luce le contraddizioni della società cilena post-dittatura. Questo tono sfacciato, che mischia il sublime al triviale, restituisce il senso di un'umanità dolente, ma mai sconfitta, anche di fronte alle ingiustizie e alla repressione.
• "I raccontabili" è dunque un testo che si pone come un atto di resistenza narrativa. Lemebel, attraverso il suo stile viscerale e poetico, invita il lettore a non voltare lo sguardo di fronte alla marginalità, ma a riconoscerne la dignità e la bellezza, in una visione del mondo che sfida i confini tra pubblico e privato, tra realtà e finzione.
Este libro está lleno de una nostalgia particular, se nota que en cada palabra hay una intención de desenmascarar la sociedad que rodeaba a Pedro en aquellos años. Las consecuencias de la dictadura, la segregación y la pobreza dan resultado a esta recopilación que titularon Incontables: un libro a doc que nos hace abrir los ojos a una realidad distinta pero a la vez muy familiar 🥀
Me encantaron los últimos dos cuentos, 'El Wilson' y 'Don Gaspar', de los microcuento 'Jack' y 'Calendario'.
«“Dios es un océano de leche, hija mía”, le dice a la estatua, al tiempo que otro Dios avanza por las calles, se levanta en olas frente a la casa y estalla en llamas, arrojando los sargazos celestiales en una lengua de arenas y cenizas».
«Melania sonrió satisfecha y se arrellanó en el asiento pensando que la vida era confusa y que los males tenían una justificación, y que, en algunos casos, eran una sugerencia para encontrarles solución a otros».
—¿Dónde se fue? —Te digo que no sé, a nadie le dijo —mentía, me engañaba como antes lo había hecho; lo supe porque jamás contestaba dos veces la misma pregunta.
Jack El instructor ha muerto: el perro no tenía humor para recibir órdenes esa mañana.
Lo leí de a poco. Cuentos cortos que tiene un ámbito en su mayoría políticos, criticando a la dictadura. Me pareció un poco pretenciosa la forma de escritura, que puede ser propio de la ambición literaria temprana.
Seguiré con las crónicas de Lemebel que parece que son mejores que este volumen de cuentos.
Son cuentos y relatos bastante distintos a lo que estamos acostumbrados de leer de Lemebel y eso quizás hizo que me costara un poco más leerlos e ir comprendiéndolos poco a poco, pero más allá de eso no hubo ninguna otra cosa que se me complicara o que no me gustara, las obras de Pedro me hacen feliz y solo eso puedo concluir.
Me encanta mucho Lemebel, por tanto nunca me decepciona su escritura. Me hace conectar mucho con las historias, siento que es cercano y real. Estos incontables son un grito de libertad.
Raccolta dei primi e unici racconti di Pedro Lemebel, scrittore cileno, nato nel 1952 in un quartiere popolare di Santiago.
Nel 1986 è ancora Pedro Mardones, non aveva ancora adottato il cognome della madre con cui diventerà famoso in tutto il mondo.
Nel 1987 fondó insieme a Francisco Casas, il collettivo La Yeguas del Apocalipsis, trasformandosi in un mito della scena artistica cilena e nel simbolo internazionale della liberazione sessuale.
Ci sono libri che non possono prescindere dalla biografia del proprio autore.
Sono racconti forti questi di Lemebel, a tratti toccanti, sono storie indicibili e personaggi, appunto, irracontabili: madri guerriere, preti libidinosi, militari arroganti, Babbi Natali pedofili.
Fanno da sfondo gli anni della dittatura, la paura e la censura, ma al contempo si percepisce, all'interno di questo bestiario umano, un umorismo di sottofondo, un'ironia della scrittura lemebeliana, unita ad un lirismo che mi hanno fatto apprezzare questi racconti colmi di vita, nuda e cruda.
L'autore arriva in profondità, a sondare sottili verità.
Lo stile è diretto, ci sono stati racconti che mi sono piaciuti di più e altri meno, ma il punto focale è che la sua scrittura mi è piaciuta molto, ha la caratteristica di coinvolgere chi legge. A tratti ho potuto davvero sentire l'odore rancido della polvere da sparo.
Roberto Bolaño dice di lui: "Pedro Lemebel non ha bisogno di scrivere poesie per essere il miglior poeta della mia generazione. Nessuno arriva più in profondità di Lemebel. [...] è coraggioso, vale a dire sa aprire gli occhi nell'oscurità, in quei territori in cui nessuno osa entrare".
Pedro Mardones, o Pedro Lemebel posteriormente, creo una serie de cuentos breves, micro relatos, en son de denuncia social y lirismo sutil, erótico y, del mismo grado, sarcástico. En 1986 se publicaron estos cuentos en forma de trípticos que, según cuenta su editor y amigo de ese entonces, se crearon en noches de risas, compañerismo, poesía, toques de queda y disputas estéticas. Claro que cada cuento fue acompañado de dibujos humorísticos o representativos a un aspecto resaltante del cuento. Está demás decir que las historias albergan un feroz afán de denuncia política y moral (como es el caso del cuento "Monseñor" o "Bésame otra vez, forastero"). Sobre sus microrrelatos, he de ser sincero, no los entendí, pero me gustaron por lo sugerentes que son (me pasa que Lemebel tiene esa magia estilística de sugerir las cosas sin contártelas, de provocarte con frases cargadas de múltiples significados, como si fuese una indirecta femenina o un mensaje en código). No es la gran colección que esperaba, a lo mucho me quedo con las dos historias que mencioné, pero, insisto, leer a Lemebel es como leer poesía: adictivo, encantador y con personajes únicos.
Cuentos del gran Pedro Lemebel, todos de la década de los 80's. Escritos a la carrera entre un taller de literatura y otro, en donde la prosa colorida, rimbombante y de muchos adjetivos y sustantivos comienza a formarse; desde la ficción en esta primera instancia, para luego explotar cual big bang en sus crónicas que lo harán internacionalmente conocido o como dijo Bolaño: "el mejor poeta de Chile".
Te encuentras con el Lemebel que comienza con sus primeras denuncias a la vida que hay que vivir por ser pobre, por ser marginal. Y esa veleidosa energía en contra de un Chile bajo la bota militar. Se nota el sesgo de aprendiz que tiene en estos primeros textos, pero ahí esta el diamante del escritor que luego conoceremos. Una introducción maravillosa, de la también maravillosa, Pia Barros.
Una lectura ágil, pero no por ello menos caladora en la mente de cualquier lectora o lector.
Maravillosas narraciones. Cortas y profundas, cada una dibuja de manera muy nítida personajes controvertidos, reales y sinceros. Lo que más me gusta es que deja a un lado la moralidad y la censura, los buenos modales y los eufemismos; estos cuentos podrán dejar un aire de perversión y desaliento, pero no se puede decir que son hipócritas o mentirosos. El estilo de Lemebel es envolvente, hipnótico y musical: las palabras se desarrollan en una espiral donde suceden imágenes, expresiones y acciones que no buscan su aprobación, sino el goce linguístico, en una fiesta cruda de la palabra. La prosa se convierte en las voces de la narración... Muy bien elaborados.
Mis favoritos fueron: Una noche buena para Santa; El camión de la guardia; Monseñor; Bésame otra vez, forastero; Melania; Em Wilson.
“¿Qué le pasa que no se sienta?”. “Es la edad del pavo, mujer, no te fijas que pegó el estirón de pronto, poco más y se nos casa”, poco más, un poquito más, le pide la vieja y él acepta y se baja los pantalones y le dice, toma, vieja, cómetelo, mámatelo, así sin dientes, boquita de guagua, mamita, sigue no más, vieja de mierda, así, suavecito, más rápido, cuidado que viene, viene un río espeso a inundarte la pieza, una corriente de cloro que me baja del cerebro, borrándome la imagen del espejo donde la vieja ternera hunde su cabeza entre mis piernas y se aprovecha de ese momento para besarme, clava su lengua con rabia en mi boca y en el paladar me deja por muchos años el gusto rancio del pasado.
"Incontables" 💛💛🦠🍃🌱🏜️una recopilación de los primeros escritos de Lemebel, que como Pía Barros describe, escribía en boletos de micro, papelitos y libretas y luego ella las transcribía.
Lo amé por muchas razones, aparte de amar la escritura de lemebel 🏜️ el complemento de dibujos de distintos ilustradores, me pareció muy hermoso al momento de adentrarse a cada cuento. Pedro Mardones,como era llamado cuando escribió estos, nos traslada a los pueblos, barrios y a la violencia de Chile y de la vida misma.
Como antología hay cuentos que gustan más que otros, pero en general este libro tiene un regusto a una nostalgia extraña, periférica y decadente que refleja claramente una época compleja, violenta con infinitas reflexiones en cada uno de los cuentos. Mis favoritos fueron Bramadero y El Camión de la Guardia.
Libro de cuentos escrito por Pedro Mardones, que retratan la realidad de una parte de la población marginada e invisibilizada, además de atrocidades vividas en dictadura y discriminación a disidencias. Cuenta estas historias de manera poética, sin censura, a veces de manera grotesca y repulsiva, como crítica a la sociedad chilena. Muy probablemente leeré mas de Lemebel
no es fácil digerir el estilo de escritura de Lemebel al comienzo, requiere de una lectura tranquila. los cuentos que más me gustaron fueron “el camión de la guardia”, “melania” y “el wilson”. que se recojan en un libro sus cuentos y microcuentos que estuvieron, antes, en trípticos de papel kraft me parece una idea preciosa :-)
Me gustó mucho leer a Lemebel en versión cuentos, son todos muy cortitos, pero potentes. Narra muy bien la marginalidad, la vulnerabilidad, la decadencia, pero se nota un cariño por (casi) todes sus personajes, con su lenguaje rococó y esas frases que se releen para seguirlas saboreando.
De Mardones a Lemebel, Incontables se apoya en bellas ilustraciones que acompañan cada cuento rescatado de un pasado que ya iluminaba el futuro de Pedro. Se hace corto, con cuentos bastante memorables.
Cuentos cortos con el indiscutible sello de Lemebel. Historias crudas del Chile de los 70: abusos, marginalidad, pobreza, valentía de personas comunes frente a una realidad adversa. Se distingue una prosa más sencilla y directa de un temprano Lemebel, pero siempre igual de agudo y perspicaz.
Escritos en una prosa cruda y, a la vez, llena de licencias poéticas, estos cuentos tienen la capacidad de hacer protagonista al lector y, al mismo tiempo, conmoverlo en demasiados sentidos. Hay que leerlos.
Que bella recopilación. Es un Lemebel (Pedro Mardones) diferente al más reconocido, pero que de igual forma escribía sobre la marginalidad, la revolución, la diferencia. Un placer haberme encontrado con este libro.
Leer a Lemebel siempre será un goce. Sus personajes, sus lugares, sus escenas. Todo es muy él, y eso es brillante. Los cuentos que más me gustaron, en ese orden: El Wilson, Espinoza y Una noche buena para Santa.
La narrativa de Lemebel nuevamente me conmueve . El camión de la Guardia me hizo doler el alma, y Gaspar me alegro el corazón. La representación de lo bello y lo terrible de la época de sus escritos despierta sensaciones encontradas que dejan huella en todo lector.