Especismo, machismo, heteronorma, racismo, capitalismo, explotación medioambiental... Todas las formas de opresión están conectadas, pues se basan en una forma común de organización del mundo: el pensamiento binario.
Hacia mundos más animales rastrea los diferentes binarios que estructuran el mundo y las relaciones. Binario sobre los que se asientan los diversos sistemas de opresión que jerarquizan los cuerpos, convirtiéndolos en corporalidades otras: dominables, explotables, asesinables.
Para convertir un cuerpo en otro/a (para degradarlo y oprimirlo), se necesita crear un abismo entre el yo y el/la otro/a. Hacia mundos más animales explora las raíces comunes que permean en los sistemas de dominación considerando los cuerpos como el espacio donde se dibuja la línea entre las vidas que importan y las que no.
Pero los cuerpos no reciben pasivamente la opresión, los cuerpos so también espacios de acción política, de contestación, de resistencia. ¿Existe la posibilidad de una alianza entre cuerpos para (re)existir en común? Este ensayo es una impulso hacia andar (o reptar, o andar, o volar) otras formas posibles de habitar los mudos de relacionarnos con quienes compartimos.
Plantea problemas interesantes en pocas páginas, pero bebe mucho de otros autores (prácticamente es un resumen de otras teorías) y no propone nada acerca de cómo hacer frente a las cuestiones más espinosas. Le pongo 4 (y mucho me parece) solo por su potencial capacidad de abrir sensibilidades.
Duro de leer. Texto de ensayo con términos y estructuras a las que no estoy acostumbrada Me ha parecido que el ensayo a sido un análisis de diferentes textos. Los textos analizados me han resultado más interesantes, comprensibles y profundos que el análisis en si. (Esto es mera opinión, no es una crítica entre iguales)
Interesante. Me ha planteado debates que no conocía y sobre los que me quedo pensando, no resolviendo. Eso está bien.
Una lectura totalmente fructífera y que aporta gran información, datos, fuentes y, sobre todo, ideas, a pesar de su breve extensión. Hacia mundos más animales abrirá de par en par la mente del lector.
Este libro conecta multitud de aspectos relacionados entre sí, dentro de lo que yo entiendo como los asuntos sobre los que deberían reflexionar aquellos que aspiran a mejorar el mundo. Por ello, el libro ofrece un carácter puramente interseccional; es decir, se incide en la importancia de comprender otros asuntos ajenos al antiespecismo o veganismo para reflexionar sobre qué influencia y relación tienen unos sobre otros y, también, según yo lo concibo, para percatarnos de por qué luchamos por lo que luchamos, y de por qué deberíamos considerar el veganismo no solo como una esfera separada, sino interconectada con muchas otras. Estos elementos y conceptos que se desarrollan y que deberían ser tomados en cuenta serían por ejemplo como el tema del especismo, el heteropatriarcado, el feminismo, el antropocentrismo, la liberación animal, el racismo, la dominación... en fin, toda una serie de ideas que habrían de ser consideradas para darnos cuenta del alcance de nuestras acciones y para dotar de sentido y congruencia a nuestro comportamiento social, de consumo, interpersonal, ecológico o ético, entre otros.
De una parte, concibo que cualquier acción individual o colectiva viene a ser un acto político. Este libro me ha hecho reflexionar sobre la importancia que cada pasito que damos ejerce sobre el resto de seres. Por esta razón, considero que la política se extiende más allá de un voto (o de un no-voto), sino que se encuentra en cada acto que cometemos. De esta manera, esta lectura me ha hecho replantearme el valor político que el veganismo tiene, lo cual es aplicable a otros posicionamientos como por ejemplo el feminismo o el ecologismo.
Una cuestión que me ha impactado ha sido el posicionamiento intervencionista por parte de ciertos activistas veganos. Desconocía que había una corriente que pretende no solo no dañar a los animales para consumirlos, sino actuar sobre la naturaleza para que los seres del mundo "salvaje" no sufran, pues estos se ven envueltos en una vida llena de dolor y de calamidades. Personas como estas son Catia Faria, que adopta una postura crítica hacia la mayoría de movimientos ecologistas, los cuales suelen mantener una postura antropocentrista y especista al efectuar prácticas contra las plagas o especies invasoras, cosa que nunca se haría contra los humanos. Descubrir este tipo de pensamiento ha dado un vuelco a mis ideas. En realidad, estoy de acuerdo con esta corriente en lo que respecta a que se encuentra extendida una imagen idealizada de la naturaleza; personalmente opino que la naturaleza es bien cruel.
Con todo, me ha gustado mucho este libro, aunque considero que podría haberse extendido un poco más en el tema del veganismo o antiespecismo, como por ejemplo qué alcance puede lograr, de qué manera, cuál es su historia... también habría agradecido que la autora hiciera una crítica constructiva al capitalismo, ya que a lo largo del libro se posiciona en contra de este pero no explica detalladamente por qué el capitalismo representa un obstáculo en el desarrollo ético del mundo. Si la autora opina esto, habría deseado que lo explicara, pues sinceramente opino que a veces se ataca al capitalismo con gran facilidad pero sin argumentos suficientes, sobre todo teniendo en cuenta que en sociedades no capitalistas los asuntos que se están tocando no es que estén precisamente mucho mejor que en las sociedades capitalistas (y digo esto con conciencia de causa, pues me dedico a estudiar Sociología).
Por otra parte, se aprecia un gran trabajo de fondo de recopilación de documentos y fuentes, muchas de ellas actuales. Valoro mucho la selección y la dedicación de la autora.
Recomiendo totalmente su lectura, tanto a no veganos como a veganos porque estoy convencida de que aprenderán mucho independientemente de si se trata de personas ya adentradas en el tema o no.
Muchas veces algunos textos se (auto)describen como interseccionales por mencionar conexiones entre violencias, pero no son verdaderamente honestos en su ejercicio del término. Este texto sí lo es: hace un recorrido feminista, anticapitalista, anticolonial y antiespecista por diversas ideas sobre la opresión de especie, siempre en conexión con otras opresiones. Para quien no esté familiarizada con el lenguaje filosófico puede resultar denso, pero reúne una buena bibliografía y un buen número de ideas para reflexiones antiespecistas en relativamente pocas páginas.
Lectura imprescindible para comprender la necesidad de la perspectiva pro-interseccional en los movimientos de justicia social, con vista en el objetivo de construir mundos plurales libres de opresión para todas las corporalidades. Especifica muy articuladamente el carácter político de los veganismos y problematiza las causas monotemáticas. Además, la bibliografía es tan completa y está tan bien armada, que termina de hacer de este libro un punto base clarísimo para empezar a explorar en mayor profundidad las distintas conexiones que establece.
Agradezco esta lectura incómoda que interpela, cuestiona e intersecta. Entre los muchos aprendizajes, me quedo con el cuestionar las tres N, aquello considerado normal, natural y necesario. Además, el libro me ayudó a profundizar en ciertos conceptos y/o teorías que solo había escuchado superficialmente, en especial rescato la teoría del referente ausente.