Con Infrafútbol, Libros del KO nos descubrió a Enrique Ballester, una de las más brillantes plumas futboleras que pululan por estos lares. Talento que el periodista castellonense vuelve a poner de manifiesto en Barraca y tangana (título no incluído en Hooligans ilustrados pero imperdible para todo ultra instruido que se precie), libro que compila las mejores piezas de la columna homónima que Ballester firma en el diario Levante. Aparentemente son piezas sobre fútbol. Por suerte, son artículos sobre todo menos fútbol.
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Me he divertido con esta colección de columnas en las que el autor no parece tomarse demasiado en serio a sí mismo pero deja reflexiones de cierto calado sobre diversos temas. El fútbol está siempre presente, pero es lo de menos. Enrique Ballester combina anécdotas personales, referencias culturales, emociones intensas, humor ácido y argumentos certeros en artículos a menudo caóticos o un tanto deslavazados.
Es como ese mediapunta con destellos de calidad y momentos de inspiración que registra un número considerable de goles y asistencias a pesar de que a veces se lleva el balón a trompicones, defiende lo justo o interviene poco en el juego. No aspira a ganar el Balón de Oro, pero sus demostraciones puntuales de talento compensan su irregularidad y el público aplaude su visión de juego o su eficacia en el remate a gol.
Hemos venido a gozar de algunas acciones creativas y no de un ejercicio impecable de tacticismo. Disfrutamos de unas cuantas genialidades sin la presión de disputar un título oficial.
Ballester es de esos que siente el fútbol como nosotros, es decir, más allá de sí mismo, y lo cuenta con una sencillez que sólo consiguen los futbolistas diferenciales. Como ver a Xavi Hernández meter un cambio de juego inverosímil de forma tan sencilla que incluso nosotros, los lectores, creemos que, viéndolo tan fácil desde el sofá, podríamos hacerlo cualquier día, cuando se nos cantara. Pero no, en la escritura, como en el fútbol, como en la vida, lo sencillo es condenadamente difícil de conseguir: se requiere de una verdadera maestría, pero además de un factor insondable. Ballester lo tiene como lo tenía aquel mediocampista del Barcelona.
Nunca nadie usó mejor el fútbol de excusa para hablar de lo que le sale de la genitalia. Diez de diez. Cinco de cinco estrellas en esta nuestra red social.
Por si no lo sabías, Enrique tiene un podcast dónde el de los Chisporroteantes le pregunta: "¿Cómo estás, Enrique Ballester?" Ah y también estuvo de erasmus en Suecia.
No sabía de qué iba, no sabía que era una "simple" recopilación de columnas ahí amontonadas. A esto se suma el hecho de que no me termina de gustar o encajar el humor de Enrique.
El libro está bien, sin más. Se lee rápido y te recuerda a algunos hechos históricos del fútbol, poco más.
Ballester es como los episodios buenos de los Simpson: sólo le hace falta una chorrada insignificante para hacer una reflexión de las que se te quedan dentro. Y además, te ríes.
Brutal...em va encantar!!...si us agrada el futbol i especialment si sou seguidors de algún club de manera gairebé obsesiva, definitivament el disfrutareu!
Jugada maestra la de Enrique: lo de escribir tan tan bien sobre la vida -con la excusa del fútbol-... y la de publicar un libro con todas sus columnas. Maravilloso
Enrique Ballester hace que parezcan fáciles dos cosas: escribir bien y hablar de fútbol. Ambas son extremadamente difíciles y creo que ahí reside su talento, que es enorme.
Una de las personas que mejor escriben sobre Don Futbol. Recuerdo haberlas ido leyendo aquellos días, pero leídas unos diez años después siguen fresquísimas.
Enrique Ballester ya nos dio un aviso de lo gran escritor futbolero que era en "Infrafútbol", donde contaba su historia como hincha del Castellón. Ahora, vuelve con este libro, una recopilación de sus columnas de los lunes en el diario Levante, en las que, como el maestro Enric González hacía en Historias del Calcio, nos cuenta mucho de la vida y no tanto de fútbol, pero todo ello con un estilo cercano y muy gracioso. Quizá por eso el lector futbolero (como yo) valore tanto a este tipo de autores. Hornby, Enric, Ballester, Jabois... Te llegan de tal manera que coleccionas frases, historias y anécdotas suyas para toda la vida.