La historia se desarrolla a partir de la fundación en 1573 por parte de Juan de Garay, de la primera ciudad de Santa Fe, hasta casi 100 años después que la misma es trasladada por el peligro de indios y el río, a la actual ciudad de Santa Fe. Teniendo como eje principal de la historia a María Muratone, una mujer de armas y decidida, enamorada de Juan de Garay, y su influencia en otras personas.
Esta novela histórica está escrita con lenguaje y ritmo poético. Por tramos se intensifica para luego relajarse permitiendo el desarrollo de escenas más dinámicas propias de una novela de aventuras.
Tampoco es una típica novela histórica. La realidad se tuerce un poco ante ciertos elementos. Un anillo, un pelirrojo, una tiradora de cartas y su loro. No hay nada realmente fantástico pero esos detalles le aportan extrañeza al relato y lo hacen diferente.
Otro punto interesante son las voces narradoras. Se van intercalando en la novela de una forma no lineal, con saltos temporales que demandan atención un poco más de lo normal. El esfuerzo vale la pena porque los personajes de este libro son dignos de ser conocidos y recordados. Incluso me da lástima que la literatura argentina tenga personajes como María Muratore o Isabel Descalzo y que poca gente lo sepa.
Yo, María Muratore, asesina, ladrona, sacrílega, bruja, engatusadora de hombres...
Rio de las congojas es un clásico que no es. Tiene todo para serlo, solo le falta ser leído.
Sí, sí, me gustó. Y mucho. Esta novela se publicó en 1981 pero tiene una actualidad tremenda. No sólo por la temática sino también por los recursos usados en la narración. Hace mucho tiempo que tenía pendiente a Libertad Demitrópulos, tenía el prejuicio de que iba a ser una escritura aburrida, pfffff, nada más alejado. Es literatura de la buena (ponele que sirva mi catalogación en ese aspecto 😛). Además me pasó algo que hace mucho no me pasaba, leerla me despertó las ganas de ponerme a escribir. Lamentablemente es tan poco conocida autora y libro que voy a contar un poco de qué van. Sobre la narración y la historia destaco el magistral manejo de tiempo y espacio. La autora va y viene jugando con estos elementos, a lo que le suma el intercambio entre los narradores que van contando, en este proceso el puzle que arma es perfecto. Descubrir esto genera un placer mental hermoso. Mediante estos recursos conocemos las historias de un grupo de personajes que viajan a fundar Santa fe y Buenos Aires, centrándose sobre todo en el destino de María Muratore, la única mujer de la expedición. Las razones por las que hizo esa travesía y las corrientes que unieron y separaron su destino con el de varios de los expedicionarios, entre ellos el fundador Juan de Garay y quien la idolatró incluso después de muerta, Blas Acuña. Un Blas, un Garay que no pudieron aceptar o ver algo más que una "mujer" y por ello no entendieron la compleja y rica personalidad de María, con su amor por las armas y su necesidad de ser libre, o más bien, de Ser. En relación a la autora, decir que por suerte hay otros libros para seguir descubriéndola y sospecho también disfrutándola (Los comensales, La flor de tierra, Un piano en Bahía Desolación, entre otros). Como que ya estoy preguntando en mi librería amiga para tenerlos pronto 😊. Libertad nació en Jujuy en 1922 y murió en Buenos Aires en 1998.
Novela polifónica sobre la conquista y ocupación de nuestras tierras. El río y las mujeres son sus protagonistas. Por momentos se me hizo difícil por el estilo, no es una obra de lectura sencilla. Es una prosa poética , llena de musicalidad, linda para leer en voz alta y suspender el esfuerzo por comprender.
¿No es la vida una cosa fiera de entender si se la vive en el nunca acabar de peligrar? En las derrotas late el desquite.
#RíoDeLasCongojas de #LibertadDemitrópulos . Una novela que no me resultó para nada fácil de leer pero que está narrada de una forma muy poética. Me gustó muchísimo a pesar de haberme costado por las distintas voces narrativas. . Recomiendo mucho su lectura. . "María Muratore, esa muchacha de La Asunción, la guerrera de Santa Fe, aquella amante de Buenos Aires Y este Fernán Gómez de El Brete. Alguien que quiso ser libre, siendo mujer. Que para eso guerreó con el amor y el desencanto, como peleó con el indio. Era pesado ser mujer en un mundo de varones. Mucho le había costado sobrellevar esa carga. Por eso tuvo que apelar a esa intriga: única forma de sobrevivir en libertad.... Agradecía a su padrino de quien aprendió que la mujer puede muchas cosas: oler a pólvora, tirar el arcabuz, escribir y leer según la ocasión, decidir sobre su destino, y amar como una ocupación del alma y no sólo del cuerpo."
En las aguas turbias del Paraná, rebautizado como Río de las Congojas, Libertad Demitrópulos hunde sus manos para sacar a la superficie no solo la sangre derramada de la conquista sino también la memoria viva de quienes desde el silencio tejieron la trama invisible de la resistencia.
Esta novela es mucho más que un relato histórico. La sentí como un himno desgarrado de la identidad mestiza, un lamento y una celebración de las mujeres que entre el fuego y el barro se convirtieron en guardianas de un mundo que intentó borrarlas.
El río fluye...
¡Que fluya!
Que ahogue con sus remolinos las penas de los esclavizados, que deje crecer en sus orillas las flores de las tumbas sin nombre, que guarde los secretos de las razas en su profundidad, que imite el color de la piel morena con sangre de los conquistadores.
Una obra profunda. Una obra intensa. Una obra inspiradora. Que vibra. Y vibra. Y vibra.
Tengo que admitir que al principio me costó, MUCHO. Pero me terminó fascinando.
A continuación, las quotes que más me quedaron:
"¡Bestias! ¿Qué se creen que es una mujer? ¿Un armatoste? ¿Una bolsa de mandioca? ¿Una mujer se alza sólo para satisfacer el capricho de un hombre? ¿No tiene alma verdad? ¿Cuántas letras se precisan para decir no? Tantas como para sí. Pues no. No. No quiero ir. ¡Hala! Infame turba de lacayos. Si les queda algún hueso sano, díganle que María Muratore manda contestar que no."
"Alguien que quiso ser libre, siendo mujer. Que para eso guerreó con el amor y el desencanto, como peleó con el indio. Era pesado ser mujer en un mundo de hombres. Mucho le había costado sobrellevar esa carga. Por eso tuvo que apelar a esa intriga: única forma de sobrevivir en libertad."
El mestizaje como forma manifiesta de una condición ontológica de los personajes; la precariedad, hasta el infortunio; los posibles personales que no se cumplen.
me hubiese gustado no tener que leerlo a contrarreloj por la facultad y disfrutarlo más, pero aún así me pareció un buen libro. No es una lectura sencilla y es hasta confuso al principio pero está muy bellamente escrito y a medida que avanza se vuelve mejor.
Definitivamente era un nivel de lectura mas avanzado del que me esperaba. Me costó al principio entender los cambios de personaje, pero una vez que los vas conociendo es realmente increíble, descripciones maravillosas un 10/10
Construcción exquisita. El juego de voces y perspectivas está muy logrado en esta novela de Demitrópulos. La presencia del lirismo enriquece aún más la estética del libro. Altamente recomendable.
No me esforcé en mi trabajo de literatura como para no usarlo como mi reseña :D El Río de las Congojas: reivindicando a los oprimidos “El Río de las Congojas” es una novela histórica escrita por Libertad Demitrópulos, quien fue una escritora argentina nacida en Jujuy, galardonada con el premio Boris Vian gracias a dicha novela. Esta posee narradores diferentes, quienes circulan y se intercambian para construir una historia centrada en la mestiza María Muratore, durante la insurrección fallida de los mestizos contra los españoles que, tras utilizarlos para derrotar a los nativos americanos, no les dieron cargos, ni tierras ni derechos políticos en las ciudades que fundaron en las costas del Paraná. La novela quita el foco de las voces masculinas en la historia para dar lugar a las voces femeninas, en especial a las pobres y/o racializadas, e invita a descentralizar, además, la versión colonialista de la historia latinoamericana. En este ensayo se va a llevar a cabo un análisis de la novela a partir de la construcción de “Civilización y Barbarie”, frase utilizada para referirse a los europeos y a los pueblos originarios respectivamente. El objetivo es sacar a relucir los motivos por los cuales dicha frase o ideología es completamente errónea y cómo fue utilizada para demonizar a los nativos que trataban de defenderse a ellos, a sus tierras y costumbres de los conquistadores, quienes amenazaban con destruir todo lo conocido para ellos e imponer sus propias maneras de vivir y ver el mundo. No es posible hablar de Civilización y Barbarie sin derivar en otro concepto, “el no lugar”. Hace referencia a todo aquel o aquello que no se adecue al concepto ni de civilización ni de barbarie; es alguien o algo que no pertenece a ninguno de los lados o pertenece a los dos y por ello es rechazado por ambos: o no pertenece lo suficiente a la civilización y tiene demasiada barbarie o pertenece demasiado a la civilización y no lo suficiente a la barbarie. Se describe a los pueblos originarios como “[…] feroces, carniceros, no paraban hasta la liquidación” (Pág. 96). La concepción que se tenía, e incluso a día de hoy se tiene, es que los salvajes eran éstos. La historia ha tratado de ocultar las acciones atroces que los conquistadores llevaron a cabo, como por ejemplo: “— […] Aquí, después, lo descabezaron y descuartizaron a puro potro, junto con los otros bastardos que ambicionaban mando y extensión” (Pág. 21). Los conquistadores se creían superiores a todo aquel que no encajara con los estándares europeos, porque ellos iban encomendados en una misión de Dios, y esto les daba el derecho a deshumanizar completamente al resto de personas: “[…] le agarró la calentura de cazar hombres. Negro que veía le saltaba encima. […] Se creía dueño de todos los hombres que no fueran blancos como él y su rey. […] Se fue sintiendo patrón, jefe, dueño y rey de tanto negro o indio que había venido, por su mal ocurrencia, a pisar los umbrales de este mundo. Quería arrear con todos los posibles, ponerlos en rueda y él estar en el medio con el látigo en la mano, castigando y gritando sus propias alegaciones” (Pág. 73). Entonces, ¿quiénes eran realmente los bárbaros? El esfuerzo por borrar las acciones del bando civilizado llevó a crear la idea de que las comunidades originarias eran las que injustamente y sin motivo atacaban atrozmente a los colonos. “[…] Lo mismo le daba un pobre negro que un chancho para hacer jamón, y un indio guaraní que una jaula de gallinas” (Pág. 72). El “no lugar” es, principalmente, el lugar de los mestizos: “— […] Que se os suben los humos, mocitos. ¿Olvidáis que sois bastardos?” (Pág. 20). Pero como dice Blas de Acuña, “[…] ¡Bastardos! ¿Ónde quedaba la lujuria de esos viejos cochinos que nos semillaron en la mujer guaraní?” (Pág. 20). Los mestizos, por lo general de madres indígenas y padres europeos, no terminan de pertenecer a ninguno de los dos mundos. Se encuentran completamente divididos por la lealtad hacia un bando o al otro, sus creencias no terminan de ser claras (como se hace referencia en la página 95 “[…] un mestizo cuyos padres le presentaron dioses diferentes, y uno siendo mozo se preguntaba ¿cuál es el verdadero?”), y únicamente son aceptados por uno de los lados (la civilización) cuando a éste le conviene. “[…] ¡Gallegos infernales! No tenían su madre india como nosotros y no les pesaba de afrentar a sus medio hermanos. ¿Qué se les hacía a ellos matar quiloazas o timbús, o tupís o jarús, o cualquier suerte de nación? Cuando tendíamos los indios con el fuego de los arcabuces, ¿qué tanto venía sucediendo que la voz de nuestra madre lloraba adentro del corazón?” (Pág. 34) “[…] El mestizaje no es únicamente un alboroto de sangre: también una distancia dentro del hombre, que lo obliga a avanzar, no sobre caminos, sobre temporalidades. Todo se va trabajando al revés de los otros. ¿De cuáles otros? Ahí está la cuestión. Todos son los otros. Uno es el mestizo, el distinto” (Pág. 35) Los europeos despreciaban a aquellos que poseían sangre de los nativos americanos (como se ejemplifica en la Pág. 115 “[…] El jefe era un asturiano testarudo para quien nuestras vidas valían lo que una meada contra la pared. Semilla de mestizo—decía—: al pudridero”), sin embargo fueron hábiles al usarlos para alzarse contra las comunidades originarias, haciéndoles creer que sus acciones serían recompensadas y que con esto podrían pagar su libertad: “[…] Con su dispensa vea que caen muchos mestizos, y sin esta gente qué guerra podrá llevar adelante.” (Pág. 116). Además, las mujeres mestizas también sufrían las consecuencias de pertenecer al “no lugar”. “[…] El negro Antonio Cabrera, al verme tan ofuscado con la Descalzo, me calmaba diciendo que las mujeres, como los negros, como los indios, y hasta como nosotros los mestizos, estaban tan desvalidas que cuando veían el pan, aunque duro, lo mordían. No es que sea una diabla —decía—, es que es una mujer, y para más, pobre. Mujer, pobre y mestiza —seguía diciendo—, ¿qué le queda sino como sanguijuela prenderse a la chacra? No la malquistes, Blas, compréndela. Son los hombres los que le hicieron mal.” (Pág. 84) No se ven afectadas únicamente por la constante lucha que traía la condición de ser mestiza y pobre, ni por el trato que estas dos realidades les impartía, sino que además se veían marginadas por el machismo que consideraba a las mujeres en una categoría inferior. “No me gustó hacer de mujer inútil cuando yo manejaba el arcabuz mejor que muchos hombrecitos” (Pág. 42). “[…] Cuando supe que se había ido detrás de tal hombre tuve lástima de ella. Porque él era orgulloso y ella pobre, él ambicioso y ella inocente, él poderoso y ella cuantimás una mujer” (Pág. 79) En privado, los hombres blancos disfrutaban de la compañía de muchas mujeres, fueran blancas, mestizas, nativas americanas o negras, estuvieran casados o no. En público, por otro lado, despreciaban y repudiaban a las mujeres que se veían obligadas a satisfacer a los hombres que las dominaban, ya sea por una cuestión de servidumbre o para obtener beneficios económicos. “[…] Siempre he tenido a las meretrices como madres huérfanas, medioángeles sueltos por el mundo para alegrar el corazón de los hombres machos, conjuradoras de soledades, dispuestas a brindar a cualquier hora, y a quien fuera, el perfume de su misericordia. […] No soy hombre de repudiar putas. Antes bien las respeto y nunca digo «de esta agua no beberé», como esos señores de mucho rezo que antes de tener mujer propia holgaron con cualquier pobre india arrancada de sus leyes y nación” (Pág. 44) María Muratore está dispuesta a hacer lo necesario para ser libre y elegir cómo vivir. No teme correr riesgos y ser perseguida por los oficiales españoles de alto rango con tal de poder tomar sus propias decisiones para asegurar su bienestar. Se viste de hombre, utiliza armas, se sale completamente del esquema convencional de una mujer impuesto por los colonos; tampoco deja que su condición de mestiza le presente limitantes. “[…] Yo, María Muratore, asesina, ladrona, sacrílega, bruja, engatusadora de hombres, que hasta había osado manchar el ilustre nombre del gran Conquistador, mezclándolo en una sucia historia de amoríos.” (Pág. 121). “— ¡Bestias! ¿Qué se creen que es una mujer? ¿Un armatoste? ¿Una bolsa de mandioca? ¿Una mujer se calza solo para satisfacer el capricho de un hombre? ¿No tiene alma, verdad? ¿Cuántas letras se precisan para decir no? Tantas como para sí. Pues no. No. No quiero ir.” (Pág. 121) En conclusión, la Civilización y la Barbarie llevaron a demonizar a aquellos que no cumplían con los estándares que impusieron los conquistadores, segregando a los grupos marginados, sobre todo si eran mujeres. El “no lugar” priva de pertenencia a los mestizos, despojándolos de su identidad.
Esta fue una lectura para la facu, así que nunca la hubiera leído. No por nada en particular, solo que no conocía a la autora, ni su obra. Pero fue un descubrimiento maravilloso. Libertad publicó Río de las congojas en 1981. Es una novela súper adelantada a su época, por la forma en que viven los personajes. Está ambientada en la época de la conquista española, cuando Juan de Garay viaja desde Asunción hasta Buenos Aires, para su segunda fundación. Pero ese hecho no es lo más importante de la trama, sino el crecimiento de los personajes del libro. Cómo la vida de María Muratore da cuenta de la fuerza, la valentía y la decisión que hay en una mujer. La novela tiene diferentes narradores y no es tan sencillo saber en qué momento habla cada uno. Pero con el correr de las hojas, las voces de los narradores se van definiendo más y más. Mi personaje favorito después de María, sin dudas es Blas de Acuña, quien tiene una relación especial con ese río silencioso, que es testigo de todas sus congojas.
como dije, me costó adaptarme al cambio de narradores, pero una vez que te acostumbras y le tomas la mano, el libro es magnífico (a mi parecer).
les dejo uno de los pocos diálogos que hay y probablemente de mis partes favoritas: "¡Bestias! ¿Qué se creen que es una mujer? ¿Un armatoste? ¿Una bolsa de mandioca? ¿Una mujer se alza sólo para satisfacer el capricho de un hombre? ¿No tiene alma verdad? ¿Cuántas letras se precisan para decir no? Tantas como para sí. Pues no. No. No quiero ir. ¡Hala! Infame turba de lacayos. Si les queda algún hueso sano, díganle que María Muratore manda contestar que no."
Qué placer conocer así a Libertad. En realidad, la conocí en la celebración por el aniversario de su nacimiento que se realizó hace unas semanas en el CCK. Y allí, Camila Sosa Villada hizo una representación de la protagonista de la novela, la gran María Muratore. Fue una genialidad. La novela es hermosa, con vocabulario un poco complejo pero a la vez se lee rápido. Muy lindas las voces de los protagonistas y cómo están entramadas para lograr un novela coral. Es una lástima que no se conozca más a la autora.
Clásica novela de la literatura nacional, "Río de las congojas" es una novela donde muchas voces coinciden en relatar parte de la fundación de Argentina. Con una destreza inuscitada, el texto recompone un lenguaje y una estética que evocan a las crónicas de indias y los primeros atisbos de escritura sudamericana, logrando conjurar así un relato imperturbable. Como el paso de un río, el ritmo es lento pero seguro, sin necesidad de saber sobre historia argentina el texto se preocupa por puntualizar un sentimiento escencial en la literatura argentina: la tragedia como origen. Muchos temas clásicos de la literatura decimonónica argentina también son traídos a cuento: la construcción de lo nacional, el mestizaje, la relación con los indios. Y todo, magistralmente.
Demitrópulos tiene una prosa poética muy disfrutable, sin embargo me costó engancharme y aun mas terminar este libro. Hacer ficción sobre momentos poco documentados de la historia es arriesgado, sobre todo en las escenas de la vida cotidiana de estos conquistadores a orillas del Río de la Plata.
1. Novelas en las que la protagonista transiciona de género para seguir viva. (Río de las congojas, Cruddy, Parable of the Sower, Tipping the Velvet, The Monk) 2. Novelas del siglo XX que narran el proceso de conquista o colonización del territorio actualmente ocupado por el Estado Nacional Argentino. (Río de las congojas, Eisejuaz, Zama, El entenado) 3. Novelas con un sexto capítulo que justifica toda la lectura. (Río de las congojas, Geek Love) 4. Novelas con trabajadoras sexuales armadas que matan gente. (Río de las congojas) 5. Novelas con un narrador masculino francamente intolerable debido a la presencia superior e infinitamente más interesante de su contraparte femenina. (Río de las congojas). 6. Novelas que inventan vocablos: despueses. (Río de las congojas). 7. Novelas sobre el futuro como una bestia sin cabeza. (Río de las congojas) 8. Novelas sob...
Ojalá pudiera decir que intercalar el relato entre la voz de Blas y de María fue fortuito, pero no es así. La mayoría la contaba Blas, y no se le entendía nada. También puedo ver que está hecho así con propósito, pero reconozco: entendí poco y nada. La voz narrativa de María Muratore muy bella y poética. También la voz del final, donde hay una especie de narrador omnisciente de repente. Como ven, un bardo. Diría bardo lindo, pero no. Me costó como ningún otro libro este año. Las últimas 30 páginas son hermosas y oro narrativo, pero el resto es un loco, lleno de ríos ónde los hombres traman, ejecutan y matan y las mujeres avivan el fuego de toda la historia y la cuentan mejor que nadie. “Cada día es víspera”. El final ???
Con esta novela me quedé con la boca abierta. Qué manera de escribir con tanta poesía sin hacerlo ni anticuado ni obtuso y que se sostenga por muchas páginas. Es de admirarse que el lenguaje sea tan vivo y que remita a una época pero a la vez sea uno testigo de algo propio, la voz de Demitrópulos haciéndose cargo de una novela histórica, o qué digo, una novela que es como ese río narrado, puro fluir, claro, tormentoso también.
Pero esta novela no solo es bella en la forma sino también en el fondo. Es la historia de una refundación, de los esfuerzos por edificar una ciudad, de las pasiones humanas que acompañan tales travesías. A veces lo narra Blas de Acuña, pobre hombre, friendzoneado, y en otras ocasiones narrado por María Muratore, mujer aguerrida que toma las armas o huye para que ningún hombre le diga lo que tiene qué hacer.
Hay que estar muy pendientes porque el ritmo es ágil y muchas veces no se sabe bien a bien quién es quien habla, pero no es nada complicado. Es una experiencia inmersiva porque te hace ir a los lugares donde se describen, conoces sus tribulaciones, sobre todo en la parte final cuando todo parece fantasmal, mágico (ni me le vayan a decir realismo mágico, esto es otra cosa), legendario. Una cosa bárbara cómo se puede hablar de lo histórico sin sonar a academia.
No tarden en leerlo como yo lo hice, es un referente para escritores y escritoras contemporáneas. Pensaba en lo mucho que le debe Gabriela Cabezón Camara, en lo que le debería deber todo el que se precie de conocedor de la literatura latinoamericana. Puso la vara muy alta para quienes rebusquen en estos temas que ella, como María, exploró sin miedo.
- "Respirando como hombre, el bosque cobija vidas hechas de palpitación. Por ahí se ve el andar de las hormigas por su hilito caminando, y a los tamanduás por detrás, hasta que las encuentran y se las comen, porque esa es la ley del bosque. Moviendo con sigilo su pequeñez en el grandor, su menudencia en las descascaraduras, van y vienen el alacrán y el ciempiés, las víboras, hitas y toda esa volatería y gusanería que se arrastra, retuerce, aletea y trajina en el verde, flechada por el sol, y que nunca muere ni morirá mientras haya boscosidades y selvas."
Los amaneceres en la selva son como fantasmas que temblaran en la nublazón. Entre humedades uno sale del sueño, y ahí sucede que el viento viene a despejar de sus vestiduras a esos fantasmas. En un amén se deslían las grisallas que coronan de rocío las hojas y cogollos. Y se van viendo, como barcos anclados en el río, algunos troncos desplomados por el tiempo, brazadas de lianas dormidas en el barro seco, tablazones sueltos, raíces acostadas sobre la neblina; esas obras de la humedad y el tiempo. Pero escasean los colores que hay en los amaneceres de aquí, junto al río. Se me va la boca en comparaciones, ahora que más remotos corren mis pensamientos. Estos convocos obedecen a mi memorial. ¡Tantas flaquezas!
Una novela ambientada en época de la Conquista, a varias voces (varias primeras personas, una omnisciente que va deslizando el mito). La lectura me resultó difícil, densa, tal vez porque intenté ajustarla a un apresuramiento que no se corresponde con el ritmo pausado y la poética que propone. Merece relectura. Novela ribereña trágica, diría, inventando un género. El río y la mujer se construyen de una manera única y sorprendente. María Muratore es inolvidable.
"¡Vaya a saber por qué me figuraba yo a una María débil y friolenta, esperando mi llegada para calentarse los pies, y no aquella María que en las guazabaras tiraba, con pulso firme, de arcabuces y espingardas, de falconetes y navajas! Figuraciones, ansias. El machismo que me asediaba; esas cosas. Pero el hombre se ilusiona y la vida lo descorazona.".
"Él quiso que fuéramos camino; no puerto. Algo para el paso; posta. Nos retaceó el destino de ambición por el que salimos de La Asunción. Nos dejó el camino. ¿Y el río? ¿Qué fue del río? Eso es lo que nos quitaron. El río fue para los otros. Para nosotros las congojas y desabrimientos.".
¡Hola a todos! Hoy Les traigo la reseña de Río de las congojas. Este libro fue escrito por libertad demitropulos, es un libro de ficción que cuenta la historia de María Muratore. Esta fue una mujer, heroína, que decidió ir a la guerra en vez de estar al lado de un hombre, ella no buscaba casamiento solo quería adentrarse en aventuras. Conocemos desde diferentes puntos de vista la vida de María, de su esposo: Blas de Acuña y del amante de María: Juan de Garay. Es una historia que las primeras diez páginas se me hicieron eternas y luego la historia se pone apasionante con todos los puntos de vista y la cantidad de situaciones insólitas por las que pasan los personajes. Llega un punto de la historia que no se sabe qué es lo verdadero, lo real y comienza a desdibujarse y desdoblarse lo que se cuenta. Me pareció muy interesante, digno de un análisis más profundo, ya que pisa fuerte el feminismo con la representación de María Muratore. Muy recomendado, libro de una escritora argentina de la que seguramente buscaré más historias. ¡Nos leemos pronto! Elu ❣️
Siento que en esta novela el lenguaje, los modismos y la estructura "cantada" de la historia conforman un personaje en sí mismo. Hay cosas que uno aprende de este mundo, esta epoca, a traves del lenguaje y no del relato de los hechos. Justamente por esa bella particularidad puede ser medio dificil de leer al principio. Una vez que nos acostumbramos, la historia corre como el río del que habla, marcandole a uno los ritmos. Hay cambios que son abruptos y el lector tiene que persistir para continuar con la historia, que discurre sin mucho control y puede ahogarte. Conocer del micromundo del Rio de la Plata en esos años me significó un viaje a un pasado y una historia propia que no conocía mucho. Para aprender de historia de la humanidad, a veces, no hace falta ver tan lejos. Acá mismo tenemos un folklore riquisimo y super constitutivo de nuestra identidad. La disfrute mucho a esta novela :)
Ricardo Piglia seleccionó esta novela para la Serie del recienvenido del FCE por considerarla una de las tres mejores obras que construyen la imaginería de la conquista/invasión española al Río de la Plata. Junto a Zama de Antonio Di Benedetto y El Entenado de Juan José Saer la novela de Demitrópulos rescata y recrea como una cronista una voz y una entonación histórica, dice Piglia. Es lo aún novedoso e insuperable de esta escritora.
Me queda pendiente conseguir su Eva Perón, biografía de una mujer política. Dicen que es de lo más lindo que se escribió sobre ella. Un gusto que el ojo lector de Ricardo nos pusiera sobre la mesa a esta jujeña ignota que podría estar bien recordada entre los mejores escritores argentinos. Por supuesto, olvidada por los popes por el fervoroso militar peronista de esta compañera maestra norteña.
"también ellos fueron aprendiendo a traspasar el aire y sentir las voces que el río les traía. Al principio resultó difícil distinguir la voz de la finadita de esas otras que con mayor nitidez les llegaban, y eran esas voces fantasmales de ahogados que el viento les acercaba: de viejos pescadores sorprendidos por la tormenta, marineros borrachos, isleros tragados por la inundación, mujeres encinta que alumbraban prematuramente. Voces que ellos fueron reconociendo, y distinguían y hasta identificaban con precisión. Cuando tuvieron su propia canoa cada uno de ellos, se internaban por el laberinto de islas, bajo el fragor del sol o de la lluvia, tratando de dar con esa madre mitológica que, no dudaban, algún día iban a encontrar.”