Con una estética a medio camino entre el melodrama, las novelas de Manuel Puig y los thrillers policiales, Dany Salvatierra nos presenta una cautivante novela en tres actos protagonizada por una diva en decadencia.
Jacqueline Metalius es una leyenda viva de las telenovelas latinoamericanas. Arrolladora, indómita y de carácter volcánico, decidió enfocarse en su carrera antes que en su vida personal. Un día, en medio de las grabaciones de su más reciente producción en Miami, recibe un mensaje anónimo de quien parece ser su difunta madre, asegurándole que no está muerta. A partir de entonces, se verá atrapada en una red de espionaje internacional que la traerá de vuelta, después de cuarenta años, a Lima, su ciudad natal, donde los cadáveres regresarán de sus tumbas para desenmascarar los más oscuros y terribles secretos.
Dany Salvatierra (1980) is a Peruvian writer. He has published three novels, one short story collection and several pieces of fiction, journalism and authored personal essays featured in magazines throughout Latin America and the United States. He is noted for being one of the first Spanish-speaking authors to venture into the transgressive fiction genre. His work, labeled as "provocative", combines melodrama, magic realism, science-fiction, historical revisionism and dystopian fiction and is featured in contemporary Peruvian literature anthologies.
Dany Salvatierra (1980) es un escritor peruano. Es autor de tres novelas, un libro de cuentos y de artículos periodísticos en publicaciones de Latinoamérica y Estados Unidos. Fue uno de los primeros narradores latinoamericanos en desarrollar el género de ficción transgresiva. Su obra narrativa, calificada de irreverente y provocadora, combina el realismo, la ciencia ficción, el revisionismo histórico y la ficción distópica y especulativa. Figura en diversas antologías de literatura peruana que lo señalan como uno de los narradores más destacados de su generación.
Compre este "libro" en la libreria la popular, en buena hora solo me costo 9.90, porque si hubiera sido más realmente no vale la pena. Empece a leerla, pero no iba a ningun lado y mucho menos me engancho. Prosa insipida. Mala trama. Un librito completamente olvidable.
Esta es de esas novelas que, a pesar de su protagonista, me entretuvieron, al punto de leer varias páginas al día cuando lo cogía del estante. Cumplió su cometido como artefacto de entretenimiento, más aún cuando no conozco muchas novelas peruanas sobre las telenovelas.
Los problemas sí aparecen en casi todos los demás apartados. Para empezar, la trama promete un desarrollo interesante por su premisa y el prólogo, el cual plantea algunas interrogantes y abre las posibilidades hacia una enrevesada historia policial/negra e, inclusive, fantástica. Conforme se desvelan los misterios, temas como los del terrorismo, el espionaje internacional y el uso de los medios de comunicación como propaganda política se dejan de lado y obtienen un segundo interés lamentable en tanto la primera mitad los incluía y seguía prometiendo un clímax más que rico en cuanto a la cantidad de frente que reuniría: la vida personal de la protagonista actriz con algún plan extraño alrededor de ella. Y no resulta así. Eso me lleva al tema de ella, Metallius, la actriz de telenovela, cuya personalidad es tan arrobadora que quita mayor interés de otros personajes al punto de que sus diálogos poseen pocas marcas de identidad e individualidad a comparación de las de ella. Además, algunos son desaprovechados, como Alex, el niño cautivado por los grupos terroristas o el amante/enemigo de Jacqeline, reducido a la figura de un payaso obsesionado que realmente no impone tanto como para explicar la sumisión de otros a su alrededor para con él.
Acaso la mejor parte de toda la historia es sobre su mejor personaje, la mamá de la protagonista, cuya carta hacia su hija donde revela su pasado contiene los pasajes mejores escritos del libro y con la suficiente carga dramática como para sostener su propia historia. Lo hubiese preferido, sinceramente, frente a la participación de la mayoría de los demás personajes.
"La novela de Salvatierra destaca nítidamente por la construcción de su protagonista. Ya de por sí resulta encomiable el uso sin chirridos de la primera persona con un personaje del sexo opuesto (piénsese en J. M. Coetzee o en Junot Díaz), y más al dotarlo de una fuerte personalidad que elude los clichés típicos atribuidos a las estrellas mediáticas, con una voz sin filtros para verter un ácido discurso sobre quienes la rodean y sus acciones. Si hay algo que detesta Metalius es la denominada “pose woke”, la corrección política llevada a sus últimas consecuencias y es desde ese sitial que dispara contra varios aspectos sociales sobre los que cualquier crítica negativa se tornaría tabú: los estudios de género, la moral de los poetas, la empatía de las figuras televisivas, el activismo de redes sociales y la adicción a los horóscopos. Esta frescura para hablar sobre la sociedad actual, que recuerda a Houellebecq, no cae en un discurso sociológico como en el de varios autores actuales, y más bien ayudan a sostener el libro en torno a su personaje principal, apoyado en otros recursos literarios como la construcción de diálogos verosímiles, recursos idiomáticos que revelan con facilidad la clase social de sus protagonistas y giros sorpresivos en la trama bien dosificados."
Compré el libro por tres razones; la primera fue el precio, la segunda porque me llamaron mucho la atención el título y la portada, y finalmente porque me sorprendió que fuera un autor peruano pues en la feria en que lo compré la mayoría de libros que promocionaban eran de extranjeros. Cometí el error de revisar las reseñas cuando ya lo tenía y al ver la poca cantidad y que una buena parte eran negativas me decepcioné y eso hizo que comenzar a leerlo se me complicara bastante. Estuve casi hasta la mitad del libro pensando por qué había escogido justo uno con tan malas reseñas, pero poco a poco me fue enganchando. Casi por el final tomó un giro muy interesante que hizo que quiera seguir leyéndolo y el final realmente me gustó. No es mi libro favorito y tal vez no esté entre mis lecturas favoritas del año, pero estuvo más que bien y superó las bajas expectativas que me había hecho. Merecía una oportunidad, se la di y no me arrepiento en lo absoluto.
Estupenda historia, llena de sadismo, humor negro y referencias a los gestos telenoveleros que tanto circulan en memes y videos. Me gustó su comicidad. La verdad es que Dany logró hacerme disfrutar de los pequeños placeres culposos que esconde este tipo de ficción (la del melodrama, que es como le dice Jacqueline a la telenovela) y en varios momentos me dejó rompiendo la cuarta barrera con expresión de suspenso para saltar al próximo capítulo. Bastante recomendada.
La sinopsis es interesante; sin embargo, después de la primera parte nada hace sentido. Hay como tres historias alternas que no tienen conclusión y nunca se entiende para qué sirvieron. El lenguaje es limitado y tiene errores de continuidad. Una gran protagonista encerrada en un universo que no termina de cuajar.