Este libro no sólo cuenta la historia completa, documentada y sensata, de la única gran bruxa asturiana de la que tenemos datos fidedignos; también, al mismo tiempo, narra de forma convincente y racionalista los avatares de la vida cotidiana en la muy extraviada Asturias rural del siglo XVII.
L’autor ye un paisanu del psoe que ye un machista, un sexista y desestima to lo que sea asturianu llamándolo bable o los bables. Nun ye historiador y la so explicación de la bruxería asturiana ye aburrida a más nun poder. Pero bueno, quédome con lo de “asturianu, mal cristianu”.
Un ensayo corto aunque muy bien documentado que recoge el proceso inquisitorial contra Ana María García, "La lobera de Llanes", una peculiar mujer iniciada en la hechicería astur que afirmaba poseer el dominio sobre los lobos. Sin embargo este episodio, al que el libro solo dedica dos capítulos en profundidad, es solo un ejemplo paradigmático que el autor utiliza para hablar de la vida cotidiana en los lejanos concejos asturianos, explorar sus creencias y ahondar en lo poco que se sabe de la brujería astur, muy olvidada y distinta a otras más conocidas (y también más perseguidas) como pudieron ser la gallega o la vasca. Pinta un paisaje histórico muy completo y de una forma bastante amena, sin que por ello el personaje que da nombre a la obra quede en segundo plano. Muy bien.
"Unas brujas dañan... otras dan remedio" (antiguo dicho asturiano)