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Attraction Series
Oggi sono più vicina di quanto lo sia mai stata al mio obiettivo: diventare una giornalista d’inchiesta. Basta con i soliti trafiletti sul meteo o sull’importanza di lavarsi le mani, questa è la mia grande occasione per dimostrare che non sono più la ragazza imbranata e pasticciona di sempre. Ho ottenuto il mio primo, vero incarico per un super articolo sulla corruzione nelle grandi aziende. Per farlo, devo infiltrarmi come una moderna James Bond alla Galleon Enterprises. Per ottenere il posto da stagista c’è da superare il colloquio con un certo Bruce Chamberson, così potrò indagare su un presunto giro di corruzione. Mi sento davvero concentrata, non mi posso permettere di fare errori. Ma perché mi tremano le gambe adesso che l’uomo più bello che abbia mai visto è entrato nella sala d’attesa e mi sta guardando in cagnesco mentre faccio colazione? Ogni capo ha le sue regole e apparentemente Bruce non sopporta che qualcuno tocchi la sua frutta. Soprattutto la banana che gli viene lasciata fuori dall’ufficio ogni mattina, quella di cui non può fare a meno, e che io avevo scambiato per un gentile omaggio…
Bestseller istantaneo da oltre 100.000 copie negli Stati Uniti!
Il suo errore è stato pensare di poter resistere all’amore
«Il mix perfetto di risate e passione!»
«Penso di non aver mai riso tanto in tutta la mia vita. Questo libro è un concentrato di buonumore.»
«Una di quelle rarissime storie che sanno emozionarti e farti ridere allo stesso tempo.»
è un’autrice bestseller di «USA Today». Adora immaginare e scrivere storie d’amore. Dopo aver lavorato come insegnante in un liceo, ha deciso di dedicarsi completamente alla scrittura di romanzi, spinta dall’entusiasmo delle sue due figlie. Non cambiare mai più è il primo libro pubblicato dalla Newton Compton.
219 pages, Kindle Edition
First published July 16, 2018


I liked the build-up and original story. My concern is the ending was a little anti-climactic. I kind of expected more with the build-up.
«Lo vi todo rojo. ¿Estaba allí para hacer la entrevista y había tenido el puto descaro de tocarme la banana? ¿De comérsela? Por eso, cuando me acerqué a ella y le di unas palmaditas en la espalda para ayudarla a respirar, lo hice con más fuerza de la necesaria.»
«En ese preciso momento, decidí que no iba a ser una guerra unilateral. ¿Quería que mi vida fuera espantosa? ¿Quería obligarme a renunciar al puesto? Pues que se preparase para la guerra, porque iba a demostrarle que no me daba miedo devolver el mordisco.»
«—No necesito un motivo, chica de prácticas. —Soltó el apelativo por esos voluptuosos labios con un deje lento y muy deliberado.
—Claro. —Intenté poner cara de póquer, porque no quería darle la satisfacción de que supiera que me había molestado—. Por favor, recuérdamelo, ¿cómo querías el café esta mañana? ¿Con escupitajo o sin él?
—Al gusto del chef.»
«—Dime, chica de prácticas. ¿Cómo planeas conquistarme exactamente? ¿Con tu ética laboral? ¿Con tu tendencia a llevarte a la boca las cosas que pertenecen a los demás? ¿O más bien planeas seducirme?...
... —No sabía que se podía seducir a un robot —repliqué—. ¿Estás seguro de que no hay alguna palanca que deba accionar en tu panel trasero?»
«Habían pasado dos años desde lo de Valerie, pero el dolor era todavía lo bastante reciente como para mantenerme firme en la promesa que me había hecho después de que todo acabara.
Ni una relación más. Ni un compromiso más. Nada de confiar en otra persona que no lo mereciera.»
«Uno de los efectos que Bruce tenía sobre mí era que ya me estaba obligando a llevar una vida más o menos estructurada. Seguía siendo un desastre con patas, pero él era como un arnés de seguridad. Aunque podía ser abrumador y muy distante, la verdad era que resultaba agradable la sensación de que fuera capaz de mantener a raya mis peores cualidades.»
«Llevábamos varias semanas sumidos en una frágil danza. Ambos habíamos demostrado cautela y renuencia. Ambos habíamos dado pasitos hacia algo grande, pero ninguno había estado listo para dar el salto definitivo. Ese era el gran salto. Estábamos construyendo algo.»
"They say you know a guy is the one when he gives you the last bite of his favorite meal."