Marcos Prior and Eisner-nominated artist David Rubín (The Hero, Rumble, Battling Boy: The Rise of Aurora West) weave a politically satirical look at democracy today through the lense of hyper-violence and explosive action. Imagine a world overrun by big business and “fake news” via the social media machine . . . In The Grand Abyss Hotel neoliberalism has become a state religion, while the citizens quietly and then not-so-quietly rebel, giving way to violence on the streets and sowing chaos. A masked vigilante takes on the role of hero to battle politicians, the erosion of democracy, and social media. After the fires burn low and the dust settles, social order returns. Or does it?
I get it, most people are burnt out on talking about the current state of the world. When it becomes a daily reminder on how shitty things are, you're not going to take your free time thinking about these things. Which is why I can see some people not liking it. This book feels more like commentary than actual story, each chapter being another opinion. Yes, its nothing new but its still well done! And even if you don't agree or don't quite know the references, the art and the way some of the information is presented is nuts. I had to turn the book sideways a few times in order to read it. Which is great! I love when you have to get physical with the book; it really only happens in comics. There is also extras in the back and they show you the coloring process, its wild! My two favorite stories out of here were the social security and firefighters. In the one about the social security, they kidnap the man who decides the amount and make him have a taste of his own medicine. The firefighters one reminded me of Ray Bradburys 451. Not a retelling, just could be the same world.
I went in with no exceptions after seeing the reviews, but I'm glad I read it anyways! It was fun.
Es complicado valorar este cómic con una única puntuación. Si nos centramos en lo que es la historia propiamente dicha, se puede resumir en una mezcla entre V de Vendetta y el Dark Knight 2 de Frank Miller pasado por la turmix de la España post-15M. No es original y de hecho es bastante deslavazada, apenas unos retazos aquí y allá, gordos brochazos en forma de capítulos aislados que transmiten más una sensación generalizada de indignación y por qué se produce, pero sin algo claro detrás. Claro, que en sí puede ser considerado esto una forma más que correcta de representar el sentir general en esta década. Pero lo que realmente es impresionante es el dibujo de Rubín. Las composiciones, el color, la fuerza que desprende el dibujo... te golpea desde las páginas y te deja viendo pajaritos como en un dibujo animado. Porque Gran Hotel Abismo es una obra que solo podía haber sido un cómic. Las onomatopeyas, el formato apaisado, los mil y un pequeños detalles y guiños (por el fondo aparecen cameos de personajes tan dispares como Tintín, Rorschach y me ha parecido hasta reconocer a los protagonistas de Arrugas en la escena final) son recursos que no tienen sentido fuera de las páginas de un tebeo. La sensación final es algo así como "Lo que podría haber sido...". Porque aunque sea una sátira y quede muy claro, hay por detrás una especie de trascendencia que no parece quedar del todo justificada. Es como una especie de grupo punk lleno de fuerza y actitud pero que no termina de concretarse en algo más duradero que una descarga de rabia en forma de concierto. Que tampoco está tan mal. Así que supongo que le pondría un 3.5 que con el redondeo se queda en 3.
Está bastante guapo. Molan las referencias a Lukacs, la Escuela de Frankfurt y lo que plantea a nivel ideológico. Trama no tiene mucha pero tampoco creo que le haga demasiada falta. La estética del dibujo y el diseño es autoexplicativo. Pone más el foco en sentir el caos de una posible revolución ante un mundo injusto, caótico y deshumanizado que en una trama bien urdida.
The art is some of the best I’ve seen. I especially enjoyed the multi-medium approach. From social media feeds to security cameras to traditional cartoon frames, the plot is broken up into several vignettes. A masked vigilante who takes on the police at a rally and starts a popular revolution. A famous economist kidnapped and forced to live his own theories. Each short story is wicked semi-dystopian vision filled with anger and violence.
I’m struggling with the overall message of this one. It’s not that I’m looking for a little moral easily wrapped up in a package, but it was definitely hard for me to connect the several stories together. I know what they have in common, but I’m not sure about the collective point.
It’s beautiful and dangerous, but where does it lead?
Prior vuelve describir en un tebeo la realidad social y política fragmentada de nuestra Europa/España sometida a las tensiones de un cambio incierto, poniendo especial hincapié en el caos, las contradicciones, la fractalidad, lo injusto y ridículo de multitud de situaciones. En la línea de Necrópolis pero esta vez sostenido sobre el fastuoso arte de David Rubín. Supongo que esa aconvencionalidad de la narración, el cierto vacío detrás de un cómic sin demasiada historia, juega un poco en su contra. Pero las espectaculares ilustraciones y lo afilado del retrato han sido para mi más que suficientes.
Compreimo por estar en horizontal o cal adoro, non en vertical como as novelas, como debe ser nos còmics! A historia empeza a broucazos e acaba igual. Ideas soltas que non vexo que continuen. Un final que sinto que non me aporta nada cen veces xa mastigado e que non chega ao nivel nin das discusiòns sobre polìtica xeral do twitter. E xa non digo nada dos comentarios de autobombo vergoñentos finais.
Um. The art was decent, if noisy. But if there was a plot buried beneath the vignettes of misery and violence and desperation, I couldn't find it. And while the rivalry between the firefighters and police was hilarious, none of the other vignettes offered any fresh interpretations of The Inevitable Demise of Capitalistic Democracy.
(3,9 of 5 for a beautiful art of confusing story) I'm a big fan of David Rubín. But I must admit this is one of his weakest collaborations. Well, the art is exclusive, perfect lines, colours, sense of detail, some clever stuff (I especially enjoyed that SFX of dislocating a shoulder, that was clever) and all. The idea of the story isn't bad either. Good old dystopian theme. Sadly the execution is lacking. It feels more like an intro to something else than standalone comics. Most of the time I wasn't sure what's the author tries to tell me, where he leads me to. And that's a shame. It looks good, sounds good but it just doesn't work.
Pura delicia. La aguda crítica social de Prior con los alucinantes dibujos de Rubin. Goce estético y cerebral. Cada una de las páginas es para contemplar.
Un cómic muy 15M que creo que intenta masticar más de lo que puede tragar. Tiene unos dibujos muy chulos, pero el guion me parece deslavazado y pretencioso.
Este es un tebeo necesario. Quizás le falte peso central a la historia, se quede en escenas un poco deslabazadas, dónde la pirotecnia rabiosa de Rubín se impone a un guión que apenas consigue boquear en el fondo, pero es necesario.
Y lo es por la rabia, el arrojo, la sangre roja en las venas, el significarse en una posición política de manera muy evidente, en no tener miedo de mostrar la ingenuidad de creer en eso q los mass media tildan machaconamente de "radical". Lo es por la pasión, por el impulso de crear un artefacto q incendie nuestras conciencias, una idea codificada en viñetas q quiere q brote y se avive nuestro fuego contestatario.
Había q echarle cojones para retratarse así, pero es necesario.
Lo más destacado de este libro es sin duda el trabajo de Rubín. Es un dibujante que me gusta y creo es el mejor trabajo que he visto de él. El formato apaisado que se ha escogido es de un gran acierto y la composición de las páginas es genial, aunque al principio me produjo un poco de confusión. La aplicación del color es muy espectacular, le da mucha fuerza al dibujo, sin embargo por momentos me sentí un poco "empachada" de color. En relación al guión , aunque la historia en general me ha gustado, creo que es más flojo. El mejor capítulo para mi ha sido el de "Suite". En su conjunto el comic me ha gustado y si pudiera le pondría un 3,5.
Me gustaría poder poner un tres y medio, pero ya sabéis, él sistema de puntuación, bla , bla, bla... El caso es que el trabajo de David Rubin es soberbio al mando del dibujo, el caos, el color, el ruido, la furia...un concepto muy moderno de la viñeta y del medio. En cambio el guión es un quiero y no puedo, no es heroico, no es de denuncia, no es social o filosófico, se queda ahí en medio... En la línea pre apocalíptica me gustó mucho más el guión de Colo para "hoy es un Buen Día para morir". Bueno, pero podría ser mejor.
Un cómic de crítica social que extrapola la convulsa situación neoliberal y convulsa de la sociedad actual. Mediante un esquema de escenas e impresiones repasa y explora los problemas y tendencias del mundo occidental. Visualmente es muy potente pero no tiene una historia convencional.
Es normal coincidir en el gran atractivo visual que supone esta obra con los particulares trazos de David Rubín y el arrollador coloreado y virguerías de composición digital para desarrollar esta historia. Que, parece que gusta coincidir en que se queda coja en lo argumental... ¿Seguro? Gran Hotel Abismo parece tener bien claro sus obras referentes (grandes guiñazos y hasta CAMEOS) de cara a encarar su propia propuesta de contestación rabiosa de nuestra actual realidad social y política y el sentimiento de frustración popular que debería dirigir todo al borrón y cuenta nueva que sería el colapso de la sociedad. Y desde luego vienen del lado del cómic popular y de evasión. Pero aunque cuentes una historia de un tipo disfrazado de algún animal nocturno, siempre puedes indagar más allá, ofrecer narrativas más serias u ambiciosas. En Gran Hotel Abismo se dan un par de situaciones que claro que quien espere leer una obra rutinaria y de "relleno", que podrían extenderse de verdad. Como esa figura enmascarada que parece prender la mecha de la revolución, pero cuyos actos de violencia podrían no estar al servicio de la Justicia y más bien a dar rienda suelta a conflictivos deseos de los productos de una sociedad deshumanizadora. También el despertar de una figura política en un espacio de encierro total y "Experimento social" a modo de cruel vendetta del proletariado es la otra secuencia más extendida en un desfragmentado muestrario de momentos y diálogos aparentemente inconexos de unos últimos instantes del declive total de esta sociedad en un planteamiento de futuro MUY cercano que busca ser una bola de demolición cultural. Es así como Marcos Prior se deja llevar por una incertidumbre total para la cual, además de los discursos huecos o las discusiones envenenadas en los medios de comunicación usuales, se aprovecha de algo que desgraciadamente no conoció Frank Miller en los 80: internet y las redes sociales. Un mundo hiperconectado que está más aislado que nunca. Que solo puede atestiguar con una trasmisión online o un superfluo mensaje a deshoras las injusticias y barbaridades sociales que los están conduciendo al peor de los escenarios posibles. Para lo cual funciona MUY bien el formato apaisado de la edición. Que logra una metáfora total de que ahora solo hay UN CAMINO desesperado hacia delante, sin poder vislumbrar a dónde acabará conduciendo.
Gran Hotel Abismo no es un cómic de consumo rápido, aunque la misma obra invite a leerla de una sentada. Pero tras leer la última página, debe de tomarse al menos unos segundos de reflexión particular antes de lamentarse por no tener la enésima historia de otro trasunto de vigilante enmascarado edgy en la clásica fantasía de poder derivado en la violencia justificada con pretextos heroicos (enorme el pasaje de la denigrante riña entre esos antidisturbios y brigada de bombero de sociedad distópica hiper corrupta).
Es difícil darle una calificación a este cómic ya que el guión desmerece muchísimo el trabajo de ilustración y color de David Rubín. Apenas hay historia si obviamos la tesis de lo malo que es el capitalismo y lo fácil que es dar recetas sobre la sociedad cuando se está en una situación priviliegiada. Quiere trazar una línea entre nuestro 15-M y las tesis de Adorno y la Escuela de Frankfurt, pero se queda en fuegos de artificio. Sin embargo, el trabajo gráfico de Rubín es espectacular, tanto por su personalísimo e inconfundible dibujo como por su maestría a la hora de darle ritmo a la composición. Rubín explora cada posibilidad narrativa del cómic en todas sus obras y en esta se permite un auténtico festín. Muy interesante es también el aspecto del color, deliberadamente artificial, con el que pretende subrayar la utilización del ordenador en el coloreado. Está clara su influencia y admiración por Lynn Varley, colorista de 300 y gran maestra. Para mi gusto, el estilo acumulativo con la filosofía de más es más acaba restando en lugar de sumar, pero aún así me parece encomiable y meritorio el esfuerzo. Muy interesantes, además, las páginas finales sobre el proceso de creación. En definitiva, 4,5 para la parte gráfica y 1,5 para el texto, por lo que se queda en una media de 3.
In this book, Marcos Prior envisions a future where corporations and propaganda rule all - and everyone is complacent to drift along.
If this sounds oddly familiar, then it really should. Prior's future is feels like its just a hop, skip, and a jump away from where we are now. But one man revolts and shows the world that a boot on the neck is not enough to keep you down.
Unfortunately - that's as far as I got as far as being able to discern a plot in this book. Prior takes us down some interesting alleys only to then change gears or completely go in a different direction. Because of this, the book feels fractured and more like a series of vignettes. I really wish Prior would've carried some of these plot threads further, as they did seem to be interesting enough to write some more pages on.
The highlight of the book is the art. David Rubin's messy but highly stylized style fit so well with this book. It really highlighted the fact that this book has a dark undertone. A sketchy, unseen side that flaunts itself in commercials and programming. I think making the book longer would've been great if only to see more of Rubin's work.
Overall, I wish I had more of this, as this felt half finished and disjointed. However, if you like Rick Rubin's art, you have to check this out.
Cómic demasiado pretencioso para lo que es. No remueve conciencias no remueve nada. Quiere contar demasiado en muy poco, con grandes efectos de página. Pero se queda en la típica visión manida surgida del 15M y ya por todos consabida. Quiere erigirse como denuncia con sarcasmo pero no es buen ejercicio de ello. El formato es por encima inmanejable por sus tapas duras y por su sentido apiadado y grande. Lo único que se salva es la maestría en el dibujo y color de Rubin. Historia que no aporta nada y que llega tarde a todo.
Peccato per le belle pagine del sempre bravo Rubin. Questo racconto della società immersa e dispersa nei nuovi media fa sicuramente capire il suo intendo concettuale di spezzettarsi come il soggetto che ha scelto di rappresentare, ma non si muove realmente da nessuna parte. È una istantanea insistita, che si popola di personaggi secondari e vignette affastellate. Personalmente il gioco mi ha stancato dopo poche pagine: avrei preferito che fosse raccontata una storia singola immersa nello stesso contesto, piuttosto che ambire a narrare il contesto stesso.
3.5 stars for the art (I bought this for David Rubín's really) Widescreen in scope and in presentation this turns out to be a bit of an anti-capitalism screed that doesn't tell one consistent story, but scenes from a struggle against the ruling class and the excessive violence of the state. It's resolved in the final chapter 'Emergency Exit'; literally showing a green shoot growing between a couple of paving slabs. Ambitious, but flawed and definitely elevated by David Rubín's artwork.
Represión policial, alarma social, manifestaciones y contramanifestaciones, atentados, violencia, descrédito político, encarecimiento del coste de la vida, privatización de las pensiones e incluso del agua, y más perversiones y mentiras vomitadas por esos rostros de sempiterna sonrisa de las personas al cargo de los espacios informativos.
Por desgracia alguna de las palabras de esa retahíla a muchos nos son familiares (y no creo que sea la última vez que las oigamos), y de todas ellas se hacen eco los autores para plasmarlas en un cómic vertiginoso de principio a fin.
Although this is a short book the chaotic nature of the narrative and text, combined with the beautiful and intense art make this a deep and haunting story that reflects the times we find ourselves in now.
I loved the artwork. The stories themselves are a little all over the place. Just when you're getting the hang of it, the story ends and moves on to the next one. Quite jarring.