El 29 de junio de 2010, la tranquila localidad de Puerto Varas fue sacudida por la desaparición de una mujer que parecía tener una vida perfecta. Cuarenta y dos días después, cuando el cuerpo de Viviana Haeger fue encontrado en el entretecho de su propia casa, la atención del país se centró en una historia policial donde el principal sospechoso parecía ser el marido de la víctima, Jaime Anguita. Pasarían siete años para que la justicia dictara su veredicto. A través de un narrador que presencia la totalidad del juicio y envía notas con sus impresiones, Usted sabe quién muestra las estrategias y evidencias presentadas ante el tribunal, así como devela las fallas y grietas de la investigación. A falta de una prueba concluyente, y cuando la “ver- dad” depende de quién la cuenta, nos deja ante la misma disyuntiva de los jueces:¿condenar o absolver? Este nuevo libro de Rodrigo Fluxá, elaborado después de cuatro años de investigación, medio centenar de en- trevistas presenciales, la revisión de las casi cinco mil páginas del expediente del caso y la escucha de 3.249 interven- ciones telefónicas legales, cimienta una inquietante realidad: a veces no queda otro camino que dejar libre a un hombre al que todos creen culpable.
Este es el primer libro en el que siento que me subestiman, por no decir que me tratan de idiota. Como investigación es excelente y en ese sentido no entiendo cuál fue la necesidad de Fluxá de interpelar constantemente al lector en un MUY mal estilo Carlos Pinto cuando aparece entremedio del humo en Mea Culpa. Mala jugada (¿No tuvo un editor? ¿alguien que le dijera, "y... me parece que esto no funciona"). Resulta tan molesto y desatinado que acá me tienes juzgando y valorando al autor por sacarme de quicio mientras trataba de leerlo. ¿Era esa su intención? ¿Hacerlo tipo matinal?
Permanentemente está diciéndote qué sentir, pensar o incluso, entender (“tu seguro pensarás”, “ya entenderás”, “¿no te gusta?”, ¿ya te aburrí?”- y si me lo dices tantas veces seguro-)
Y lo que es peor, hace juicios de valor y simula “exabruptos” y arrebatos contra nosotr@s! l@s que compramos el libro y nos estamos dando el tiempo de leerlo! ¿ALO?
De partida nos juzga, por según él ser morbosos:
“Te pido un poco de decencia: estamos recién partiendo y, contrario a lo que piensas, no estoy acá para satisfacer tu morbo, a menos que se estrictamente necesario.”
Que somos homofóbic@s:
“Vivian tenía serias sospechas sobre que su esposo era homosexual. Si tú crees que eso lo hace siquiera un poco sospechoso, tienes un problema grave y te invito a tratártelo”. (?)
Que somos idiotas: “No me pidas que te diga en qué pensaba Anguita esa prima semana; no he desarrollado la telepatía retroactiva aún, quizás tú sí, me podrías escribir de vuelta contactándome.”
“Exabrupto”: “”(…)Es casi como si la conocieras. Sigue tú entonces, lee el resto de los libros de autoayuda, rellena los blancos que hay entre párrafo y párrafo. Cuéntame una vida, invéntame una vida”.
Tema aparte son sus comentarios entremedio de transcripciones de llamados.
En serio, si pasas esto por alto o simplemente no te molesta, te va a gustar porque como dije antes, en cuanto a su investigación, lo admiro y le pido que por favor, no vuelva a interpelarme y a tratarme tan como el forro mientras lo leo.
La historia ayuda mucho (policía inepta, amantes, matinales, sicario, mentalistas, hermana melliza), pero Fluxá agrega a la sopa personajes secundarios muy sabrosos (Ojo con Doralisa).
Hay morbo. Por supuesto. Pero hay mucho más. Hay una crítica argumentada a la mala calidad de nuestras policías, a los vicios del sistema, a las incoherencias y a las contradicciones que se repiten en ambos lados.
4.5 La voz narrativa puede ser polarizante, si te gustan las narraciones neutras donde se exponen los hechos y no den muchas opiniones propias, no creo que este libro sea para ti. Rodrigo se hace presente en este relato, a menudo demuestra su enojo y lo descarga contigo, el lector, por muy raro que parezca.
Para mi, que este crimen siempre me ha causado una enorme frustración, me reconforta no ser la única que quiere gritar leyendo de todos, y digo TODOS, los errores de este caso. Pero entiendo que no es del gusto de muchos.
Me suena a medio insensible decir que me encantó siendo una historia tan terrible, pero puta la wea buena. Y ese relato de Fluxá, ctm, le leería hasta la lista del supermercado.
Para mí este libro da más para 3.5 estrellas, pero por la investigación le doy 4.
Hace tiempo que no leía un libro de periodismo investigativo. En Usted sabe quién (me encantó el título), Fluxá sigue el juicio y desarrollo del caso Viviana Haeger, contadora, madre de dos hijas y mujer casada que desaparece en Puerto Varas desde su propia casa.
La verdad es que el material es insuperable. El caso está lleno de detalles que parecen de película (amantes, gemelas, un asesinato por encargo, la policía haciéndolo todo mal) y el autor realmente se compromete con la investigación. Incluye entrevistas a casi todos los personajes relevantes: el marido, la hija, el testigo clave, el fiscal, etc.
El libro plantea preguntas interesantes para el lector, lo que te hará dudar de –incluso– todo lo que venías leyendo. Hay un capítulo muy acertado, en donde se cuenta toda la historia desde el punto de vista del marido y que te hace ver que muchas cosas que parecen sospechosas, no lo son tanto realmente.
Dentro de los datos que más me impactaron estaban el primer informe forense (que incluye un montón de referencias bíblicas innecesarias) y la declaración del "testigo clave", quien fue el que viera al supuesto sicario haciendo la llamada al esposo .
Para mí lo único que no funcionó fue el estilo de interpelar a lector. Cuando se olvidaba de ese recurso, la narración me parecía imparable e intrigante. Cuando volvía a su parada de "mira lo entretenido que soy contando esta historia" me preguntaba quién le dijo que esa era una buena idea. No es que solo insulta gratuitamente al lector, sino que también escribe como si tú le estuvieras leyendo la mente, y muchas veces no le funcionaba. En mi opinión, fue el mayor desacierto. Me irritaba que gastara tiempo y líneas en intentar ser "novedoso" con su estilo.
Al final, le pongo 4 estrellas porque realmente se notó el compromiso con el libro. Desde incluir un montón de conversaciones telefónicas relevantes a poner una foto de la escena del crimen que claramente te hacer ver que esto no fue suicidio, como dice el marido. El libro consigue hacerte ver cómo el sistema judicial fue tan inoperante que usted sabe quién se salió con la suya.
Es curioso porque es un buen libro estropeado, precisamente, por el responsable de que sea un buen libro. En esta pasada, uno no califica al libro solo por su contenido, sino, también, por quien lo escribe.
Pareciese que Fluxá necesitaba nutrir su libro de un estilo distinto, por momentos incómodo, como si no hubiese estado satisfecho con lo tradicional, o por darse un gusto, o como si hubiese tenido que demostrarle algo a alguien. Bajo mi manera de ver las cosas, este fue un experimento fallido.
Pero qué más da, Fluxá puede vivir con mi insatisfactoria experiencia y sin ella también ;)
Encuentro importante aclarar, primero, que soy fan del True crime, y segundo, que tal como dice Fluxá en un capítulo del libro "no hay mujer casada que no tema, en algún nivel del inconsciente, que su marido sea capaz de matarla"
Usted sabe quién son anotaciones y reflexiones que Rodrigo Fluxá -periodista sequísimo muy premiado, entre otros por el Reportaje de Pablo Oporto, el justiciero imaginario; el reportaje al mismo Anguita, el libro Solos en la noche sobre la vida y el asesinato de Daniel Zamudio, etc.- realiza respecto el caso del homicidio de Viviana Heager. Para esto, estuvo cerca de 4 años en Puerto Varas, participando de todas las aristas que aparecieran sobre el caso, entrevistando a todos quienes tuvieran participación y leyendo miles de informes e interceptaciones telefónicas.
Fluxá le habla al lector ideal frecuentemente, se sale de su figura de narrador y nos interpela. (De hecho, parte señalando que dejes el teléfono de lado, que no le importa si no lees, que puede vivir sin nuestra opinión. Lo que ha sacado ronchas en otrxs lectorxs).
Al principio caí, y en las primeras 99 páginas leídas estaba segura que Anguita, su esposo, había asesinado a Viviana Heager. Luego, en las páginas siguientes Fluxá me convenció que no, que tal vez las pocas habilidades blandas del marido y la mala suerte, lo llevaron a ser el principal sospechoso, sin embargo, no habían pruebas contundentes contra él. Y cuando estaba convenciéndome de eso, recordando Making a Murderer o West Memphis, viene el último capítulo y me doy la voltereta de mi vida - @jpfajardog testigo de mis cuestionamientos-.
Sentimientos encontrados. La verdad es que le pondría 1 estrella porque terminé la lectura enojada y enojada con su autor. Pero obviamente, el contenido no está para 1 estrella. No sé si Fluxá hace de personaje o realmente se mete en la historia siendo el imbancable que resulta ser.
El libro es interesante y tiene una investigación contundente pero sinceramente no entiendo cuál fue la decisión de Fluxá de dirigirse al lector de la forma que lo hizo. ¡Las de veces que tuve que cerrar el libro para poder respirar y volver a adentrarme en la historia! No entiendo cuál es la gracia en "creer" que se adelanta a lo que siente el lector. Al menos en mi caso, me irritaba profundamente cuando habían supuestos de mis emociones frente a la lectura ¡y además, tan equivocados! Fluxá y sus comentarios me cayeron bien, pero no su diálogo conmigo.
La idea era querer seguir leyendo, no tener que cerrarlo (salir de la lectura, despejarme y volver a leerlo).
Espero que a sus entrevistades no les haya tratado como nos trató, excepto a Anguita (bang bang).
Es un excelente libro de investigación, se nota que hay muchísimo trabajo detrás de el y entrega hartos detalles acerca de este caso que ocurrió hace algunos años y que por su complejidad despertó el interés de muchos (me incluyo). Tiene entrevistas con Anguita, las hijas mayores de la víctima y el sicario, abogados, fiscales y otras personas que estuvieron involucradas de cerca con su desarrollo. Un capítulo que me gustó particularmente, es aquel en el que cuenta la versión desde el prisma de Anguita, encontré que ese ejercicio estaba muy bien logrado. Debo reconocer que la forma en que está escrito me molestó un poco, no me gustó que estuviera escrito como si fuera un intercambio de correos, tampoco me gustó que en ciertos momentos "me increpara" o que por ejemplo, omitiera las preguntas de la entrevista porque "yo" las había hecho y las sabía. Encontré que todas esas formas de intervención eran innecesarias y ensuciaban el libro.
Un brutal libro. Me gustó mucho como hila la narrativa y no veo nada de malo en cómo utiliza el recurso de la interpelación.
Lo encontré inventivo y hasta casi necesario en un caso así, donde es imposible no hacerse apreciaciones de antes, llegar a conclusiones apresuradas, etc. Creo que habla más del lector si se siente atacado por esas interpelaciones que del autor (en mi opinión).
Lo recomiendo muchísimo, Rodrigo Fluxá ahora está ni mi mira de nuevas lecturas por lo profundo de la investigación y lo innovador de la prosa periodística.
Hubo un capítulo que sobraba creo, pero aún así está más cerca de las 5 estrellas que las 4.
Tremendo! esta escrito modo vieja cahuinera y eso me dio algo de risa pero creo que es necesario para poder deglutir algo tan tenso como este caso. Como buena crime junkie me encantó! Quiero mas de Fluxá!
Fluxá muy lejos esta vez de su gran nivel narrativo y penetración psicológica demostrados en otras obras. Este libro, por ejemplo, podría haber sido un excelente contrapunto a su obra sobre Zamudio, que revela una comprensión sólida de ambientes de pobreza y abandono y personajes marginales, aplicado ahora a un caso de "clase alta". En vez de eso, el autor opta aquí por concentrarse en lo superficial, anécdotas, personajes curiosos, recursos narrativos artificiosos y rocambolescos, en fin, todo aquello de lo cual seguramente el autor tuvo a la mano para maquillar un mal libro y presentarlo como una investigación seria, de altura e interesante. De seguro, un reportaje más o menos decente podría haber reemplazado la lectura de estas más de 300 páginas. Definitivamente Fluxá en esta ocasión queda al debe.
Fluxá me despertó el apetito por la crónica roja con este libro…junto con el asesinato, la investigación y todo el proceso hasta llegar al veredicto, este libro me mostró todo ese universo que hasta ahora no había mirado en detalle… el mal funcionamiento de nuestra policía, los abogados y los jueces, los testigos, la evidencia (o la no existencia de…), los imputados, los familiares. Nota aparte personajes como Dora Lisa y Clancy, que tienen un diálogo inolvidable mientras iban camino a escuchar la sentencia. Igual uno pierde un poco la esperanza en la humanidad después de leer tanta negligencia, inoperancia y tanto cabo suelto que queda en un caso tan de conocimiento público como este.
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Se me hizo insoportable el estilo de narración con comentarios y apelación directa a quien lee. Intenta ser gracioso, sarcástico y original, pero el tono en que comenta suena a prejuicio y altanería.
Tenía muchas ganas de leer este libro. Y no me decepcionó. Esta investigación del periodista Rodrigo Fluxá cuenta los pormenores del juicio que "liberó" a José Anguita. Fue uno de los casos más bullados del último tiempo. Y cómo no, si la desaparición y muerte de Viviana Haeger (42 años), evidenció grandes problemas en las investigaciones de la policía en Chile. Rodrigo Fluxá investigó y publicó este libro que consta de 344 páginas. Es un estudio de cuatro años que incluyó la revisión de casi 5.000 páginas del expediente del caso, la escucha de 3.249 intervenciones telefónicas legales y la cobertura completa del juicio en Puerto Montt. Todo, para describir lo que sucedió el 29 de junio de 2010, cuando desapareció Viviana, y los 42 días que demoraron en encontrar el cadáver en el entretecho de su propia casa(que se suponía, los policías habían revisado en varias ocasiones).
Me demoré TANTO en leer este libro, en el camino me dio bloqueo lector pero nunca pensé en dejarlo por qué esta historia siempre me ha llamado la atención.
Al inicio pensé que Fluxá sería lo menos objetivo del mundo, porque ya empieza el libro contándote todos los pasos de Anguita y dando a entender que es el asesino sí o sí, pero a medida que se avanza en el libro se van viendo todas las ramas de una historia que a mi parecer nunca se investigó ni se finalizó del modo correcto.
Es un caso que deja muchas preguntas, muchas incógnitas y un sabor amargo. Así como también es un caso que tristemente fue parte de una investigación mal llevada y con personas que no estaban capacitadas.
Yo al menos siempre he pensado lo mismo y he tenido la sensación de que Anguita es el culpable, no de forma directa pero a través del sicario.
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3.5 ⭐️ Tengo muchos sentimientos encontrados ¿Me gustó el libro? No lo tengo claro, pero si puedo decir que estaba intrigada leyendo. Espero jamás estar involucranda en una investigación porque que manera de hacer las cosas "a la ligera" o con "experiencia de años" que no lleva a ninguna parte 😅🙄
Algunas decisiones del autor no me gustaron, como omitir las preguntas en la entrevista a alguien tan importante en el juicio. Por otro lado, incluir la "visión" de lo que paso que tiene Anguita fue un acierto totalmente.
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Creo que todos los comentarios negativos que tiene el libro son certeros. Es medio sensacionalista y no creo que intenta ser realmente imparcial.
Si uno quiere leer un texto que aborde el caso de manera fría y haga un análisis serio y profundo de cómo el sistema de justicia (no) funcionó, este no es el libro.
Pero si lo encontré muy entretenido y atrapante. Es como que alguien te estuviese contando una muy buena historia sobre este terrible caso en un largo almuerzo.
A unos cuantos, el leer este libro, podría dejarles muchas certezas, a otros, muchas interrogantes. Soy del último grupo, tengo muchas preguntas que probablemente jamás se resolverán. Solo mencionar que en diciembre de este año, 2020, es probable que "el sicario" pueda optar a beneficios, así que quizás sigamos escuchando/leyendo sobre este caso.
Creo que nadie que lea este libro creerá en la inocencia del viudo, SIENDO QUE FLUXA HACE UN EJERCICIO SOBREHUMANO PARA INTENTAR TAMBIÉN ORDENAR LOS ANTECEDENTES EN UN ESPÍRITU DEFENSOR EN UN CAPÍTULO EXTENSO, tratando de entregar las dos versiones, lo que debió ser agotador. Me lo imagino como el meme de la señora que piensa en ecuaciones, porque la verdad es que fue NEFASTO el fallo, RIDICULO. No era necesario pedir un comprobante de transferencia electrónica para dar por acreditado el precio del sicariato. Si ese fuera realmente el estándar de convicción que exige nuestro sistema judicial para los demás, no habrían condenas. Solo tengo mucha impotencia retardada. Agh
Hay unos momentos de escritura media experimental que funcionan y hacen del relato algo mucho más interesante, pero en la mayoría del libro no funciona.
Leerlo fue una experiencia que provocó, de principio a fin, lo que podría decirse como “sentimientos encontrados”. Comenzando por lo desagradable y altanero que suena el autor desde la primera frase, un aire de superioridad increíble con clara intención de menospreciar al lector e incomodarlo con una especie de “sermón”. Es una narrativa que intenta increpar al lector con suposiciones de personalidad, pensamientos e incluso valores. Sinceramente las primeras páginas cuesta digerirlas por lo incómodo, siento que pudre todo el admirable y dedicado trabajo que realizó para escribir este libro.
¿Lo bueno? A medida que uno avanza, esas intervenciones morales van disminuyendo o mutando, al punto que me generó empatía con el autor. Percibí cómo se iba derrumbando esta fachada, revelando una impotencia y frustración tremenda, que nunca fue hacia el lector sino que a la investigación como tal y todos sus involucrados.
Creo que es un libro extraordinario, lleno de detalles, entrevistas relevantes y todo lo necesario para poder comprender —aunque siempre desde cierta distancia— cómo se desarrollaron los hechos. Se percibe claramente el profundo compromiso del autor con la investigación; el material es de una calidad notable.
Particularmente, me pareció una exquisitez el capítulo donde se cuenta la historia desde el punto de vista de Jaime Anguita. Todo lo que antes parecía incriminatorio, cobra ahí una lógica inesperada, revelando acciones que, lejos de ser altamente sospechosas o absurdas, estan cargadas de coherencia.
Antes de leerlo creía tener más certeza de quién era el asesino. Ahora, en cambio, me quedé con un mar de interrogantes.
El final me dejó con una sensación extrañamente gris, como un sentimiento ajeno que, sin saber cómo, terminé haciendo mío. Es como si Rodrigo Fluxá me hubiese susurrado al oído su propio desencanto con la justicia penal chilena. Ese traspaso de emociones fue, precisamente, lo que terminó por fascinarme.
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Un gran gran gran libro. Veo gente molesta por las interpelaciones del autor, la verdad es que yo las banco e incluso creo que se las gana. Sin considerar que esa dinámica abre espacio para la exposición de montón de vivencias personales legítimamente aportadoras que de otra manera no vendrían al caso siqueira ser mencionadas. Incluso agregaría que le da un pulso y una dimensión humana y creativa que ni asoma ser irrespetuosa con el caso, como que mejora la vara inexistente que deja el hipotético libro con todas las convenciones tradicionales.
Igual reconociendo: se pasa de la raya? Si, más de alguna vez. Peca de una superioridad sacada de la nada? También, si no te molesta, se deja pasar. Uno entiende rápidamente que es más una pose que un juicio sobre el lector. Y esto no es tanto defendiéndolo como si reconociendo su altanería como algo en lo que el está solo. Como a lo largo de toda mi vida he hecho con quienes andan haciendo gala de algún tipo de ego que necesita conttapartes: no me lo tomé personal. En este caso fue más o menos como viendo de lejos a este personaje pegando manotazos y regocijándose en su decidida posición pasada a caca. En palabras simples: cosa de él.
Lo debería leer todo el mundo. Como se señala en el prólogo, no es solo la exhaustiva -y digna de gran admiración- revisión de un caso tan pasado a llevar por quienes buscan instalar narrativas, sino que también es una foto de un sistema tan frágil y a la vez difícil de reemplazar o siquiera corregir. Recordé una de las grandes líneas de uno de los grandes guiones de AFA: “La verdad que tú te imaginas no existe, aquí la verdad es aquella que se puede demostrar”