Por estos poemas atraviesa un miedo que se despierta con el tiempo: el de la mordedura atroz de la vejez. También los recorre la extrañeza que separa el amor a los hijos y la necesidad de un espacio propio; y ese otro miedo que nace de la incapacidad para expresar la ternura, o de la ausencia de algo indefinido que adopta forma de pájaro. Cristina Sánchez-Andrade ha escrito este libro hermoso y salvaje —también durísimo en su honestidad— en el que surge de la sombra un mundo que se entiende como la historia propia: el universo entero cabe en un montón de tierra o en una botella vacía de leche. "Llenos los niños de árboles" habla sobre el entorno que hiere, sobre la memoria que cura, y lo hace desde la conciencia de que «el mundo ya estaba en mi corazón,/ como la pequeña mancha de podredumbre en la cereza».
Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) es licenciada en Ciencias de la Información y en Derecho y colaboradora de la prensa y crítica literaria.
Llenos los niños de árboles contiene versos que prestan mucha atención a la naturaleza como dadora de libertad, aunque también nos alerta de los peligros. La autora gallega, que escribió novelas tan inolvidables como Las Inviernas o Alguien bajo los párpados, se estrena en la poesía haciendo gala de ese don tan suyo para introducirse en lo más recóndito de nuestras vidas, en esos sentimientos universales que, a pesar de todo, ella cuenta como si se tratase de algo insólito. Ella posee esta capacidad: la de capturar el alma y la de llevarnos a mundos concretos y abstractos a la vez.
"Olores a húmedo follaje suben hasta mi boca. Cien pasos más allá, murmuran los árboles con ese ruido lánguido que hacen las olas en las tinieblas"
Poemario maravilloso de Cristina Sánches Andrade donde desgarra el tiempo; el paso del tiempo y los arañazos de la vejez. Recuerdos y tierra. Me ha gustado mucho, con una magnífica elección en el uso de la fotografía de Dara Scully para la cubierta.