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Relato de Navidad en La Gran Vía

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Spanish

317 pages, Paperback

First published January 1, 2005

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About the author

Ricardo Silva Romero

56 books369 followers
Estudió Literatura en la Universidad Javeriana desde 1994 hasta 1998. En junio de 2000 recibió el título de Master en cine y televisión de la Universidad Autónoma de Barcelona. En julio de 2000 se convirtió en el comentarista de cine de la revista Semana. En agosto de 2000 se convirtió en colaborador constante de la revista SoHo. Desde 2001 hasta 2009, se descubrió trabajando en textos breves para publicaciones como El Malpensante, Número, A+, Artifex, Cambio, Babelia, El Tiempo, Arcadia, Boletín Bibliográfico y Plan B.

Ricardo Silva Romero es, hoy, columnista del diario El Tiempo, comentarista de cine de Semana, miembro del consejo editorial de Arcadia, redactor de la sección de televisión de SoHo y colaborador de la revista Credencial.

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Displaying 1 - 6 of 6 reviews
Profile Image for Juanma .
337 reviews
October 18, 2014
Las notas que está a punto de leer fueron extraídas de esta Novela, y no pretendo tomar ningún tipo de crédito sobre las mismas:

• Amanecí convertido en uno de esos parientes del difunto que todos ven muy tristes pero tranquilos
• Era un Peugeot, un Peugeot 306 de color azul. Mi papá lo había comprado cuando el Renault 9 (se chitió el motor) dijo el mecánico dejó de funcionar por siempre y para siempre.
• De pronto viajaba por el puente de la Calle 100, junto al edificio de la Gran Vía, y de pronto estaba en el centro comercial. De pronto parqueaba el carro en los sotanos de Hacienda Santa Bárbara y de pronto estaba en la rotonda de los restaurantes.
• La incomodidad de decirle a alguien que, en algún punto ciego de la vida, en algún momento crítico, como de película o novela, ha dejado de importarnos; lo doloroso y ridículo que es aceptar que la energía que nos recorría, por culpa del azar o lo que sea, que ya no la queremos como antes, que ya nada nos impulsa a darles besos, que ya no nos atraen como en el principio y que mejor sería ser amigos por teléfono.
• Tiendo a ser ese tipo de persona que se dice a si mismo que si lanza un papel de basura, y logra que caiga dentro de la caneca, entonces Dios existe y todo saldrá bien durante el día.
• Las palabras solo ocurren porque no entendemos nada. Si entendiéramos el mundo no serían necesarias, sobrarían, nos sonreiríamos los unos a los otros
• Puede sonar lobo, pero en vez de dedicar una canción, uno dedicaría una mirada.
• Pero claro: No evolucionamos. En cambio retrocedemos y todos los días nos volvemos más salvajes que los animales salvajes, como si la definición de hombre fuera <>.
• Somos inmaduros e injustos y el único lugar en donde nuestra realidad tiene sentido es en el mar de la ficción.
• Hay unas viejitas en la calle que se ven peligrosísimas.
• Eso sí. Antes reclamaría mi record Guiness al más desgraciado de todos. Nadie en el mundo podría quitármelo. Ni siquiera una lesbiana pobre, negra y judía nacida en Bosnia.
• Me saltaba todos los semáforos en rojo. Era un taxista ciego. O sea: era un taxista.
• Sufria claro: era una ranchera con patas.
• Ya saben que a veces soy un poco pretencioso y me gusta inventarme ficciones sin salida y enredarme en teorías inteligentes: es como si mi cuerpo le hubiera pertenecido a un intelectual bien detestable
• No es fácil entregarse a la lectura debajo de la luz inútil de una linterna de tercera, detrás del fantasmal ruido de la radio y con las 12 horas de turno por delante.
• Es casi imposible entender las motivaciones ajenas y los gritos cerebrales de cada persona.
• Estoy convencido de que es casi imposible acceder a otra persona. Para eso habría que entenderse a uno mismo. Y eso puede tomar toda la vida.
• Vivimos en un mundo adolescente que arroja las puertas a las narices de sus propios orígenes, se queja y se queja y se queja y se siente muy serio e importante.
• Sospecho que los criminales (claro: es una manera de decir los hijueputas)
• ¿Se puede dar gracias por la suerte?, ¿Es mi culpa que el mundo sea injusto?, ¿Es mi culpa que yo pueda botar los calzoncillos sucios?
• Según Ernesto Sábato las casualidades no existen: son redes de hechos planeados por inteligencias que no comprendemos. Para Paul Auster, en cambio, las casualidades son simples sucesos que convertimos en signos que leemos con la triste esperanza de que este mundo tenga algún sentido.
• Todavía siento que cuando escribo me repito, me repito y me repito, como una mamá histérica porque su hijo no se ha comido la comida. Vuelvo al mismo punto unay otra vez porque siento que nunca me oyen.
• En esta soledad absurda, recibo una respuesta, a todos mis momentos en blanco, cada vez que una letra aparece en la pantalla del computador.
• Me di cuenta que tanto el ingeniero como el adivino son hombres cuyo oficio se reduce a leer los signos del mundo.
• Un director de películas pornográficas que sueña con producir un musical, que por obvias razones se llamaría tirando bajo la lluvia.
• Y así, cuando todo estuvo en su lugar y mis dedos no resistieron más la tentación, escribí como si estuviera poseído por alguien o como si alguien me filmara.
• Siempre entendió que el objetivo de estar vivo no era otro que el de estar vivo.
• Además, los puntos suspensivos (<>) son el signo de puntuación más deprimente y mediocre que podemos imaginarnos.
• No tengo nada en contra de nadie, pero todos son unos hijueputas
• Tenemos romances de todas las religiones, los sexos y las razas e hijos que son frutos de esas torpes historias de amor. Primero están los que se conocen en una fiesta o en la universidad, y después de casarse y de tirar unos dos años sin tener que esconderse de los papas, y sin tener que pagar moteles más o menos finos, deciden contribuir a la depresiva población del mundo con un bebe igualito a los demás.
• Sería tan injusto como decir que Gandhi guardaba paquetes de papas fritas debajo de la cama.
• Luchamos por poseer hasta el momento en que conseguimos, porque es en ese preciso momento cuando queremos alejarnos para siempre. Que levante la mano el que me entienda.
• Porque todo parece indicar que tres es el número perfecto, y así como Dios es tres, son tres los tristes tigres, tres las películas de el padrino y tres los capítulos de la guerra de las galaxias.
• Los hermanos menores siempre quitan la mirada, siempre creen que van a pegarles y siempre miran para atrás cuando caminan por la calle. Los hermanos mayores no tienen la culpa, pero son, sin excepción, unos malparidos.
• La idea era hablar de los libros y la vida como si fueran una sola cosa. Esa era la idea y a todos les fascinaba.
• Eran frases de alguien dedicado a los libros. Eran frases de alguien que puede lograr cualquier efecto por medio de sujetos y de predicados.
• El sexo por teléfono es algo más común de lo que se cree y sería bueno que el Papa se pronunciara al respecto: no solo es más barato, sino que es el único tipo de sexo seguro que no hace necesario el uso del condón, y que estimula, al mismo tiempo, el dialogo entre los feligreses.
• Se había puesto su uniforme de colegio, y esa pinta a la vista de cualquier hombre de bien, me volvía un degenerado.
• Yo, como siempre, no podía cerrar los ojos, porque siempre, cuando un beso, quiero ver qué está pasando y comprobar que no es un sueño y nadie se está burlando de mí.
• Después de semejante historia, nos besamos como un par de locos, pero los besos no pasaron a mayores, o para ser más gráficos, no nos fuimos a las grandes ligas, o, para ser más justos, no logré que me lo diera de una vez por todas.
• Puedo ser periodista o algo así: algo que no toque pensar.
• Los aeropuertos son los lugares más deprimentes del mundo y están construidos y adornados de tal manera que, en las despedidas, las lágrimas están garantizadas.
• La vida continuaba, la gente no era imprescindible, mi vida era un problema mío y carecía de sentido más allá de las paredes de mi cuarto.
• Si soy honesto conmigo mismo, la universidad fue para mí, desde el principio, el inmenso patio de una cárcel mixta.
• Y que esa era, esa es y esa será la definición de estar enamorado: quererse sobre la base de nada.
• El odio, como tú sabes, es una manera de alargar los relatos, de enredarlos, de no dejarlos ir al mar, como van todos los seres vivos.
• Regresé sobre mis pasos hasta el espejo. Me sonreí a mí mismo con astucia porque era la única manera de sonreírle a la cámara.
• Nuestra amistad no era un trabajo diario, pero venía de muy lejosy, quizás porque era muy fuerte, o tal vez porque nunca existió, se terminó de tajo y al tiempo con ese noviazgo.
• Este es el papel de los consejeros: hablar toda la mierda que existe en la tierra
• Era la teoría de siempre pero llevada a su máxima expresión: si él te quiere te esperará. Por Dios: yo no creo en esperar ni en consumirme poco a poco. Eso es para Buda y las vendedoras de cerillas. Creo en tenerla acá en este momento. Creo en que lo que se sienta se haga un hecho y en que lo que se sospecha se compruebe.
• Porque al final del día las relaciones entre hombres y mujeres se reducen a la frase célebre de Andrea Santos: <>
• El mundo no ocurre a la misma velocidad de mi imaginación, me queda difícil conciliar la realidad con la ficción.
• Mi día es una montaña rusa, una sucesión de contradicciones, un evento que viene y va de la tristeza al a risa, y de la risa al silencio, porque todo lo que sube tiene que bajar, y todo lo que baja sube al fin y al cabo.
• De la noche a la mañana será esa mujer que es casi un lugar común: dominante, histérica, caprichosa, chillona y ahogada en su propio perfume.
• Y como sabemos la diferencia principal entre la memoria del computador y la nuestra es que mientras la de nosotros se encuentra organizada, filtrada y matizada por la ficción, por esa secreta corrección que nuestra imaginación les hace a los eventos vividos, la memoria del computador no miente, no está hecha para elegir, sino para reproducir, a pesar de nuestra esperanza, todos esos trabajos defectuosos que hemos llevado a cabo desde siempre.
• Eso, creo, es lo interesante de los romances: son, antes que nada, un relato con principio, medio y fin, pero son, al final del día, un relato en el que un principio de primera no corresponde con un medio de segunda y mucho menos con un fin de tercera.
• El amor no era algo que se sentía por alguien, por un ser con cédula de ciudadanía, por una mujer o un hombre con nombre y apellido, sino que era, más bien, una especie de vocación, un impulso misterioso hacia cualquier persona que tuviera el tiempo para volver a oír el relato de nuestras vidas.
• Era, como siempre, la triste labor de los papás: la de simular que saben lo que no sabemos y son más sabios y más justos que nosotros.
• Era un malparido de esos que salen en las páginas sociales (así es: todo aquel que salga en las páginas sociales es un malparido)
• Cada vez que me acercaba al fondo de mí mismo recibía, al menos, la ayuda inesperada de una llamada, una invitación o un ataque de risa.
• “−Es una cremación− le respondió Maribel –Y para qué hacen crema con él?”
• Me sentía nervioso y decidido a salir de ahí para evitar que llegaran nuevas confesiones. Por ejemplo: Me gusta tangas de tigre y bailar apambichao.
• La navidad era, de nuevo, el rito de dejar que la memoria se consumiera como el agua que desciende por el inodoro. Era el rito de descubrir que la vida es una tragedia y que necesitamos hacer maquetas, rezar novenas, y jugar a que el Niño Dios existe con el único propósito de no enloquecernos tan rápido como podríamos.
• Pero siempre recapacito y me doy cuenta de que la mejor novela, en este momento, es mi propia vida.
• Decidí seguirles el juego, pero decidí escribir, para competir con las versiones, las conjeturas y las mentiras, esta historia verdadera.
• Pensé: antes que nada yo soy un relato y en la medida en que me narre podré terminar y comenzar, como dicen en las películas, una nueva vida.
• Yo necesito escribir como si se tratara de tocar un instrumento”
• El mundo, en definitiva, está hecho para la muerte.
• Me parece que no está bien culpar a nuestra ignorancia de los hechos por nuestra tendencia a caer en los peores lugares comunes.
• Solo se odia lo que no se entiende, dice el profesor Odrick Ravi.
4 reviews
January 23, 2020
Este era un libro al que le tenía muchas expectativas y realmente me decepcionó mucho. Yo creería que es principalmente porque el protagonista era muy desesperante, de verdad no me lo aguanté un solo momento. Además la historia no es que sea la gran cosa
Profile Image for Crhistopher Rm.
114 reviews
September 12, 2017
"Si evolucionáramos, lo primero que dejaría de existir sería la literatura porque ésta es un juego con las palabras. Pero claro: no evolucionamos. En cambio retrocedemos, y todos los días nos volvemos más salvajes, como si la definición de hombre fuera "ese animal que crea y destruye". Para decir verdad, aún somos primitivos. Todos los sabemos. Somos inmaduros e injustos y el único lugar en donde nuestra realidad tiene sentido es en el mar de la ficción."


En síntesis, una autobiografía escrita por Pablo Uribe pero corregida por el hijo de los dueños de la casa donde fue escrita. ¿Se entiende? Creo que sí. A pesar de las críticas que se le atribuyen a la veracidad de la historia contada por el autor original, puedo decir que es una lectura bastante entretenida para salir de la realidad inventada en la que vivimos, una que nos hace abrir los ojos para darnos cuenta de la situación pasada y tristemente actual del país, la critica propuesta en la historia a nivel social no fue una de las mejores trabajadas, pero los comentarios que se hacían eran oportunos aunque algunas veces populistas.

En cuanto a la historia en sí, la vida de Pablo y el por qué de sus acciones, sentimientos y pensamientos fue algo sin duda muy chistoso de leer, ya que aunque narra con detalle que estudiaba en la Universidad de Bogotá, detalla en tono vulgar las cosas con las cuales se enfadaba. No puedo dar una mayor calificación debido a que no me conecté con el personaje porque afortunadamente no he pasado por lo que él pasó y por más que lo describiera no logró tocarme como lector. Sin embargo, es una lectura rápida y muy interesante, me saco un montón de carcajadas.
Profile Image for Tatiana.
32 reviews3 followers
September 5, 2019
Me encantó leer esta versión "adolescente" de Silva Romero, en sus últimas se nota que ha evolucionado mucho sus temas. Me encantaron las primeras páginas, luego Pablo Uribe se pone muy dramático. Pero que es la vida si no un drama? Me parece que Pablo Uribe es el alter ego de Ricardo, el Ricardo que no hubiese querido ser. Al final revelaciones que uno no esperaba y que muestran la creatividad e imaginación de Silva Romero.
Profile Image for Alba Victoria.
56 reviews
December 27, 2024
Al principio me costó entrar en la historia pero luego no pude parar de leer porque sentí que el peronaje principal Pablo necesitaba desahogarse y que mejor que hacerlo escribiendo un libro. Es increíble que una situación absurda lo lleve a vivir una experiencia que lo saca de su vida común y corriente, a veces las personas necesitan de algo absurdo para decidir cambiar por completo.
Profile Image for Nizam  Hernández Pájaro.
32 reviews
September 25, 2023
Que la tristeza es tan birriosa como lo que llaman, sin pudores, el sentido de la vida. Que está muy, muy lejos de nosotros. Que está adentro, muy adentro, de nuestra existencia. Y que, cuando de verdad se siente, es demasiado tarde para combatirla.

Página 22.
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