Lumen publica la obra completa de María Mercedes Carranza, una de las poetas más importantes del siglo XX en Colombia.
En este libro el lector encontrará toda la obra de María Mercedes Carranza, desde su primer poemario Vainas y otros poemas (1973), hasta cinco poemas inéditos del que hubiera sido su último libro, Los placeres verdaderos.
Su obra poética nos sorprende porque consigue hablar con las palabras precisas de la vida cotidiana, del amor y el desamor, de la soledad y de la muerte, pero sobre todo por la voz rebelde y a la vez profundamente humana con la que escribió sobre la guerra en Colombia. En sus propias "en estos momentos en los que el país se desangra (...), la poesía es más necesaria que nunca, porque cuando se interrumpen el diálogo y la comunicación, se remplazan las palabras por las balas y ocurre la violencia. Y la poesía es esencialmente, y nada más, comunicación. El país hoy necesita del diálogo, es decir necesita de la poesía".
La crítica ha
"María Mercedes ha buscado con ardor su propio lenguaje y ha combatido con dureza para llegar a ser una con él (...) Todas las palabras que están a su alcance pugnarán por salir a la llegan a lograrlo sólo (...) las que se confunden con la intimidad del ser".
Fernando Charry Lara
"... belicosa es María Mercedes Carranza, pero de una belicosidad en la que pudorosamente se arropa el alma vulnerable y sensitiva de los poetas desterrados".
Ernesto Volkening
"...su principalísima preocupación es hallar las palabras para volver poesía su situación particular y concreta, (...) para poder escribir (...) sobre hechos que antes eran pura prosa de la vida cotidiana y que han hallado aquí la justa palabra que los nombra".
Darío Jaramillo Agudelo
"Como poeta radicalmente libertaria, en comunión no intuida, sino vivida, desde el alma propia y desde su propia y visceral experiencia, escribió contra la guerra y el escándalo moral que significa la indiferencia ante ella".
María Mercedes Carranza se suicida con una sobredosis de antidepresivos el 11 de julio de 2003 en Bogotá... leer su poesía es como leer la carta que los suicidas dejan antes de morir.
Sentir la vida así, de esa forma fuerte y rotunda hasta en lo más simple. Que todo duela, que todo cimbre, que todo enceguezca. Que todo ahogue, desde lo infimo hasta lo mas grande, desde la luz, los colores, los olores, hasta la gente, los días, los amores.
Eso es la poesía, esa es la vida, eso fue Maria Mercedes. Recordar que lo importante no es la vida que se pasa, que lo importante es que la vida no se pase, que la vida es sinestesia continua incluso hasta la muerte, que vivir debe ser poema, no trágico, no feliz, poema.
No me convencían del todo los dos primeros poemarios, pero después agarran muchísima fuerza. Cuánto talento colombiano hay por ahí medio escondido, no había escuchado de María Mercedes hasta el mes pasado, y en un arranque de "quiero leer poesía" me lo empecé, y cada poema me gustaba más que el anterior. Están escritos con pasión y amor; se sienten las ganas de transmitir sentimientos, y sus palabras lo reflejan de una manera impecable. Todo está entrelazado con política, religión, amor, maternidad, sensibilidad y el amor por Colombia, sin sentirse para nada forzado. Si tienen la oportunidad de leerla, no la desaprovechen; creo que vale mucho la pena, incluso si al final no te termina de convencer.
Un libro excepcional. Es mi primer acercamiento a su poesía y no he salido defraudado. Limpia, serena, fresca, moderna y melancólica. Una voz que acompaña, agradece y te invita a repensar el peso irreprochable de las relaciones con la cotidianidad.
Me gustó menos de lo que pensé que me iba a gustar:(.
Peeero igual tiene poemas memorables. La forma en la que cuenta el magnicidio de Luis Carlos Galán y el poema La Patria y los poemas de El canto de las moscas son una cosa increíbleee.
Probablemente uno de mis libros favoritos del año. En ocasiones,su poesía recurre a las maneras en qué el dolor y la nostalgia sobreviven en nuestra cotidianidad. En otras, es absolutamente política, y refleja el dolor por la guerra en su país, un dolor profundo que al final le llevó a realizar muchísimos proyectos culturales y que, de acuerdo con gente que llegó a conocerla, fue en parte lo que terminó llevándola a quitarse la vida. Terminar el libro me generó un bajón emocional, por no tener más que leer de ella. Pero, por otro lado, me confirmó un amor profundo por la poesía que comencé a explorar este año, y por el cuál me siento feliz, de haber cerrado el año con un libro de poesía tan bello.
tuve la conversación más confesional y abierta que nunca fue con la mujer que nunca conocí.
chevere que algo me haya salido algo de ella, pero lamentable que fue la melancolía en vez del talento :/
“Y cuando el miedo llega me voy a ver televisión para dialogar con mis mentiras.”
“Que se muera el vecino es lógico… Pero ¿como entender que el más allá es también para ti estando tan más acá?”
“Y como no, reconozco que me gusta el aguardiente y no los néctares sagrados. Después de todo, malvivo mi vida, como usted.”
“Un día escribiré mis memorias, ¿quien que se irrespete no lo hace?”
“Salí contigo del paraíso para jugar el largo, el triste juego del amor.”
“Juventud, bien ida seas, es el momento de cambiar de sueños.”
“Allí en el futuro está de sobre como el polvo en los muebles de la casa y solo una certidumbre sobrevive: el deseo incancelable de estar siempre en otra parte. Una lluvia bogotana, leve y gris, cae sin parar. Cementerio de sueños, pobre corazón, nada inmortal lo habita.”
“Palabras que no tienen destino y que es muy probable que nadie las lea al igual que una carta devuelta. Así escribo.”
Descubrí a María Mercedes Carranza por un tweet y me acabo de devorar su poesía completa en un par de días. Sus poemas llegan al corazón con un toque de sinceridad e intimidad. Su lenguaje se siente fresco de una lectura ágil pero con la potencia de que cada lectura puede abrir nuevas puertas de interpretación. Volveré seguramente a ellos.
Mientras tantos les dejo el poema Oda al amor del poemario Hola, soledad (1985-1987):
Una tarde que ya nunca olvidarás llega a tu casa y se sienta a la mesa. Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación, en las paredes y los muebles estarán sus huellas, destenderá tu cama y ahuecará la almohada. Los libros de la biblioteca, precioso tejido de años, se acomodarán a su gusto y semejanza, cambiarán de lugar las fotos Otros ojos mirarán tus costumbres, tu ir y venir entre paredes y abrazos y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores. Cualquier tarde que ya nunca olvidarás el que desbarató tu casa y habitó tus cosas saldrá por la puerta sin decir adiós. Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa, reacomodar los muebles, limpiar las paredes, cambiar las cerraduras, romper los retratos, barrerlo todo y seguir viviendo.
100% pa irte en la mala. Poderosamente desagarrador. Importante leer con pausas y quizás acompañade.
Tengo miedo
Miradme: en mí habita el miedo. Tras estos ojos serenos, en este cuerpo que ama: el miedo. El miedo al amanecer porque inevitable el sol saldrá y he de verlo, cuando atardece porque puede no salir mañana. Vigilo los ruidos misteriosos de esta casa que se derrumba, ya los fantasmas, las sombras me cercan y tengo miedo. Procuro dormir con la luz encendida y me hago como puedo a lanzas, corazas, ilusiones. Pero basta quizás solo una mancha en el mantel para que de nuevo se adueñe de mí el espanto. Nada me calma ni sosiega: ni esta palabra inútil, ni esta pasión de amor, ni el espejo donde veo ya mi rostro muerto. Oídme bien, lo digo a gritos: tengo miedo.
Descubro a María Mercedes Carranza leyendo alguna referencia por la red que ya no recuerdo.
La cuestión es que me pongo a googlear y me encuentro con esta antología, https://www.uexternado.edu.co/wp-cont..., editada en formato electrónico por la Universidad Externado de Colombia, que leo casi de una sentada.
Se trata de una poesía diáfana, lúdica y plagada de referencias. El deseo, el amor, el desamor, la muerte, la cotidianiedad o Colombia son algunos de los temas que aparecen en su obra.
Mi selección personal:
"kavafiana
El deseo aparece de repente, en cualquier parte, a propósito de nada. En la cocina, caminando por la calle. Basta una mirada, un ademán, un roce. Pero dos cuerpos tienen también su amanecer y su ocaso, su rutina de amor y de sueños, de gestos sabidos hasta el cansancio. Se dispersan las risas, se deforman. Hay cenizas en las bocas y el íntimo desdén. Dos cuerpos tienen su vida y su muerte el uno frente al otro. Basta el silencio."
"quiero bailar con ulises
“Heureux qui comme Ulysse a fait un beau voyage”. Joachim du Bellay
Quiero invitar a bailar a Ulises, quiero beber con él y que me cuente de qué color eran los ojos del joven Aquiles. Quiero que me cante el canto de las sirenas y me diga de sus noches de insomnio sobre las aguas del Mediterráneo. Quiero saber de su complicidad con Circe en la isla de Ea y de sus extrañas ceremonias y encantamientos. Quiero que Ulises me haga el amor y en la cama me cuente cómo eran los vestidos de Helena y si Paris fue como lo pinta Rubens.
Quiero saber qué vio en el país de los Lotófagos, de qué color eran las montañas de Eólide.
Quiero que me cuente por qué regresó a Itaca."
"suele suceder
Luego de algunos años de no verlo, de nuevo nos encontramos. No el deseo, como antes, sino la nostalgia de aquellos días de deseo nos llevó a la cama. La alegría de entonces fue ternura y el goce y la voluptuosidad sólo complacencia. Ambos, podría jurarlo, tuvimos la certeza de habernos sobrevivido."
"muestra las virtudes del amor verdadero y confiesa al amado los afectos varios de su corazón
Hoy pienso especialmente en ti y veo que ese amor carece de desmayos, de ojos aterciopelados y demás gestos admirables.
Ese amor no se hace como la primavera a punta de capullos y gorjeos. Se hace cada día con el cepillo de dientes por la mañana, el pescado frito en la cocina y los sudores por la noche. Se vive poco a poco ese amor entre tanto plato sucio, detrás del cotidiano montón de ropa para planchar, con gritos de niños y cuentas de mercado, las cremas en la cara y los bombillos que no funcionan. Y otra cosa: cada tarde te quiero más."
"oración
No más amaneceres ni costumbres, no más luz, no más oficios, no más instantes. Solo tierra, tierra en los ojos, entre la boca y los oídos; tierra sobre los pechos aplastados; tierra entre el vientre seco; tierra apretada a la espalda; a lo largo de las piernas entreabiertas, tierra; tierra entre las manos ahí dejadas. Tierra y olvido."
"patas arriba con la vida
“Sé que voy a morir porque no amo ya nada”. Manuel Machado
Moriré mortal, es decir habiendo pasado por este mundo sin romperlo ni mancharlo. No inventé ningún vicio, pero gocé de todas las virtudes: arrendé mi alma a la hipocresía: he traficado con las palabras, con los gestos, con el silencio; cedí a la mentira: he esperado la esperanza, he amado el amor, y hasta algún día pronuncié la palabra Patria; acepté el engaño: he sido madre, ciudadana, hija de familia, amiga, compañera, amante.
Creí en la verdad: dos y dos son cuatro, María Mercedes debe nacer, crecer, reproducirse y morir y en esas estoy. Soy un dechado del siglo XX.
Y cuando el miedo llega me voy a ver televisión para dialogar con mis mentiras."
La poesía de María Mercedes Carranza es un intenso viaje al interior del alma humana, un recorrido por los abismos de la tristeza y la desesperanza, pero también un canto a la vida y a la belleza.
A través de sus versos, la autora colombiana me sumergió en un mundo de emociones complejas, donde la muerte, la soledad y la pérdida conviven con la esperanza y el amor a través de toda su obra, que aunque corta, me pareció compleja.
En sus primeros poemas, Carranza presenta un mundo cotidiano y lleno de vida, donde la muerte es vista como parte natural del ciclo existencial. Sin embargo, a medida que avanza su obra, el tono se vuelve más oscuro e introspectivo, reflejando un profundo dolor y una sensación de pérdida, me imagino que muy acorde con el contexto en el que ella se desenvolvió.
La autora utiliza un lenguaje sencillo y directo, pero cargado de imágenes poderosas y metáforas que nos permiten vislumbrar la profundidad de su sufrimiento. Las ausencias, y la soledad son temas recurrentes en su poesía, que conmueven y hacen reflexionar sobre la fragilidad de la vida. A pesar de la oscuridad que impregna muchos de sus poemas, la obra de Carranza también ofrece momentos de belleza y esperanza. La naturaleza, el amor y la vida misma son fuentes de inspiración para la poeta, que encuentra en ellos un refugio ante el dolor.
En fin, para mí, la poesía de María Mercedes Carranza es un testimonio conmovedor de la experiencia humana. A través de sus versos, la autora invita a reflexionar sobre la vida, la muerte y el significado de la existencia. Su obra me parece un legado invaluable para la literatura colombiana y universal. Gracias a esa señora en una librería colombiana que me.lo recomendó.
Puede pasar todo el tiempo del mundo, y el mundo en medio tiempo, pero siempre, SIEMPRE, volveré a Kavafiana. Carranza hace una poesía mustia, y rola (no hay mejor adjetivo). Casi se puede percibir dónde cuándo y cómo escribió cada cosa, sintiendo esa melancolía que sólo se existe 2600 metros más cerca de las estrellas. Es una tía completa, pero una tía que guardó la poesía de sus años juveniles y se pudrió con ella, una tía llena de amantes y desamores, una tía que quiere sacar sus recuerdos limpiando su casa. Plasma la cotidianidad de forma tan sinestésica, que se siente uno mismo viviendo en una casa linda, cumpliendo los oficios varios de la directora de la casa de poesía silva, y siendo una gomela del ADM-19. "Conversación con mi hija" Es una forma particular de ver la vida. Me gusta mucho leerlo. "Muestra las virtudes del amor verdadero y confiesa al amado los afectos varios de su corazón", "Elegía" y "Si quieres amor que siga sus antojos" son poemas preciosos.
Sólo la nostalgia puede revivir esa sucesión de muerte: las breves palpitaciones de su cuerpo junto a otro cuerpo, ultimado casi ya por la memoria. Palabras que solo en su momento tuvieron un sentido. Una piel, cierta puerta, algún libro de los que no queda señal, ni huella ni ceniza. No hay testigo ni cómplice: no existen. Sólo la nostalgia, Celestina desdentada y complaciente puede escarbar entre esos desechos y encontrar un gesto, una mirada o una risa que le sirvan para sobrevivir hasta el día siguiente.
La poesía de María Mercedes Carranza no puede dejar indiferente a nadie. Por sus páginas pasa tanto el amor, como la desesperanza, desesperanza que podemos sentir quienes vivimos en Colombia. La última parte del texto, un poema dedicado a cada masacre documentada en Colombia al momento que ella estaba viva, es sin duda una forma de crear memoria por medio del arte, pero ante todo, un testamento de nuestra tierra perdida entre la violencia y la indiferencia.
Poemario exquisito. Si fuese una fruta, sería definitivamente un durazno jugoso y dulzón.
Constantemente sentía que me quería comer todas las hojas y lamer las esquinas para no olvidarme del juego de palabras. Me encantó la figura de casa, patria y el lenguaje efervescente de las cosas simples.
Excelente autora que convive e invita a autores clásicos de la literatura y poesía latinoamericana en guiños de sus escritos.
La “Poesía Completa” de María Mercedes Carranza es un libro que sonríe en la penumbra. Sus versos, encuentran belleza en lo oscuro y consuelo en la herida. La poetisa no huye de la sombra: la habita y la transforma en luz, en palabras que arden y acarician a la vez. Su poesía es un refugio donde la tristeza se vuelve luminosa y la esperanza, obstinada. Leerla nos muestra en sus versos que incluso en la noche, hay belleza y verdad.
Qué decir sobre esta mujer y su poesía, creo que bella se me hace simplista y su prosa fue de todo menos simple. No logro encontrar una palabra, así que tomaré la expresión más fácil de las reseñas: me encontré ahí, en esos versos y fue un viaje por medio de sus letras, mirando el mundo que vio y viendo esa vida que se muere.
Siempre es bueno leer la poesía de esta mujer. Sus versos tienen el poder de tocar cada fibra en mí, hasta las más profundas. Y aunque admito que no tengo el hábito de leer poesía con frecuencia, encuentro siempre en los poemas de María Mercedes un espejo, un aliento, una puerta que me invita a seguir leyéndola. Era necesaria esta edición.
La prosa de María Mercedes tiene una magia que cruza el tiempo como una flecha hacia el abismo. Recorre insondables parajes de la memoria, de la cotidianidad y al final se pierde en la nada de las mismas palabras, hay un cansancio ganado después de muchas batallas perdidas.
Elegí este libro después de oír una conferencia de Luz Mary Giraldo. Vine buscando "El canto de las moscas" y "Oda al amor". Ninguna decepcionó. Descubrí "Las sobras de arroz frito". Sin embargo, quedé con un sinsabor al finalizar el libro. Tal vez traía expectativas que no se cumplieron. Espero volver al libro, con otros ojos y otro estado de ánimo, y tal vez descubra algo más.
Qué pérdida tan grande fue la partida de María Mercedes.
Esta obra completa es la prueba de que la poesía no siempre tiene que ser un lamento, aunque habían algunos que lo eran. Qué dicha escribir como Carranza algún día.
María Mercedes Carranza es una poeta inigualable en Colombia. Increíble, muy buena. Es, aún es, porque no ha muerto. Ni morirá nunca. Su poesía sigue viva y María Mercedes a través de ella.
Es una poeta que debería leerse más: su labor poética cruzó los límites de la pluma y se convirtió en una militancia férrea del poder de la palabra. Una mujer extraordinaria.