Madrid im Dezember 1936: Die deutsche Journalistin Anita Adam ist eine emanzipierte Frau mit politischem Weitblick. Wie viele Europäer will sie die spanische Republik gegen den Putsch der Franco-Faschisten unterstützen. In der Zensurstelle der berühmten Telefónica vermittelt sie deshalb zwischen internationalen Journalisten und der militärischen Führung. Mit ihrem Versuch, das Zensursystem zu modernisieren, macht sie sich dort jedoch gefährliche Feinde. Einen Verbündeten findet sie in Agustín Sánchez, dem Kommandanten der Telefónica. Während sich die beiden allmählich näherkommen, fallen vor der Telefónica die Bomben von Hitlers Legion Condor auf die wehrlose Zivilbevölkerung, und die Front droht aufzubrechen. Ilsa Barea-Kulcsar verarbeitet ihre Erfahrungen während des Spanischen Bürgerkrieges in einem eindrucksvollen und bewegenden Roman.
💣El edificio que en aquel entonces era el más alto de Madrid da título al libro y en su interior se desarrolla la mayor parte del libro. El gobierno republicano instalo en él por ser el principal nudo de comunicación con el extranjero .
💣Isla Novela su experiencia como censora en la guerra. El hilo conductor es la historia no sé si decir de amor..o de vida...del comandante Agustín y Anita. Esto que al principio me desconcertó un poco ,al final es algo secundario que da sentido a una historia y a una realidad de la época . Si me permitís la palabra:que “genia “ parece que habla de amor y hace una gran crítica política 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
💣Hay detalles únicos ,que solo puede conocer alguien que haya vivido la guerra civil española :Los refugiados en los sótanos ,el espionaje ,la desconfíanza ,los paseos”,el racionamiento,la burocracia movida por intereses,organizaciones sindicales,el trabajo de las telefonistas,alertas aéreas ...
💣Isla vivió y sintió la guerra española como suya,entendió la importancia de la prensa y la comunicación con el extranjero como un “arma” más para terminar la guerra.
💣Salvando las distancias me recordó a lo que sentí leyendo “Homenaje en Cataluña “ de Wells,ellos vivieron la guerra y relatan hechos y vivencias cada uno a su manera que no dejan de ser un aporte inestimable al conocimiento.
💜Destacar la biografía de la autora,una mujer inteligente,independientemente,luchadora ,con ideales . Por medio de la ficción nos transporta a una realidad,hace una crítica a los medios de comunicación de la época y retrata a la mujer española conservadora donde las mujeres o eran esposas o eran amantes .
📚Ahora tengo en mis pendientes inmediatos “La forja de un rebelde “ de Arturo Barea,creo que en el segundo tomo “Las llamas”nos habla de Isla y su historia personal.
👏🏻Felicitar a la editorial porque nuevamente ha recuperado una autora que merece un gran reconocimiento.
📌Aquí lo dejo porque tengo el libro lleno de pos.it y me podría pasar la noche mencionando detalles y eso lo tenéis que ir descubriendo vosotros 😜.
Abandonado. No es un buen libro. Lo que me parecía un tema muy interesante ha terminado siendo una retahíla de críticas y envidias entre mujeres a ver quién se ligaba a uno de los protagonistas.
En su día leí la trilogía de Arturo Barea, La forja de un rebelde, y recordaba su narración de la época de la Guerra Civil en Madrid. Barea trabajaba en el edificio de Telefónica y fue allí donde se conocieron mientras ella era censora de los corresponsales extranjeros. Me apetecía este libro para leer su versión pero ha sido un chasco absoluto. Donde Barea, sin ficcionar nada, conseguía recrear el ambiente en la ciudad, el miedo, la esperanza, la incredulidad ante la enormidad de la situación y la indiferencia de Europa, Ilse Barea nos presenta un folletín, una sucesión de personajes que parecen propios de una mala telenovela. Telefónica es una novela perfecta para tomarla como referencia para un guión de serie de mediodía: el galán (Arturo Barea), la fea pero inteligente (Ilse) y que conste que esa definición se la da ella misma unas diez veces en todo el texto, la mujer cruel y despiadada que hace infeliz al galán (la mujer de Barea) y la superficial y frívola Paquita (amante de Barea). Ahí si le veo futuro, como guión de serie.
Ilse ficciona toda su historia y donde en Barea encontrabas calidez, textura y emoción:
«En la mañana, la parte más extraordinaria de mi experiencia fue su naturalidad. No tenía el sentimiento de haber conocido por primera vez a u na mujer, sino de haberla conocido de siempre. De siempre no en el curso de mi vida, sino en el sentido absoluto, antes y fuera de esta vida mía. Era una sensación semejante a la que sentimos algunas veces cuando paseamos las calles de una vieja ciudad: llegamos a una placita silenciosa y de golpe sabemos: sabemos que hemos vivido allí, que lo hemos conocido siempre, que lo único que ha pasado es que ha vuelto a nuestra vida real y nos sentimos tan familiarizados con las baldosas llenas de musgo como ellas lo están con nosotros. Sabía lo que ella iba a hacer y cómo sería su cara, igual que conocemos algo que es parte de nuestra propia vida, algo que hemos viso sin necesidad de mirarlo».
Encuentras aquí cartón piedra, estereotipos, disfraces de poliester y vergüenza ajena.
«-Siempre he querido desempeñar un papel. Eso ahora se está desmoronando. Soy una extraña para todos vosotros, sobre todo para Georg. Simplemente ya no soy su mujer. Lo he sabido hoy y ayer cada que he sido consciente de que podía morir. Nuestro matrimonio ya no existe, o sea que debía de ser frágil. Se lo voy a tener que decir le tengo demasiado cariño como para engañarlo. Pero Stephen, si antes de eso muero aquí, no le digas nada, solo le haría daño inutilmente, y ya he hecho bastante. [...] ¿Te refieres a si quiero arrojarme de lleno a historias amorosas? En absolito. Me tomo a mí y a los otros demasiado en serio para eso. Por otro lado, todo lo demás es más importante en este momento. Me gustaría formar parte de alguien, pero amar es algo raro y valioso. Si quiero hacer algo de verdad y con sinceridad, lo haré, pero no me lo propongo.».
Me ha costado terminarlo pero lo he hecho por cabezonería. Esta novela no se publicó nunca y quizás hubiera sido mejor idea seguir sin publicarla.
La novela nos lleva al Edificio Telefónica de Madrid durante cuatro días de la Guerra Civil Española, del 16 al 19 de diciembre de 1936, siguiendo el día a día de varios personajes: corresponsales extranjeros, refugiados del sótano, militares de la República, comunistas, anarquistas y de los dos personajes principales, la censora alemana Anita y el comandante Agustín Sánchez. "Ay Dios, ojalá no estuviera presa de esas expresiones tan manoseadas. Es demasiado fácil. No puedo escribir. Tendría que censurar mi propio artículo. Estos españoles no permiten que se escriba la verdad. Y la verdad, ¿qué es? Nosotros tampoco entendemos su verdad. Aquí hace un frío tremendo. Y todo tan desordenado. Apesta a tabaco americano. Prefiero quedarme en este lado de la sala; si estalla un obús ahí fuera no tengo por qué ponerme precisamente en su camino. O una granada en esta sala. Ni siquiera llevo puesta ropa interior limpia". Anita llega como censora a la oficina de prensa extranjera de la Telefónica y a los cinco minutos cae mal a todo el mundo, sobre todo a las mujeres españolas que trabajan allí y eso es precisamente lo que peor me ha caído del libro, lo mal que se retrata a las mujeres y las relaciones tan malas que tienen, siempre basadas en los celos. La historia de Anita y Agustín podría haber desaparecido del relato y el libro habría ganado muchísimos puntos. Por lo demás, como documento de la guerra está bien, resulta curioso por la localización y cómo explica las inquinas que se tenían unos a otros dentro del ejército de la República, que no era ni mucho menos un frente común. "En cuanto la censura comenzó a trabajar más rápido y fue más suave con los artículo que no mencionaban cuestiones relativas a la seguridad militar, el ambiente entre muchos corresponsales empezó a cambiar. Claro que otros - entre ellos no pocos que más tarde escribirían libros sobre la Guerra Civil - solo veían a la "chusma roja" y no estaban dispuestos a distinguir entre entre anarquistas, anarcosindicalistas, socialistas, comunistas o simples republicanos, a pesar de que las diferencias eran profundas, a veces incluso llegaban a la lucha armada, lo que dificultaba infinitamente la organización en el lado republicano". Lo que más me ha gustado es el relato de la propia Ilsa al final del libro, en el que explica su experiencia, ya sin literatura de por medio, en la Guerra Civil.
Tenía unas ganas inmensas de ponerle las manos encima desde que llego a librería. Cualquier obra que hable del periodo del Madrid en guerra me llama automática la atención. Contaba además con el atractivo de centrarse en un punto neurálgico, la telefónica, lugar importante durante ese período y objetivo de ataques aéreos. Pues bien, desgraciadamente tengo que coincidir con muchas de las críticas a este libro. Los personajes carecen de profundidad, son estereotipos y así continúan toda la novela. Me ha sorprendido la dureza con que la propia autora se dirige a su protagonista (teniendo en cuenta el carácter autobiográfico) y peor aún la tipología de mujeres que existen en Madrid para ella en ese momento y que desde luego no salen bien paradas. Esposas malvadas, luchas con amantes, mujeres de escasa reputación...por no decir que todas las mujeres de la telefónica tienen en mente solo conseguir hombres, porque claro están en guerra y hay que vivir la vida. Solo hay otra mujer que parece agradarle, y vaya, también es fea y de pueblo. Mientras lo leía, no me di tanta cuenta hasta que me senté a analizarlo. Todo dicho que a partir de la pagina 150 más o menos, comencé a leerlo por compromiso porque se me hizo bola. Al final es mucho cliché, parece mentira que la señora estuviese allí, porque sinceramente lo plantea todo como un cachondeo de obuses que caen por la Gran Vía, que hacen pupa a la gente; prejuicios a mansalva entre personajes sacados de una novela rosa y poco más. Qué pena, qué grandes mis expectativas y como difieren del resultado. No compararé la obra con la de su marido porque tal comparación no tiene ninguna fundamentación.
Como testimonio de como fue el ataque falangista sobre Madrid durante la Guerra Civil y de como funcionaba la organización de la censura, el libro es muy interesante. Sin embargo, los personajes son planos y sin ningún tipo de profundidad, responden a arquetipos, y los propios prejuicios de la autora se notan durante todo el texto: el campesino iletrado e ignorante pero voluntarioso, las mujeres guapas y tontas contra las feas y listas. Su estructura folletinesca le hace trepidante y poco tiempo pasa sin que ocurra algo nuevo. La edición de Hoja de Lata es detallada e incluye amplia información sobre la autora y sobre sus fuentes. Tremendamente reales son las consecuencias de la guerra que describe y todos los hecho históricos mencionados, que ocurrieron tal cual.
Puede que, por la temática y la autora, que no conocía más allá de ser la esposa de Arturo Barea, tuviese las expectativas altas y me ha dejado bastante fría, relata cuatro días en el edificio Telefónica de Madrid durante el invierno de 1936 cuando Madrid estaba sitiado y rodeado por las tropas franquistas, en esos cuatro días resume toda su estancia en Madrid, hay muchos personajes, quizá demasiados y por lo tanto no profundiza en ellos, es bastante superficial y hay muchos tópicos. La lectura, a pesar de tantos personajes, resulta fluida y refleja un momento decisivo en la toma de Madrid que se produciría tres años después, en 1939 y dando por finalizada la guerra civil. Los personajes principales, bajo otros nombres, son la autora y su marido Arturo Barea, la relación entre ellos la relata de forma muy liviana. Lo que sí me ha gustado y mucho ha sido la última parte, la biografía de Ilsa, como evoluciona su pensamiento político, sus diferentes exilios, sus problemas económicos, y la vuelta a su lugar de nacimiento despues de la muerte de Barea, su compromiso político, sus relaciones con distintos autores de varias partes de Europa y su correspondencia con ellos, ahí conocemos mejor a la verdadera Ilsa Barea.
Vino de regalo, y por eso, que si no... Volver duele y se teme, pero si lo hizo Ilsa, en un regreso inmediato y con el dolor aún supurando, rodeada de muertos, desaparecidos, ejecutados y exilio, al hacerlo con 80 años cruzados, cómo no iba a ser posible. Hasta reconcilia. Porque en la fractura del bando propio, en la derrota que más que se intuye, en la perversión que se avecina -y que es la manera de resistir-, en los ideales que se extiguen entre el abandono y la ineficacia, en cada desfallecimiento hay una esperanza que persiste y pervive, por qué no hoy. Con ese interés se hizo, como folletín que lo es en sentido estricto, con la ligereza de estilo implicíta, con el frenesí de acontecimientos como guía, amores que triunfan y el añadido de un sutil, lejos del fanatismo, propósito pedagógico-fidelizador-militante. Qué siglo aquél; qué difícil estar a la altura. Ah, quien sea periodista encontrará aquí algunas lecciones sobre los límites de la propaganda y la eficacia de la información. Por tanto, gracias, que vino de regalo.
Raramente abandono una novela, pero, lamentablemente, no he sido capaz de continuar con la lectura. He dicho lamentablemente porque el escenario de la novela no me podría resultar más atractivo, pero, sin llegar a esperar una gran novela como "La Esperanza" de Malraux, sí que buscaba algo literariamente potable. No ha sido el caso. Narración estereotipada, sin apenas interés formal y con un pobre tratamiento de los personajes y del ambiente. Decepcionante.
Me ha parecido muy buena la manera de contar los líos de las diferentes facciones republicanas en unos días tan difíciles y decisivos de la historia de España. Con el hilo argumental de la historia de Anita y Agustín se va desarrollando todo. Muy interesante.
Novela basada en hechos reales de la vida en el edificio de la Telefónica, durante el asedio de Madrid en 1936. El punto de vista de una militante socialista alemana, políglota, asignada a la censura de los artículos de los corresponsales extranjeros. Interesante, un poco adoctrinadora...
Se me ha hechi bola. Me he leído algo más de la mitad. El tema me gusta mucho, pero tiene un estilo demasiado periodístico para engancharme al principio de curso. Me da pena
„Das alles war nun der Zielpunkt für die Kanonen und Fliegerbomben der Faschisten. Sie haben recht, wenn sie uns zerstören wollen, dachte Agustín. Wir sind eines der Nervenzentren von Madrid.“ (Zitat Seite 19)
Inhalt Der 16. November 1936 ist für den Journalisten Stephen Johnson aus London der erste Tag in Madrid. Die vom Bürgerkrieg umkämpfte Stadt steht unter Beschuss, die faschistischen Truppen Francos wollen die Stadt einnehmen, noch halten die Republikaner mit Unterstützung durch die Internationalen Brigaden an der nahen Front stand. Auch für Anita Adam ist es der erste Tag in Madrid, gestern aus Valencia eingetroffen, übernimmt sie an diesem 16. November 1936 ihre erste Nachtschicht als neue Leiterin der Zensurstelle. Sie alle treffen in der Telefónica, der Telefonzentrale, aufeinander. Diese ist der einzige Ort, von dem aus die internationalen Journalisten mit dem Ausland telefonieren können und so ihre Berichte weitergeben. Agustín Sánchez, der Kommandant der Telefónica, ist verschlossen, sehr misstrauisch, aber auch korrekt und ehrlich. Anita Adam braucht seine Unterstützung, denn sie will eine offenere Berichterstattung ins Ausland ermöglichen, lässt mehr zu. Dadurch schafft sie sich sofort Feinde. Da sie eine Frau und dazu noch Deutsche ist, wird ohnedies jeder ihrer Schritte mit Argwohn beobachtet. Die Telefónica ist die einzige Verbindung zwischen dem belagerten Madrid und der Welt draußen und die Angst vor Spionage und Sabotage ist entsprechend groß.
Thema und Genre In diesem Roman mit geschichtlichem und autobiografischem Hintergrund geht es um den spanischen Bürgerkrieg. Im Mittelpunkt steht die Telefonzentrale von Madrid, dreizehn Stockwerke und zwei Kellergeschoße, als Stadt in der Stadt für die Personen, die hier arbeiten und leben. Themen sind Formen der journalistischen Berichterstattung zwischen Objektivität und Menschlichkeit, vor allem jedoch das Zusammenleben dieser vielen unterschiedlichen Menschen, ihr Verhalten, ihre Gefühle zwischen Intrige, Freundschaft, Eifersucht und Liebe.
Charaktere Mit ihrem Roman will die Autorin an die Schicksale der vielen Menschen erinnern, die diese Belagerung Madrids erlebt haben. Da sie selbst einige Monate in der Telefónica verbracht hat, sind ihre Figuren authentisch und so unterschiedlich wie im realen Leben. „Die Telefónica war der Wachturm und das Wahrzeichen Madrids in jenen ersten Belagerungsmonaten, als die Menschen über alle die kleinen Ängste und kleinen Tapferkeiten ihrer Einzelleben hinaus zu einem kämpferischen Volk verwuchsen.“ (Zitat Seite 6, Vorwort der Autorin)
Handlung und Schreibstil Der Zeitrahmen der Handlung umfasst nur vier Tage. Ort der Handlung ist die Telefónica und die sie umgebenden Straßen mit Bars und Restaurants. Die einzelnen Kapitel sind in vier übergeordnete Teile zusammengefasst, wobei jeder Teil einem Tag entspricht. Im Mittelpunkt stehen Anita Adam und Agustín Sánchez und ein Kreis von Figuren, typisch für die Vielfalt, Funktionen und Lebenssituation der Menschen, die damals in der Telefónica beschäftigt waren. Es sind unterschiedliche Schicksale und Geschichten, die abwechselnd erzählt werden, personal die einzelnen Figuren in den Mittelpunkt stellen und so eine weit gefächerte Vielfalt an unterschiedlichen Meinungen, Erlebnissen, Gedanken, Eindrücken und Verhalten schildern. Ein ausführlicher persönlicher Bericht der Autorin über diese Zeit und die Hintergründe dieses Romans, sowie das Nachwort von Georg Pichler vervollständigen dieses Buch.
Fazit Ein auch auf Grund des realen Hintergrundes sehr interessanter Roman mit zeitlos aktuellen Fragen zum Thema Journalismus und Berichterstattung, der durch seine Spannung, die eindrücklichen Schilderungen, sowie die lebhafte Vielschichtigkeit der Figuren zu einem überzeugenden Leseerlebnis wird.
En los primeros días de guerra en Madrid, la alemana Anita Adam llega para encargarse de la censura de prensa. En un momento en el que todo el mundo tiene claro que la ciudad va a caer, nadie puede permitirse ni un error, y Anita, con sus modos extranjeros, su mal español y su abierto criterio de cómo llevar la censura, se encontrará pronto metida en un embrollo más grande del que puede gestionar.
Me ha costado entrar en este libro, y al principio me ha hecho sentir hasta incómodo. Es una biografía apenas novelada: la autora, igual que la protagonista, vino a España a echar una mano a la república y acabó encargada de la censura en el edificio Telefónica. Allí, se enamoró de un oficial superior, igual que le pasa a la protagonista.
Con este trasfondo, el hecho de que todos los personajes respondan a estereotipos (los españoles fanfarrones y valientes, las españolas pasionales y celosas) me hace recordar esos cuadernos de viaje que escribían los intelectuales franceses en el siglo XIX sobre lo pintoresco que era un asalto bandolero español, olé. El hecho de que la primera mitad de la novela sea un montón de personajes planos pensando en follar no ha ayudado, la verdad.
Aun así, la segunda mitad mejora. Los personajes siguen siendo estereotipos, pero son más variados, cambian incluso un poco y la trama es más entretenida.
La traducción es excelente. La biografía de 40 páginas de la autora que hay al final me sobró bastante, la verdad.
Un libro importante por la parte histórica y el reflejo de la experiencia real de la autora durante la guerra en Madrid. Aunque tiene muchos puntos a favor, como novela deja algo que desear, por eso mi valoración.
Un relato sencillo que se transforma en un tesoro por estar basado en la experiencia personal de la autora. Tan interesante la historia en sí como la biografía que la acompaña esta edición de Hoja de lata. Recomendable.
Ilsa Barea-Kulcsar pretende informar, mediante sus propias experiencias, a los lectores, y especialmente a las lectoras, sobre la Guerra de España, el asedio a Madrid, las tensiones ideológicas en la parte republicana, y proclamar la necesidad de la emancipación femenina