En materia gris, noveno libro de Andrés Anwandter, el poeta continúa y ahonda su exploración crítica de la memoria y de la contingencia que ha caracterizado su obra reciente. «Si un poema es capaz de preservar algo, lo hace justamente por medio del sonido de las palabras que lo componen», declaró en una entrevista, sintetizando una de las claves de su trabajo con el lenguaje. Según advierte Diego Zúñiga, «su poesía —que cada vez mira con mayor atención a su entorno social— se pregunta constantemente por la posibilidad de que las palabras logren llegar a algún lugar (...) Con versos de una o dos palabras, el ritmo quebrado y las imágenes que aparecen de a pedazos, Anwandter va esclareciendo ese retrato oscuro hasta descubrirnos algo nuevo, hasta construir, muchas veces, una cotidianeidad abrumadora».
Tuve la suerte de que Andrés visitara la librería hace un par de días y pudimos conversar en extenso sobre muchos temas, aquel privilegio permite entender o vislumbrar un poco más la delgada linea entre escritor y persona. "materia gris" es un libro sincero, escrito desde la misma -cotidiana- condición humana, no pretende ser más de lo que es y eso justamente lo convierte en un hermoso libro.
Al escribir esta reseña, llevamos 4 días de un despertar de la conciencia popular en toda su expresión: manifestaciones, cacerolazos, piquetes de resistencia, avance ante un estado de emergencia y represión bajo toque de queda en las principales ciudades del país. Chile permanecía indolente ante tanta injusticia, hasta que no aguantamos más. Soy parte de ese descontento social y me abruma pensar que la respuesta ante ello es represión y balas. Porque no tienen otra forma de enfrentarnos. Y así vamos cambiando el rostro de una sociedad que no estaba ida, sino que sólo dormida. Como este poemario que transita por una cotidianidad que parece lejana, con atisbos de recordar una dictadura que intento mancillar el espíritu de lucha ante la injusticia y que no pudo del todo. Esa poesía que ayuda a descongestionar la cabeza en momentos de bruma, pero que sabemos que tendremos que llegar a un buen puerto para salvaguardar nuestra dignidad como pueblo. Quizás Andrés no pensó que este poemario funcionara de esta manera, pero así se debería re interpretar la poesía misma, como una bandera de lucha.
(...) “esta bala no desea ser noticia/sino mera poesía y dejarles/en lugar de moraleja/en redes sociales/guerras lejanas/una imagen alojada en sus cabezas” “como si nada/amontona/uno sobre/otros/lugares/comunes/en precario/equilibrio/castillos/de naipes/que nunca/en su vida/han intentado/realmente/construir/el futuro/con un casco/imaginario/de ingeniero/y los planos/enrollados/bajo el brazo/se pasea/por la obra/mientras los maestros/de reojo/lo miran con desprecio” “el tiempo en juegos/de lenguaje/donde enjuaga periódica/mente su lengua/restregándole la ideología/en vano/saca su machismo a relucir/cuando está borracho” “capturados/por unas cámaras/de seguridad/que reproducen/varios medios nacionales/como prueba de nada/enviarán de todos modos/más carabineros/para aterrorizar a los mapuches” (...)
Este poemario de Andrés Anwandter, me parece una obra refrescante, profunda y muy crítica. Con un ritmo que se me hizo muy natural, aborda temas complejos como la guerra, la muerte, la distancia, los abusos. Todo desde la cotideanidad.
El hablante lírico es una persona común y corriente (según mi perspectiva, alguien con una vida similar a la mia) que reflexiona sobre su existencia y el devenir del mundo actual.
De forma muy concisa expresa bastante y eso cala profundo en el lector. Unos pocos versos abordan una idea compleja, que queda revoloteando durante un buen rato, en la mente, en el corazón y la piel.
Agradezco haberlo releído, pues lo sentí mucho más ahora que el año pasado. Las nuevas experiencias nos hacen nuevos lectores 💙
ser blanco para los negros gris para los jóvenes más o menos amarillo para algunos definitivamente rojo para otros han tratado de convencerme en volverme azul alguna vez pero uno se jura verde por dentro se acuesta al sol sin bronceador a tostarse y duerme después olvidado por años en un saco de arpillera un puñado de granos de café molido la mañana siguiente barajo sin apuro la jornada que viene detrás de los cerros el cielo carece de todo color
Me gustó mucho “cuando voy al trabajo” y “después de la lluvia”. Libro leído el 25 de febrero de 2025 aka el día que se cortó la luz en (casi) todo el país,