En este libro evaluamos el escenario de formación de futuros lectores. Cuáles son los aminos para desarrollar comunidades de lectura desde la biblioteca escolar. Las respuestas a esta pregunta pasan por proyectar una visión coherente a nivel de la escuela en torno a la lectura, que apunten primero a articularse con prácticas y realidades actuales, sobre todo integrando el ámbito digital. Pero también es necesario enfrentar con creatividad la mirada existente sobre las actividades de aula ligadas a la lectura, favoreciendo el desarrollo de lectores que elijan lo que necesitan y quieren leer. Mediante la formación de una colección diversa y una gestión centrada en la formación de lectores, en este libro insistimos en la articulación entre la biblioteca escolar y la comunidad educativa, convencidos de que con creación e innovación es posible formar lectores y ciudadanos para el siglo XXI, que buscan interpretar y entender el mundo, comprometidos con la diversidad de experiencias y de iradas.
Qué falta me hacía leer un libro así, que guíe paso a paso y en términos concretos cómo llevar a cabo una biblioteca escolar. Si bien hay documentos disponibles a través del CRA, no había podido acceder a una guía tan concreta y enfocada en la realidad nacional (aunque reconozco que es mi parte débil de la formación). En algún momento consideré darle solo 4 estrellas porque lo siento un poco repetitivo, pero creo que se puede perdonar por lo claro y enfático que es el mensaje. Invito a cada persona a cargo de una biblioteca escolar a leer este texto y cuestionarlo en torno a su propia realidad. No es un manifiesto cerrado que impone instrucciones; más bien es una invitación a repensar nuestra biblioteca en nuestra comunidad, y a considerar herramientas estandarizadas bajo una bibliografía cuidadosamente escogida. Me siento agradecida e inspirada tras haberlo leído, y sé que volveré al libro y a mis apuntes de manera constante en el tiempo.
Lectura totalmente necesaria para quienes trabajamos y dirigimos bibliotecas escolares. Se ajusta bastante a las condiciones políticas y económicas del país y considera diferentes realidades escolares, pero promueve siempre la mejora de diversos aspectos claves del funcionamiento de una biblioteca, con énfasis en las y los estudiantes. Corto, conciso y de fácil lectura, me ayudó bastante a cuestionar prácticas y medidas mías y de mi equipo, y a considerar nuevas e innovadoras herramientas que puedo aplicar. Falta más bibliografía de este tipo y es un excelente punto de partida. Me hace entender con más claridad que trabajar en una biblioteca requiere de mucho cariño. Es una lectura sin duda orientadora y motivante. A lo mejor le falta incorporar el aspecto lúdico que deben desarrollar las bibliotecas, en relación con el juego y el aprendizaje, pero eso daría para otro texto.