MICHAEL MERECÍA MORIR

by Jackson Bellami

rare book

380 pages, Paperback

First published January 11, 2019

Reviews

[Aida · Rating 4 out of 5]

4.5/5

Si sois lectores asiduos de mi web, sabréis que una de mis temáticas preferidas es el thriller. Por lo tanto, cuando descubrí que este libro envolvía un misterioso asesinato y que estaba ambientado en un instituto típico americano, no pude resistir la tentación. Ahora que ya lo he leído, ¡estoy muy contenta de haberle dado una oportunidad!

Nada más abrir el libro, nos encontramos con una nota que nos recomienda acudir a la lista de reproducción de la novela cuando aparezca alguna referencia musical, para así poder disfrutar más de la experiencia lectora. Ha sido todo un detalle porque definitivamente se crea una atmósfera inolvidable y especial. Aquí tenéis la lista de reproducción de youtube con esas canciones por si sentís curiosidad. Una vez dicho esto…¡sigamos con la reseña!

En el instituto de Old Abbey, situado en la ciudad de Greenwood, no todos los alumnos tienen los mismos privilegios. Existen los Corrientes, los Cerebrines, los Microchips, las Desanimadoras… calificativos que los miembros de la Corte, también llamados los Populares, han definido para ellos. La Corte está formada por un grupo de adolescentes con ansias de poder cuyo jefe, el rey, es quien tiene el mayor poder y la última palabra.

Michael Foley ha sido elegido como rey y parece ser que no por ello está exento de peligro, puesto que una noche como cualquier otra, acaba muriendo asfixiado frente a sus compañeros de la Corte. Todos los testigos son conscientes de que se han convertido en sospechosos del crimen y que cualquiera de ellos ha podido ser el o la responsable de este trágico suceso. Debido a esto, el sheriff Owen entra en acción junto con su ayudante más veterana, Monica Carlyle y junto con el inspector Ross Adams. Ellos serán los encargados de investigar el crímen, pero… ¿descubrirán quién ha asesinado al famoso Michael Foley?

La historia está narrada de forma muy interesante y amena, ya que existen dos líneas temporales que se van intercalando: pasado y presente. La historia del pasado está narrada en primera persona por Michael y nos cuenta sus vivencias y pensamientos de forma muy íntima. Su inicios de capítulos cuentan con una M mayúscula. En cambio, la historia del presente está narrada en tercera persona y varios personajes serán los protagonistas, todos relevantes y con algo que ocultar. Gracias a esto, conoceremos algo más a nuestros miembros de la Corte y a los amigos, enemigos y familiares de Michael. Esta mezcla de líneas temporales ha sido todo un acierto porque así hilaremos mejor la historia a la vez que nos sorprende. Además, siempre nos mantiene en vilo porque hay finales de capítulos muy buenos.

Hablemos un poco de los personajes de esta novela. Nuestro protagonista indiscutible es Michael (Mike), un chico que tiene el mundo a sus pies y que no duda en realizar las mayores gamberradas e injusticias para mantener su posición…hasta que conoce a Charlie, un chico de los Corrientes. Y es que nuestro querido Charlie será el encargado de cambiar el mundo de nuestro protagonista a mejor.

A pesar de todo, Michael mantendrá una lucha interna para no perder su posición social debido a esta nueva amistad. Por esto es un personaje que sufre una tremenda evolución y al conocer de primera mano sus verdaderos y confusos sentimientos, estaremos viviendo dicha lucha también. Probablemente acabaréis con sentimientos encontrados con respecto a Michael; estoy segura de que no os dejará indiferentes.

Por otro lado, tenemos a los miembros de la Corte: Steve, Kelly, Becca, Armie y Billy. Todos y cada uno de ellos tienen algo oscuro que ocultar y estarán dispuestos a llevar sus secretos a la tumba. Pero parece ser que Michael tiene otros planes para ellos…incluso después de morir. No quiero hablaros más detalladamente de estos personajes porque lo mejor es que los conozcáis vosotros, pero solo os diré que odiareis a más de uno (o incluso a todos).

Mis personajes preferidos son Charlie (el chico que se hace amigo de Mike) y Ryan. Ryan es el hermano de Michael y es un personaje que, a pesar de que pasa desapercibido, tiene un papel muy importante en esta historia. Es la pequeña voz de la consciencia de Michael y nos sorprenderá y nos enamorará por su humor.

Esta historia también trata temas trascendentales y que no hay que dejar pasar. El bullying, la diferencia social, la discriminación y la homosexualidad son algunos de esos temas que son necesarios visibilizar y tratar. Los alumnos del instituto sufren acoso y maltrato por parte de los miembros de la Corte. El miedo que sienten es tal que no son capaces de dar la cara. Incluso para los profesores es imposible controlar el caos.

El desenlace del libro me ha parecido excelente. Es una historia magnífica, bien hilada e impactante de principio a fin. Aunque aquí tengo que confesar que adiviné antes de tiempo quién era el asesino de Michael (mis dotes de detective se están puliendo poco a poco). Igualmente se disfruta de esa tensión y misterio puesto que no estaremos 100% seguros de nada.

Es la primera vez que me enfrento a la pluma del autor y solo puedo decir que es magnífica. Me ha cautivado por completo. La sinceridad de sus palabras es destacable y he sentido en todo momento ganas de continuar con la historia. Definitivamente, me animaré con su otra novela ya publicada titulada Querido asesino.

Michael merecía morir cuenta una historia de lucha y malas decisiones, pero que también tiene su toque de esperanza, amor y amistad. Es un libro muy importante y necesario actualmente porque nos enseña que las decisiones que tomamos tienen sus consecuencias y que no todo en esta vida es blanco o negro… Pero lo que más destaco de todo, es que el autor ha sabido transmitir perfectamente la importancia de ser fieles con nosotros mismos. Todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, pero hay que luchar para no perder esa luz y seguir a nuestros sentimientos.

Y vosotros, ¿también pensáis que Michael merecía morir?

[Isabel María Sierra García · Rating 4 out of 5]

Michael Merecía Morir presenta a La Corte, un grupo de jóvenes que acuden a estudiar al centro Old Abbey. Forma un grupo distinguido que domina el instituto. Todos deben cumplir sus normas o sufrirán sus severas consecuencias. Está liderado por el rey, Michael Foley, que tiene como caballeros a: Steven Carlberg, John Armitage y Billy Bradford, y como no, las chicas; Becca y Kelly. El día a día en los pasillos en el instituto transcurre dentro de lo que considera normal, siempre que el ojo juicioso de La Corte no lo considere cualquier acto motivo para ser castigado para dar ejemplo.

Michael Foley se siente orgullo por su papel de rey y por ser el capitán del equipo de futbol, le gusta sentir la seguridad que le proporciona. Tiene ideas claras para su futuro: conseguir una beca deportiva para la universidad. Tiene una familia perfecta. Pero la percepción del mundo de Michael cambia cuando se cruza en su camino Charlie, un chico puro, valiente y leal. Desde ese momento, el rey luchará consigo mismo para pelear contra sus conflictos internos y así tomar el camino correcto. Se enfrentará en elegir decisiones para arreglar situaciones injustas desde su punto de vista. Ello es lo que marca el ritmo de historia.
La narración de Michael Merecía Morir es fantástica, permite que el mensaje de cada frase llegue con fluidez y así logra que la historia fluya sola dando la sensación de que no se está leyendo. Igual ocurre con los personajes, están perfectamente caracterizados: son profundos, poseen defectos como virtudes, tienen debilidades y sueños. La trama está marcada por una serie de acontecimientos que afectan a los personajes sufriendo las consecuencias, lo que impone a que evolucionen. Son realistas y muy creíble.

Lo más destacable de Michael Merecía Morir es la trama, está también hilada que en ningún instante se descubre el pastel, hasta que no llega su momento. Es muy difícil no contar como se presenta la historia, pero no quiero desvelar nada porque el libro se merece ser leído e ir descubriendo todos los secretos de los personajes, que son muchos, y así poder hacer un juicio propio de opinar si está bien o mal de cómo actúa Michael. Los capítulos se intercalan entre el presente y el pasado. Es como si fuéramos jurados y se nos presenta todas las pruebas. Al final tendremos que decidir el veredicto: culpable o inocente. Otro punto que domina Michael Merecía Morir es que libera las emociones; la novela es todo corazón, hace que se perciba lo que sienten los personajes, permitiendo experimentar: rencor, miedo, valentía, envidia, celos, amistad, amor, generosidad...

Conclusión: Michael Merecía Morir es una novela juvenil, pero que recomiendo para cualquier público. Cumple con su objetivo, captar al lector para empatizar con la historia y así crear un vínculo fuerte con los personajes, que es lo que me ha ocurrido. Posee el toque justo de tensión, misterio y cómo no, de amor. Ha sido muy buena lectura con un gran final.

[forolibro · Rating 5 out of 5]

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– GUSTARÁ:
A aquellos lectores que disfrutaron con la anterior obra de Jackson Bellami, Querido asesino, ya que el tono, su universo y el contexto de la trama son bastante parecidos. Gustará a aquellos que capean bien el temporal en lecturas intergéneros donde los recursos de varios tonos narrativos se juntan en una misma obra, saltos temporales y videoblogs incluidos. Será también del gusto de aquellos lectores rebeldes que defienden su derecho a ser felices y a mantener sus ilusiones por encima de acosadores y verdugos. Seguidores de misterios, sospechas, cluedos e investigaciones policiales también gozarán con este volumen.

– NO GUSTARÁ:
A aquellos que se les pasó el arroz de los años juveniles, de sus miedos, sus retos, sus enfados y sus descubrimientos personales y sociales. La presente novela es netamente juvenil en su planteamiento y problemática moralista. Los que ya no recuerden cómo transitaron por la edad del pavo y piensan que la etapa adulta es un automatismo y no una consecuencia lógica de una transición que lleva su tiempo y su sangre, sudor y lágrimas anejas, no encontrarán aquí su lectura. Tampoco gustará a los que busquen únicamente un thriller o una novela policíaca al uso de caza al asesino.

– LA FRASE:
“Me gusta disfrutar de las ruinas a solas. Me pierdo imaginando las historias que han presenciado estos árboles, las conversaciones que han oído estas paredes o las reuniones llevadas a cabo en este lugar. Fue un refugio para soldados heridos durante la guerra de Secesión y se convirtió poco después en la mansión de un hombre atormentado. River House debió de ser un lugar increíble en su momento, y me gusta cerrar los ojos para poder verlo así, con sus altos techos y sus ventanales cubiertos por las cortinas. Ese es el motivo por el que siempre vengo antes que los demás. Me gusta soñar que una vez alguien vivió aquí, ajeno al mundo, bajo sus propias normas”.

– RESEÑA: Podía haber sido en cualquier otro lugar, pero tanto en Querido asesino (primera novela de Jackson Bellami) como en la presente, Michael merecía morir, nos vamos a Misuri, EEUU. ¿Y qué pasa en Misuri?, pues para este autor muchas cosas. Es en este estado del medio oeste americano con una densidad de población de tan solo treinta y tres habitantes por kilómetro cuadrado, de boscosas mesetas y verdes praderas con el río Misuri y el Misisipi como baluartes de su geografía y confidentes de sus historias más ocultas y donde tras la fachada de idílicas familias de césped recién cortado y tartas de zanahoria enfriándose en el alfeizar de la ventana, subyacen terribles secretos. Recuerden que en el mismo Misuri se encuentran los Ozark, lugar que da nombre a la divertidísima homóloga serie de Netflix. Allí también hay un instituto que, aunque no tiene una Corte reconocida, sí pululan con descontrol, las drogas, el alcohol, el sexo, la mafia local y foránea. Hay un patrón común en la América menos cosmopolita. Las grandes distancias y el poco contacto personal y vecinal origina grupos endogámicos que se perpetúan en unas conductas definidas en barrios e instituciones siempre recelosas de las figuras externas, y es por ello que siempre intentan mantener sus privilegios en su cortijo personal. El incansable periodista y director Michael Moore nos ha contado en infinidad de ocasiones que la sociedad estadounidense desde siempre ha sido sometida al yugo de la farsa de la amenaza exterior, ya sea con el imperio inglés, con los indios nativos o con los sátrapas petrolíferos del lejano oriente como excusas. El pueblo norteamericano lleva los términos de la autoprotección al paroxismo. Siempre temen al vecino diferente, al que no se pliega a compartir con ellos la barbacoa de los domingos o a beberse unas cervezas en el porche de casa al atardecer. Una sociedad tan cohesionada en las formas, en los ritos y en las costumbres que va a ofrecerte una cesta de bienvenida cuando llegas a tu nueva residencia, no como muestra de cortesía y bienvenida, sino para intentar ver qué escondes en tu sótano (Lo que la verdad esconde, Robert Zemeckis, 2000). Este miedo se combate con el derecho constitucional a la tenencia de armas de fuego en el hogar, con el apoyo de la todopoderosa NRA y, sobre todo, con la pertenencia a un grupo de poder, lobby, asociación o congregación religiosa. Pero si eres adolescente y tus hormonas juegan al Hula Hoop en un looping infinito, no te queda más remedio que llevar la autoprotección al mundo de la pandilla juvenil, que será la que preserve la pureza de sus miembros (recordamos el concepto de los sangre sucia en Harry Potter) y de su forma de vida. Estas pandillas no se dedicarán únicamente a ir a pescar al río y a fumar a escondidas. Detrás de sus caballos bordados de Ralph Laurent, sus blanqueamientos dentales y las cabelleras recién peinadas de las cheerleaders, se halla una terrible crueldad racista, homofóbica, supremacista, excluyente y elitista con un único objetivo; hacerse respetar para auparse a las mejores esferas de poder en la futura universidad y posterior puesto laboral de influencia. Desde pequeños es la impronta del “sueño americano” tenebroso de muchos. Esta no es la imagen de esfuerzo, dedicación y disciplina de los eslóganes, sino que es una lucha intestina para auparse al escalón más alto (La fuga de Alcatraz, Don Siegel, 1979) defenestrando a todo el que sea necesario para alcanzar el trono. Pero para llegar a lo más alto se requieren unos escuderos que te cubran las espaldas y que, al tiempo, se aprovechen de su también cuota de poder. Se exige una organización bien planificada para alcanzar los objetivos marcados. Se necesita una Corte para encauzar las ansias de unos pocos que pisan los sueños de otros muchos.

Jackson Bellami ocultó al malo de su novela Querido asesino (AQUI RESEÑA) con una maestría, elegancia poética y tensión narrativa al nivel de (permítannos la licencia) la trilogía del asesino imposible de Agatha Christie (Telón, Diez negritos y Asesinato en el Orient Express). En Michael merecía morir también hay un asesino, despiadado, justiciero y moralizante. Quizás este sea más fácil de descubrir, ¿o no?, eso ya lo tendrá que experimentar el lector. Lo que sí queda claro desde el principio es que al autor le gusta el doble salto mortal en un circo de tres pistas. Utiliza para ello el recurso narrativo flashback/presente/flashforward en vídeo, de una manera tan equilibrada que no permite al lector decantarse por una de las tres líneas de la trama. Ya pasó con la utilización de este recurso en la serie Lost, que fue la primera que lo utilizó con toda su potencia guionizada. Y así sucede, que la riqueza narrativa crece al llegarnos informaciones cruzadas y tangenciales por varios frentes. Todos recordamos los mejores momentos de Lost en el pasado o en el futuro. Estos momentos liberan por un tiempo al lector o espectador de la tensión incierta de los acontecimientos para imbuirles en un terreno que, aunque es desconocido, al menos es más previsible a raíz de la constante de la narración presente. Y esto Jackson Bellami lo hace con notable destreza jugando con el plano temporal en la creación de un universo adolescente mucho más nutrido y completo. Al igual que los pasajeros del 815 de Oceanic Airlines, los miembros de La Corte y los compañeros del instituto de Greenwood son arrastrados por los caprichos “reales”. Son almas perdidas que deben encontrar el camino hacia la luz o hacia la oscuridad. Pecadores que deben ser castigados por sus pecados.

Pero, ¿qué es La Corte y por qué tanta repercusión? No tendría demasiado valor si solo fuera por el tirón narrativo que siempre origina un asesinato. Miles de víctimas han desfilado en las primeras páginas de los libros y en los primeros minutos de infinidad de películas (revisen La soga, Alfred Hitchcock, 1948. A los 30 segundos tras los créditos ya teníamos un fiambre en un arcón). Lo que interesa realmente al lector no es el muerto en sí, sino el merecimiento del asesinato y el discurso de sus verdugos. Nos interesa el contexto, no el muerto anónimo. Michael merecía morir y murió. Pero murió seguramente salvando a una institución educativa y siendo el mártir, el bofetón en la cara y el jarro de agua fría tras una fuerte resaca. Su muerte tiene una larga explicación que el autor nos relata con la voz en primera persona del finado y mediante la tercera persona para el resto de sus acólitos escuderos. La Corte es el paradigma adolescente y rompiente de la minoría de edad que genera el germen ético de los que luego formarán parte de los consejos de administración y las juntas directivas de empresas multinacionales despóticas en sus formas y eficientes en sus resultados, de organismos públicos que esquilman los bolsillos del ciudadano para derrocharlo impunemente y sin auditoría mediante, en burdeles, cocaína y lencería de lujo para sus mujeres. Este “experimento” de crueldad juvenil es alentada por unas familias que no solo no desautorizan sus prácticas, sino que incluso las jalean para que sus pequeños retoños tomen las riendas para alcanzar su puesto de preboste de la sociedad del futuro. Inseminada la semilla de la superioridad en el subconsciente de estos adolescentes se originan lo que luego serán los abusones de las cúpulas de dirección del futuro. Y aunque las mesas se quieran hacer redondas, los círculos nunca son perfectos, y el rey surge de entre los elegidos para dominar las voluntades de sus súbditos. Pero los reyes también caen y normalmente a manos de sus más cercanos admiradores y vasallos (“tu quoque fili mi“, que diría Julio César). ¿Y qué ocurre con los daños colaterales? Aquí recae lo que es, seguramente, el ancla temática y la paradoja de esta novela. ¿Qué pasa con aquellos chavales corrientes de colegios e institutos que no se meten con nadie, que empiezan a despuntar en habilidades varias y que únicamente desean pasar lo más desapercibidamente posible en una etapa de gruesa marejada hormonal? Pues que por medio del acoso, la burla, la intimidación, el menosprecio y el ostracismo se rompen prometedoras carreras, se truncan ideales, se ocultan sentimientos, se lastran ilusiones, se cercenan sonrisas y se generan individuos inestables; sí, de esos que entran en un instituto con un fusil de asalto y acaban con la vida de sus compañeros y profesores. No en todos los casos, pero la causa/efecto de las actitudes de ciertos abusones profesionales tiene un coste muy alto para la sociedad. Y más, como es en el presente cuento de Jackson Bellami, cuando los garantes del orden y la disciplina; los profesores, están del todo superados por este fenómeno y, más aún, con el beneplácito de unos padres que defienden a sus hijos por encima de instituciones y reglamentos. “Son solo juegos de niños”, dice el dicho popular, pero que no nos engañen sus tempranas edades, dentro de cada niño se esconde un tirano en potencia (El señor de las moscas, William Golding, 1954; Battle Royal, Koushun Takami, 1999; Rabia, Stephen King, 1977; Los chicos del maíz, Stephen King, 1978 o ¿Quién puede matar a un niño?, Narciso Ibáñez Serrador, 1976).

Michael merecía morir (#MMM) transita por la senda de la novela juvenil por su mensaje, su tono, su sencillez gramatical y su cercanía con la problemática que expone y ataca. La voz en las conversaciones de los jóvenes protagonistas, las referencias musicales, cinematográficas, de moda, de gustos, de aficiones, etc casan mejor con un sector de lectores más afines a estos postulados que, por edad, a los más lejanos a las circunstancias personales y sentimentales que asaetean a los protagonistas. Jackson Bellami, tiene varias virtudes, una de ellas es la composición poética y la funcionalidad y brío en las conversaciones de sus personajes. En una obra coral como la presente, todos ellos, equilibran su peso, su carácter, su espacio y su razonamiento interno. Pero por encima de todos ellos y, fagocitando incluso al propio protagonista, descubrimos el gran hallazgo y la piedra angular del libro. Un personaje que tardaremos en olvidar por ser el alma de la obra (de teatro también). Para ello recordamos la historia de Lot y su familia. En Sodoma y Gomorra, (Greenwood) cuando el Señor, no pudiendo ya soportar las peores acciones de los hombres, les dijo a Lot y a su familia que huyeran, porque esas ciudades estaban a punto de ser destruidas. “Escapa por tu vida”, dijo el Señor, “no mires tras de ti… escapa al monte, no sea que perezcas” (Génesis 19:17). La familia huyó, pero la mujer de Lot miró hacia atrás y Dios la convirtió en una estatua de sal. Para ella no era suficiente con salvarse, en el fondo sentía lástima por unos compañeros que no pudo salvar. Nuestro personaje preferido, pudo marcharse con su felicidad, su buenismo y su dulzura, pero decidió quedarse y mirar hacia atrás, pero La Corte no perdona y lo convirtió en sal.

El autor también deja un mensaje claro de superación de los problemas, de comunión de las personas y de su entorno, de lucha por los ideales, por los deseos más íntimos erradicando los males que intentan derribarlos. Deja espacio también para la expiación y la redención de los pecados, para las segundas oportunidades, para la entrega desinteresada y para el perdón. Si nos fijamos, al igual que en su anterior obra donde las tornas cambiaban a mitad de lectura, en la presente ocurre algo parecido. Lo que empieza con un thriller policíaco (recordemos a Hamlet y su final. No spoilers) de averiguar quién es el asesino, se va transformando en algo distinto (que dividirá a los lectores, los riesgos se pagan). La novela va recogiendo tintes más reivindicativos y justicieros. La espada de Damocles pende de un hilo de crin de caballo como cuenta la leyenda griega y puede caer sobre el que se crea con más derecho a disfrutar de un trono que nunca le ha pertenecido. Las autoridades policiales, su peso en la trama y las líneas de investigación de los primeros capítulos van dejando paso a un universo mucho más complejo, moralista y personal. Jackson Bellami juega sus cartas en varios planos. ¿Merecía Michael Foley morir como necesidad para la salvación de una causa más grande? El Cluedo ha empezado señora Fletcher.

Joffrey Baratheon fue envenenado y despojado del Trono de hierro. Michael Foley correrá idéntico destino. Sus vasallos ocultan terribles secretos que si salen a la luz acabarían con sus prebendas sociales. Todos son sospechosos en La Corte. Mientras tanto, un bufón bondadoso y entrañable, cautivará al lector con su música de laúd. Querido asesino Bellami, Mamma mía!, here we go again. El rey ha muerto. ¡Viva el rey!

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[La Gran Biblioteca de David · Rating 5 out of 5]

Este libro es un thriller juvenil pero con una trama super compleja y contada con un sentimiento tan intenso, a la vez que contradictorio en muchos casos, que encanta. Comencemos con los personajes.

Hay un claro protagonista: Michael Foley. Este es un joven adolescente, deportista, el quarterback de su equipo, atractivo, con actitud chulesca y con evidentes dotes de mando y liderazgo. Es el rey del instituto. Aunque algunos os pueda parecer un chico odioso, a mí me ha encantado y es uno de mis tres personajes favoritos. ¿Y por qué si es odioso, abusón y un "niñato" de instituto es uno de mis favoritos? Muy sencillo.

Michael, Mike para los amigos, es también un joven con una personalidad psíquica y emocional muy compleja. Comienza siendo, por lo que parece, un típico matón o abusador, poniendo etiquetas a los que no son como ellos, su corte personal, pero pronto va a madurar rápido y va a tener una tremenda evolución, aunque sus actos siempre tendrán consecuencias. Constantemente se debate internamente entre ser el que todos quieren que sea, el rey, y lo que realmente él quiere ser, pero con un tremendo miedo a volver a ser un chico corriente. También es un chico muy dulce, muy profundo y muy cariñoso. Es un personaje totalmente lleno de luces y sombras a partes iguales y con el que, en muchas ocasiones, me he visto reflejado en sus sentimientos y debates.

Michael está rodeado por su corte de amigos. Kelly Sullivan es una chica que quiere ser la mejor en todo, especialmente en los estudios. Está perdidamente enamorada de Michael y hará todo lo posible para estar con él. Es una joven celosa, posesiva y totalmente manipuladora. Por su parte, Steve Calberg es un chico deportista lleno de testosterona y hormonado para mantener su cuerpo atlético y musculoso. Es el matón del grupo, violento, rencoroso, vengativo, no le importa hacer daño a los demás a la primera porque no siente ni empatía ni cariño hacia nadie. Billy Bradford es el que menos pinta de toda la Corte. Es un chico envidioso que ansía el trono ante todas las cosas, pese a que debería ser un "común". No tiene dotes de liderazgo ni ninguna cualidad que le haga sentirse superior a los demás, solo una terrible hambre de poder. Por último, están John y Becca. John Armitage, Armie para los amigos, es el ricachón del grupo. El poder económico de su padre, político dentro del ayuntamiento, es descomunal. Es un chico con poco carácter, más bien parece que ha nacido para cumplir las órdenes de otra persona en lugar de las suyas propias. Por este motivo es el "perrito faldero" de Steve. La última es Rebecca Witmore, Becca. Una joven atractiva con aires de grandeza. Quiere ser siempre la protagonista en todo, ser el centro de atención. Es incluso peor que Steve. Pero todos ellos esconden grandes secretos, secretos que se convierten perfectamente en motivos para matar a la única persona que lo sabía todo: el rey Michael.

A estos personajes secundarios se les une además los padres de todos, los profesores y otros amigos y estudiantes del instituto. De todos ellos también destaco a dos personajes que son pilares fundamentales en la vida de Michael y mis otros dos favoritos. Por un lado está Ryan Foley, hermano de Michael. Es un chico enfermizo y el corazón de la familia. Ryan es todo bondad, amor y compañerismo. Todo un ejemplo de hermano, es la conciencia de Michael. El otro es Charlie Gleeson. Si Ryan es bondad, amor y compañerismo, Charlie lo sobrepasa. Mientras que Michael tiene luces y sombras, Charlie es pura luz (aunque no hay luz sin oscuridad). Es amante de la música y del teatro, atractivo y super buena gente. No se mete en problemas, ayuda siempre a los demás y no quiere convertirse en popular ni mezclarse con estos, pues ni es su estilo ni quiere llevar esa amargada e insípida vida. Pero incluso él tiene un secreto oculto. A esta persona sin dudas le vas a coger un cariño irremediable.

En cuanto a la trama, ya dije que era super compleja. Representa la vida típica de un instituto estadounidense. Una sociedad jerarquizada y clasificada. Un instituto con populares, empollones, frikies, broadways y comunes. Todos deben tener lealtad a los miembros de la Corte y ser, también, objeto de burlas y abusos por sus "superiores". Hasta ahí bien. Todo cambia cuando en la primera página Michael muere asesinado en su propio trono. Desde entonces la trama se divide en dos caminos o tiempos.

El primero es el presente, narra en tercera persona los acontecimientos que se van sucediendo tras la muerte de Michael. Podemos ver las actitudes y personalidades de los distintos amigos y sus interrogatorios. Esto te va dando alguna pistilla sobre el posible asesinato del Rey. El segundo es el pasado, narrado en primera persona por el mismísimo Michael (señalados con una "M" como título). Esto nos ayuda a ver su mundo desde sus propios ojos, así como conocer la difícil personalidad de este (creedme, es uno de los mejores personajes de la historia). También se van insertando dudas sobre la sexualidad, trama homosexual y temas sexuales juveniles, así como fiestas, borracheras y drogas.

Otra cosa muy llamativa y que me ha gustado mucho es que esta historia se narra desde el punto de vista del acosador y no del acosado, como tantas veces se ha hecho. Esto da una nueva perspectiva a la situación y se deja ver los distintos motivos de cada miembro de la Corte para hacer lo que hacen. Es, además, en esta segunda parte donde conozcamos mucho más los motivos que sus amigos tienen para haberle matado.

El lenguaje empleado es un lenguaje coloquial y juvenil, con tacos de por medio, pero que engancha a la historia de una manera brutal. La ambientación es también uno de los atractivos de este libro, pues el autor te involucra en la trama y te convierte directamente en otro miembro de la Corte. El lector no se siente como un completo desconocido o ajeno a la trama, sino que se funde con la historia.

El final no me ha sorprendido porque yo ya me lo estaba imaginando desde hacía muchos capítulos atrás, así como el secreto oculto de Charlie. Lo que sí me ha sorprendido mucho es lo bien hecha que está la historia, lo mucho que engancha, los sentimientos que afloran en el lector y unas dos cosillas que no puedo decir pero que me hizo acabar llorando en mitad de la noche. Por cierto, leed también los agradecimiento, doble llorera.

Me despido diciendo que, en mi opinión, aquellos que han sufrido acoso escolar o lo están sufriendo, aquellos que han acosado o acosan actualmente, aquellos que se han cuestionado su identidad sexual porque "no es lo correcto" y se han llevado años cuestionándose hasta que por fin se han aceptado (o aún no), todos ellos van a disfrutar mucho más aún de esta increíble historia escrita por Bellami.

Antes de las conclusiones, os voy a poner varias frases que me han llamado la atención:

"No sabéis que con vuestros actos creáis a futuros maltratadores, pedófilos, débiles, alcohólicos, fracasados... Usáis el poder de manera cruel y villana cuando podríais ser héroes"

"Para aquellas personas, de cualquier edad, que hayan sufrido las consecuencias de un mundo etiquetado y clasificado. Para aquellos que no se atreven a tomar la libertad de ser quienes realmente son. Nunca es tarde para ver el mundo con tus propios ojos" (Dedicatoria)

"También me gustaría dedicar unas palabras a aquellas personas que sufren al igual que Charlie las consecuencias de ser diferente a la marea descerebrada. Ellas son la clave, la esperanza de un mundo mejor" (Agradecimientos)

En conclusión, es una trama juvenil con una complejidad descomunal. Sus personajes son perfectamente reales y te van a ir transmitiendo una serie de sensaciones y emociones distintas con las que o bien te vas a identificar o bien los vas a rechazar. Es un mundo de amistad, amores, traiciones, acosadores y acosados. Una historia que refleja en gran parte temas que afectan a la juventud hoy en día: la popularidad, los estudios, la sexualidad, la identidad sexual, el alcohol y las drogas. Una historia que te atrapa hasta el final sin que puedas dejar de leer. Si lo habéis leído, ¿realmente Michael merecía morir? Sed buenos o mi ira caerá sobre vosotros.

Más en mi blog La Gran Biblioteca de David (https://lagranbibliotecadedavid.blogs...)

[Delia · Rating 4 out of 5]

Después de haber leído y disfrutado Querido Asesino, me ha sorprendido gratamente encontrar que tanto la trama como los personajes de Michael Merecía Morir son superiores a los de la primera novela de Jackson Bellami.

Puede que sea algo personal pero el drama humano en el que incurre me ha resultado tan interesante como adictivo. No se libra de ser un poco cliché en muchas líneas, pero la relación principal en la que se construye el libro es orgánica, natural y funciona tan bien que te olvidas del resto.

En resumen: una lectura adictiva, cargada de intriga y mensaje. Muy recomendable.

[Noe - Viva entre libros]

Me ha gustado muchisimo la novela, desde las primeras páginas me ha mantenido enganchada a ella. Es una novela que todo el rato de deja con ganas de más.
El mensaje que transmite me parece muy necesario, es una realidad más frecuente de lo que queremos aceptar.

[Montserrat Esteban · Rating 5 out of 5]

Un libro que me ha fascinado de principio a fin. Con muy buena trama y construcción de los personajes. Y con moraleja final

[Maria Lafuente · Rating 5 out of 5]

Me cautivó por aquello que tenía que contar;)
Una historia maravillosa y un final ÉPICO!!

[Adriana Puente · Rating 5 out of 5]

Yo sí que no merecía las lágrimas... me ha encantado😍

[Natt · Rating 3 out of 5]

3.5

[Posdata · Rating 3 out of 5]

La trama es interesante rodea a un círculo de amigos y se relacionan con el tema del bullying. Aunque no me gustó el estilo de la narración.