Si usted es de las mujeres que de vez en cuando se antoja de visitar un striptease o tener un chat sexual con su pareja, entonces usted pertenece a esa entretenida raza de mujeres a la que está dedicado este libro. O si de pronto, y pasando al otro carril del género, usted es un caballero que nunca se va de putas y sin embargo también le pica la curiosidad, entonces usted pertenece a la raza que tiene interés pero no se atreve a saltar por encima del jardín del recato. Entonces este libro también es para usted.
Pero si a usted le da pudor hablar de putas, de sexo o del cuerpo... Si usted es de las mujeres que nunca se mira desnuda al espejo, si es de los hombres que se fastidia con el porno, si le avergüenza la erótica y no siente curiosidad por la historia del culo, ni por las mentiras del porno, ni le interesa la posición que tiene la ciencia frente al sexo..., si no le incita, ni le provoca, ni le intriga, ni le gusta, ni le ayuda, ni le refuerza..., este libro no es para usted. Déjelo. Usted merece otras lecturas. Porque acá trataremos temas tabú: las putas, el sexo y el cuerpo. Este libro no es una apología a la prostitución, ni al porno, ni al libertinaje. Más faltaba. No es un señalamiento a las chicas que se dedican al oficio, ni a los putañeros insaciables, ni a los curiosos mojigatos. Es más bien una reflexión, una deliberación, un ejercicio de repaso. Una introspección reflejada físicamente, una reflexión vivida. Sabiendo que pensamiento, lenguaje y experiencia son sinónimos, una unidad. Esto, siempre y cuando la experiencia se viva con intensidad, con los cinco sentidos bien despiertos.
No he explorado mucho las crónicas y llegué al libro porque el autor es el profe que guía el club de escritura al que asisto, y casualmente estaba en Storytel.
Me interesó el libro desde su título, no solo por la curiosidad de saber qué y cómo escribe alguien conocido, sino por el género, la temática sobre prostitución, el sexo y que las historias ocurran en Medellín. Quería sentir la cercanía desde lo personal y geográfico.
Me gustó mucho lo fluido del estilo y que en las crónicas el autor se incluye desde el humor, las vivencias personales y sus emociones.
Al principio pensé que sería un libro sobre prostitución, pero vaya sorpresa me llevé al ver que de una manera light incorpora datos generales sobre sexo desde una perspectiva científica, social y hasta psicológica, con profundidad pero sin dejar de lado el toque envolvente y chismoso que tiene una crónica bien hecha.
Me gustó mucho tener nombres reales de los lugares, es una forma de marcarlos en mi memoria para verlos diferente cuando los vea o los visite. Al final, cierra con una frase sobre la literatura que considero memorable y que me dejó con un saborcito dulce:
"La literatura es una granada de fragmentación que estalla en tu cerebro para volverte añicos la conciencia, dañarte la cabeza para que tengas que ir al hospital, para que tengas que preguntarte qué has hecho con ella y que de esa manera tengas que repararla para que funcione con mayor agudeza"
Un muy buen ejercicio de crónica urbana. Revelador de lugares y situaciones que sabemos que están ahí y que ya sea por miedo o el conocido "qué dirán" no nos atrevemos a vivir.
Las referencias a otros libros y autores siempre se agradece en esa interminable búsqueda de nuevas lecturas y pensamientos.
Se me hizo denso capitulos como Gimnasio sexual debido a su gran cantidad de datos, que aunque interesantes, van en Contravía con lo que se expresa en el epílogo en cuanto a la diferencia del periodismo tradicional con el periodismo literario.
Me molestó la constante sucesión de erratas. El autor en algunos apartados invoca al editor exhortándolo a hacer su trabajo, cosa que hizo de manera mediocre. Desde el índice de contenido se encuentran errores. En algunas líneas pude notar que eran idénticas a las encontradas en otras crónicas.
En general, fue un agradable recorrido por lugares del centro de Medellín, mi lugar favorito de la ciudad.
Crónicas que abordan mucho de lo relacionado al sexo que es tabu y mito sobre todo en Colombia y específicamente en Medellín, que sucede (o sucedía) en los cines triple x, cómo es la vida de las prostitutas y de las prepago, cuál es esa formula a base de camarón, borojó y otros menjurjes que tanto consumen en el centro de Medellín, cuál es el éxito de los moteles, que tanto gana realmente una web cam. Es un libro sin pelos en la lengua donde el autor sin morbo narra desde lo cotidiano las cosas tal cual como son, sin tomar partido, sin prejuicios y donde solo muestra y narra en palabras de los entrevistados la realidad en cuanto al sexo sin trucos, sin cámaras, sin exageraciones simplemente lo que es. Qué tan cierto es que las webcam se lucran de dinero, que tan cierto son los supermachos que duran horas en el sexo en las películas porno, que tan fácil es realmente la vida de una mujer que se gana la vida vendiendo su cuerpo, que tan cierto es que ciertos menjurjes mejoran el desempeño sexual, que tanto frecuentan los moteles, estriptis y el pago por sexo los hombres casados, qué tanto, cómo se transforma una ciudad en la noche, qué tanto tabú y mentiras existen al rededor de temas relacionados de alguna forma con el sexo y qué tan hipócrita es esa sociedad que mientras por un lado lo aborrece por el otro realmente lo tiene como el producto o actividad que más consume, sobre todo viniendo de hombres que encuentran en la mujer un objeto de consumo? Estos temas aborda este libro donde el autor desde un lenguaje coloquial desnuda a una ciudad para mostrarla bajo la noche como lo que es en realidad.
"Noche de estriptis" es una corta exploración urbana sobre las diferentes actividades a las que se puede acceder para la satisfaccion personal. En un compendio de relatos el lector podrá experimentar un poco sobre la vida nocturna en tierra colombiana y el efecto que tiene la tecnología , económica y socialmente, en la comunidad.
La crianza en las familias paisas, durante décadas, ha sido bajo conceptos machistas por lo que no se hace extraño que un alto número de consumidores, de este tipo de servicios, sean hombres y el pequeño porcentaje de mujeres sean clientas más reservadas y exclusivas a la hora buscar una compañía libre de compromisos.