Jump to ratings and reviews
Rate this book

Angelus Novus

Rate this book
¿Qué relación guardan los reveses de la vida del filósofo berlinés Walter Benjamin y los azares que, casi medio siglo después, abruman a un joven preso político, de escasa formación académica y mente prodigiosa, en el penal albanés de Burrel? Su querencia por lo inasequible, su inclinación al suicidio, sí, pero sobre todo la figura del Angelus Novus, el ángel de la historia que, al volver la mirada hacia el pasado, no percibe más que una inmensa acumulación de ruinas sobre ruinas.

190 pages, Paperback

First published January 1, 2005

5 people are currently reading
28 people want to read

About the author

Bashkim Shehu

29 books15 followers
Bashkim Shehu është një nga shkrimtarët shqiptarë më produktivë të ditëve tona. Që prej vitit 1993 e deri më sot ka botuar në mënyrë sistematike çdo vit e më shumë vepra të tij.

Bashkim Shehu ka lindur më 1955 në Tiranë. Deri më 1981 punoi si skenarist në Kinostudion Shqipëria e re. Prej vitit 1997 ai jeton në Barcelonë. Aktualisht punon si këshilltar për Europën Lindore në Qendrën e Kulturës Bashkëkohore të Barcelonës.

Disa prej librave të shkrimtarit Bashkim Shehu janë botuar në gjuhë të ndryshme të botës, si: Rrugëtimi i mbramë i Ago Ymerit (roman); Rrëfim ndanë një varri të zbrazët (roman autobiografik); Vjeshta e ankthit (roman); Gostia (roman) dhe dy përmbledhje me tregime.

Ratings & Reviews

What do you think?
Rate this book

Friends & Following

Create a free account to discover what your friends think of this book!

Community Reviews

5 stars
5 (38%)
4 stars
4 (30%)
3 stars
4 (30%)
2 stars
0 (0%)
1 star
0 (0%)
Displaying 1 - 3 of 3 reviews
Profile Image for Jean Ra.
415 reviews1 follower
December 6, 2022
Título que encontré por pura casualidad, sin referencia previa alguna que me avisara de este Angelus novus antes de yo localizarlo -de pasada- en un anaquel de la biblioteca pública de Sabadell. Por supuesto me llamó la atención el título, pues leí el texto homónimo de Walter Benjamin, y por descontado el rostro y la alusión al escritor alemán. Además, la contraportada contiene un comentario elogioso de su compatriota Ismaíl Kadaré, de cuyos libros he disfrutado en diversas ocasiones.

Y resulta que el cumplido de Kadaré no es sólo apoyo a un compatriota, exiliado albanés como él mismo, si no el justo reconocimiento a una obra que aborda con destreza, trazando una narrativa particular, un mundo de libertad secuestrada, de totalitarismo rampante e indiscutible, que rapta también el nombre del comunismo y la lucha de clases para simplemente imponer su tiránico dominio.

Una novela que con procedimientos de ficción aborda material de no ficción, que sorprende con su tremendo contraste: el autor, hijo de un primer ministro albanés, fue al cabo del tiempo encarcelado cuando su padre fue defenestrado y ejecutado con motivos fantasios para que el dictador Hoxha acomodara en el sillón de jefe del consejo de ministros a un hombre de su preferencia y confianza. Fue entonces enviado al penal de Burrel, destinado a los presos incorregibles, dónde conoció a ese singular hombre llamado Mark Gjoka o Shpendi, del que se hizo gran amigo y compartió no pocas conversaciones sobre política, filosofía y literatura.

Shehu describe con precisión ese mundo privado de libertad, como afecta a la mente y el espíritu, pues encierra a los presos no sólo para alejarlos de la sociedad, también para triturar su espíritu. En el caso de Shehu, si bien nunca se auto-revindica, comprobamos que no ha sido así. Para él la literatura fue la tabla de salvación, al igual que en su día lo fue para Walter Benjamin, que sufrió diversas depresiones a lo largo de su existencia, además de desengaños amorosos y políticos, pero que se acogió a la escritura del Libro de los pasajes como el horizonte que le permitía empezar y acabar día tras día. En el caso de Gjoka o Shpendi no fue así, y por eso Shehu escribe este libro, para vengar a su amigo y vindicar su memoria.

El estilo de este libro no es sencillo, de hecho tiene muy pocas escenas, acción o trama, todo está escrito desde la memoria, por lo tanto es fragmentario, a fogonazos, y se desarrolla en espiral, reiterando ciertos momentos y términos como si fuesen motivos musicales de una sinfonía, también como elementos obsesivos que pueblan la mente del narrador. El repaso que hace de esa Albania de Hoxha es inclemente y sin embargo es matizado, no lo quiere equiparar al estalinismo más brutal, no le hace falta cuando es capaz de describirte como el mero hecho de cruzar la frontera sin permiso estatal puede reportarte una condena de cárcel y una vez encerrado, cuando falta poco para la libertad, cualquier mala excusa puede suponer una nueva condena para alargar el encierro y aplastar la moral del preso. Eso, claro está, sin obviar las palizas o la degradación como ser humano.

En el libro se mezcla los recuerdos y los sueños, el pasado lejano y el reciente, la identidad escurridiza de Gjoka o Shpendi nos sirve para también para delinear la fugacidad de la vida, la dualidad que supone para el preso su persona libre y ese ser enjaulado. Es una novela convencidamente europeísta, pues no sólo se ambienta en Albania, también se alude a Italia, Francia y por supuesto España, país dónde Shehu vive desde 1997, acogido en Barcelona como refugiado político. Elementos que vienen a sumarse al hecho que, en paralelo, atraviesa como otro reflejo, la figura de Walter Benjamin, también disidente, amante del conocimiento, y suicida en potencia como lo fue Gjoka o Shpendi, sumido en la desesperanza, dos figuras que desde ángulos distintos nos habla de los tiempos de la opresión y la persecución.

La de Shehu es una escritura fluida y prístina, meditativa y en no pocos pasajes acomete digresiones filosóficas, su talante cosmopolita en absoluto es una pose, más bien un sincero esfuerzo de comunión y de fraternidad, como la que demuestra al emprender esta narración acerca de su amigo.

Podría decir que es injusto que un libro de tanta calidad apenas sea conocido, pero también admito que se siente cierta vanidad por haber dado con una joya oculta y tan poco nombrada, a la que me gustaría haber llegado por erudición, pero que en verdad fue por puro azar que lo encontré y abrí, y loado sea el azar, pues sin él me habría perdido un grandísimo título.

(la estructura circular de la reseñita por supuesto es intencionada)
Profile Image for Pedro.
825 reviews331 followers
October 21, 2025
Caminando de acá para allá en el patio de la cárcel de Burrel, en la Albania de la dictadura comunista de Hoxha, dos hombres conversan, de filosofía, de su representación en la pintura, en la literatura, en la psicología: son Bashkim Shehu, el hijo del Primer Ministro caído en desgracia y Mark Shpendi o Mark Gjoka, el hombre de los dos apellidos. Y un tercero, omnipresente, el filósofo Walter Benjamin, que es invocado al hablar de su fascinación con el Ángelus Novus, la pintura de Paul Klee y que acompaña toda la obra.

"Hay un cuadro de Paul Klee que se titula Angelus Novus. En él se muestra a un ángel, que parece a punto de alejarse de algo, sobre lo cual ha clavado la mirada. Tiene los ojos desorbitados, la boca abierta, las alas desplegadas. A algo así debe parecerse el Ángel de la Historia. Su cara está vuelta hacia el pasado. Donde nosotros vemos una cadena de acontecimientos, él ve una única catástrofe, que amontona ruina sobre ruina arrojándolas a sus pies. Él bien quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo despedazado. Pero entretanto sopla desde el paraíso una huracanada tempestad que se enreda en sus alas, tan fuerte que él, el ángel, no puede cerrarlas. La huracanada tempestad lo empuja inconteniblemente hacia un futuro, al cual vuelve la espalda, mientras el cúmulo de ruinas ante él va creciendo hasta el cielo. Esta tempestad es eso que llamamos progreso."

¿De qué conversan? Del suicidio como último acto de libertad y de huida; del pequeño lugar del hombre en el inmenso universo, o en la extensa Historia, con el presente como el enésimo palimpsesto de todos los pasados; de la singularidad del espíritu; y de una gran variedad de temas, siempre relacionando lo humano con las particularidades del tiempo y el espacio, de la eternidad y del infinito. El afán de dos hombres por sintetizar la idea, el edificio intelectual a través del cual se pudiera recomponer las ruinas de lo despedazado.

La obra es un doble homenaje: A Mark Shpendi o Mark Gjoka, esa esponja pensante que todo lo absorbía, lo recordaba, lo procesaba y asociaba con otras ideas. Y también a Walter Benjamin, su pensamiento y su devenir, genial, honesto y desamparado, quien se convierte en su guía, su hilo de pensamiento.

Enciclopédica, magistral, profunda, en el que la máxima expresión de la razón nunca es retórica o en abstracto, sino vital para sus participantes y de gran implicancia para la humanidad.

Un novela difícil, en la que tal vez haya que pasar de lo que supera nuestra comprensión, de gran riqueza intelectual y existencial. Un obra magnífica.

Bakin Sehu nacó en Albania en 1955. Llegué a este libro después de haber leído El último viaje de Ago Ymeri, y atraído por el título luego de haber leído referencias al Angelus Novus en Pasaje de lágrimas (África nº 3) y algún otro que ya recordaré.

Esta es la tercera reseña del libro en Goodreads, llamativamente, todas en castellano. Las otras dos reseñas son mucho mejores que ésta.
Profile Image for Jose Carlos.
Author 16 books704 followers
January 15, 2018
Diccionario universal de la infamia

El escritor albanés Bashkim Shehu firma en Angelus Novus (Siruela) uno de sus libros más personales y complejos. Es, por encima de todo, un trabajo de gran calado, quizás porque no se puede, o no se debe, afrontar a la ligera un material narrativo como el del sufrimiento humano. Es posible que este tipo de asuntos necesiten de la Gran Literatura, Shehu así lo ha entendido, y lo ha llevado a la práctica con un texto de profundidad filosófica y muchas virtudes literarias.

Fue el cuentista argentino Jorge Luis Borges quién publicó en 1935 un conjunto de relatos titulado Historia universal de la infamia (Alianza). En la Albania de Hoxha se dio tanta crueldad y vergüenza que se podría elaborar una historia particular —y albanesa— de la infamia. El libro de Bashkim Shehu es uno de esos tomos que deben, obligatoriamente, integrarse en esa gran enciclopedia que buscaría ilustrar el crimen llevado a cabo por los dirigentes del Partido del Trabajo de Albania y, por extensión, también de otros tiranos que han asolado la historia de Europa. Repasemos algunos aspectos del libro:

A de Albania: ¿Pero existe la literatura albanesa? En efecto, la literatura albanesa existe, y es una literatura potente y jugosa, con algunos autores que se cuentan entre los mejores del continente: Ismaíl Kadaré, Fatos Kongoli…, sin obviar que uno de los grandes pilares de la producción literaria de Albania es la poesía. El país ha alumbrado a algunos poetas prodigiosos, como el recientemente fallecido Dritëro Agolli, o Fatos Arapi, Xevahir Spahiu, Agron Trufa y Mimoza Ahmeti, por sólo referirme a los contemporáneos, porque si echamos la mirada atrás nos encontramos con un excelso panorama lírico que ni las décadas de dictadura han podido anular: Esad Mekuli, Migjeni o Naim Frashëri, entre otros muchos.

B de Bashkim Shehu: Y claro, el autor de Angelus Novus es mucho más que un mero novelista albanés, desde luego, y es muy importante poder trazar su camino vital para comprender un poco mejor esta novela. Bashkim es hijo de Mehmet Shehu, político que estaba destinado a suceder a Enver Hoxha, y que fue víctima de un crimen de Estado en diciembre de 1981. Su caída arrastró a toda su familia y Bashkim pasó una larga temporada en la cárcel. Después, encontró refugio literario e intelectual en Barcelona.

C de Condena: La novela de Bashkim Shehu es una autoficción biográfica en donde se trata de reconstruir, a golpe de recuerdos, la vida de Mark Gjoka, o Mark Shpendi, el preso de los dos nombres. Ambos cumplen condena en el penal albanés de Burrel, y los motivos que los han llevado allí son políticos. Shehu es el hijo del ministro caído en desgracia y paga, en parte, los crímenes del padre. Entre ellos, una retahíla de absurdas acusaciones, como la de que el Ministro era un poliagente al servicio de innumerables potencias extranjeras, cargos que ahora se prolongan en el castigo extensivo a la familia. El castigo y la condena son dos resortes que articulan la vida en la Albania de Hoxha. Todo el mundo es culpable de algo. En el caso de Gjioka/Shpendi, su pecado fue un intento de huida del país: 20 años de condena. Después, ya en la cárcel, recibió una nueva pena, e incluso, se le aumentó con una tercera. Este proceso, que estigmatizaba al preso catalogándolo como preso R, era una práctica habitual en el sistema carcelario comunista. Como ocurría en el exterior, donde casi cualquier comportamiento podría hacerte dar en la cárcel, en el interior se reproducía la arbitrariedad del castigo, aumentando las condenas de los prisioneros sin razón alguna. Testimonios de este funcionamiento los hay a miles, y cito a vuela pluma autores como Solzhenitsin o Varlam Shalamov, que lo reflejan en sus escritos. Aparte de minar la resistencia del preso —que cuando más cerca se encuentra de su liberación retorna a la casilla de inicio en una especie de juego de la oca cruel—, esta ignominiosa aplicación del concepto de Justicia sublima el espíritu kafkiano de la culpa y la condena.

Un estado de angustia que solía conducir a repetidos intentos de suicidio. De hecho, Gjioka/Shpendi intenta quitarse la vida, pero fracasa. Y desde ese acontecimiento, Bashkim Shehu revive el período pasado con él, las circunstancias de ambos, en una reflexión sobre el tiempo carcelario, las culpas y los castigos de un sistema pendenciero y cruel, y el intento de llevar a cabo una huida intelectual de entre los muros de la prisión.

En cierto modo, además, la novela es un ajuste de cuentas del autor con el Régimen, como si al recordar la historia de Gjioka/Shpendi llevase a cabo una cierta venganza. No en vano, la historia se pone en movimiento gracias a esta afirmación de Flaubert que el autor quiere cumplir:

“Cuando escribas la biografía de un amigo, debes hacerlo como si te estuvieras vengando en su lugar”.

D de Doble: La complejidad, enorme, de esta novela, radica en buena parte en el juego de espejos propuesto por el autor. Desde el doble nombre de Gjioka/Shpendi, pasando por la proyección externa-interna de las vidas en libertad contrapuesta a las vidas en la cárcel, además de la presencia permanente de la figura del escritor Walter Benjamin, un referente que hace las veces de espejo sobre el que se reflejan los personajes del libro. Los deseos de huida de los presos son los mismos anhelos que los de Benjamin intentando escapar de la Europa nazificada; los intentos de suicidio encuentran réplica en el suicidio consumado que llevó a cabo en Port Bou; el pensamiento filosófico es una réplica del ideario de Benjamin en relación a la Historia y a sus circunstancias; la cárcel comunista reproduce la cárcel de la Europa nazi. El juego no acaba aquí, los espejos se multiplican, se reproducen unos en otros, aportando una riqueza y una complejidad que dotan de relieve a la novela.

E de Enver Hoxha: Para bien, o para mal, la presencia del tirano fue un deus ex machina en la vida de los Shehu. Primero, tomando a su padre Mehmet como su sucesor, y llevándolo hasta la cumbre de la vida política albanesa. Después, cubriéndolo de acusaciones infundadas y asesinándolo en un crimen que el Estado se esforzó en disimular con los ropajes de un suicidio más que dudoso y, además, barriendo toda presencia de su familia. Aquello sumió a Albania en una de las peores crisis, desencadenó el pavor, las purgas, activó los resortes punitivos, y amontonó a las víctimas, los acusados y los procesados.

F de Fronteras: En un régimen totalitario como el de Albania, la compartimentación del pensamiento, de las personas, de los lugares, era un recurso obligado a la hora de poder controlar a la población. Por eso, esta novela trata de la batalla de los hombres libres contra las fronteras, tanto geográficas como intelectuales. Walter Benjamin tropezó con una de las últimas fronteras que lo separaban de la libertad. Acosado en una fonda de Port Bou, temeroso de que las autoridades españolas lo devolvieran a las autoridades alemanas, olvidó su anhelo de alcanzar los Estados Unidos, para sentirse libre, e inmortal, a través del suicidio. La frontera que detuvo a Gjioka/Shpendi en su fuga de Albania, o los muros del penal, reproducen un laberinto fractal de compartimentos que buscan encerrar al hombre en la nuez del sistema represivo. Angelus Novus no es tanto un libro de fronteras, sino de cómo evitarlas incluso sin moverse del sitio: con el mero pensamiento. El pensamiento como resistencia al Régimen. Al final, el pensamiento es la frontera que divide la vida de la muerte.

G de GULAG: El aparato represivo de Hoxha puso en pie una serie de penales que eran como islotes en donde vivían aislados los prisioneros durante décadas. En eso, se asemejaba al Archipiélago GULAG que inmortalizó Solzhenitsin al referirse al entramado de campos concentracionarios estalinistas. Solo que aquí, se trata de un islote GULAG. Shehu establece una correspondencia entre la Dirección de los Destacamentos de Reeducación y Prisiones albanesa y la Glavnoe Upravlenie Lagery soviética.

H de Huida: La huida de Walter Benjamin de una Europa asolada es el paradigma de la huida universal. Una huida que lo deja todo atrás, incluso la identidad. Una huida que, al final, pretende ser un escape de sí mismo y que no puede sino culminarse con el suicidio, acto supremo de evasión.

I de Ismaíl Kadaré: El más grande autor albanés, y uno de los más importantes de la narrativa europea actual, está siempre presente, de una u otra forma, en el libro de Shehu. Primero, en los paratextos, dado que una cita suya elegida por la editorial aparece en la contraportada. En ella defiende la “rara originalidad” del libro de Shehu, y se felicita por que haya encontrado una nueva forma literaria para denunciar las atrocidades de la época comunista.

J de Jaque: Una de las formas más habituales de domeñar el tiempo carcelario es jugando al ajedrez, un juego que, además, permite una serie de reflexiones sobre el totalitarismo. Una tradición que utilizó Benjamin en una alegoría para ilustrar la lucha de clases, y Stefan Zweig para denunciar el control mental, y brutal, del nazismo en Historia de Ajedrez (El Acantilado). Para Shehu, además, detrás del juego se encuentra un atisbo mortal, porque el ajedrez siempre convoca a la muerte en cuanto desafío al tiempo y al espacio.

K de Klee: Será un dibujo del pintor suizo, el denominado Angelus Novus, el que sirva a Benjamin para formular su alegoría sobre el Ángel de la Historia. Y ese mismo dibujo cumple su función de ligazón para la novela. El Ángel de la Historia activa el juego de espejos entre los presos albaneses y Walter Benjamin, moviliza el libro en una dirección: la reflexión sobre las paradojas del Estado, sobre el miedo a sus enemigos, sobre cómo actúa la Historia de forma arbitraria y cruel, dejando ruinas y desolación a su paso. Es la Historia entendida como una cadena de catástrofes.

L de Leibniz: Concretamente la mónadas de Leibniz. Un ejemplo del carácter filosófico de la novela:

“El penal de Burrel, con sus celdas separadas como una serie de mundos paralelos, no menos aisladas y lejos unas de otras que el propio penal del resto del universo, él lo imaginaba como un imago mundi, comparándolo unas veces con la multiplicidad de mundos según Demócrito y otras con las mónadas de Leibniz, universo encerrado en sí mismo, pero en el que cada una, en su parte oscura, o inconsciente en sentido leibnziano, como en un espejo invisible, reflejaba todas las demás mónadas”.

Un concepto recursivo y fractal que ilustra la proyección interna-externa del libro, que abarca desde lo más profundo del pensamiento de los presos hasta el aislamiento global del propio país. En un equilibrio cuántico (si tal equilibrio fuera posible), Shehu coloca en una puesta en abismo al individuo en el centro del sistema penal, y lo expande repetidas veces hasta la enormidad de la isla GULAG albanesa.

M de Mehmet Shehu: El padre de Bashkim Shehu, como ya he comentado, es el culpable de que esta novela exista. Su liquidación fue motivo de una gran conmoción en Albania. Pero que fuera víctima de una purga, de un crimen de Estado, no puede hacernos obviar que Shehu, como Primer Ministro del país y mano derecha de Hoxha, era partidario de la línea dura, que ya había practicado durante su posición como Ministro del Interior. Desde su cargo, contralaba a la Sigurimi, la temible policía sereta del régimen. Esto significa que, para ostentar semejante poder, y postularse como sucesor del Líder, su política represiva y violenta era acorde con los delirios criminales de Hoxha.

N de Nombres: Es la necesidad de nombrar, para que nunca se olvide la infamia, uno de los recursos fundamentales para activar el recuerdo. Los nombres desencadenan un proceso de recuperación de la memoria. De ahí la importancia de repetir, casi como en un mantra, Gjioka/Shpendi o Walter Benjamin. Shehu sucumbe así a la imperiosa necesidad de dar testimonio y de pronunciar algunos de aquellos nombres para que permanezcan recordados, esa forma de no olvidar la barbarie. Y qué mejor solución que la de grabarlos a fuego en el interior de su literatura porque, de allí, jamás podrán ser ya borrados. En sus páginas, los ha resucitado. Esto es exactamente lo que nos ocurre con el libro de Shehu, que además podemos encadenar con ese movimiento de cuello del Ángel de la Historia: se produce, así, toda una revelación y los poemas, las novelas, la escritura, la literatura, se ha convertido, ahora, en una cuestión de responsabilidad colectiva. Ya no se puede mirar a otro lado, ya basta de eso: el escritor es responsable, él no desvía la mirada y hace que nosotros, sus lectores, tampoco lo hagamos. Esa responsabilidad colectiva literaria convierte al hombre en objetivo y preocupación del hombre, y posibilita la elaboración de novelas en tiempos de resistencia como las que llevan a cabo Ismaíl Kadaré o Bashkim Shehu.

Ñ contenida en España: Ha sido en España en donde Bashkim Shehu ha encontrado, finalmente, refugio. Después de una condena de ocho años, fue liberado en 1991 y tras unos años entre Budapest y un intento de regreso a Tirana, finalmente se exilió en Barcelona, donde fue acogido por el Parlamento Internacional de Escritores dentro de su programa de Ciudades Refugio. Shehu obtuvo la nacionalidad española y desde entonces, aparte de su tarea como novelsita, se ha dedicado a la traducción al albanés de autores catalanes y castellanos.

O de Onírico: Dentro de un recinto tan limitado, de libertades constreñidas, los sueños serán una de las válvulas primordiales de escape para los condenados. De esa forma, la novela Angelus Novus aparece repleta de ensoñaciones y retazos de sueños, circunstancia especialmente acicateada por el carácter onírico de muchas de las leyendas y tradiciones albanesas, que coquetean habitualmente con la delicada línea que separa el terreno de la vigilia y del sueño, y de las que Bashkim Shehu no puede evitar hacerse eco para instalarse en esa tradición.

P de Penal de Burrel: El penal de Burrel es uno de los escenarios principales en donde transcurre la acción (o quizás debería decir la inacción) de la novela. Concebido como prisión ya en 1937, durante el reinado del rey Zog, no se llevó a término hasta 1939. Entendido como un lugar de reclusión de máxima seguridad, durante el mandato de Hoxha se destinó, fundamentalmente, a la reclusión de prisioneros políticos, que fueron torturados y maltratados sistemáticamente.

Q de Quántico: En efecto, con la letra Q, tal y como el crítico y estudioso Manuel García Viñó denominaba a este tipo de novela en sus trabajos sobre Literatura Quántica. Ya he ido ilustrando a lo largo de este artículo algunos de los aspectos que hacen de Angelus Novus una novela quántica, tales como el marcado elemento de la recursividad, de la fractalidad, de las puestas en abismo, del juego de espejos, de la estructura laberíntica, del tratamiento del espacio y del tiempo en un cronotopo ciertamente quántico, con mundos paralelos y posibles, todos conviviendo a la vez, y líneas temporales coincidentes, así como saltos (abundancia de prolepsis y analepsis) y un tratamiento particular del tiempo carcelario mezclado con el tiempo mental. Todo ello convierte a esta novela en un libro quántico, porque quizás no existe otra forma para enfrentarse a la historia que Bashkim Shehu pretende contar, o tal vez porque el mismo Ángel de la Historia, en su escorzo que abarca diferentes tiempos a la par, ya sea quántico de por sí.

R de Reincidente: No sólo se califica de reincidentes a los prisioneros a los que se les incrementa la condena de forma arbitraria. Esa reincidencia también se alberga en una frustrante repetición de la Historia, de la personal e infinitesimal, y de la enorme, política y continental. La historia de los países, en este caso del país, Albania, se repite con la misma crueldad que resulta insoportable para los presos. No parece existir una explicación satisfactoria que pueda hacernos comprender la deriva del sufrimiento humano, que se perpetúa una y otra vez en el tiempo.

S de Siruela: En su momento, fue Alianza Editorial la casa que, mediante la creación de una biblioteca Kadaré, enarboló la publicación de la literatura albanesa en español. Kadaré fue puesto al día, después de que una parte de sus obras ya habían sido publicadas gracias a la valentía de un editor, Mario Muchnik, que había sabido contar con un prodigioso traductor, Ramón Sánchez Lizarralde. Ahora, transcurrido un tiempo, ha sido la editorial Siruela la que ha recogido el relevo de la edición de la literatura albanesa vertida al español. Así, además de dar luz a un par de ensayos minoritarios y lúcidos del propio Kadaré, se ha convertido en la casa de Fatos Kongoli (con seis novelas publicadas), y ha sacado este Angelus Novus de Bashkim Shehu.

T de Traductora: El fallecimiento de Ramón Sánchez Lizarralde en 2011 fue un duro golpe para todos los albanistas. Yo, por entonces, me encontraba terminando mi tesis doctoral sobre Ismaíl Kadaré, y quedé completamente conmocionado por la noticia. Afortunadamente, tras un lapso de tiempo, María Roces González, su compañera y heredera de sus derechos de autor, ha empezado a comandar las nuevas traducciones de Kadaré y, también, de este Angelus Novus de Bashkim Shehu.

U de Universo: Todo un universo de sufrimiento se alberga entre las tapas del libro. Un universo sujeto a las leyes de la física cuántica, en donde Albania encierra el dolor en sus cárceles con celdas que son como ataúdes en donde sufren los prisioneros que concentran su padecimiento en el interior de sus cerebros.

V de Vacía: Confesión frente a una tumba vacía (Península) era sido el único libro, hasta la fecha, que pude leer de Bashkim Shehu. El libro nos habla de la peripecia de Shehu por encontrar la tumba de su padre Mehmet, y los infructuosos intentos que lleva a cabo. Podría entenderse como una parte de un díptico que se completase con este Angelus Novus, en donde las acciones del hijo siempre vienen prefiguradas por esos comportamientos del padre en el pasado, que se han proyectado en el futuro.

W de Walter Benjamin: El escritor, filósofo, intelectual y uno de los pensadores más importantes de la primera mitad del siglo XX, es el verdadero protagonista del texto. O al menos, lo es al estilo de Virgilio en la Divina Comedia de Dante. Shehu escoge el devenir de Benjamin para ilustrarnos su descenso a los Infiernos albaneses, como Dante se deja guiar hasta el Purgatorio por el poeta.

X de Xheladin Bey: El otoño de Xheladin Bey (Editorial del Oriente y del Mediterráneo) es una novela del autor albanés Mitrush Kuteli, uno de los grandes represaliados del régimen de Hoxha. Se trata de un compendio de relatos fuertemente asentado en la oralidad,, en donde la figura del Bey, un hombre caprichoso y lascivo, representa y encarna lo terrible del régimen comunista. El componente oral de estos cuentos establece un puente directo con el discurso de Bashkim Shehu en Angelus Novus, dado que el principal objetivo de la novela es dar testimonio.Y qué mejor asentamiento para la memoria que la oralidad.

Y de Ymeri: El último viaje de Ago Ymeri (Meteora) es la otra novela de Bashkim Shehu publicada en español. Se trata de una novela sobre los mitos albaneses, el misterio de sus leyendas y la forma en que estas pueden oponerse a la tiranía.

Z de Zombi: El final de Gjioka/Shpendi en la novela, desmemoriado, extraviado en una habitación, ido, recuerda a un zombi, a un muerto en vida, a un cadáver que haya transitado por el vudú de la Albania de Enver Hoxha, al igual que el Walter Benjamin de la novela es, desde el principio, otro integrante de esa legiónde condenados, que acabara topándose con el destino de su muerte en Port Bou, y dejándonos un velo de preguntas y de angustias al alcanzar el término de esta sobrecogedora e incómoda, tanto como necesaria, Angelus Novus.
Displaying 1 - 3 of 3 reviews

Can't find what you're looking for?

Get help and learn more about the design.