Sin ningún tipo de duda os digo que este es uno de los libros del año. Absolutamente delicioso, narrado con gran maestría. Eva Blanch es un descubrimiento, vi su libro un día, sin mayor entusiasmo leí la contraportada y me quedé con él. Pensé que podría ser interesante. Una autora para mí totalmente desconocida. Un libro sin marketing.
Me ha resultado embriagador como hay un hilo conductor que es la regla y a través de ella vamos descubriendo a sus dos protagonistas, Ruth y Andrea. Sus historias, sus vivencias, y ahí está la menstruación, siempre presente. Y es que las mujeres convivimos con ella la mitad de nuestra vida. ¡Qué difícil hacer que quede natural y que encaje! Pero qué bonito lo hace Eva Blanch.
Asistimos a través de sus páginas a una historia donde se desdibujan las preferencias sexuales, las etiquetas, los límites. Ante nosotras hay sentimientos, mujeres, vida. Un día a día, que podría ser el de la mujer que te atiende cuando vas a comprar el pan. Tan natural, tan sublime.
He saboreado cada línea deseando que jamás se terminase la novela. ¡Hay tan pocos libros que te emborrachen de semejante forma! Es fuera de lo común, una historia natural que me ha hechizado. No os quiero hacer una sinopsis, deseo que lo compréis o lo encarguéis en vuestra biblioteca y lo leáis.
Hay libros que tienen mucha repercusión en prensa y son una absoluta decepción. Este no lo veréis anunciado con carteles luminosos como otros títulos, pero os aseguro que merece la pena.
Empoderada, no heteronormativa, feminista. Necesaria.
Mi primera lectura del año necesitaba retomar de una forma ligera el hábito de leer después del término del año académico y este libro fue la elección perfecta para esto, además de ser una lectura liviana la trama del libro es demasiado buena me encanta como la historia se va desarrollando a través de estas dos amigas, Ruth y Andrea, donde tocan temas a veces tabú como la menstruación, el miedo, la vergüenza, fragilidad, odio, amor, maternidad, el desarrollo del cómo se experimenta la feminidad al pasar de los años, además está acompañada de cómo viven su vida académica y laboral lo cual lo encontré genial ya que dan referentes de diseño y artes.
...y es que hay tantas cosas que no se pueden explicar hablando, y es por eso por lo que he escogido diseño gráfico. Porque no quiero hablar. Porque lo que quiero es aprender a hablar con imágenes. Porque es la única comunicación que me interesa.
Ruth, Andrea y la Menstruación. Ruth, la histérica en busca del todo. Andrea, la lesbiana que data sus vidas. La menstruación, un recurso facilista para urdir este libro.
Llegué hasta el final esperando algo que no llegó. De hecho, leí un poco irritada. Totalmente olvidable.
Eva Blanch nos propone en esta novela un viaje por la amistad y la madurez de la mujer. En una idea original, nos desvela los cambios, todo tipo de cambios, a los que nos vemos avocados en nuestra evolución como ser humano que madura y evoluciona en sus pensamientos, en su físico, en su mentalidad, y todo a través de un único hilo conductor, el de la menstruación, sí, así como lo oís. La regla es el detonante sobre el que gira toda la historia, pero lo hace de una manera inteligente y sin ser transgresora. Esto es lo que más curiosidad y más me ha gustado. Me ha llamado mucho la atención esta capacidad de la autora para mostrarnos una historia de dos amigas que se conocen desde la infancia, Ruth y Andrea, y que, pasados los años, vuelven a reunirse en Londres. Ahí es donde repasan durante un día la vida de ambas mujeres, sobre todo de Ruth, y donde Andrea tiene que luchar contra unos sentimientos que creía olvidados o, al menos, adormecidos.
Es difícil de explicar cómo un hecho tan natural como este, pero tan tabú, puede llegar a ser tan esclarecedor. Cómo nos hace saber que lo que un día odiamos, lo deseamos al perderlo. Cómo la vida está supeditada a pequeños detalles que nos hacen actuar de una u otra manera, cómo unos viven la vida sin complejos y otros se aferran a evitar el sentido del ridículo.
Una novela que en un inicio te hace pensar "Ay, Dios, dónde me he metido", por la temática y por el inicio de la narración, muy arriesgado, porque va entremezclando los capítulos de los primeros años con el del día del encuentro, pero cuando te das cuenta de la estructura del libro, todo fluye.
Como ya he dicho, una historia de dos mujeres, de sus vivencias, de sus amores, de su sexualidad, de sus ambiciones, de sus temores, todo hilado a la perfección con esos momentos de dolor en la preparación para la maternidad. Curioso, original y bien escrito. Diferente.
Mi favorito hasta el momento: lesbianismo, amor y desamor, menstruación, masturbación, sexualidad, protagonista mujer, vida colegial y universitaria, desarrollo de personaje, fiestas, drogas y descontrol, éxito y fracaso, poesía, imágenes envolventes, y calidez. Lo más interesante para mí, es que esta narrado en segunda persona, testigo, lo cual le da una hermosa y muy atractiva particularidad en la narración de la historia.
Forma muy interesante de narrar y de estructurar la historia. Sin embargo, ¿es suficiente? A mitad de la novela perdí las ganas de descubrir el final... de todas formas, agradezco descubrir temas que no sabía que eran tan tabú.
Me ha parecido una buena novela, si es que está catalogada así, se toma un tema poco narrado como lo es la menstruación, tocado desde la perspectiva femenina, el libro te hace sumergirte en el sentir, en la relación desde pequeñas con la regla, como es para algunas y cómo es para otras, todo esto en torno de la figura de Ruth, una mujer que a lo largo de las paginas logramos conocer, conocemos sus relaciones interpersonales, su carácter, sus ideales y el entenderse con los otros ideales que presenta la vida, nos adentramos a su proceso de conocimiento en si misma, de una forma liviana y sin tanto detalle.
Me gusta el cómo están distribuidos los capítulos, como en uno relata la narradora y en otro desde la voz de Andrea, personaje importante para el desarrollo del relato, pero no me agrada que no haya una versión directa de Ruth, nunca habla como protagonista, se habla su historia siempre en tercera persona, siento que le quita peso y le da una imagen poco potente.