Anciano ya, el reconocido gastroenterólogo Emilio Nassar tuvo un proyecto: dejarse morir de hambre. Como testigo de esa agenda oculta eligió a su joven nieta, Emilia, con quién compartió largas charlas de café antes de fallecer. Aún afectada por la pérdida, y enfrascada en una turbulenta relación amorosa, Emilia se dedica a reconstruir los últimos meses de convivencia con su abuelo; los últimos meses de ese ávido lector, megalómano incurable, padre autoritario, abuelo melifluo, conservador recalcitrante, cinéfilo y caballero a la antigua. Ajena a toda solemnidad, Emilia rememora los animados y conmovedores monólogos de quien, pese a su determinación suicida, siempre tenía un recuerdo, revelación, o nuevo prejuicio que contar, como cabría esperar de un hombre intolerante pero, también, que ofrecía gallardía, ternura y, en sus mejores momentos, el más sensato consejo: "no estamos aquí para dormir angustiados, hemos venido a pasarla bien" Sin embargo, Emilia se dará cuenta de lo complicado que es aplicar este principio, en su caótica vida. Hecho que arrojará una tímida, triste, pero reveladora luz acerca del sinsentido de nuestros afectos.
Brenda Lozano nació en la ciudad de México en 1981. Narradora y ensayista, colabora en Letras Libres, entre otras publicaciones. Estudió Literatura Latinoamericana. Ha sido becaria del programa Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Ha sido antologada en diversas ocasiones. Todo nada (Tusquets, 2009) es su primera novela.
Este es el primer libro de Brenda Lozano que leo. Francamente me la pasé muy bien pasando las hojas.
Algo que me encantó del libro, fue la manera de narrar; la voz que transmite Brenda Lozano a través del personaje de Emilia, me parece fascinante. Es una mujer fuerte, con carácter. Es una mujer que decide, una mujer que grita. Una mujer que le dice ‘hijo de puta’ a la persona que más adora en el mundo. Emilia es un pato que le tira a las escopetas, y me parece que por eso es tan fascinante de leer.
Tras leer Todo nada, me han quedado claras algunas cosas que me gustaría enlistar: la primera es que el café con leche se hizo para los abuelos. La segunda, es que los bolsillos de las camisas fueron colocados allí para que los abuelos guarden plumas fuente. La tercera es que los karaokes están hechos para cantar canciones de Juan Gabriel. La cuarta, es que realmente no existen las despedidas. La quinta, es a cerca del querer; a cerca de negociar. A cerca de ceder. Ceder y dividir para compartir la vida con las personas que queremos.
La sexta trata de querer con las manos sucias, con tres nudos en la garganta a la vez, y sobre todo, aprender que los defectos no abrazan entera ni universalmente a las personas que amamos.
Es la historia de una mujer llamada Emilia, que al morirse su abuelo decide escribir sobre él, que era todo un excéntrico, y le dejó una huella muy profunda en su vida. Ella apenas está encontrándose en la vida, lo que quiere hacer, y su abuelo tiene mucho que ver con el hecho de que se decida a escribir, ya que ella no tenía muchas ambiciones. El es increíble, un lector voraz, un poco loco, hecho a la antigua.
La historia no está contada en un tiempo lineal, sino que va brincando por diferentes recuerdos que van apareciéndose en su camino. Cuenta sobre su abuelo, pero también sobre su padre, sobre sus novios.Y al contar de las personas que pasaron por su vida, cuenta mucho de sí misma, porque Emilia parece ser una obsesiva tremenda, pero es muy encantadora la voz narradora.
Es una historia sobre lo que nos une a los demás, sobre el amor a la vida, a la literatura, sobre el amor.
Me encanta leer a una autora joven, que se mueve entre el humor y el drama con tanta sutileza, y hace que parezca tan fácil. Este primer libro de B Lozano, para mí, es toda una revelación, siempre estoy buscando autoras mexicanas nuevas, que tengan su personalidad, y no se diga, esta mujer tiene frases memorables, estilo y personalidad. Me encantó. Yo sí le doy una ovación a este primer libro y espero leer mucho más de ella en el futuro.
Me gusta, escribe lindo, simple y profundo, creo que quizá me gustó más su escritura en Brujas, pero ese lo escribió después, entiendo entonces su madurez. Este es íntimo y rico.
Este fue uno de esos libros que ves todo tirado en el montón que está en oferta, no te suena el nombre, ni la autora, lees la sipnosis de la contraportada y piensas que quizas te entretenga. Lo dejas en tu librero varios meses hasta que están indeciso y le das esa oportunidad que otros libros quieren... y viene y ese libro que tomaste al azar te sorprende.
"Todo nada" no es más que una nieta contandonos quien era su abuelo: un hombre tosco, pesado, terco, chapado a la antigua... mi abuelo. Es una mujer destapandose ante nosotros y mostrando lo que siente, no más que eso, una niña desahogandose y diciendonos que extraña a su abuelo y se le hace complicado aceptar su perdida. Quizás por esto me gusta tanto, a lo mejor Emilia es un eco de mí y sólo me vea reflejado en ella y por eso me encante.
(Así se llama, Todo Nada, sin conjunción) Magnífico estilo. Un libro literario, páginas para lectores atentos. Usa juegos de palabras, de estructuras, de situaciones, cambia constantemente de punto de vista narrativo y salta del pasado al futuro con agilidad sorprendente. Impresionante que lo haya escrito alguien de 23 años.
Fue recomendación de Juan Antonio, al prestármelo me dijo que un amigo la conoce y que al parecer ella tiene fama de arrogante insufrible, pero tanto me gustó y me intrigó el libro que busqué entrevistas con ella en internet, y digo que valdría la pena sufrirla.
En la entrevista dice que en lo cotidiano hay más tensión que en los grandes temas. Yo, que estaba evitando la ficción latinoamericana tras una sobredosis de novelas sobre personajes mediocres y perdedores, con éste libro redescubro que se puede hacer una buena novela sin buscar los grandes temas.
La narración pinta a un personaje de ésos "más grandes que la vida", que les dicen, su abuelo de 72 años, médico famoso a quien abandona su mujer, que vive sólo para la medicina, los libros, su amigo Óscar, y su nieta Emilia. Cuando lo abandona su mujer se decide dejar morir poco a poco de inanición. Se viste bien todas las noches para que la muerte lo encuentre elegante.
La otra parte, es la relación de ella con su novio. La cuenta con desenvoltura, pero sin desenfado. Con gran introspección, pero sin dramas y sin perder el contexto del resto de su realidad. Muy superior manera a contar una relación que el libro de Nothomb que acababa de terminar, que en común tienen ser mujeres jóvenes hablando de relaciones fallidas, pero en estilo la mexicana se la lleva entre las patas, como decimos los de acá.
Me llamó mucho la atención su actitud ante el ocio. Por ejemplo cuando no va a la universidad y se pregunta si se la hubiera pasado en una oficina contestando teléfonos y redactando correos, justificaría "el nacimiento de sus padres" o cuando viendo un documental sobre gorilas, se enoja con el narrador porque se clava con el tema de que el gorila "no hace nada más que estar sentado en una piedra diez horas" dice ella "¿si el primate fuese al banco, a la oficina, a una junta, el narrador se expresaría mejor de él?"
En fin, que amén de la desazón que me causan ciertos temas éstos días, el libro mejor escrito que he leído en lo que va del año, quizá en un rato mas largo.
“Comparte su pasado, no sólo con los presentes y conmigo, lo comparte con él.”
Que manera tan bonita de contar la vida y los recuerdos con Emilio Nassar. A pesar de ser un libro que viaja, a veces confundiendo al lector, al pasado y presente sin precisión alguna, me pudo transportar y hacer recordar esos momentos que yo he vivido con mis abuelos (Nannie, Chava y Susi) a lo largo de mi vida. Brenda Lozano tiene una habilidad preciosa de expresar sus recuerdos y las historias para transportarme a esos momentos y recordar los míos. Cómo era de esperarse, al final lloré. Pero mi llanto fue más de recuerdo a esos momentos que por tristeza. Un libro bonito y descriptivo para acabar el año 💜🫶🏼
Lo único que tengo que puedo decir ahora, a un par de minutos de haberlo terminado, es que Brenda Lozano tiene una narrativa inteligente. Perdón por la pretensión, pero qué otra cosa puede salir del encuentro entre una escritora inteligente y una lectora inteligente.
Es potentísimo que un libro tan corto genere tanto. Me hizo reír, me dolió, me tomó de la mano. Es curioso lo mucho que puedes sentirte identificada con una historia que en realidad no has vivido. Al menos no literalmente.
Leer lo que un personaje cuenta. Escuchar el redoble de los tambores de la ausencia mientras se escucha la historia de los últimos días de vida del abuelo de Emilia, la protagonista. Quedar en suspensión. La muerte, ¿de qué va la muerte? Esa gran interrogante, esa nada ininteligible. El silencio. El individuo que se forja a si mismo, a la antigua, cuando la palabra es el honor mismo, la persona que en el día a día se enfrenta a sus recuerdos y sin razones; explosión de furia o explosión de amor carnal. Relaciones humanas a fin de cuenta: diálogo o su falta.
Uno de esos libros que al terminar de leerse me dejan en silencio y con una sonrisa de aprobación, un poco lela, pero más bien agradecida.
Cae la página final de la novela de Brenda Lozano, la tan comentada, la tan buenemente comentada, y sonreír al saber que no me decepciona, que me encanta, y que la locura de escapar a la rutina y vaciar la cartera para adquirir el libro (no por el libro mismo sino por el viaje) ha valido con creces la pena.
Muy linda historia! Brenda Lozano nos hace conectar profundamente con esta narración, reafirmando que la vida se debe vivir con pasión pero que, al mismo tiempo, es importante sobrellevar las decepciones amorosas. ¡Coincido en que aprender a disfrutar los malos momentos es parte del viaje! Léanlo, vale mucho la pena.
In Todo nada, a novel by Mexican writer Brenda Lozano, the narrator Emilia explores her relationship with her grandfather Emilio Nassar, a prominent surgeon. It is a fine, affection-filled portrait of Emilio. He is a difficult, authoritarian and self-important character who is also a man of energy, learning and warmth, seeing the world in his own distinctive way. His fondness for Emilia shines through his posturing. Obliquely, in providing such a vivid account of her grandfather, Emilia discloses a great deal about herself too: in many ways, her stubborn and imperious character reflects Emilio's own. We see this in her turbulent relationship with her boyfriend which constitutes the other main thread of the novel. In this intriguing, subtle novel the principal characters are so rounded and plausible that the book reads like a memoir. The force of the novel was slightly marred for me by a stylistic habit of repetition which was used so frequently it lost its literary effect and became an irritant. Todo Nada will, one hopes, be translated soon into English, following Charco Press's translation of Lozano's Loop. 3.5-4*
Entrañable. Todos tenemos un ser querido que ya no está a quien recordar y a quien le platicaría tal y tal cosa. Para evocar momentos y personas queridas. Descubrimiento de esos libros que te atraen aunque sean de autores nunca explorados antes por mi.
Emilio Nassar fue padre, abuelo, doctor y poeta porque se aventaba unas frases dignas de ser enmarcadas y colocadas en un museo de frases célebres (algunas ya se fueron para twitter).
No hay mucho más que decir, es simplemente literatura 🚬
"Cualquier domingo o cualquier otro día porque, pese a que se fue un domingo, está aquí todos los días. Así de sencillo, así de claro.
Está aquí como cualquier otro día. Como cualquier otro día lo abrazo. Aunque ¿cómo abrazarlo, cómo abrazarlo nuevamente este domingo, si no lo he dejado de abrazar?"
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Creo que lo más importante de un libro, es que te transmita algo. Y éste en particular, aunque cortito, apenas más de cien páginas, me transmitió muchas cosas. La trama es tan simple como la relación entre la protagonista y su abuelo, cómo se van entrelazando la historia de la última relación de Emilia con el último año de vida de su abuelo. Es sencilla y en el que, a través de los capítulos, no pasa nada más que la misma vida cotidiana pero creo que allí radica su magia y lo especial que es.
Me gusta cómo no tiene una narrativa estrictamente lineal, el presente y pasado se van mezclando y construyendo recuerdos. Creo que lo más hermoso es la forma en cómo va describiendo sentimientos, me sentí identificada con un montón de frases, sobre todo las que tienen que ver con la soledad, con los arrepentimientos y también con el duelo. Hay un párrafo en particular, en cómo describe el duelo, cómo la protagonista no llora al momento de la muerte de su abuelo, en el entierro, sino días después, por otra circunstancia ajena. Me pareció tan maravilloso, doloroso y verdadero.
Es un libro cortito, pero que va muy al punto y que remueve muchas cosas. Como trata de la vida misma, creo que será fácil que cualquiera pueda encontrar entre sus páginas, alguna frase con la que pueda identificarse. Creo que es un libro muy personal, que va de sentimientos más que de escenarios y la prosa fluye de una manera maravillosa, es casi como si la protagonista estuviera conversando contigo.
Es la primera vez que leo a Brenda Lozano pero creo que voy a seguirle la pista a partir de ahora. Un encanto, de los mejores que he leído los últimos meses.
Entré a una librería en México preguntando: —¿Donde está la literatura Mexicana? Y me compré esta joya, este amigo.
Este libro es toda la sabiduría que uno no entiende como cabe en el mortal cuerpo de un abuelo. Todo mundo merece un abuelo en su vida. Que bienaventurado fui.
Mi abuela es quizá la persona que más he admirado en mi vida, mi abuelita Ana, siempre asocio ese nombre a valerosidad y la asociación es por ella. Me ayudó a criar y pasé gran parte de mi niñez con ella.
Cuando pienso en su partida todavía hoy me duele, me duele que solo me hubiera conocido de niño y algo joven, me duele que no haya visto el hombre en el que me convertí. Me duele no haber sido también su amigo además de su nieto, me duele no haber conversado con ella de las congojas y la carga de su pasado, nunca me habló de ello quizá porque quería protegerme, quería hacerme creer que el mundo era mucho mejor de lo que es, que la vida era más llevadera de lo que es.
Leí en otro libro que la melancolía es un bichito que uno tiene en la cabeza, creo que mi abuelita lo tenía, creo que cuando se fue me lo pasó a mí. Hoy entiendo su tristeza, demasiado quizá, y comparto su orgullo tozudo y pertinaz con el olvido, con el amor. Mi teoría es que soy así por ella.
Abuela, Abuela Ana, conmigo también es pa’las que sea o pa’las ninguna. Te quiero siempre.
Una historia bastante sencilla en apariencia y que fluye bastante ágil y entretenida, donde se explora el duelo y la pérdida. El duelo de un ser querido y el duelo de terminar una relación. Bastante bien llevada con piezas de recuerdos nuestra protagonista nos lleva a sus memorias de los momentos que pasó con su abuelo que finalmente se dejó morir, pero haciendo de sus últimos meses los más ricos en momentos con la protagonista, Emilia. Estos momentos entrañables y agridulces reflexionan sobre la vida misma, el recuerdo y la batalla que se enfrenta al pasar por la pena misma de perder a alguien querido y apdrender a vivir con ello.
Emilio se ha instalado en la vida de Emilia, su nieta, no como un fantasma mas bien como un compañero perenne en su memoria. La exquisita vida de Emilio es lo que nos cuenta esta historia extraordinaria, Emilio es aquel a quien ya no podemos hablarle por teléfono, quien duerme con el traje puesto para esperar la muerte.
Hay unas páginas muy buenas, pero son como la golondrina solitaria que no puede ser el verano. La dicción de la primera mitad es chocante por momentos. El resto es lacio. Muy legible, eso sí: no desafía nada.
Uno de mis libros preferidos fue releído durante esta cuarentena. Se lo leí al teléfono a mi novio y nos divertimos y sufrimos con Emilia. Es uno de esos libros que siempre recomendaré a todos.
Me ha costado bastante avanzar y terminar el libro, y eso que tan solo tiene 150 páginas aprox. Tiene algo dulce en la escritura pero también reiterativo. Creo que todo podría resumirse a un tercio del libro. No le encuentro mucho sentido a las historias amorosas paralelas. Como palabras al abuelo, me resulta un texto amoroso y conmovedor, creo que me quedé leyéndolo por eso nomás, como sintiendo que quería ver si tenía algo más para decirle. No me ha matado.
Brenda Lozano trata con maestría el tema de la pérdida. Leemos con empatía a Emilia, una mujer que narra su historia desde la muerte de su abuelo y nos muestra el lado humano y bello de recordar a alguien que se ha ido. De igual manera, habla de José y su ruptura con él. Este libro es como una galería de recuerdos que se desarrollan entre la nostalgia, el arrepentimiento y la ausencia.
Me encanta la narrativa de la autora , es una novela narrada en primera persona la narradora Emilia nos habla acerca de su abuelo el doctor Emilio Nassar , un gran gastroenterólogo acerca de los últimos años de su vida a través de las páginas vamos conociendo el carácter del hombre, empatizar un relato reflexivo así como una oda al duelo . Exquisita narrativa
Íntimo, con humor y profundo. Un libro bien escrito que hace al lector partícipe de la intimidad de los personajes. La lectura fluye y deja un grato sabor de boca. Si quieres leer algo interesante, este es un delicioso bocado.