Leopoldo Tapia, maestro de educación básica y poeta con aficiones ferroviarias, recibe la misión de preparar un reporte sobre el acoso del que estaría siendo víctima -por parte de oscuros funcionarios públicos- la Asociación de Poetas de la Cuenca del Maipo, liderada por un tal Badilla o Padilla. El pormenorizado relato de este mundo, de las jergas en que se comunican sus personajes y de los modos en que operan, hace de Informe Tapia un fresco incomparable de un cierto Chile que bien podría ser Chile entero.
Publicada originalmente hace quince años, esta novela es una pieza señera en el proyecto literario de Mellado, enfocado perspicazmente en la pequeñez humana -en particular la que puede surgir en el mundo burocrático y cultural-, pero siempre atento a la comicidad y la singularidad que son su correlato objetivo, de manera que la grisura no es aquí la tónica, sino más bien cierto tono carnavalesco, paródico, hilarante.
Aunque me sacó varias carcajadas, y el ambiente funcionario-burocrático-cultural está muy bien trabajado, no logré entender hacia dónde nos lleva la trama. Los personajes se me aparecen como planos, y no generan ningún tipo de identificación, positiva o negativa. Al final, no me interesa qué les pase. Me gustó el giro en que la paranoia no era gratis, eso fue una sorpresa. Pero del lado de 'los malos' (el Aparato), los personajes me parecen incomprensibles. Sin motivo, solo tocan una tecla como caricaturas que son.
Único. Una prosa municipalizada y burocratica. Mellado pone al descubierto la tontera del aparato cultural chileno y saca una radiografía, o le saca el rollo a la patria a través de la Agrupación de Poetas del Maipo. Hay unos capítulos láricos de la puta madre. Hay una torre omnioceánica muy alta que vigila, hay una critica delirante a la centralización de la nación. También dice "Chile es un largo pétalo".