Fernando Aramburu Irigoyen nació el 4 de enero de 1959 en San Sebastián, Guipúzcoa, España. Es licenciado en filología hispánica por la Universidad de Zaragoza y desde 1985 reside en Alemania. Fue miembro del Grupo CLOC de Arte y Desarte. Considerado ya como uno de los narradores más destacados de su generación, es autor de tres libros de relatos: No ser no duele (1997), Los peces de la amargura (2006) y El vigilante del fiordo (2011), y de cinco novelas: Fuegos con limón (1996), Los ojos vacíos (2000), El trompetista del Utopía (2003), Bami sin sombra (2005) y Viaje con Clara por Alemania (2010), títulos que han sido distinguidos con el Premio Ramón Gómez de la Serna 1997, el Premio Euskadi 2001, el XI Premio Mario Vargas Llosa NH, el Dulce Chacón y el Premio Real Academia Española en 2008. Ha escrito también libros para niños, como Vida de un piojo llamado Matías (2004). Con Años lentos mereció el VII Premio Tusquets Editores de Novela.
Leer a Aramburu es reconciliarme una vez más con la literatura. Sobre todo, después de encadenar varías lecturas decepcionantes.
Y eso, a pesar, de que El vigilante del fiordo es lo más flojo que he leído de él hasta la fecha.
En esta ocasión, se trata de una recopilación de cuentos, que empieza mal y coge aire a partir del cuarto, donde el peso se lo reparten entre el propio 'El vigilante del fiordo' (que da lugar al título) y 'Carne rota'. Este último, es sencillamente para enmarcar.
Para mi gusto le falta unidad temática, aunque reconozco que hay historias interesantes que dejan retazos del mejor Aramburu: la introspección de sus personajes, el costumbrismo, la estética del lenguaje o ese humor negro, que si le pillas el punto, ya no quieres otro.
Recomendable, solo, para los muy adeptos del autor.
Otra vez Aramburu. Si te gusta, pues te gusta. Me agrada su compromiso social al relatar los atentados del 11 M en este libro. Leed a Aramburu, hacedme caso.
Si bien este libro de relatos no tiene el impacto de un libro como Patria, pasados unos días de haberlo leído ha dejado una buena impresión en mí. Todos los relatos tienen un tono melancólico, algo triste. La mayoría tienen que ver con emociones de pérdidas, pero desde diferentes ángulos y en distintas situaciones. El relato que da nombre al libro es el más recomendable. El estilo de Aramburu es único y personalmente siempre se me hace fácil de leer a pesar de la tristeza de las historias.
This is a great short story book. As usual, Aramburu presents us harsh realities with a teaspoon of irony. Not many people are writing about terrorism in Spain, yet, and he presents it bluntly, in the famiar way that we lived with terrorism on a daily basis in the Basque Country. He dares to put in paper topics that still seem untouchable for many. As most stories are short, it is a great traveling book.
Buen libro, me gusta el estilo del Sr Aramburu. Si bien es cierto se trata de un libro de historias o relatos cortos, me quedo con la sensación de que a cada una quizas le hizo falta algo...
Este es el primer libro de Fernando Aramburu que leo y creo que fue una buena manera de empezar a leerlo.
Ha decir verdad, llegué a este libro por los acontecimientos del 11 de marzo. Busque libros de la temática y este aparecía.
Sin relatos qué, no todos son de la temática que yo buscaba. Pero todos aportan algo. Unos de me hicieron mejores que otros, pero al mismo tiempo todos estos cuentos me parecieron buenos y muy fáciles de leer.
Pero no voy a engañar a nadie y mencionaré que mis expectativas sobre una historia del 11 de marzo se cumplieron dea forma adecuada. Nunca creí que un acontecimiento que había pasado hace relativamente poco me iba a conmover tanto como lo que logró Aramburu en este libro. Logra transmitir una oleada de emociones en un par de historias conectadas por una tragedia.
Más allá de encontrar una lectura sobre el tema que buscaba, también he encontrado un autor que tengo ganas de leer más a detalle.
Aramburu desde una perspectiva diferente. Como siempre, su estilo es muy personal y reconocible. Obviamente, no es una obra como "Patria" o "Los vencejos", pero he disfrutado de los relatos y de su prosa.
He disfrutado mucho leyendo estos relatos, como siempre Fernando Aramburu con su estilo tan personal que me encanta!!!!, te pones en la piel de los personajes!!!!
Colección de ocho relatos heterogénea en cuanto a su temática y la tipología de los personajes. El libro no decepciona pero tampoco deslumbra. Alguno de los cuentos sobresale por el hecho de que el autor claramente ha sabido dar con el tono de los personajes y el modo narrativo. Particularmente me gusta el que se titula Lengua cansada, uno de los dos que se narran en primera persona. En los que aflora la reflexión sobre las consecuencias de los actos de terrorismo, el resultado me parece muy dispar: Chavales con gorra no consiguió transmitirme la supuesta angustia que sufren los personajes que lo protagonizan. Carne rota es un mosaico de microrrelatos que, a mi juicio, merecen una profundización mayor en los argumentos que apuntan. La incursión surrealista de Mártir de la jornada me parece fuera de lugar y no sé si es una lejana evocación de ciertas atmósferas “cortazarianas”. El libro se lee con mucha facilidad y habrá que ver hasta dónde es capaz de llegar Aramburu cuando aborda tareas literarias más ambiciosas (no he leído todavía su nueva novela titulada Los años lentos).
Colección de ocho relatos que aparentemente no tienen nada en común, salvo que están todos construidos con la habilidad de resultar tan interesantes tanto por lo que cuentan como por lo que omiten, dejando a la imaginación del lector las preguntas sin responder y las posibles respuestas. Deleitosos cada uno de ellos y doblemente, pues el cambio total del argumento entre cada relato y el posterior nos deja con el buen sabor de la historia bien narrada y el deseo incumplido de no saber su continuación.