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410 pages, Paperback
First published January 1, 2004
“En seguida todo se alarga o se enreda o todo tiende a adherirse, es como si cada acción llevara su prolongación consigo y cada frase dejara en el aire un hilo de pegamento colgando, que nunca puede cortarse sin que se pringue algo más al hacerlo.”Todo se alarga en Javier Marías, continuamente, y a veces de modo desconcertante para el lector que embobado se deja enredar gustoso entre las larguísimas frases en las que con su elegante estilo el autor elucubra desde un punto de partida A impensable para cualquiera que supiera de antemano que era Z la meta y a donde efectivamente se llega y que inmediatamente da paso a un nuevo punto A que inicia nuevamente la partida.
“Todo es ridículo y subjetivo y parcial hasta extremos insoportables, porque todo encierra su contrario, se depende excesivamente del momento y el lugar y la virulencia y la dosis, según cuáles sean éstas hay enfermedad o hay vacuna, o hay muerte o embellecimiento, al igual que todo amor lleva en su seno su hartazgo y su saciedad todo deseo y su empacho todo anhelo, y así las mismas personas en las mismas posición y sitio se aman y no se aguantan en diferentes periodos, hoy, mañana; y lo que en ellas era afianzada costumbre se vuelve paulatinamente o de pronto -tanto da, eso es lo de menos- inaceptable e improcedente, y el tacto o roce tan descontado entre ambas se convierte en osadía u ofensa, lo que gustaba y hacía gracia del otro se detesta y estomaga ahora y se maldice y revienta, y las palabras ayer ansiadas envenenarían hoy el aire y provocarían náuseas y no quieren más oírse bajo ningún concepto, y las dichas un millar de veces se intenta que ya no cuenten (borrar, suprimir, cancelar, y haber callado ya antes, a eso es a lo que aspira el mundo, lo sepa o no, esté o no al tanto).”Sigue siendo este un libro de contrarios que se enfrentan y/o se complementan, sin fijarse qué es lo adecuado, qué es lo que prevalece. Desde los propios títulos, Marías nos enfrenta a una serie de sugestivas dicotomías, empezando con el inicial contar/callar: no contar aunque no esté en nuestra naturaleza el callar; calla y sálvate, calla y no precisarás de la inútil tarea de borrar, aunque a veces sea lo contrario lo que nos salva, Las mil y una noches, entretener el oído ajeno y así evitar que se nos marche; contar para que no se difumine lo que pasó, para no descreer que de verdad existiera, si bien después quisiéramos borrarlo, conseguir que no dejase huella, porque las cosas jamás logran estarse quietas, aunque no se cuenten ni tan siquiera pasen. Olvido/recuerdo, nieve sobre los hombros/cerco de la gota de sangre. Ficción/realidad. El miedo como parálisis, el miedo como espuela.
“Se vive bajo amenaza, y entonces se sufre parálisis y es el miedo el que se aprovecha. Si uno lo consiente, en cambio (es decir, si uno se adapta, si se acostumbra a que esté ahí presente), posee una fuerza incomparable con ninguna otra y puede aprovecharse de él, puede usarlo.”O como la otra gran dicotomía de la novela, ver o no ver el rostro mañana.
“¿Cómo puedo no conocer hoy tu rostro mañana, el que ya está o se fragua bajo la cara que enseñas o bajo la careta que llevas, y que me mostrarás tan sólo cuando no lo espere?”Un conocimiento que nos puede salvar y que podemos, no obstante, no querer. Mejor no teñir nuestra mirada de suspicacia o, lo que es mucho peor, evitar la posibilidad de una terrible equivocación.
"Toby told me that he always admired the special gift you had for capturing the distinctive and even essential characteristics of friends and acquaintances, characteristics which they themselves had often not noticed or known about..."
"Things happen and he makes a mental note, not for any particular reason, usually without even feeling greatly concerned most of the time, still less implicated..."
"It's a very rare gift indeed nowadays, and becoming rarer, the gift of being able to see straight through people, clearly and without qualms, with neither good intentions nor bad, without effort...
"I can see it, I can see your face tomorrow."

"It seemed to me probable that De La Garza would be into everything: he was so eager, so arrogant and impetuous, as well as highly excitable."
"Most of us are past masters at the art of dressing up our own biographies, or of toning them down, and it's astonishing how easy it is to exile thoughts and bury memories, and to see our sordid or criminal past as a mere dream from whose intense reality we escape as the day progresses, that is, as our life progresses."
"Dreams do not depend on the intentions of the dreamer, and the dreamer can never be blamed for the contents of his dreams."
"Why all that conflict and struggle, why did they fight instead of just looking and staying still, why were they unable to meet or to go on seeing each other, and why so much sleep, so many dreams, and why that scratch, my pain, my word, your fever, the dance, all those doubts, all that torment?"
"...[we believed that] we were seen and even spied upon at every moment of our few, miserable days, with super-human perspicacity and attention and with every tiresome detail and vacuous thought supernaturally noted and stored away..."
"There are many individuals who experience their life as if it were the material for some detailed report...they inhabit that life pending its hypothetical or future plot. They don't give it much thought, it's just a way of experiencing things, companionable, let's say, as if there were always spectators of or permanent witnesses to their activities, even their most futile steps and during the dullest of times. Perhaps this narcissistic daydream prevalent among so many of our contemporaries, and sometimes known as 'consciousness', is nothing more than a substitute for the old idea or vague perception of the omnipresence of God, who was always watching and saw every second of each of our lives..."
"Just as all love carries within itself its own staleness and every desire its own satiety and every longing its own ennui, so the same people in the same position and place love each other and cannot stand each other at different moments in time, today, tomorrow..."
«Ojalá nunca nadie nos pidiera nada, ni casi nos preguntara, ningún consejo ni favor ni préstamo, ni el de la atención siquiera, ojalá no nos pidieran los otros que los escucháramos, sus problemas míseros y sus penosos conflictos tan idénticos a los nuestros, sus incomprensibles dudas y sus meras historias tantas veces intercambiables y ya siempre escritas (no es muy amplia la gama de lo que puede intentar contarse), o lo que antiguamente se llamaban cuitas, quién no las tiene o si no se las busca, 'la infelicidad se inventa', cito a menudo para mis adentros, y es una cita cierta cuando son desdichas que no vienen de fuera y que no son desdichas inevitables objetivamente, no una catástrofe, no un accidente, una muerte, una ruina, un despido, una plaga, una hambruna, o la persecución sañuda de quien no ha hecho nada, de ellas está llena la Historia y también la nuestra, quiero decir estos tiempos inacabados nuestros (y hasta hay despidos y ruinas y muertes que sí son buscados o merecidos o que sí se inventan). Ojalá nadie se nos acercara a decirnos 'Por favor', u 'Oye', son las palabras primeras que preceden a las peticiones, a casi todas ellas: 'Oye, ¿tú sabes?', 'Oye, ¿tú podrías decirme?', 'Oye, ¿tú tienes?', 'Oye, es que quiero pedirte: una recomendación, un dato, un parecer, una mano, dinero, una intercesión, o consuelo, una gracia, que me guardes este secreto o que cambies por mí y seas otro, o que por mí traiciones y mientas o calles y así me salves'.»Menudo principio de novela, ¿verdad? Es una declaración que encierra el sentido de la obra: la constante intersección entre lo que uno quiere y lo que otros esperan de uno. La distorsión entre la identidad personal y las vidas que los demás demandan
let us hope that no one ever asks us for anything, or even enquires, no advice or favour or loan, not even the loan of our attention, let us hope that others do not ask us to listen to them, to their wretched problems and their painful predicaments so like our own, to their incomprehensible doubts and their paltry stories which are so often interchangeable and have all been written before (the range of stories that can be told is not that wide), or to what used to be called their travails, who doesn't have them or, if he doesn't, brings them upon himself, 'unhappiness is an invention,' i often repeat to myself, and these words hold true for misfortunes that come from inside not outside and always assuming they are not misfortunes which are, objectively speaking, unavoidable, a catastrophe, an accident, a death, a defeat, a dismissal, a plague, a famine, or the vicious persecution of some blameless person, history is full of them, as is our own, by which i mean these unfinished times of ours (there are even dismissals and defeats and deaths that are self-inflicted or deserved or, indeed, invented).