A sus 39 años, Humberto Ak’abal vivía a salto de mata como obrero textil. Estaba todavía lejos de ser el consagrado poeta k’iche’ cuyo fallecimiento prematuro en 2019 consternó a sus lectores en Guatemala y el mundo. En aquel año de 1991, su encuentro afortunado con Catherine Vigor resultó en el extenso testimonio que el lector tiene en sus manos. Aunque sus lectores conocen bien la obra de Humberto Ak’abal, les hacía falta, hasta ahora, «saber cuál era la fuente profunda de su inspiración, en qué terruños se habían desarrollado las raíces de su obra, de qué experiencias interiores procedían. En este testimonio, responde él mismo a estas cuestiones en capítulos a veces dramáticos».
Una relectura a un testimonio cargado de una fuerza poética nos muestra las experiencias de vida del poeta Humberto Ak‘abal, sus acercamientos a la literatura, aspectos sobre la historia y vida del indígena en un país tan difícil como Guatemala. Ya en esos años se vislumbraba el enorme poeta que llegaría a ser. Sin duda una historia que nos muestra al «otro Humberto», al hijo, hermano y amigo pero lo más importante: al Humberto que lucho constantemente por mantener su lengua y su cultura, su relación con la naturaleza y su tierra.
Me tardé mucho en terminar este libro, ya que si bien conozco la realidad que explica, las palabras testimoniales son duras de leer.
Leer sobre la vida de este poeta me ha permitido sentir que lo conocí un poco más. Conocer la historia de este artista que, cuyos poemas me encantan como pocos, ha sido difícil, porque difícil fue su vida. Difícil es la vida de su pueblo.
Espero al final de su vida, Ak'abal se haya sentido satisfecho con su objetivo de preservar la cultura maya. Sé que a través de sus poemas, cortos, sencillos, onomatopéyicos, con y desde el corazón lo lograba...
A través de las entrevistas transcritas en este libro, Humberto rompe el silencio colectivo de 5 siglos del pueblo indígena (principalmente de la región del altiplano de Guatemala) Silencio que guardaba una fuente de riqueza cultural, artística y emocional.
Un silencio agridulce que me hizo darme cuenta de lo mucho que he infravalorado esta cultura tan preciosa y lo mucho que ignoramos la resiliencia del pueblo indígena y guatemalteca. Resiliencia que individuos no han renunciado por valores espirituales y por la firme convicción de que es posible construir un mejor futuro a pesar de los terrores del pasado.
Por último, me paraliza el hecho que los pensamientos compartidos por Humberto se formaron hace más de 30 años porque los siento muy contemporáneos y relevantes para los problemas de hoy en día
Es un libro interesante. Cuando lo leía no sentía que era Humberto el que contaba o narraba el libro, se sentía como si otra persona estuviera "plagiando" sus ideas. Es un libro bien hecho, pero que al final no logró su cometido en el sentido de la narración, algunas ideas parecían redundantes. Se agradece el libro, si no fuera por esta obra no se sabría, prácticamente nada, de la vida de Ak'abal. Me hubiera gustado ver un poco de su trayectoria como autor, como llegó hasta ese punto, es una lástima que no se contara.